Día 23: Campamento
"Amor veraniego"
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Era verano nuevamente, lo que significaba para muchos jóvenes, los tan esperados campamentos para pasarlo al aire libre, con amigos y actividades.
El campamento Cuervo y el Campamento Águila abrían sus puertas a los chicos y chicas como todos los años. Tsunade Senju y Jose de la Rosa eran las supervisoras del último campamento nombrado. En frente del angosto lago, estaba el Campamento Cuervo, dirigido por Jiraiya e Itachi Uchiha. Ambos territorios habían estado en enemistad durante muchos años debido a la rivalidad entre los directores, causando que los campistas se contagien y se vieran influenciados por la actitud de los mayores.
Por años, ambos campamentos fueron víctimas de bromas entre ellos. Cruzaban el lago e inmediatamente llegaban a las cabañas y se divertían molestando.
Bueno, pues Tenten Amma era una de los muchos bromistas que participaban en aquella guerra de bromas desde hace tiempo. La castaña asistía todos los veranos al campamento Águila, y le desagradaba mucho los campistas vecinos. Ella venía principalmente por los deportes y sus amigos, pero admitía que no le molestaba para nada tener que participar en la guerra de bromas.
Aquel verano, un castaño de peculiares ojos perla se encontraba bajando del autobús junto con un pelinegro. Su mejor amigo lo había intentado convencer todo el año de asistir a un campamento con él, lo cual logró luego de colmar la paciencia del chico. Luego de un recorrido por el campamento Cuervo, Neji y Rock Lee cargaron sus pertenencias hasta su cabaña correspondiente, la número cinco.
Al abrir la puerta, se encontraron con otros tres chicos, los cuales dos estaban peleando entre ellos, y otro estaba con un pequeño perrito, dándole de comer, lo cual les pareció raro ya que no se permitían perros en el campamento.
– ¡Hola! – Saludó el amigo de Neji, llamando la atención de los presentes– ¿Cómo están? Creo que seremos compañeros. Ambos somos nuevos. – Habló amablemente.
Aquellos dos dejaron de pelear y se posicionaron adecuadamente, mientras que el otro chico dejó de lado el perro para acercarse a ellos.
– Hola, bienvenidos. Mi nombre es Kiba, no digan nada sobre Akamaru, mi perro. No podía dejarlo con mis hermanas todo el verano tan alejado de mi. No causará problemas – Dijo mostrando al pequeño animalito dentro de su mochila. – El vago de por allá es Shikamaru, discutiendo con Sasuke, nada nuevo.
Los pelinegros lo saludaron con un leve movimiento de mano. Por la puerta entraron los dos supervisores mayores del campamento, Jiraiya e Itachi.
– Buenos días chicos, espero que estén a gusto con las cabañas. Si tienen algún inconveniente avisenos. Ya saben que las Águilas están cerca nuevamente, nosotros somos sus enemigos. – Dijo con un tono serio al final.
Kiba, Shikamaru y Sasuke asintieron con la cabeza muy firmes, mientras que Neji y Lee dijeron que sí algo dudosos, sin saber a lo que se refería el director.
No tan lejos de allí, estaban los campistas Águilas reencontrándose y conociéndose. En la Cabaña Tres se escuchaban unas risas, emitidas por Tenten, Sakura, Ino y Karin. Habían llegado al campamento algunos días atrás. Mientras que el campamento vecino aún no abría sus puertas, habían estado planeando junto con las directoras una broma de bienvenida a los cuervos.
El color que caracterizaba al campamento de Tsunade era el rojo y el blanco, las sudaderas eran de estos colores al igual que los uniformes, mientras que el del otro era el negro.
Media hora después de la cena, Tenten, Naruto, Kankuro, Sakura, Karin, Sai y las directoras se encontraban repasando los pasos a seguir para la broma. El rubio y la castaña eran los que más experiencia tenían haciendo este tipo de cosas, por lo que ellos dirigirían la infiltración.
Mientras los demás preparaban las canoas, Lady Tsunade se acercó a la Amma y le extendió un papel doblado en dos.
