27. Un milagro de Neko Corporation
—Oab... ¿Qué haces aquí?
Any giró su rostro hacía Off, encontrándose con el castaño casi matando con la mirada a aquel hombre presente. Al instante ella se acercó a él y negó con la cabeza, colocando su mano sobre su hombro y dándole un suave apretón, tratando de tranquilizarlo, viendo a Gun despertarse a causa del rápido y fuerte movimiento que Off dio segundos antes.
—Chicos, él es Oab. En realidad, es el dueño de todo esto. Oab, ellos son...
—Off y Gun, sí. —El hombre mayor dio unos cuantos pasos al frente, pero eso no puso menos alerta a Off, quien cargaba a su pequeño niño, mientras que Gun meneaba las orejitas y observaba de reojo a aquel extraño—. Escuché que los llamaste así.
—Entonces llevas rato oyendo.
—Bueno, querida Any, ustedes no son precisamente las personas menos ruidosas del mundo ¿Lo notaste?
Ella notó eso, desde los gritos de Off durante su conversación había temido que alguien los escuchara; Any estaba usando las instalaciones sin el permiso de Oab, de hecho, de nadie en todo el lugar, y eso sin contar con que ella misma se consideraba una simple enfermera.
Sin embargo, desde que Dara le pidió discreción, Any sintió que debía hacerle ese favor a la mujer que estuvo apoyándola durante los peores días de su vida, así que corrió el riesgo. El problema era que ahora con Oab presente, no sabía cómo reaccionaría este.
—Off, puedes dejar a Gun sobre la camilla de nuevo, Any te confirmará que no pienso hacerle absolutamente nada.
El extraño alzó las manos en señal de paz, mostrando sus palmas y encogiendo sus brazos, mientras Off le lanzaba una mirada a Any y ella asentía, así que, con mucho cuidado, sentó a su pequeño minino en la camilla, pero para su lado, con sus piernas rodeando su cintura, observando la miradita curiosa de Gun.
—¿Meow? —Gun ladeó la cabeza, mientras Off tomaba sus mejillas y le dejaba un suave beso en los labios, sonriendo cuando sintió la cola de su pequeño rozar su pierna. Gun estaba bien, su bebé no tenía ni idea de lo que ocurría pero con Off ahí, no tenía miedo.
—Creo que es hora de irnos. —dijo Off después de un largo silencio incómodo. Any lo miró y asintió, pero cuando el castaño se dispuso a cargar a su pequeño de nuevo, el otro hombre se acercó otro paso más, captando toda su atención.
—¿Me dejas darte una charla antes que te vayas? Prometo que serán solo unos minutos y luego te retiras con Gun.
La actitud de aquel sujeto no le gustaba en absoluto, se sentía acorralado, puesto que Any no decía nada ante la mirada penetrante y prepotente que aquel hombre le mandaba a su pequeño Gun y a él. Además, ese tal Oab se encontraba justo frente a la puerta, salir de ahí sin terminar cayéndose o golpeándose, encima con Gun en brazos, era casi imposible. Oab no era un anciano, tan lento no podía ser.
—¿Y qué si no lo hago? —Respondió Off, desafiando sus límites.
—Any será despedida y nadie podrá ayudarte a llevar el chequeo del embarazo de Gun. No quiero que lleguemos a eso porque Any lleva trabajando aquí años de años, pero es ilegal utilizar las instalaciones de su trabajo para uso personal sin el consentimiento de sus jefes y es lo que ha estado haciendo esta noche.
—Oab, Off solo está atendiendo a Gun aquí, no estamos haciendo nada ma-
—Any, por favor, retírate.
La mujer se mordió la lengua para no continuar hablando, la mirada dura del mayor calló cualquiera de sus argumentos y después de mantener sus ojos fijos en Off, pidiéndole disculpas solo con este gesto, pasó por el lado de Oab, saliendo de la habitación y quedándose en el pasillo, esperando.
—¿Qué quiere? Hable ya. —Off soltó apenas ella salió.
