Amado florero
Llegue a los departamentos al mismo tiempo que un chico misterioso, él es castaño y bien parecido, es muchísimo más alto que yo pero eso no me molesta, se ve que es una buena persona. Solía salir a fumar recargado en la protección de su terraza, al mismo tiempo que acariciaba su planta, una plata gris con flores amarillas... Esa combinación era extraña y... Como sea, simplemente me parecía misterioso y encantador.
Sinceramente no me di cuenta en que momento comencé a fijarme en él, su cabello siempre estaba alborotado, era corto pero ¿eso que importaba? Era precioso. Llevaba siempre una camisa azul, no importaba el diseño, siempre era azul, me pareció tan curioso, me gustaban sus flores, cada que se sentaba a leer y a fumar entre ellas era como ver a un rey flor, un hada o quizá... algo tan mágico que no podía quitarle la mirada de encima.
No sé cuándo me enamore de ese chico, recuerdo perfectamente que en la universidad siempre se hablaba mal de él, argumentaban que era un demente suicida. Eso explicaría por qué siempre llevaba vendas. Pero no todo era malo, también era reconocido como el mejor pintor de la facultad. Y una vez quise comprobarlo por mí mismo yendo a una de sus exhibiciones en galería, y por todos los dioses. Ese chico era un genio, sus pinturas en óleo eran exquisitas y aunque no me atrevo a decirlo, él fue mi mayor inspiración en todos los años para escribir mis poemas, hasta la fecha. Es mi inspiración.
Un día de la nada, comenzaron a parecer flores en el piso donde vivía, más específicamente a lo largo del pasillo, habían colgantes, masetas, era como caminar en una selva, pero... él estaba allí cada que yo llegaba, regándolas o acomodando sus tallos. Era la imagen más preciosa que mis ojos podían disfrutar, el verlo únicamente a él.
Quería acercarme, hablarle. Pero... ese día cuando las flores aparecieron descubrí mi gran debilidad. Solo con verlo mis piernas temblaban, mi pecho se agitaba y mi garganta se atascaba, no salía ni una sola palabra. Así que decidí seguirlo de lejos, siempre lo perseguía sin dudar, y siempre lo acosaba debo admitirlo.
En la universidad solo compartí una clase con él, sabía de su círculo social, una chica de cabello negro y ojos grises, ella me dijo que a él le gustaban las flores, entonces si eso le inspiraba a mí también me gustarían. Después hubo otra chica, ella me ayudo más a saber de él, era de cabello negro y ojos morados, pero sacarle información fue más difícil, siempre quería experimentar conmigo, admito que ser novio fácil de chicas para conseguir información de quien te gusta es más difícil de lo que suena.
Me había rendido, y es que no podía ni acercarme a él, vaya ni siquiera podía verlo de cerca o me ponía completamente nervioso, mis piernas temblaban y fue allí cuando mi salvación llego. Un chico detective del departamento de disciplinas. Edogawa Rampo, el me juro que fue compañero de Dazai por mucho tiempo, por eso nos mantuvimos cerca. Fue increíble saber de él. No podía dejar de reír y sonreír. El castaño del que me enamore era un jodido genio manipulador y el más dulce de todos.
Supe gracias al detective que: él es hijo único, y fue abandonado, y rechazado por sus padres. Su mentor lo rescato de los malos pasos y las drogas. Ahora cuida de dos chicos, uno que sigue en bachillerato y otro que acaba de iniciar la universidad. Los he llegado a ver, tengo fotos de ellos. Jamás dejo a Dazai andar solo, si acaso lo dejará cualquiera podría tomarlo.
Me sabía su horario, pues me moriría si caminará a su lado. Disfrutaba de llegar a casa, verlo salir de su apartamento y regar las plantas en el pasillo. Era todo lo que tenía parar verlo, y es qué diablos ¿Por qué debía ser así? ¿Por qué no podía acercarme y decirle que lo amaba? ¿Qué espiaba su correo? Solo para asegurarme que ninguna carta de amor llegara, claro. Que sabía todo de él, sus gustos y disgustos.
Sabía que le gustaba fumar en mentolados
Sabía que su mentor y mejor amigo murió hace años
Sabía que tenía problemas por los que intentaba suicidarse pero siempre lograba quedarse
Sabía que trabajaba en una galería de arte donde cada vez se hacía más famoso
Sabía que lo amaba apasionada mente pero él... solo ignoraba mi existencia.
Y muchas veces no lograba entender estos sentimientos atrapados en mi pecho, es decir ¿Por qué? Si Dios ha creado el alcohol y el amor, eso significa que quiere que nos divirtamos y que seamos felices. Entonces ¿Por qué no puedo lograrlo? Estoy completamente seguro que del poder lograr hablar con aquel gran artista... estoy completamente seguro que caería por él, por un demonio, si ya estoy loco por él ¿Por qué no puedo enloquecerme aún más? Solo, lograr hablarle seria todo.
Hoy tengo una presentación de mi libro de poemas. Realmente deseo que venga conmigo, pero... ¿Cómo? Ni siquiera he podido decirle que cada poema que he escrito es únicamente para él... ¿los leerá? ¿Le gustará la poesía? Antes lo veía leer en la terraza. Ya hace mucho que no sale a la terraza. Esa flor tan linda que tenía no ha sido regada, a veces me molesta verla tan abandonada. Quisiera saber el nombre de la planta.
Salí de mi departamento, y tuve la mejor idea que jamás había pensado. Tome una de las flores, era una blanca, desconozco tu nombre también pero... simplemente al verla pensé en él. La puse en el bolsillo de mi saco color vino. Estoy seguro que será el mejor día de mi vida y estoy feliz de que puedas acompañarme en él. Aunque sea en forma de flor.