– Oye Tenten. Te encargo dejarle esto de mi parte al director Jiraiya. – Le entregó la hoja – Tíralo por debajo de su puerta antes de salir.
–Entendido.
Los chicos y chicas subieron a las canoas. El lago que separaba ambos territorios era bastante angosto, por lo que no tardaron en llegar. Una de las cosas que caracterizaba al Campamento Cuervo eran los increíbles desayunos. Eran de esos que con solo verlos se te hacía agua la boca y el día se mejoraba automáticamente.
Pues no por mucho.
Los desayunos eran preparados el día anterior y guardados en un freezer en el comedor. Consistían en unas pequeñas tortas de distintos sabores en frascos pequeños y en una canasta con moras, bayas y frambuesas para acompañar. Esos eran los frutos que había por la zona, pero los cuervos siempre habían tomado todos para ellos, por lo que era momento de que las águilas tengan su parte.
Al llegar, Sai e Ino se quedaron en la canoas para estar listos para cuando vengan todos con los desayunos. Los demás caminaron sigilosamente hacia el comedor. En muy pocas cabañas aún estaban las luces prendidas, por lo que tendrían que tener cuidado. Llegaron al comedor y en cuestión de minutos, ya habían saqueado todo el freezer.
Metieron los recipientes de plástico con la comida dentro y rápidamente las cargaron hasta las canoas. Habían cambiado los manteles negros por unos rojos, dejando en claro que habían sido los Águilas quienes habían hecho todo eso. Al momento de subir, Tenten recordó la orden que la directora le había dado.
– ¡Tenten! ¡¿A dónde vas ahora?! – Le susurró Ino.
– No me tardo, ¡espérenme! – Gritó ella mientras salía corriendo.
La castaña merodeaba por las cabañas, intentando encontrar la cabaña del director. Estaba muy oscuro, y le había dado su linterna a Naruto, por lo que no podía ver los números de las chozas. Se acercó a la puerta de una, intentando ver el dígito, cuando la puerta de esta se abrió, dejando ver la figura de un chico.
A Tenten casi se le sale el corazón del susto, mientras que el chico se acercó a ella y cerró la puerta despacio para no despertar a sus compañeros.
– ¿Qué haces aquí? – Preguntó él.
Tenten intentaba mantener la calma. La habían descubierto, había arruinado el plan. Estaba a punto de salir corriendo, pensando que el campista ya la había reconocido como un águila, cuando él volvió a hablar.
– ¿Qué haces aquí? son casi las doce de la noche ¿Buscas algo o a alguien?– Tenten cayó en cuenta de que era un campista nuevo, de lo contrario, ya la estaría corriendo por todo el campamento.
– A-Amm – Murmuró sin saber que decir – Si. Soy una nueva campista, busco la cabaña del director Jiraiya.
– ¿A esa hora? No te vi en el tour del recorrido al campamento– Preguntó él algo confuso.
– Sí, es que tuve algunos problemas para llegar en la mañana, la rueda se pinchó, y debo ir a informar mi presencia con el director, pero creo que me equivoqué de cabaña..– Inventó, soltando una risa nerviosa al final
– Bien, te acompaño. – Dijo.
No, no tenía ganas de ir, pero la caballerosidad estaba primero. Se había despertado por los ruidos de la madera floja en los escalones de la puerta de su cabaña, y lo único que quería hacer era seguir durmiendo.
– No, no, no, no. No hace falta. – Se intentó negar ella.
– Ven, te puedes perder. No hiciste el recorrido, no sabes donde es – Dijo bajando los escalones y saliendo de la cabaña.
Tenten no tuvo más opción que acceder, ya no quería crear sospechas en la mente del muchacho. Saltó los escalones y el Hyuga logró verla con más claridad gracias a la luz de la luna y la poca iluminación de las cabañas vecinas. Su cabello era castaño, oscuro al igual que sus prominentes ojos.
La castaña estaba igual de petrificada que él. Sus ojos claros eran tan luminosos como la luna. Se veían profundos cuál océano. Se sentía atrapada por esas dos perlas, pero su mente reaccionó al recordar el por qué estaba ahí. Debía llegar al lago lo más rápido posible.
