Feline
Día 5: Cambio de cuerpo
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Entreabrió los ojos con cierta pesadez, ante el aparente cansancio que parecía aún vigente en su cuerpo. Solía acostarse temprano para que ese tipo de cosas no sucedieran, pero tal parecía que se día en específico no había funcionado porque sentía su cuerpo pesado.
Sus ojos se estaban adaptando a su alrededor y al ruido sorpresivo que lo había recibido cuando un movimiento rápido atrajo su atención, que venía encima de su cabeza. Miró hacia arriba encontrando un rostro bastante familiar. Unos ojos cafés avellana observándolo con detenimiento y una sonrisa encantadora brotaron de los labios femeninos.
― ¿Acaso estas solo?
Él la observó con toda la confusión posible ¿de qué estaba hablando? ¿Estaba alucinando? Ella no solía dirigirse a él de esa forma y más específicamente usar es tono tan... dulce. Algo que lo hizo avergonzarse.
―Debes tener hambre, ven conmigo pequeño.
Neji levantó una de sus cejas, si, debía estar soñando de alguna forma retorcida ante el comportamiento tan inapropiado de su compañera de equipo. Era el sueño más extraño que había tenido. Cuando soñaba con Tenten sus sueños eran más... agradables y hasta candentes. Pero ahora mismo, el tono que ella usaba con él le parecía hasta absurdo.
Se sorprendió cuando de manera súbita la castaña se acercó hacia él desde arriba de forma rápida antes de que pudiera alejarse o preguntarse qué tipo de alucinaciones tenia para tener esa confianza con él, fue cuando consideró el hecho de que Tenten tuviera que inclinarse. ¿Por qué? Ellos median lo mismo y que hacia el específicamente en el suelo y aún más relevante... ¿no estaba en su cuarto? ¿Por qué él estaba abajo y tenía ese panorama?
Se quejó cuando fue tomado entre las manos femeninas y cargado. Al ser levantado pudo tener una imagen un poco acertada en un charco alado de él le vio una ligera visión de que era lo que pasaba.
Neji Hyūga era un gato.
Se movió incomodo en un intento de soltarse para ver si lo que había visto era cierto, pero la fémina lo tenía quieto sin poder moverse. Intentó escapar por su hombro pero el agarre femenino era bastante fuerte y se quedó ahí, erizado mientras sentía como iban avanzando por las calles de Konoha. Prontamente vio como habían alcanzado el departamento de la kunoichi, quien abrió con llave e ingresando sin más.
Neji había querido salir corriendo y deshacer el agarre de Tenten, pero sus garras podrían lastimarla y su mayor obstáculo fue sentir la cercanía del cuerpo femenino. Lo había abrazado contra su pecho, acción que lo hizo quedarse de piedra y escuchar su corazón reaccionar a ese acercamiento. Se había adentrado a sus pensamientos divagando de aquella acción hasta que lo dejaron en el suelo.
―Ahora vengo, traeré algo para que comas.
Tenten se retiró a la cocina y en ese momento el Hyuga se acercó al tocador que estaba cerca de la cama para poder ver su reflejo. No se lo había creído, no podía ser cierto, él no podía ser... un maldito animal. Debía ser una especie de sueño y pronto podría despertar. Eso debía ser, porque algo como eso era tan surrealista.
Dio un salto para alcanzar el tocador y su reflejo fue devuelto. Un gato café con manchas blancas y unos peculiares ojos malva cristalinos que representaban al clan Hyūga . Retrocedió anonadado ante lo que sus ojos contemplaban, levantó una de sus patas y la observó con intensidad, pensando que de esa forma terminaría desapareciendo toda esa fantasía pero nada sucedió. Miró nuevamente su reflejo y vio una cola café salir de su retaguardia. Su corazón latía con fuerza con ayuda de la adrenalina.
Retrocedió tanto que su pata trasera alcanzó la orilla y casi caía del mueble, aunque logro sujetarse por el marco, recuperando la compostura y subiendo hasta alcanzar nuevamente el mueble. Aunque tal hazaña provocó que una de sus patas al subir patearan el alhajero que tenía a un lado y lanzándolo al suelo.
