37. Llanto y gritos
En realidad, uno nunca sabe las sorpresas que nos tiene la vida, hasta que ocurren. Para nuestra desgracia, no siempre son sorpresas buenas. Off jamás se esperó que lo que había comenzado como una perfecta mañana en la que contrajo matrimonio con el amor de su vida, se volvería el día más horrible que le había tocado experimentar, si es que continuaba vivo para contarlo.
Llamaron a la puerta unos minutos después de que una mujer de edad, su vecina, se llevara a Hannah y Hayley, pues Emily y Sky tenían clases de inglés en la tarde y su mamá no regresaría hasta altas horas de la noche. Él pensó que sus hermanas habían olvidado algo importante, así que dejando solos al pequeño Gun y a su hijo por un momento, bajó las escaleras a trote, aunque lo que se encontró del otro lado no fue nada de lo que se pudiera esperar, ni en sus peores pesadillas.
En menos de dos segundos su cuerpo rebotó contra el suelo cuando uno de los gigantescos hombres golpeó no su rostro, sino que impactó el puño justo sobre la parte superior de su cráneo, mientras el otro se encargó de taclearlo y dejar que el cuerpo del castaño cayera, causando un ruido sordo. Dolor, mucho dolor se juntó en su cabeza mientras presionaba sus ojos y una de sus manos se dirigía a esta, pero le costó otros dos segundos recordar lo que estaba ocurriendo, así que muy a su pesar, estiró su brazo para tomar a uno de los sujetos de la pierna, intentando utilizarla para levantarse.
Una patada directo hacía su columna vertebral y otra vez su cuerpo fue contra el suelo, golpeándose el rostro, sintiendo el sabor a sangre en su boca cuando uno de esos dos sujetos lo volteó de lado, con suavidad, para que después el otro le diera un golpe más en su abdomen, causando que escupiera y se retorciera en el suelo.
Otras muchas patadas dieron justo contra su cuerpo, no había forma de retorcerse, porque incluso los golpes iban sin cuidado alguno hacía su rostro. Off se hizo un ovillo, tratando de cubrir su cabeza, no se podía permitir caer inconsciente, sino todo estaría acabado. Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el miedo inundó su cuerpo, la figura del pequeño Gun apareció en su mente justo antes de volver a separar los labios y escupir otra buena cantidad de sangre.
Sus ojos se abrieron en el segundo en el que subió la mirada y detrás de la silueta del monstruo que lo golpeaba, apareció Gun, su Gun, observando la escena desde arriba de las escaleras, con los ojos llenos de lágrimas. Off escuchó a Gun llamarlo y quiso ir, quiso abrazarlo, quiso que al cerrar los ojos en alguno de esos golpes, todo fuera una maldita pesadilla.
—¿Ese es? —Gruñó uno de los mastodontes que al parecer sabían hablar, viéndolo voltear después para sonreír divertido ante la expresión de susto del minino en la parte superior de la casa—. Seguro es, mira nada más que lindo.
—¿Crees que el jefe nos deje follarlo cuando saque de él lo que necesita?
Su sangre hirvió y Off se removió en el suelo, estirando su pierna para darle una potencial patada en la canilla a uno de los tipos, logrando que este se doblegara de dolor y se concentrara de nuevo en él, queriendo asesinar al muchacho tendido en el suelo.
—¡Hijos de puta! ¡A sus madres me follaré cuando todo esto acabe!
Off supo que había dado en el blanco cuando el rostro de ambos sujetos se endureció más y luego le dio una mirada al pequeño Gun. Le pidió que huyera, le dijo que corriera, pero las palabras no salieron con la suficiente fuerza antes de que otra patada diera justo sobre su pierna, causando que gritara de dolor, mientras el minino quería bajar, dio un paso sobre las escaleras cuando otra silueta mucho más pequeña se dejó notar desde la puerta y Gun palideció del miedo, retrocediendo, subiendo otra vez y quedándose petrificado.