Después de la presentación de mi libro, mi amado no ha aparecido, tampoco lo vi salir a trabajar ¿estará enfermo? Por más que me asome por la terraza no podía verlo aun cuando la habitación queda pegada a la puerta de estás. No podía verlo ¿estará frustrado? ¿Debería entrar por la terraza? ¿Y si está pintando? No, cuando pinta escucha jazz y no logro escuchar nada, sin poder evitarlo. Simplemente pase mi tiempo en la terraza. Quizá... saldría en algún momento, algo que desgraciadamente no paso.
Después de eso, he sido descuidado, he estado tan preocupado de él que no he mantenido mi distancia, creo que sabe que lo sigo, a veces voltea muy rápido y otras sale corriendo. Esto es un fiasco, ¿y si sabe que soy yo? ¿Y si se muda? ¿Si me acosa de acoso? Seguramente me odiará eternamente. Diablos. Solo compraré vino y me iré a casa.
Estaba tan ansioso, no podía creer lo que hacía, ni siquiera me fije en la hora, pero lo supe cuando lo vi en el ascensor, me miro sorprendido, ¿si sabe que soy el acosador? Y si no lo sabe, si no subo al ascensor sabrá que lo soy, diablos.
Subí al ascensor y ni se cómo logré caminar, cierto. Me concentre en mi teléfono celular, aun así... el parecía ansioso por salir de allí, lo sabe ¿verdad? Sé que lo sabe... logré mirarlo de reojo y pude verlo. Estaba... estaba sonriendo. Supongo, que valía la pena tomar el riesgo. Abrí mi boca pero el elevador también abrió sus puertas, el sin dudarlo salió del ascensor, había perdido mi oportunidad de hablarle...
Paso el tiempo, nuestra rutina era la de siempre, ahora tenía algo nuevo. Podía verlo y sonreír, el me devolvía la sonrisa pero jamás hablábamos y aquello solo era de lejos.
Me senté en la terraza, estaba frustrado, era como un niño pequeño que no sabía ni como hacer para hablarle a la persona que le gustaba ¿y si empleaba trucos de niños? Podría tomar su cabello y jalarlo o podría hacer ese típico de ¿me das azúcar? Digo, somos vecinos, a cualquier se le acaba la azúcar ¡que pendejo hay una tienda aquí abajo! Jamás hemos hablado y...
¡POR DIOS SALIO!
¡ÉL SALIO!
¡SALIO!
¡SALIO!
¡Y riega las plantas!
Bien, cálmate. Relájate, tienes un cigarro, úsalo. Sabes cómo hacer esto, sabes ser tú, sabes que puedes hacerlo y diablos mis piernas tiemblan. Solo... solo hazlo...
Mis piernas estaban temblando, mis brazos también, me recargue en la terraza que daba a la suya, sople fuerte el humo y tome valor ― oye – le llame, tardo pero volteo y me miro ¡ME MIRO! Se quedó callado, ¿Qué puedo decir? ¿Qué puedo hacer? Debo hablarle de algo, solo algo, digo por algo le llame ¿no es así? Mis piernas temblaban, su rostro era un paraíso para mis ojos. ― tu nombre es Dazai, ¿verdad? - ¡claro que lo es! Les he preguntado a todos por ti pero disimula maldito ― lo vi en tu correo – la mejor excusa.
Sigue callado. Eres bueno en esto Chuuya, has logrado conversar. Continua, buscaba algo y eso era perfecto, aquella planta que tanto me gustaba desde que el llego aquí ― ¿Cuál es el nombre de esa planta?
― Brachyglottis greyi, mejor conocida como Senecio Greyi.
¡HAY POR DIOS SI ME CONTESTO! Cálmate Chuuya, cálmate. Dios no puedo estoy en otro mundo solo con escuchar su voz. Mi mente se fue a otra dimensión por escuchar su nombre, seguramente tenía una cara de estúpido mientras lo miraba regar las plantas, estaba relajado y mejor acomodado en la protección de la terraza ― siempre me ha parecido hermosa – hable sin prestar atención, mis nervios se habían ido, pero ¿Cómo? ― me alegra que vuelvas a darle agua. Estaba muy sola sin ti – agregue.
― Claro. – respondió. Diablos creo que dije algo malo. No se ve muy feliz
Quería arreglarlo, lo miraba pensando que decir, necesitaba tener más tiempo con él, no quería que se fuese – tomo sus cosas, iba a regresar a su habitación, no lo volvería a ver ¿no lo volveré a ver? ¿Jamás? No, no quiero eso ― ¡oye! – Grite aunque, bueno creo que solo fue un llamado, busque que decir, algo sobre otra planta, algo lo que sea, y recordé ― ¿te-tendrás algo de azúcar? – la vieja confiable.
Él me sonrió. Creo que hice algo bien. Fue todo lo que necesite para poder vivir feliz por el resto de mis años.
...
Anoche recorde un mal de amores, hoy logre escribir esto.
Espero que les guste.
Había pensado en agregar a Akutagawa y Atsushi para el capitulo final (o sea el 3) pero... creo que así queda perfecto.
Haganme saber si quieren un tercer capítulo, así me pondré a trabajar en el
Pd1. por si alguien no entendío. Chuuya salio con las amigas de Dazai solo para conseguir información, y no, no salio con Rampo. simplemente que pasaban mucho tiempo y como Rampo llevaba ahora ropa de detective Dazai jamás pudo reconcoerlo pues no pudo ver nunca su rostro (eso fue plan de Rampo pues sabía los sentimientos de ambos chicos).
¡Gracias por leer!
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