Tenten salió desde la cocina y observó con cierto deje de regaño al gato que parecía algo inquieto y desesperado por intentar salir. Y es que Neji se dio cuenta que debía irse de ahí ¿Por qué? Aun no sabía pero el aire comenzaba a faltarle y se sentía mareado ante la idea de estar encerrado en un cuerpo como ese. Era sumamente vergonzoso y humillante en verse resumido a un animal que tenías que ver desde arriba y lo acariciabas como si fuera un peluche.
Ella lo tomó de la oreja acariciando su cabeza y aquel gesto le pareció agradablemente traicionero, no debía sentir las caricias de esa forma. Debía guardar la calma y comportarse adecuadamente. Él no era un maldito gato y no iba a comportarse como uno, debía estar tranquilo hasta resolver este asunto o hasta que se despertara. Sí, eso era lo más lógico.
La castaña vino con un pequeño plato entre sus manos y lo dejó al lado de Neji, quien permanecía sentado con superioridad en el suelo, mientras observaba aquel cuarto con curiosidad. Hace varios meses que no estaba ahí por las misiones u osas en general, aunque desde que sentía aquellas cosas que la presencia de la kunoichi le originaba intentaba no estar a solas con ella, porque no sabía si podría controlarse una vez estando a solas con ella y más específicamente en su cuarto. Ignoró el plato mirando hacia otro lado pero su sentido del olfato captó un aroma. Algo fuerte y que hizo que de alguna forma salivara.
Miró el recipiente que Tenten había dejado a su lado y sus ojos se dilataron. Sin poder frenar sus instintos felinos se inclinó, saboreando el atún que la kunoichi le había dado.
Masticó la comida con rapidez, el olor lo hizo parecer lo más apetitoso del mundo en ese momento y cuando el plato quedó vacío se arrepintió, sintiendo su orgullo menguar y se alejó. De forma instintiva comenzó a asear su pelaje, iniciando primero con la pata y posteriormente con la parte trasera de la oreja.
―Eres tan bonito ― Tenten se sentó alado del felino en el suelo.
Lo observó detenidamente mientras acariciaba su pelaje una y otra vez con su mano derecha. Neji solo la observaba de reojo mientras se aseaba y posteriormente se echó en el piso. Se sentía cómodo en el lugar pero no sabía que debía hacer a continuación, tal vez debería irse y descubrir que era lo que había pasado pero realmente no había ni una sola parte de él que lo motivara a moverse. Podía ver a Tenten a una distancia que de forma normal no podría, encantada por su pelaje y podía sentir su respiración cerca. Además su mano acariciando su pelaje era una especie de arrullo a su alma.
La mujer estaba enfrente suyo, mirándolo con gran detenimiento, cada centímetro del felino.
―Tus ojos son tan peliculares, me recuerdan a los de... ―Tenten quien estaba acostada boca abajo y con las palmas sujetando su rostro sonrió de forma torpe con un ligero sonrojo en las mejillas, algo que no pasó desapercibido para el Hyuga. ― Es una tontería, olvídalo.
La kunoichi se puso de pie y deambuló por la casa. Neji siguió con el aseo involuntario que estaba realizando hasta que algo llamó su atención. Una prenda cayendo al suelo. Sus ojos felinos subieron la mirada y contemplaron como otra prenda caía al suelo y otra. Sintió su corazón latir con fuerza cuando visualizó el cuerpo femenino en ropa interior. En contra de sus propios deseos y sus instintos, desvió la mirada, evitando ver cuando las últimas prendas cayeron al suelo. Tragó saliva y resistió cada una de las ganas para intentar ver aquel cuerpo en el que había soñado un par de veces sin nada en concreto. Preguntándose que debía mantener la decencia al menos en esa forma.
Pero Neji había visto la pequeña cintura de su compañera, su pecho sobresalía por debajo de aquella blusa de redes y sus piernas torneándose... un placer culposo que tenía el genio Hyūga y ahora mismo había llenado con esa vista espectacular.
Escuchó el agua corriendo por el baño durante un largo rato, hasta que Tenten salió con una toalla envuelta en el cuerpo y mientras tanto se secaba el cabello. Una vez que terminó, se colocó un pijama y sin más se acercó hasta Neji, lo tomó entre sus brazos y se echó a la cama individual con el gato encima de su pecho. Siguió acariciándolo lentamente.