—Hola, Gun. —La voz taladró en los oídos de Off y entreabrió uno de sus ojos, todo su cuerpo dolía peor que cualquier dolor físico que hubiera experimentado en alguna pelea pasada, pero pudo recobrar al menos algo de su aliento para observar al hombre que ahora hablaba con los dos monstruos—. ¿Aún no acaban con él? ¿Qué tanto hacen?
—Es resistente, jefe. Delgado y todo, parece que no aprende.
—Bueno, pues háganlo aprender y vayan por Gun. Tenemos que irnos antes de que alguien vuelva.
Pak salió de la casa de nuevo, no sin antes darle una mirada de completa victoria a Off y entonces lo dejó solo de nuevo con los dos hombres. El minino no estaba. Solo escuchó el golpe sordo de la puerta, de seguro, su habitación con Gun escondido en ella.
Los tipos patearon el cuerpo tumbado en el suelo unas cuantas veces más, riendo y escupiéndole. Off solo se dedicó a protegerse la cabeza.
—Mierda que es resistente.
—¿Si? Ya veremos.
Uno de los tipos sonrió encantado con la mirada del otro, entendiendo a lo que se refería cuando el sujeto tomó la pierna de Off. Off cerró sus ojos con fuerza y se permitió llorar, pensando únicamente en sus dos pequeños en el piso superior y en que deseaba poder salir vivo de esa para estar con ellos.
Un "Crack" sordo sonó, luego, el agudo dolor en su pierna, junto con un desgarrador grito de su parte, escuchando a los tipos reír antes de que todo se apagara y ya nada se escuchara.
Lo último que Off oyó fue llanto y gritos. Gritos que no venían de él, llanto que no era el suyo y la dulce voz de su amado mientras repetía su nombre, junto a los forcejeos de la puerta de su habitación., Una y otra vez el "Off, por favor", pero Off... No pudo ir.
❝Gun, yo, Off Jumpol, te tomo como esposo. Prometo amarte, respetarte y cuidarte, en la salud y en la enfermedad, en la tristeza y felicidad, en la pobreza y riqueza, cada uno de los días de mi vida, sin que la muerte pueda separarnos.❞
—Luke ¿Puedes dejar de acosar a ese niño?
Joss gruñó, su vuelo rumbo a estados Unidos se había atrasado muchísimo y mientras él perdía la paciencia, Luke molestaba a un pequeño, acercando su mejilla tanto a la del niño, intentando ver encantado el movimiento de los gráficos en el Nintendo DS que cargaba aquel mocoso y tenía que estar muy bueno para que Luke aceptara tener contacto con alguien más, peor ahora que ambos estaban tan estresados.
No fue cosa fácil sacarle los papeles a Luke, ya que también era un niño de la calle. Joss necesitó ayuda de su madre para que legalmente la familia Way-ar adoptara a Luke y les concediera su apellido, solo de esa forma el rubio minino podría viajar como
una persona normal y aunque el aeropuerto le dio a Joss la opción de llevarlo como un animal, este se rehusó mil veces, incluso queriendo golpear al practicante imbécil que le había sugerido esa idea.
Al final, atrasó el viaje unos días, pero por fin viajarían. No se había comunicado con Off, prefería hacerlo ya cuando estuvieran en Estados Unidos, él quería evitar cualquier tipo de despedida dramática, principalmente porque se conocían lo suficiente como para saber que ambos tenían sus cosas que hacer, aunque él nunca olvidaría las palabras que Off le dijo esa madrugada.
Joss escuchó su celular sonar, increíble porque segundos antes había pensado en apagarlo y sonrió al ver el nombre de la persona que apareció en la pantalla del aparato. Lo había extrañado tanto.
—¡Joder! Tay ¿Dónde mierda te habías metido?
—Sí, Hola, Joss. —El pelinegro sonrió, oh sí, ese era su amigo Tay—. Lo siento, yo...
Después de la metida de pata tremenda que me pegué, creí que ni tú ni Off querrían verme, así que esperé que me llamaran, creo que al final fui yo quien rompió la ley del hielo.
Joss reconoció en la voz de su amigo que realmente estaba arrepentido. Él comprendía a Tay, el castaño era un chico con demasiado corazón como para perdonarse el haber perdido a alguien tan importante para Off, pero ya había pasado un tiempo, no tenía por qué castigarse de una manera tan cruel.
