Little lie

Día 3: Fanart/ Konoha high school

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Golpeó el lápiz sobre la mesa mientras veía la hoja que tenía enfrente de vectores y las indicaciones del problema. Intentó calcular en su mente y pensar la inclinación de caída del objeto y la distancia a recorrer. Tecleó en la calculadora para confirmar el resultado mental que tenía y lo borró rápidamente.

Comenzó a garabatear en la hoja las formulas y el desglose de la operación, hasta que llegó al resultado, donde en contra de lo que había visto en la calculadora, puso unos números diferentes. Observó detenidamente la hoja de tres ejercicios sobre aceleración y dudó un instante. De verdad que estaba siendo una completa estúpida, pero no bajo el estrés no pudo pensar en nada mejor que eso.

Levantó su mirada castaña para encontrar a Neji Hyūga leyendo un libro a su lado. Al notar el movimiento de la fémina dejó su lectura y se concentró en ella. Tenten Natto simplemente le entregó la hoja de ejercicios con una ligera sonrisa. El genio de la clase A, lo tomó y sus ojos se movieron siguiendo las operaciones que había realizado. Levantó una ceja y comenzó a cambiar varias cosas con ayuda de un lápiz.

―Bien, necesito que me expliques porque te dio este resultado.

Tenten presionó los labios, frustrada. Sabía que eso solo significaba que los ejercicios estaban mal.

Estaba tomando asesorías de física como aquel chico genio de la clase de alado, Neji Hyūga. Era el mejor en la escuela, por lo que todos sabían de su existencia. Y sobre todo Tenten. Que al inicio le había parecido engreído, pero habían coincidido en un taller de lectura el semestre pasado y comprobó que lo arrogante solo era el físico. Había sido bastante amable con ella las veces que habían hablado y hasta le había prestado un libro suyo que era de su interés. A esas dos interacciones se basaba su análisis pero fue suficiente para ella. A pesar de que no habían hablado demasiado, lo había observado en la cafetería, en los pasillos y en cada lugar que lo veía. Descubriendo que le atraía bastante.

Físicamente hablando cumplía mucho con sus gustos, pero su personalidad era abrumadoramente atrapante, aunque el poco contacto que habían tenido no le era suficiente. Necesitaba hablar más con él, quería conocerlo mejor. Aunque para eso había muchas cosas en contra.

Estaban en diferentes salones. Él pertenecía al grupo A y desgraciadamente ella al B. No se iban en el mismo transporte y tenían clase de educación física en distintos horarios. Adicional no coincidían en ningún club en ese año. Todo parecía estar en su contra ante sus deseos de conocerlo. Sin embargo, un día mientras veía que estaba saliendo de la escuela se atrevió a hablarle.

Neji había volteado haciendo caso de su voz y al verlo mirarla con esos ojos malva penetrantes encima suyo, su mente quedó en blanco. No recordaba ni que iba a decirle o que excusa tenía para hablar con él. Él se había quedado esperando enfrente suyo. Tenten entró en crisis, desvió la mirada oscura hacia los pasillos y un afiche en el muro le dio la respuesta. Había salido tan rápido que no tuvo tiempo de considerarla.

― ¿Puedes ayudarme con física?

El maldito afiche en la pared era sobre el programa de asesorías de la escuela que impartían algunos alumnos como valor curricular. Neji pertenecía a ese programa pero era poco flexible sobre la gente que aceptaba para asesorar, si eras un idiota era bastante seguro que iba a rechazarte. Era muy exigente y estudiar con él te aseguraba tu éxito en la recuperación de las materias.

Por eso Tenten se sorprendió cuando él simplemente asintió, asegurando que se verían al día siguiente en la biblioteca después de clases. La castaña festejó durante todo el trayecto a su casa hasta que una idea vino a su cabeza.

¿Asesorías de física? Pero si ella era buena en esa materia, hasta podría decirse que era de las mejores de la clase. El maestro de física, Yamato, la apreciaba por eso.

¿Qué es lo que haría? Podría ir al día siguiente y decirle que no necesitaba las asesorías. Pero aquello la avergonzaría demasiado. Tal vez él se enojara por hacerlo perder el tiempo. Podría decirle que necesitaba ayuda con otras materias pero ella era una estudiante promedio en todas sus materias. Le iba muy bien en gimnasia, física e historia, solía destacar. En el resto no se quejaba de sus notas... ¿entonces cuál era la solución a esto?

Era la tonta excusa que había pensado para hablar con el genio y ¿la dejaría ir? Asustada por ambas cosas decidió simplemente dejar que las cosas fluyeran... y fingir que era mala en física.

Neji le había sorprendido por que el primer día le había hecho un examen para determinar el nivel en el cual estaba. Posteriormente su capacidad de enseñanza era muy buena, era bastante detallado, dando pequeños tips sobre cómo interpretar los problemas y que fueran más fáciles de entendimiento. Hacía lucir todo bastante sencillo, algo que debía reconocer. Cualquier idiota le hubiera entendido. Se supone que las asesorías la prepararían para el siguiente examen que era en unas dos semanas, por lo que se veían tres veces a la semana para repasar lo visto en clases, reforzar las cosas y resolver dudas. Él mismo volvía a explicarle los temas detalladamente.

