Sloth

Día 4: Pecado capital

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Sus ojos castaños se abrieron lentamente con suma pereza, contemplando el techo blanco que tenía encima. Bostezó cuando salió finalmente de su ensoñación luego de un par de minutos, sintiendo el cuerpo ligeramente adolorido. Había sido una noche activa. Pero ahora mismo su cuerpo lo estaba resintiendo. Las cortinas evitaban que las luces del sol entraran, que parecía alzarse en lo más alto del cielo asegurando que posiblemente ya eran pasadas las diez de la mañana.

Los dedos de sus manos estaban fríos, por lo que giró media vuelta para observar el cuerpo que tenía alado. Dormía boca abajo con el rostro girado hacia donde ella se encontraba. Tenía el brazo extendido que rodeaba la cintura fémina que lo observaba con detenimiento. Aguantó la respiración al pensar que se veía jodidamente bien. Con el cabello castaño en su espalda y un par de mechones cubriendo su frente. Su piel de marfil se veía tan lisa y sus párpados cerrados dejaban entrever las pestañas largas que tenía. Los labios delgados ligeramente abiertos exhalando de tal forma que podía escuchar su respiración

Tenten no pudo evitar sonreír tontamente y sentir su pecho estremecerse por tal visión. Neji Hyūga completamente relajado y sin aquel ceño fruncido que tanto le gustaba tener en su cara. Se vía tan pacífico y mucho más atractivo al dormir, como si eso fuera verdaderamente posible. El Hyūga ya era bastante atractivo.

Tal escaneo visual fue tan intenso que vio como los ojos malva se abrían encontrando los suyos. Ella se sonrojó un poco al verse atrapada. Esos ojos malva, a pesar de estar juntos luego de un año seguían haciéndola estremecer como la primera vez, por la intensidad con la que la solía ver, a pesar de que ahora mismo cubría ligeramente sus ojos con su brazo. Aquella posición lo hacía ver tan bien que Tenten no pudo resistirse y se acercó a depositar un ligero beso en los labios masculinos.

― ¿Qué hora es?

Tenten alzó los hombros en señal de desconocimiento y se acercó al cuerpo masculino para tomar un poco de su calor matutino. Pegó sus dedos en el abdomen desnudo y lo sintió estremecerse ante el contacto frío. Ella simplemente río. Siguió haciéndolo hasta que sus manos entraron en calor gracias al cuerpo contrario.

Neji la rodeó con sus brazos atrayéndola lo más cerca que se pudiera y escindiendo su rostro en el cuello femenino para captar de una forma más directa aquel olor corporal dulce que solía tener la castaña.

― Creo que es tarde y deberíamos levantarnos.

Neji no se movió ni un centímetro, permaneciendo en su lugar, y disfrutando la suavidad de la cama y de la piel femenina que tenía a su alcance.

Podía entenderlo, habían permanecido toda la noche saciando sus ganas acumuladas. Debido a que esa semana no se habían podido ver por la excesiva carga de trabajo. Por eso, esa noche por fin pudieron dejarse llevar y entregarse sin limitaciones.

Ella tenía todo el cuerpo adolorido y podía adivinar que él estaba mucho peor. Porque había estado especialmente intenso en la noche, encargándose de que Tenten repitiera su nombre una y otra vez. Él disfrutaba ese tipo de cosas y por eso se había encargado de cumplir todo eso la noche anterior. Lo realmente sorpresivo era su renuencia a querer levantarse. Neji era una persona que cumplía con sus horarios y se levantaba cada día a la misma hora para cumplir con todos sus pendientes, era demasiado responsable en cada aspecto de su vida.

Pero ahora mismo ver a Neji Hyūga con la pereza suficiente para no moverse de la cama ni con la intención de hacerlo, atrayéndola hacia él, era algo inaudito.

No recordaba una situación como esa antes pero podía entenderla. Sus cuerpos aun resentían la acción de la noche pasada. Adicional de eso, el cuarto se sentía frío y los cuerpos desnudos entrelazados desprendían un calor tan íntimo y atrapante que no dejaban ni las más mínimas ganas de abandonar aquella sensación tan agradable. Además que el trabajo los estaba consumiendo y aquel día había sido su escapatoria de todo eso.

Pero el trabajo los esperaba o al menos eso intentaban pensar la castaña pero toda su voluntad se esfumó cuando Neji pasó sus dedos por su espalda, con tanta ligereza que provocó que bajara la guardia y quisiera estar ahí todo el día sin mover ni un músculo. Ignorando el hambre que su estómago le pedía que saciara y que sabía que el mismo Neji tenía aún más hambre, su estómago lo había expuesto al escucharlo rugir en el silencio del cuarto. Sin embargo, ni uno de los dos se movió.

Solo luego de un rato el masculino buscó su móvil en la pequeña mesa para ordenar algo en la aplicación del teléfono para acallar a sus estómagos violentos que exigían algo de comer, y renuente a querer moverse mucho, el Hyūga se levantó cuando llamaron a la puerta.

En ese preciso instante sus teléfonos comenzaron a vibrar por los mensajes y llamadas que estaban llegando de sus respectivos trabajos, esperando que en el algún momento se silenciaran, pero siguieron sonando. Ambos decidieron apagarlos para evitar esa situación y dejaron que la pereza dominara su cuerpo al acurrucarse nuevamente entre las cobijas de la cama.

Sabían que algo como eso les traería problemas al día siguiente y podrían descontarles hasta dos días por esa falta injustificada y más por apagar los teléfonos, lo cual demostraba que no tenían ni la más mínima intención de decir razones para faltar. Por el lado de Tenten estaba pensando alguna excusa adecuada y creíble para dar al día siguiente, aunque en algún momento lo dejó pasar. Neji solamente se presentaría sin más, sin decir ni una sola excusa ni palabra ni excusa, ni le importaba darlas. Además que sabía que nadie con sentido común fuera a pedírselas.

Por lo que la idea de ir al trabajo quedó descartada, aquel preciso momento era tan particulamente especial para romperlo.

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He llegado un poco tarde pero por fin traje el día de ayer, con esta historia que iniciará con la colección de pecados capítales de esta pareja.

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