—¿Joss? —Luke se sentó a su lado, observando al mayor hablar con teléfono— ¿Es Off? ¿Puedo hablar con Gun?
—No, es Tay. —Murmuró Joss, colocando su mano sobre el teléfono, para evitar que el castaño escuchara. Él quería explicarle de una mejor forma cómo estaban las cosas, que tenía pareja y estaba a nada de viajar fuera del país. Sí, había que ser sutil.
—¿Quién es Tay?
—Ya te dije, Luke, mi amigo. Como Off ¿Recuerdas? El rubio intentó recordar, pero al realmente no haberle tomado importancia a muchas palabras que Joss le decía, comprendía que aunque lo intentara, no entraría en su cabeza o no recordaría quien era ese sujeto, sin embargo, se sentó tranquilo al lado de Joss, escuchándolo renegar cuando aterrizó un avión y el sonido evitó que escuchara la voz del otro lado.
—Bueno ¿Qué te decía, Tawan?
—No lo sé, no te escucho bien ¿Podemos reunirnos para hablar o la universidad no te da tiempo? Aunque según entiendo, ya están de vacaciones de fin de ciclo.
—Sí, sobre eso. —Joss disimuladamente tomó la mano de su pequeño rubio, entrelazando sus dedos con este, suspirando.
Me voy del país, Tay.
—¿Qué? —El desconcierto era notable en la grave voz del castaño del otro lado.
—Eso. Me surgió una beca y me estoy yendo justo ahora, lamento no habértelo dicho antes, creí que no tenías tiempo para nosotros, pero es lo que hay ¿No?
—No puedo creerlo, Joss, felicidades ante todo pero... Me hubiera gustado enterarme un poco antes ¿Sabes?
Mientras Joss atendía su llamada, Luke observaba el aburrido televisor gigante de la sala de espera. En la imagen salió de nuevo aquel hombre, Pak, mostrando la imagen de Gun en todas las pantallas, ante las miradas atentas de todas las personas.
Luke bufó, queriendo tomar el Nintendo del niño y lanzarlo contra la pantalla para quitar la imagen de su amigo de esta. Él solo deseaba paz para Off, Gun y su engendro ¿Era tan difícil que ellos pudieran conseguir eso?
Gruñó meneando sus orejas, cuando oyó que el vuelo rumbo Estados Unidos y una parte de Estados Unidos que le era difícil mencionar, estaba a punto de despegar y que era el último llamado para que lo abordaran los pasajeros ¿Cuánto habían estado ellos en la nada?
El pequeño felino sacudió a Joss, pidiéndole que escuchara y entonces Joss se puso alerta, levantándose, aún con sus dedos entrelazados con los de Luke, caminaron hacía la puerta que la computarizada voz indicaba.
—Tay, lo siento, tengo que colgar, es tarde y ya deberíamos estar en el avión. —Joss no le dio tiempo a Tay de seguirle contando más de su vida, solo cortó la llamada, saludando a las señoritas que verificaron sus boletos, para indicarles cuales eran sus asientos.
—¿Ya me dirás quién es Tay?
—Claro, es...
Escuchó su celular sonar de nuevo y gruñó ¿Qué parte de que ya iba a volar Tay no entendía? Amaba a su amigo, pero seguro luego las aeromozas se la agarrarían con él por no cumplir con sus instrucciones y no es que no amara ser rebelde, pero quería que durante el viaje, las bebidas o lo que sea que pidiera, no le llegaran
con algo de baba o lo que sea que esas mujeres altamente estresadas por volar veinticuatro horas al día, quieran darle.
—Solo apágalo.
—Sí Luke, eso hago.
Joss ni siquiera tomó en cuenta que el nombre que iluminaba su pantalla no era el de Tay, ni siquiera le prestó atención al "Wonka" cuando su celular se apagó y se acomodó mejor en su asiento, con Luke al lado, lo que fuera, seguro podría esperar, se dijo a si mismo antes de relajarse.
Pero a Off, le hubiera servido que su mejor amigo contestara antes de caer completamente inconsciente.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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