Su voz tranquila y profunda hablándole tan cerca, sus manos señalando los ejercicios y su extrema paciencia. Siempre hacía los ejercicios a su lado y de forma lenta, explicando cada detalle para que pudiera entender. Ella solo asentía o hacia un par de comentarios sobre como lograba entenderlos. Pero su presencia tan cercana, considerando que antes solo lo veía por los pasillos, la ponía bastante nerviosa. Tenten estaba tan intranquila a su lado que le costaba sostenerle la mirada. Odiaba el efecto que él tenía sobre ella, pero al cabo unas tres semanas ya estaban en la suficiente confianza para hablar normalmente y conversar de algunos temas mientras tomaban un pequeño descanso.

Ese era el último día de asesorías y él le había hecho un examen con ejercicios bastante similares a los cuales podría traer el examen. Algo bastante admirable, ya que él estaba suponiendo pero tenía una idea bastante acertada. No por nada era un genio. Ella había contestado un par de ejercicios bien y algunos otros mal. Para que se viera su progreso pero nada demasiado inusual.

―Bien ―Él sacó algunas cosas de su mochila. ―Sigues fallando en este tipo de ejercicios. Puedes practicar en tu casa estos ejercicios y con eso tendrás una nota decente.

Ella asintió fervientemente y guardó cada uno en su mochila. Ambos recogieron las cosas de la mesa de la biblioteca. Caminaron hacia la salida de la escuela juntos y Tenten estaba bastante perdida en sus pensamientos sobre cómo se las arreglaría ahora para poder hablar con él.

―Tenten

La chica levantó la mirada y retrocedió con rapidez al ver como el genio acortó la distancia con violencia. Tenten chocó con la pared y el Hyūga la aprisionó con ambas manos colocadas en la pared a lado de su cabeza. Era un poco más alto pero lo suficiente para que ella tuviera que subir la mirada.

―Sé que fuiste la mejor en tu clase el semestre pasado. ―Tenten sintió como se le erizó la piel por la cercanía masculina.

Tenten presionó los labios al sentirse expuesta de esa forma. Claro que iba a percatarse de algo como eso, era un maldito genio. Aunque ¿cómo sabía eso de ella? Tal vez hacía una ligera investigación sobre a quién iba a asesorar.

―Curiosamente tus ejercicios todo el procedimiento es correcto, pero el resultado difiere...―La miró fijamente a los ojos con intensidad. ― ¿qué es lo que pretendías?

Abrió los labios con la intención de responder, pero ni un sonido salió de ellos. Su mente se había quedado en blanco, no tenía forma de decir nada que la salvara de ser descubierta de esa mentira. Aún así buscaba opciones o formas de encontrar que decir.

Su corazón martillando con fuerza en sus orejas, sentía como iba a salirse en cualquier momento, sus manos sudando sin poder moverse. Los ojos malva mirándola con intensidad. Sentía su rostro caliente.

Fue consciente de como el chico se dio cuenta de su cercanía porque lo vio dudar y estaba ¿algo nervioso? Impulsada por esa duda se levantó de puntas y atrapó los labios masculinos con los suyos, con torpeza y con los sentimientos revoloteando en la boca de su estómago. Para su sorpresa Neji le correspondió.

Neji Hyūga había notado desde su primera asesoría con la chica que ella estaba jugando. Se notaba su conocimiento en el tema, a pesar de que los resultados eran incorrectos. Con un poco de investigación con el profesor Yamato entendió que era de entre sus mejores alumnas, la mejor del semestre pasado. Por lo que esas asesorías no tenían sentido para él, pero quiso ver hasta donde llegaba con todo esto. La recordaba de su club de lectura, siempre tan animada y siempre parecía alegrarse al verlo, con un tinte rosado en las mejillas permanente. Lo cual siempre le pareció encantador.

Solía verla leer mientras esperaba su autobús y en el almuerzo al terminar, siempre con la intención de acercarse para hablar sobre aquel libro. Pero nunca tomó la iniciativa de hacerlo. Solo solía verla de lejos, en un interés que no entendía del todo, pero que estaba bastante presente en él. Algo en ella lo atraía bastante, por eso aceptó las asesorías. El tiempo con ella incremento su interés en cada una de las clases y la idea que apuntaba a que ella hacia todo esto por estar con él en algún punto no sonó retorcida. Pero quería estar seguro al respecto.

Por eso la había confrontado ese día, porque luego de eso no tendrían el contacto frecuente que tenían ahora. Siendo un genio como era debía tener una respuesta adecuada, ya que ahora mismo tenía una simple hipótesis. Solo necesitaba un resultado y sabría cómo actuar a continuación.

Entendió en ese punto, mientras sentía los labios femeninos reclamando los suyos, que una acción vale más que mil palabras. 

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