35. Somos Papás
Para Dara no fue nada sencillo salirse de su turno en el hospital, aunque le hubiera encantado hacer la escena de película y escaparse por más que la amenazaran con despedirla, su familia necesitaba ese trabajo eterno, así que tuvo que calmar a su hijo como por quince minutos, hasta que los gritos de Off llegaron a su compañera de turno y la mujer aceptó hacer todo el trabajo. Ella le dijo que parecía que su hijo estaba dando a luz, si tan solo supiera.
Dara subió a su auto y casi voló rumbo a su casa, esperando que sus hijas se pudieran quedar en la casa de una de las vecinas. Era un sitio pequeño, entre todos se conocían al menos por el nombre y no era la primera vez que sus pequeñas eran cuidadas por esa amiga; además, Dara no quería tener cuatro pares de ojos viendo todo lo que iba a suceder en el cuarto de Off.
Cuando la mujer llegó a su casa, abrió la puerta y corrió directo a la habitación de su hijo, encontrando todo ya preparado para la operación. La cama de Off había sido movida colocándola al centro de tal modo que las tres mujeres tuvieran fácil movilidad por toda la habitación. También tenían preparada la tina donde lavarían el pequeño cuerpo del bebé. Claro, usando una de las de sus mellizos. Ella dejó de analizar todo cuando se encontró con la mirada de Gun y de Off, ambos estaban hechos un mar de nervios, lo podía notar por la agitada respiración del más pequeño y por como su hijo tenía los hombros algo encogidos.
—Hola, Dara. —Oyó la voz de su gran amiga y le mostró una sonrisa agradecida—. Lamentamos haberte sacado de tu turno, sabes que esto no es fácil y hay que ser muy rápidos.
—Lo sé, gracias a ti por venir después de todo lo que ha ocurrido. —Pim se presentó ante la madre de Off y después de eso, las tres rodearon el pequeño cuerpo de Gun— ¿La anestesia? —Habló ella, desinfectándose las manos, colocándose luego los guantes y las batas descartables; al igual que unos cubre boca, pidiéndole a Off que hablara lo más bajo y lo menos posible, ya de por si se estaban arriesgando con la contaminación de la habitación.
Off odiaba no poder tener a su pequeño en un hospital normal, aunque quizás la palabra normal estaba sobrevalorada, él jamás se imaginó a sí mismo en una situación como esta.
Él jamás pensó estar a punto de tener un hijo con un niño mitad gato que lo enamoró desde el primer maullido al abrirle la puerta de su casa; meneando las orejas por el frío, pidiéndole un vaso de leche.
Off jamás se pensó a si mismo teniendo todo eso y sin embargo ahí estaba, tomando la mano del amor de su vida mientras la anestesia hacía efecto en su pequeño cuerpo. Entre él y Pim crearon esa pequeña carpa a base de trapos y unos percheros, e incluso la hicieron un poco más grande de lo que Any les pidió, para así evitar que Gun pudiera ver lo que estaba pasando en la parte inferior de su cuerpo. No querían asustarlo, puesto que él se mantendría despierto.
—¿Nervioso? —Off se arrodilló, dándole un dulce y rápido beso en los labios a su minino, escuchándolo suspirar. Gun tenía lagrimones en los ojos a causa del susto de la inyección, pero se mantenía fuerte, mirando a Off con esos asustados ojos esmeralda, queriendo lanzarse a sus brazos y pedirle que pararan, que tenía mucho miedo. Quería llorar por no ser fuerte, pero Off se encargaba de recordarle que ya lo era— Eres el niño más especial del mundo, Gun, tú vas a poder y luego tendremos a nuestro pequeño en los brazos ¿De acuerdo? —Gun asintió, estirando sus labios para pedir otro beso, que fue concedido por Off.
El pequeño de ojos verdes suspiró, quería menear su cola pero no podía, de hecho no sentía que pudiera mover absolutamente nada desde su abdomen para abajo y aun así intentó estar tranquilo. Él podía, claro que podía, lo haría por el pequeño Off y por su Off.
Off se incorporó firme para observar lo que le hacían a su pequeño, tomó su mano y entrelazó sus dedos con Gun, sintiendo su estómago removerse y querer vomitar la comida de hace quince años de su vida cuando, sin hacer mucho preparativo y después de calcular el espacio, Any cortó sobre la piel de su novio. Un corte pequeño pero considerable y lo suficientemente grande para que Off entendiera que se iba a terminar desmayando. Oh sí, lo haría.
Any inició dándole indicaciones a Pim, palabras claves, no quería asustar a Gun con oraciones demasiado largas o algo que tuviera que ver con corte, sangre, entre otro. Dara se dedicó a limpiar y lavar el corte, dejando que los segundos pasaran y Off intentara despegar sus ojos de esa escena, ver la sangre de Gun le hacía mal, no importaba si era por el nacimiento de su pequeño. Temía que algo se complicara, que las cosas se pusieran horribles, porque feas sería muy poco.