Tenten dio unos pasos y volteó hacia él, incitándolo a seguirle el paso y guiarla hacia la cabaña de Jiraiya, donde llegaron en cuestión de unos cuantos segundos, dedicándose miradas de reojo en el camino.
– ¿Quieres que te espere? – Le susurró Neji en la puerta de la cabaña número diez.
– ¡No! E-eh, no hace falta. Te vas a meter en problemas y no quiero eso, pero te agradezco mucho por guiarme en especial a esta hora de la noche– Dijo riendo suavemente, sacándole una pequeña curva en los labios al Hyuga.
– No es nada. Supongo que te veo mañana. Adiós – Se despidió Neji, para luego caminar hacia su cabaña rápidamente.
Tenten no pudo evitar reír por sus adentros por la inocencia de aquel chico, que para su suerte, no estaba enterado de la rivalidad de ambos campamentos. Abrió la hoja con unas burlas de parte de Tsunade, y la tiró por debajo de la puerta de entrada para luego golpear la puerta y esconderse entre los arbustos.
Cuando Neji volvía a su cabaña, con aquella chica castaña en su mente, sus pensamientos fueron interrumpidos al oír a Kiba gritar furioso cerca del comedor, junto con una multitud que parecía estar discutiendo. Cambió de dirección hacia donde estaban todos, encontrándose con Shikamaru y el Inuzuka.
– ¡Neji! Aquí estabas. Por Dios. ¡¿Dónde estabas?! – Le reprochó Kiba.
– ¿Qué es lo que pasa? Estaba ayudando a una chica de chonguitos a encontrar la cabaña del director. Era nueva. – Contestó.
Ambos chicos bufaron y se quejaron fuertemente.
– ¡AGH! La Amma lo hizo de nuevo
– No era una nueva campista Neji. Eran esos pajarracos de los águilas, el campamento vecino. Y esa chica es una de las más irritantes de allá. El comedor fue saqueado y se llevaron todos los desayunos que se supone que eran para mañana. Ahora no tendremos nada bueno que comer. Que fastidio.– Explicó Shikamaru bostezando.
En un abrir y cerrar de ojos, Neji ya había salido corriendo de ahí, rumbo al lago, donde esperaba ver nuevamente a la castaña, quien aumentó la velocidad de su corrida al notar que alguien la seguía. Amaba aquella adrenalina. Al tener ventaja física, ella era la que más rápido iba. Llegó a donde Ino la estaba esperando con el remo en la mano y lista para irse apenas la Amma se subiera a la canoa. La Yamanaka tenía los ojos abiertos y la pierna le temblaba con desesperación al ver que el campamento Cuervo ya se había dado cuenta de su jueguito.
Al ver a su amiga y al chico detrás suyo, la castaña se lanzó dentro de la canoa, y al instante, la rubia comenzó a remar a toda velocidad, dejando al Hyuga atrás. Tenten se incorporó en el asiento, para luego mirar atrás, donde el chico que la había ayudado le dedicaba una sonrisa ladeada. Ella le guiñó el ojo derecho y soltó una risita risueña.
Habían quedado encantados el uno con el otro a simple vista y solo sabían que debían volver a encontrarse, lo cual sucedió días después.
El Campamento Cuervo había estado de mal humor desde la broma de bienvenida que les dieron las Águilas, mientras que Neji solo fantaseaba en volver a encontrarse con la Amma. Aquel viernes, Rock Lee había llamado al Hyuga a que lo acompañara en la canoa mientras él nadaba en el lago.
El Hyuga no había tocado una canoa en su vida, pero la manera de manejarla cuando vio a lo lejos en una canoa a las mismas chicas de la primera noche en el campamento decía lo contrario. Ambas estaban recogiendo algunas hojas y basura que caía o se volaba al lago mientras charlaban y reían tranquilamente. No entendía el por qué, pero sus manos remaban por su cuenta, queriendo estar cerca de ella.
– No sabía que ahora eras Águila. – Dijo llamando la atención de la rubia y la castaña.