―Neji... ―Aquel nombre alertó al felino quien levantó las orejas en señal de atención. ―Neji, Neji. ― Repitió nuevamente y un aire ausente se veía en su rostro. ¿Acaso lo había reconocido? ― ¿De verdad entiendes mis indirectas y las ignoras o no las entiendes por estúpido? ―Soltó la pregunta al aire.
El gato se movió incomodo hasta que se libró del agarre de la castaña y se colocó a su lado, recostándose un poco, con un aire pensativo. ¿De qué clase de indirectas hablaba? Unos días antes ella mencionaba sobre salir a comer a algún sitio pero él había declinado la oferta por que debía arreglar unas cosas en la aldea. Y en varias ocasiones la había descubierto observándolo pero siempre lo atribuyó al hecho de que lo miraba cuando Lee y Gai los estaban avergonzando. O tal vez aquella ocasión cuando ella se acercó tanto que su corazón se paralizó, pero fue para tomar una botella de agua que había a su lado.
Pero aquella frase al aire significaba que... ¿ella sentía algo por él? En algún momento lo había considerado pero Tenten le enviaba señales confusas que él no sabía interpretar. Como aquella vez donde habían salido a una especie de cita o eso había pensado él. En su interior estaba inquieto ante esa idea. Sin embargo, al cabo de unos minutos a la mesa de aquel restaurante habían llegado Kiba y Naruto, por lo que tal parecía que era una cena simple. Por eso él no había intentado absolutamente nada. Aunque él quisiera hacerlo, no podía sacrificar su orgullo cuando parecía ser que no era correspondido. Era demasiado humillante y más considerando que él solía analizar cada movimiento, mirada y sonrisa de la kunoichi hacia su persona.
Siempre analizando sin estar seguro si intentar o no algo.
Ahora mismo escucharla hizo brincar su corazón al pensar que había estado perdiendo el tiempo y que debía comenzar a actuar. Aunque no serviría de nada si seguía de esa forma.
La noche cayó sin darse cuenta y Tenten se quedó profundamente dormida con Neji acostado a su lado en la cama. Sabía que había estado fuera un par de días en una misión, era normal que estuviera agotada. Contempló su rostro fijamente, su nariz pequeña, su cabello suelto remarcando su rostro, sus labios y sus largas pestañas. Se acercó impulsado por la imagen y tocó su nariz con los labios femeninos.
Sintió su corazón latir descarriado, de haber hecho algo como eso, acortar la distancia sin saber que era lo que lo había motivado. Tal vez la apariencia que tenía ahora le había dado la confianza que le faltaba de forma normal. Se recostó alado de la fémina y decidió entregarse al sueño que lo estaba dominando.
La luz del sol lo alertó de que la noche había pasado y se cubrió con su mano la entrada del sol a los ojos. Suspiró profundamente y miró a la mujer que tenía enfrente con aquellos labios rosados entreabiertos. Unas ganas de tocarlos lo embriagó y estiró la mano, sus dedos hicieron contacto con la piel y todo su ser de estremeció. Eran tan suaves y pensó que posiblemente si sus propios labios tocaran los ajenos...
La línea de su pensamiento se detuvo de pronto cuando observó detenidamente los dedos de sus manos. Había vuelto a ser una persona. Pero el temor se abrió paso rápido, ante el hecho verlo ahí, en la cama de la kunoichi, y en una distancia peligrosa. Con movimientos hábiles se levantó dirigiéndose hacia la ventana. Antes de poder salir escuchó un desliz en su espalda.
Ahí, estaba Tenten observándolo con el rostro estupefacto y las mejillas enrojecidas ante la intromisión.
―Puedo explicarlo. ―Soltó el genio, aunque sabía su respuesta ante eso.
Un grito estridente llenó el cuarto y Neji salió disparado de la ventana esquivando las armas que iban en busca de él y de su cuerpo. La adrenalina corriendo por sus venas y su corazón abrumador sonando hasta en sus orejas, con una sola idea en la cabeza.
Tenten se veía peculiarmente encantadora al despertar.
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