—Off. —Escuchó un pequeño llamado con esa adormecida y gruesa voz, una voz que en definitiva era tierna, aunque no cabía en el cuerpo tan pequeño de su bebé— ¿Off? —Él le dedicó una dulce mirada, acercándose para llenar de besos todo el rostro de su niño. Deseaba comerlo a besos como siempre hacía, pero temía hacer que algo saliera mal. Pasó sus dedos por los suaves rizos del pequeño, acariciando detrás de sus esponjosas orejas, sonriendo cuando Gun cerró los ojos, encantado con el gesto—. Te amo, Off.
—Te amo, mi pequeño. —La mente de Off en ese momento se llenó de tantas promesas, él no sabía qué sucedería después de eso, de hecho hacer planes de vida en este punto no tenía ni el más mínimo sentido. Su plan de vida desde que tenía memoria era tener la vida aburrida con una adolescencia llena de amigos, hasta que encontrara a alguien con quien complementarse y se terminaran casando, para luego cruzar los dedos a ver si su matrimonio duraba, pero todo eso podía irse directo a donde debía, porque la vida le había dado el mejor regalo del mundo. Le entregó al amor de su vida y el destino se encargó de mantenerlos juntos, a pesar de todas las adversidades—. Quiero casarme contigo, Gun. —Susurró, besando la frente de su minino, escuchándolo maullar, ambos dándose pequeños besos y suaves mimos.
Las tres mujeres intentaban decirse todo con la mirada, no querían interrumpir ese momento ni tampoco alarmar a ninguno. La siguiente parte era cosa de dos minutos, tenían que hacerlo lo más rápido posible, así que Any se encargó de todo, ante la mirada atenta de Pim y Dara, por si Gun sufría de algún tipo de hemorragia.
Dos segundos pasaron y cuando Gun ya sentía que no podía más con aquella incertidumbre, escuchó solo un llanto, un llanto agudo y fuerte que llenó absolutamente toda la habitación.
Los ojos del pequeño se abrieron impresionados cuando su mirada buscó al causante del ruido y vio que Pim tenía entre sus brazos a un bebito. Él sabía que era un bebito, aunque tenía un color muy rosado y era muy, muy pequeñito. Gun se preguntó si ese era el pequeño Off, él esperaba que dejara de llorar, no quería que su hijito llorara pero era algo contradictorio porque él estaba llorando y al subir su mirada a Off, él también estaba llorando.
Gun no sabía desde que momento las lágrimas salieron pero ahora tenía sus mejillas empapadas, mientras Dara cortaba con sumo cuidado el cordón y Pim tomaba al pequeño bebé llorón.
Luke hubiera dicho que era un bebé muy llorón, pero Gun estaba seguro de que por ser un pequeño Off, era completamente hermoso hasta siendo un bebé llorón.
—¿Está bien? —El pequeño escuchó la dulce voz de Off, y sonrió al ver la sonrisa sincera de Pim cuando asintió con la cabeza, tomando mejor al bebé en brazos para lavarlo y cubrirlo con todas las mantas que habían podido encontrar. Any no podía festejar como era debido, ella y Dara estaban aún sumergidas en cerrar punto por punto la herida de Gun. Las capas de piel tenían que unirse para coser sobre ellas, y si dejaban que el tiempo pasara, el efecto de la anestesia podía jugar en su contra. Gun jamás aguantaría tanto dolor.
A Off no le hizo falta que dijeran más, él quería ver a su hijo, ansiaba tener a su pequeño pero a la vez deseaba quedarse justo donde estaba y no alejarse de su Gun, el niño más fuerte sobre la faz de la tierra.
Gun podía ser increíblemente adorable, pero jamás nadie entendería con sus propios ojos lo luchador que era, ante todas sus adversidades. Ya sin preocuparse tanto, lo besó. Besó los labios de Gun hasta dejarlo sin aire, incluso a pesar del regaño que escuchó de Dara, él no dejaba de llorar, ni Gun tampoco, mientras sus frentes estaban juntas y apartaba los rastros de lágrimas de las mejillas de su niño, muy en vano porque salían más.
—Mierda, bebé. —Off sonrió, incluso más de lo que ya lo había hecho en todo ese tiempo—. Gun, amor... Somos papás. —Gun asintió emocionado, inclinando una de sus orejitas cuando la mano de Off acarició sobre estas, sin dejar de mirarlo a los ojos.
—Off. —El pequeño minino se acercó y lo besó, ambos se besaron de nuevo, escuchando el suspiro lleno de resignación de Dara, para luego oír como Pim aclaraba su garganta, teniendo entre sus brazos un pequeño bulto envuelto en muchas mantas pequeñas.
—Lamento interrumpir, ya saben. —Bromeó ella, ahora que la situación se había relajado muchísimo y Any estaba terminando ya con la herida de Gun—. Pero su pequeño hijo también quiere amor ¿O lo dejo tirado por ahí?
—Tonta.