Tenten rió suavemente.
– Lo siento, no fue nada personal. – Sonrió pícaramente.
– Admito que fue divertido ver las caras de mis compañeros, pero no lo fue comer pan duro por unos días. – Tenten sonrió ante el comentario.
– Pues esto es normal entre los campamentos. Nosotros hacemos bromas, ustedes la devuelven, nos peleamos, uno de los dos vuelve a hacer una broma y así. – Explicó ella.
– Entonces ansío devolverte el juego.
Sus miradas conectaron. Como suponía, los ojos del chico eran tan brillosos que se reflejaba a ella misma. No era solo la luz de la luna. Y es que los ojos del Hyuga, nunca habían estado tan luminosos como cuando la vió a ella. Sus vistas se desviaron al escuchar un chapoteo cerca de la orilla.
–Te veré pronto – Dijo remando nuevamente hacia donde estaba Lee, quien estaba entrando en pánico al no encontrarlo.
Ino vió a su amiga desconcertada, mientras que la castaña tenía una sonrisa enamoradiza. La rubia chasqueó sus dedos en la cara de Tenten, la cual la miró confundida.
–¿Por qué se coqueteaban como tontos siendo águilas y cuervos? –
La cara de Tenten se enrojeció como nunca, acto que fue notado por su amiga, quien levantó la ceja y le dio un codazo.
– No era coqueteo. Es que él me había llevado a la cabaña de Jiraiya cuando me perdí sin saber que era águila. Es nuevo.
– Sí, eso se nota, sino ya nos estaría intentando hundir la canoa. – Por unos momentos, Ino se quedó callada en un trance. Ahogó un grito y se acercó a la punta de la canoa, en dirección a donde Neji estaba yendo. – ¡OYE CUERVO! – Gritó llamando la atención del Hyuga, quien se detuvo a escucharla. – ¡ASÓMATE A LA ORILLA DE LAGO MAÑANA A ESTA HORA Y BUSCA ENTRE EL AGUA! – Le ordenó, a lo que el chico, algo dudoso, asintió con la cabeza y siguió su ruta.
– ¿Y eso que fue?
– Cuando volvamos al campamento hay que pedir en el comedor una botella de vidrio, le pondrás una nota ahí y así. ¿No es genial? – Explicó su plan.
– ¿No era más fácil pedirle su número o verlo en persona?
– ¡NO! Para nada. Las cartas hacen todo más romántico, además, solo tenemos acceso a nuestros dispositivos los viernes, fines de semana y algunos días de lluvia, y créeme. Si solo hablas con él un rato por semana, la chispa se va a apagar y se va tornar aburrido. Además, para verlo necesitas cruzar el lago, y si los supervisores se dan cuenta que faltan canoas todo el tiempo, van a sospechar.
– Tienes razón. Pero ni siquiera sé su nombre y ya estás hablando de una chispa.
– ¡Ay Tenten! No entiendes nada, es obvio que ustedes dos tienen algo, ví como se sonrieron la noche de la infiltración.
– Bien haré lo que me digas, solo no grites, que no quiero que todos se enteren. Sabes que Tsunade tiene rivalidad con Jiraiya. – Ino rodó los ojos y asintió.
Se acercó a la castaña y entrelazaron meñiques, prometiendo no contar ni dejar que nadie supiera el secreto.
Así pasaron pocos meses y algunas semanas. Los castaños se comunicaban a través de mensajes en botellas. Se estaban volviendo grandes amigos, aunque ambos sabían en el fondo que no se veían como es.
Aunque no pudieran hablar presencialmente, podían verse, y es que a veces simplemente iban a las orillas paralelas del lago y se sentaban en un silencio mientras leían o simplemente a admirar la belleza del cielo. Aún así, ganas de verse en persona no les faltaba, pero ya no tendrían que esperar mucho para eso, pues el Hyuga y la Amma habían acordado juntarse. Tenten iría hasta el Campamento Cuervo, no sabía cómo, pero iría aunque tuviera que rodear el lago toda la noche. Neji tenía algo especial. Algo que la atraía cual imán como si su presencia fuera una necesidad retenida durante todos estos días.