Su mente estaba maquinando qué debía hacer para escapar. Gun no era suyo, ese tipo se notaba más encabronado que anciano con vejez solitaria y él tenía a Gun consigo, con su pequeña cabecita apoyada sobre su pecho, mientras le acariciaba los rizos, sin detener el movimiento, queriendo no asustarlo. Para ese momento, Off sabía que tenía todas las de perder.
Después de que Oab caminó hasta sentarse en el mismo lugar que Any cuando le explicaba todo sobre el embarazo de su pequeño, Off soltó aire que ni siquiera había notado estaba conteniendo al ver que entre él y la puerta de salida no había un gran espacio de diferencia; así que si algo salía mal, podía siquiera intentar huir de ahí de la forma que fuera, no le importaba si se encontraba con más hombres tras esa puerta, nadie lo apartaría de Gun.
—Mi nombre es Oab Oabnithi, Off, como ya escuchaste, soy el dueño principal de todo esto, y ex trabajador de Neko Corporation.
De nuevo el aire no llegó a sus pulmones, ahora comprendía mejor la razón por la cual aquel sujeto le daba tan mala espina. Claro, esos aires de superioridad y aquella mirada fría solo podían significar un pasado tan oscuro que no cualquiera reconocía ¿Qué ganaba Oab contándole eso? ¿Causar temor? Porque lo que Off sentía eran unas increíbles ganas de golpearlo. No le tenía miedo, solo temía por la seguridad de Gun.
Gun soltó un maullido que calmó aquel ambiente tenso, mientras miraba a Off suplicante, llevando una de sus manitos a su abdomen para acariciarlo, el castaño sabía lo que significaba: Gun tenía hambre. Sin embargo, no pudo evitar la sonrisa enorme que apareció en sus labios pensando en que no solo era Gun quien tenía hambre, sino un pequeño bebito que estaba creciendo en la misma zona donde su bebé se acariciaba. Escuchó la puerta y alzó la mirada, agudizando su vista cuando vio a Oab abrir, asomando la cabeza hacía el pasillo externo.
—Any, trae un biberón de los de repuesto, con leche tibia, por favor.
Off no tenía idea si la mujer la había obedecido, pero imaginó que si para cuando Oab entró y cerró la puerta de nuevo, caminando tranquilamente de regreso a su lugar.
—¿Off? —Gun meneó las orejitas, observando a su amor con esos ojitos llenos de súplica, tomando una de las manos del mayor para colocarla sobre su pancita, soltando otro maullido, un poco más bajo que el anterior—. ¿Por favor?
—Sí, amor, ya la están trayendo ¿De acuerdo? Mucha leche para ti, bebé. —Besó la frente de su niño y escuchó su suave ronroneo, sonriendo tranquilamente de nuevo, no sabía cómo, pero la paz que le transmitía Gun parecía mágica— ¿Te duele la pancita?
Cuando el minino negó con la cabeza y Oab tosió, llamando de nuevo la atención de ambos chicos, mientras Gun volvía a apoyar su cabecita sobre el pecho de Off y este continuaba repartiendo dulces caricias por cada parte posible del gatito, escuchándolo ronronear, lleno de tranquilidad.
—Trabajé ahí y yo fui de los primeros en revelar secretos importantes de la corporación a esa organización de protección al menor para que ese lugar fuera cerrado y demolido casi a las horas siguientes, asegurándose de, con eso, exterminar todos los restos de los experimentos que se realizaban ahí.
—Pero, según recuerdo, Neko Corporation estuvo en su época de oro por muchísimos años ¿Por qué no fue cerrada antes?
—Cometieron un error, los empleados juramos ser confiables y no comentar de eso a nadie, claro que creo ciegamente en que un juramento elimina otro, y yo juré hundir esa empresa hasta que dejaran de hacerle ese daño a los niños.
—¿Qué error cometieron? —Off estaba realmente metido en el tema como tal, hasta que escuchó unos suaves golpes a la puerta y luego vio a Any aparecer tras ella, con una mamadera nueva y llena de leche.