A pesar de apenas conocerla, Off le mostró una sincera sonrisa y tomó el montón de mantas entre sus brazos, observando un pequeño bebé cuyo cuerpo debía alcanzar en su mano, claro, sin contar los brazos y las piernas. Estaba tan envuelto que parecía de esos muñequitos que usan para hacer de niño Jesús en los nacimientos, además de tener los ojos cerraditos, y estar completamente tranquilo cuando se mantuvo mirándolo, inclinándolo entre sus brazos, para que Gun también pudiera darle una buena mirada.
—Meoow. —Gun soltó un maullido algo fuerte, y al instante el pequeño bebé entre los brazos de Off se removió, luchando por abrir sus pequeños ojitos, mientras Off se limitaba a observar la tierna reacción que tuvo su hijo ante el maullido ya conocido para él— ¿Off?
—Creo que tenemos que ponerle nombre, amor, o me voy a confundir cuando nos llames Off a los dos. —Gun sonrió y Off se enamoró de él. Al igual que lo hacía día a día, flechado por la perfección de sus, ahora, dos hermosos pequeños.
Después de un suave beso, él sintió que todo en su vida encajaba como debía. Su corazón ahora se había dividido en dos, o mejor dicho, crecido el doble, porque se encargaría de cuidar y proteger con todo su ser a sus dos amores, pase lo que pase.
—Sí, Gun está muy bien, Luke.
Apenas todo terminó, Dara, Pim y Any se encargaron de limpiar la habitación de Off, mientras arropaban al pequeño Off en una de las cunas de las gemelas. Off no tenía tiempo ni dinero para comprar todo lo que se requería para el nacimiento de un niño y de no ser por la felicidad que recorría su cuerpo en ese momento, se habría sentido el peor padre del mundo por ello. Para su suerte contaba con dos hermanos pequeños que podían prestar sus cosas mientras tanto. Oh sí, al fin servía de algo tener una madre ninfómana.
Gun se acostó en la cama ya con las frazadas cambiadas y un bastante insoportable dolor en su parte baja. Any le explicó a Off que, en un hospital, le pondrían un suero para poder disminuir el dolor y ayudar a que el sueño llegue rápido a su pequeño, pero como se venían recordando, ellos no estaban en el hospital y el molesto dolor, que iba aumentando cada que la anestesia terminaba de dejar su cuerpo, iba a poner a llorar a Gun en cualquier momento.
Al final, por decisión de todos, le dieron al pequeño un sedante para dormirlo, al menos en lo que conseguían suero y un soporte, porque lo demás ya venía trayendo Any en la gran maleta con la que entró a la casa.
Gun descansaba tranquilo, con la cuna de su hijo al lado y Off ya estaba solo con él en la habitación. Les había tomado más de hora y media preparar y calmar el mar de sentimientos encontrados y fue entonces cuando se le ocurrió llamar a Joss y a Luke para contarles la noticia. Al inicio habló con Joss, pero apenas escuchó la pesada y ruidosa voz de Luke del otro lado y después unos golpes, ya tenía al rubio al teléfono.
—¿Y puedo hablar con él? ¿Cómo es su engendro? ¿Gun lloró mucho? —Off sonrió ante la preocupación del pequeño rubio y estaba seguro que Joss del otro lado también lo hizo— Uh ¿Seguro que todo bien?
—Sí, Luke, todo salió perfecto, pero ahora Gun duerme, tratamos de evitarle el dolor, al menos hasta conseguir suero ¿Quieres que le diga algo de tu parte?
—Claro que no, idiota. —Luke suspiró, alejándose del teléfono y entregándoselo a Joss, caminando para sentarse sobre el sofá y empezar a ver la televisión.
—Quería hablar con Gun. —Dijo el pelinegro, observando a su novio cruzarse de brazos, colocando las luchas en la televisión—. No tienes idea de lo ansioso que estaba con tu llamada ¡Me jaló de los cabellos! Hermano, eso puede pasar como maltrato doméstico.
—Sí Joss, cuéntale a todos que un niño que te llega al hombro te golpea. Yo seré el primero en reírme de ti. —Ambos amigos rieron ante sus palabras. La felicidad no cabía en Off y sabía, de alguna forma, que Joss le estaba entregando todo su apoyo sin necesidad de decirlo con palabras. Al final todo salió bien, Gun estaba bien, y su hijo no podía ser más hermoso.
—¿Sabes? Siempre creí que yo tendría hijos primero que tú, quiero decir... Eras más solterón que las viejas de cincuenta años buscando citas por internet y que tienen un gato llamado Bigotes, ya sabes. —Off rió, no hacía falta negar algo que era completamente obvio, hasta él se imaginaba como esos sujetos sin un futuro que al final terminan adoptando muchos gatos para no sentir la soledad de su casa.
—Me casaré con Gun, Joss. Ya sé, tampoco tengo idea de cómo hacerlo, pero me voy a casar con Gun apenas se recupere.
—Felicidades, Offy, espero ser el padrino.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top