Eran las doce de la noche, hora en la que los campistas estaban o durmiendo o bailando cumbias en sus cabañas. Luego de un buen partido de fútbol, los hospedadores de la cabaña Cinco estaban sumamente agotados, en especial Shikamaru, quien pocas veces corría. Todos excepto Neji, quien no iba a dejar que su cansancio impidiera su tan esperado encuentro con Tenten.
Se levantó lo más discretamente posible de la cama, intentando no hacer ningún ruido, lo cual no resultó cuando Akamaru saltó sobre él, cayendo arriba de la cama de su amigo pelinegro, interrumpiendo su sueño.
– Mjhm Neji, ¿Que haces despierto a esta hora? ¿Y por qué tan peinado y arreglado? Hace un rato estabas en pijama – Decía Lee en voz baja, evitando despertar a los demás.
El Hyuga no sabía qué decir, hasta que Lee por fin cayó en cuenta de lo que estaba pasando. Estaba por gritar, pero el castaño le tapó la boca.
– ¡¿Te verás con una chica?!– Habló entusiasmado.
– Bien. Atrapado. Pero no puedes decir nada, ella es del campamento Águila, si descubren que la voy a ir a ver, vamos a estar en problemas.
Rock Lee asintió fuertemente y puso su mano en su frente.
– ¡Si Neji! Prometo no decir nada y cubrirte en todo momento. Ahora, ¡VE! ¡CORRE, SE LIBRE! ¡Como Romeo y Julieta!– Susurró.
Mientras que Rock Lee no paraba de llorar y abrazar a Neji, Tenten tenía sus propios problemas. ¿Cómo cruzaría el lago? Las canoas estaban guardadas bajo llave desde la semana pasada, ya que los cuervos devolvieron otra de sus bromas haciéndole algunos agujeros en los ribs.
Mientras su mente buscaba una solución, sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz femenina.
– ¡¿Tenten?! – La llamó la subdirectora.
– S-Señorita Jose – Soltó una risa nerviosa– A-amm ¡Oh! Creo que volví a ser sonámbula. Mala mía, adiós. – Dijo intentando irse.
– Tenten, no sos sonámbula, no nací ayer. ¿Qué hacés despierta a esta hora? Si no me decís ahora, te vas a dormir pero junto con los zorrillos en el bosque – La retó con aquel tono agudo que usan los argentinos cuando discuten.
– ¿Qué hace USTED aquí? – Dijo ella respondiendo con otra pregunta.
– Eehh – Ambas chicas se miraron y sonrieron divertidas – Decime vos primero y después te digo yo.
– Bien, solo espero que no me mate. ¡No le diga a Lady Tsunade por favor! Iba a encontrarme con un chico del Campamento Cuervo.
– ¡¿Posta?! Yo también, con el subdirector Itachi Uchiha.
– ¿Eh? Pero no entiendo. Se supone que los directivos son enemigos – Dijo Tenten sin entender.
– No, esos son Jiraiya y Tsunade, que aunque no lo admitan se tienen unas ganas tremendas. Cuando venía al campamento como campista hace unos dos o tres años, conocí a Itachi en un evento deportivo, pero no podía hablar con él, y después cuando nos volvimos parte del servicio de los campamentos, y nos las ingeniamos para poder vernos y hablar.
– ¡Espere! ¿Cómo hace para cruzar el lago?– Preguntó Tenten muy interesada en la respuesta de la mayor, con esperanzas de que la ayude a llegar al campamento
– No lo hago, a unos metros hay unas minas abandonadas muy grandes, y hay una salida del otro lado del lago, cerca del Campamento Cuervo. Ahí nos vemos.
– ¡Necesito ir! ¿Podría llevarme?
– Obvio. ¡Vamos por nuestros hombres Tenten!– Dijo Jose corriendo hacia las minas, seguida por la castaña.