Oab caminó hasta encontrarse con la mujer y después de agradecerle, le entregó el biberón a Off, aunque siempre con cuidado, el hombre comprendía muy bien la poca confianza que aún le tenía.
Off revisó la temperatura de la leche y el sabor antes de entregarle el biberón a Gun, casi riendo encantado cuando por poco su pequeño se lo arrebató de las manos y empezó a tomar, recostándose en la camilla, estirando sus piernas y acercando su cabeza hasta que tuviera contando con el muslo de Off.
Para ese entonces, ya el castaño podía quitar sus manos de encima del menor, solo acariciando sus rizos o sonriéndole, observando como Gun disfrutaba del contenido del biberón, entrecerrando sus ojos, capturando su cola con su otra mano, sosteniéndola sobre su pecho, lo más cerca que llegara esa larga extremidad para empezar a acariciarla con la mano que no sujetaba el biberón.
—Off, ellos se estaban quedando sin niños para experimentar con ellos. —La voz de Oab lo devolvió a la realidad, volviendo a observarlo mientras hablaba—. La idea principal era recoger niños de la calle y usarlos a ellos. Les daban alimento, casa, todo con tal de experimentar con sus cuerpos, pero muchos pequeños no tenían la resistencia adecuada por la falta de nutrientes para la alteración genética, y terminaban muriendo en el proceso o días después, cuando su cuerpo no se terminaba de acostumbrar a las nuevas células. La gente no decía nada, nadie reclamaba a los niños porque eran huérfanos o callejeros, entonces solo eran comentarios por aquí o por allá, cosas que con dinero la empresa podía comprar. Sin mentir... He visto a más niños inocentes morir que un soldado en una guerra ve caer a sus compañeros... Y no me siento orgulloso de eso.
Off sabía que estaba mal vivir en el pasado. Ya no había lugar a remordimientos o dolor por tantos niños que estuvieron muriendo a causa de los desgraciados que experimentaban con ellos a base de engaños, obteniendo pequeños que a nadie le importaban, creyendo que hacían un bien en la humanidad buscándoles una finalidad o un propósito en la vida, claro, eso sí ser un juguete sexual a fuerza cuenta como algo bueno por lo que valga la pena vivir.
Pero alejándose de ese increíble odio que le tenía a cada persona de esa corporación, algo en la voz de Oab le hizo saber que él realmente estaba arrepentido, así que no dijo absoluta mente nada, no le sacó en cara sus errores, porque Off sabía que la conciencia del hombre frente a él, se encargaba de carcomerlo por dentro, entendiendo mejor ese aspecto demacrado y con unas ojeras demasiado grandes bajo sus ojos.
—Cuando Neko Corporation estuvo en su mejor momento, las organizaciones de protección al menor trabajaron a la par con ellos, si no podían hundirlos legalmente, lo harían quitándoles su suministro principal: Los niños. Así que ellos se en cargaban de recoger pequeños con la finalidad de llevarlos a un lugar seguro y evitar que sea la misma Neko Corporation los que los "rescate", eso, más las pérdidas que ya mencioné, estaban llevando la corporación a la ruina. Tenían que hacer algo, un paso arriesgado, pero que podía ayudarles a tener muchos mejores prototipos y probar su último avance en otros niños.
—Embarazarlos.
—Sí, Off, embarazarlos. —Oab suspiró, observando al pequeño Gun mordisqueando el chupón de la mamadera—. Esos sujetos... Empezaron a robar recién nacidos de los hospitales.
Off recordó que fue una frase parecida la que Oab dijo cuándo hizo acto de presencia, pero no se imaginaba que pudiera ser cierta ¿Robar niños de los hospitales? ¿Y nadie hacía absolutamente nada por evitarlo? ¿Acaso era tal fácil sacar a un pequeño de un hospital sin que absolutamente nadie se enterase?
—¿Lo dices en serio?