La entrada de la mina por la que la subdirectora accedía estaba disimuladamente cubierta por rocas y piedras para que no se note tanto. Entraron por un espacio y caminaron con una linterna que Jose siempre dejaba ahí. Se guiaron por unos carteles con señalización que Itachi había pegado, ya que sabía que su novia era muy pelotuda y se perdía hasta en su propia casa hasta los ocho años. Llegaron hasta el otro lado del lago, donde estaba el Uchiha esperando a su novia. Tenten le agradeció a la mayor y fue a la orilla.
El Hyuga no estaba por ningún lado, pues acababa de salir de su cabaña luego de quitarse de encima a su amigo. El castaño llegó al lago, donde vio aquella figura femenina de espaldas, esperándolo. La chica se dio la vela al oírlo. Se veía mucho más hermosa de cómo la recordaba.
El ojiperla no dudó en correr hacia ella, quien lo estaba recibiendo con una sonrisa. Sus cuerpos estaban a una distancia perfecta para verse a los ojos, los cuales desbordaban de pasión. El único ruido presente era el sonido del agua moverse debido al viento de la noche, hasta que la castaña decidió hablar.
– ¿Quieres sentarte y hablar un rato? – Dijo suavemente.
– No soy bueno con las palabras, así que
No tardó en acercarse más a ella y posar su mano sobre la nuca de la castaña, la cual soltó una risita nerviosa. Mientras más se juntaban sus rostros, más rápido se iban cerrando sus ojos. El Hyuga inclinó un poco su cuerpo, rozando narices, hasta unir sus labios en un delicado beso, con movimientos suaves y lentos.
A pesar de tener intenciones de continuar, el Hyuga se separó con los ojos como plato, confundiendo un poco a Tenten.
– Mierda. La revisión nocturna semanal de las cabañas.
La Amma soltó una inmensa carcajada al ver su cara, para luego mirar hacia el campamento y señalárselo.
– ¿Y qué haces aún aquí? ¡Ve! – Le ordenó ella riendo un poco.
El chico no dudó en hacerle caso, no sin antes despedirse para luego salir corriendo hacia la cabaña, donde vio desde la ventana al preceptor Guy, con Lee haciéndose pasar por él con una actuación muy pobre.
– Todos están durmiendo, es mejor hacer la revisión mañana– Le dijo el pelinegro al otro preceptor.
Neji, como pudo, entró por la ventana, intercambiando lugares con Lee.
Los siguientes días no fueron lo mejor, Tenten no le contestaba ninguno de sus mensajes en las botellas ni la había visto. ¿Estará enojada por haberla dejado así luego del beso? ¿Será que ella lo consideró solo un amor pasajero? El pobre Hyuga no entendía nada.
Neji se encontraba leyendo en su cabaña, mientras que el resto de sus amigos se duchaban. Un golpe se escuchó en la ventana. El castaño se levantó y corrió la ventana, visualizando a una chica vestida de negro y con una capucha. Se la sacó, dejando ver su larga cabellera rubia. Era Ino. Abrió la ventana y Yamanaka sacó de su bolsillo una pequeña botella de vidrio.
– Hola Neji, aprovecho la broma que les estamos haciendo en este momento para darte esto– Le entregó lo que tenía en las manos– Tenten tuvo que irse antes del campamento por un imprevisto familiar. Es un mensaje que te dejó a último momento.
Dicho esto, se fue. Abrió la botella y desarrolló la hoja para comenzar a leer lo que tenía escrito.
Lamento haberte dejado así, la novia de mi hermano dio a luz.
Llámame, creo que será más cómodo que tener que usar botellas.
Tenten
Sonrió al ver su número de celular estaba escrito en el pie de página. Tal vez esto sería más que solo un amor de veraneo.
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N/A
AAAA NO ME MATEN YA SÉ QUE NO ES EL DÍA 23. Tuve varios inconvenientes para escribir en la semana pero ya estoy un poquito organizada.
DIOS, NO VIERON LA IMAGEN DE MULTIMEDIA??? QUEDA PERFECTO PARA LA HISTORIA.
Bueno, espero que les haya gustado, no se olviden de votar y de comentar.
¿Opiniones?
Bueno, nos vemos en el día 27.
¡Nos leemos!
La Esposa de Itachi.
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