—Los hospitales también se manejan corruptamente, les das dinero que favorece el hospital y ellos te entregan un recién nacido, solo fingen su muerte y usar un cuerpo cualquiera para eludir a las madres o a la policía. Es más fácil de lo que te imaginas si las personas están tan dolidas que no se toman la molestia de hacer ninguna prueba para asegurarse de que sea su hijo el que esté muerto.
—¿Y eso fue lo que contaste para que hundieran a Neko Corporation?
—Bastó que robaran en un primer hospital y ya tuve a las autoridades comprobando las palabras de esta fuente "anónima", una corporación de casi treinta años de trabajo público se fue a la ruina gracias a ese paso en falso, y no me pude sentir más orgulloso, al menos hice algo para evitar más pérdidas.
—Sigo sin entender. —Al fin, después de que Oab terminó de hablar, Off pudo preguntar aquello que le atormentaba desde la explicación de Any—. Any dijo que nunca se completó eso de los niños embarazados ¿Qué pasó con Gun entonces? ¿Por qué ese hombre que lo persigue sale en la televisión sin ningún temor de ser capturado? Maltrataba a Gun y un amigo mío también fue maltratado por ese sujeto.
—Ese sujeto se llama Pak Narapat, es uno de los hombres más reconocidos a nivel nacional y quizás internacional. Tiene un socio, Kaprao Pongkorn y dentro de sus trabajos, nunca se les ha encontrado nada ilegal, eso que han habido muchas personas intentaron hundirlos de diferentes maneras, lamentablemente nunca se tienen las pruebas necesarias para que el dinero no pueda comprar su libertad. —Off iba a volver a decir su pregunta sobre Gun, pero al parecer Oab lo entendió y continuó hablando—. Cuando cerraron y demolieron Neko Corporation, quiero dejar en claro que estoy hablando de la sede principal de la compañía, la que se encontraba en Asia, sin embargo eso no quiere decir que erradicaron las sedes construidas en otras partes del mundo. Inglaterra Londres, por ejemplo.
—Entonces Neko Corporation no se acabó con totalidad.
—Lo hizo, pero a un ritmo lento, lo suficientemente lento para que salven lo necesario del experimento para continuarlo de un modo completamente ilegal y doy fe en que es de ese modo en que Gun surgió.
Gun meneó su orejita cuando de nuevo las miradas fueron hacía él, alejando la mamadera de su boca para observar a ambos hombres, sin saber qué estaba ocurriendo. Meneó la cola y se tumbó por completo otra vez, acurrucándose más contra Off, ya casi terminando el contenido del biberón.
—¿Lo dice por el embarazo?
—Sí, Off. Gun es un milagro de Neko Corporation, para que un niño logre soportar toda la alteración genética que conlleva el lograr que procree, no puede haber sido un pequeño que encontraron en las calles, Gun tiene que haber sido robado. De grande, de bebé, no lo sé, pero estoy seguro de que lo han robado.
—Y para que eso suceda, significa que ese tal Pak Narapat está alterando niños aún en la actualidad ¿Verdad?
—Exacto.
No hizo falta que Off fuera un maestro en toda esa ciencia para comprender los puntos de Oab y encontrar una respuesta a todas las dudas que atormentaban su cabeza sobre Gun, aunque en realidad nunca fueron algo primordial, él sabía que amaba a Gun con todo su corazón y era lo que bastaba. Sin embargo, si todo era cierto, no iba a poder librarse de ese hombre con facilidad.
—¿Cuál es el punto de contarme todo esto, Oab? —Soltó en un suspiro, mientras tomaba el biberón que Gun le entregaba, ya vacío.
—Que quiero que sepas que cuentas con todo nuestro apoyo, mío y de toda la compañía. No dejaremos que Gun caiga en las manos de ese hombre nunca más, Off. Están a salvo.
Y aunque esas palabras habrían calmado el corazón de cualquier persona, algo en Off le dijo que Oab no estaba siendo del todo sincero con su finalidad de contarle toda la historia sobre Neko Corporation.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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