Parte LXXIII: El mejor papá del mundo
*no me hago responsable de ningún reclamo sobre este capítulo :c
Mi mirada se dirige inmediatamente a Adam y a James. Siento un gran alivio al verlos sanos y salvos. Esa carga que sentía hace rato se desvanece por completo.
Hay cuerpos de hombres muertos por todas partes. Dios mío, no sé cómo puedo aguantar ver este terrible escenario.
John suelta mi brazo y me doy cuenta que me ha puesto frente a Adam.
-Sana y salva -dice John, de mala gana.
Adam asiente y luego me mira. Me examina detenidamente y cuando termina me estrecha entre sus brazos con mucha fuerza. Me da leves besos en el cabello. Rodeo su espalda con mis brazos y le devuelvo el abrazo con la misma fuerza. Lo necesitaba tanto.
-Oh, chérie -susurra en mi oído.- Estás a salvo.
-Sí.
Lentamente me alejo de él y le dedico una sonrisa, aunque no llega hasta mis ojos. En cambio, él sonríe lleno de felicidad. Acaricia mi mejilla y se inclina un poco para intentar besarme, pero James nos interrumpe.
-Grace. Pequeña, ¿estás bien?
Me alejo de Adam y corro a los brazos de mi padre. Oh, estos brazos también los extrañaba. Su abrazo es tan familiar y cálido.
-Estoy bien, papá. Lo estoy.
Salgo de sus brazos y lo miro. Su rostro se ve cansado, aunque también se ve feliz por verme. Supongo que sí lo está. Miro a John, que está hablando con Adam.
-Él me cuidó -lo señalo.
John deja su plática y me mira fríamente. Siento que me odia. Jesús, ¿qué le he hecho?
Finje una sonrisa para James.
-Umm... el policía que no puede mantener la boca cerrada -se burla James. John ríe, aunque se ve obligado a hacerlo- Gracias por cuidarla.
Adam se acerca a mí y a James. Creo que es un buen momento para preguntar qué es lo que ha sucedido. ¿Por qué de pronto James ha perdonado a Adam de todo lo que hizo?
-¿Le has dicho? -le pregunta Adam a James.
-No -Responde James, agitando la cabeza.
-¿Decirme qué? -arqueo una ceja.
James me mira y sonríe.
-Es una larga historia. Mejor vamos a casa y te cuento todo.
-Pero -interrumpe Adam - necesito hablar con Grace un momento.
Coloca su mano en mi brazo y me hace una leve caricia. Cielos, sus caricias. Lo miro con el entrecejo fruncido.
-¿Sobre qué?
-Sobre nosotros. Todavía tengo que explicarte algunas cosas sobre lo que...
-¡Adam, cuidado! -Grita James.
Entonces, todo pasa en un segundo: James empuja a Adam al suelo para evitar que las balas lo atraviesen. En lugar de disparar a Adam... dispara a James. Y con la misma velocidad que Adam cayó al suelo, con ésa misma se levanta y le dispara al sujeto. Una, dos, tres veces y cae muerto. Logro identificar su rostro; era Harrison.
-¡Maldito! -exclama Adam.
Mi corazón deja de latir por un momento. Me quedo completamente congelada al ver a James en el suelo. ¡Grace, reacciona!, me grita mi subconsciente. Mis piernas finalmente se mueven y corren hasta el lugar donde James está. Me pongo de rodillas a su lado y tomo su pulso. Gracias al cielo está vivo.
-James -lo llamo- James, reacciona.
Lentamente abre sus ojos. Sus lentes están un poco torcidos, así que los acomodo. Reviso sus heridas, son dos. No me detuve a escuchar cuántos balazos fueron.
-Grace -dice débilmente- Tranquila, pequeña. Estoy bien.
Mis ojos comienzan a picar. Son las lágrimas que quieren salir.
-Dios, papá. ¿Cómo puedes decir eso?
Adam se acerca rápidamente a mi lado y revisa a James con preocupación. Bufa y levanta la mirada para ver a todos los policías que observan perplejos.
-¿Se quedarán mirando todo el rato? ¡Llamen a una ambulancia, ahora!
James limpia las primeras lágrimas que se derraman por mis ojos.
-Oh, Grace. No llores, mi amor. -dice con voz trémula.
No sólo con voz trémula. También puedo identificar el dolor que siente. Me provocan más ganas de llorar. Empieza a toser y de su boca escupe sangre. Me recuerda cuando lo hacía porque estaba enfermo. Pero esto es peor. Se ha perforado un pulmón.
Creo que... no vale la pena llamar a ninguna ambulancia.
-Papá -sollozo- Te amo.
-James... James. Tranquilo, vas a estar bien -Adam suena desesperado- La ayuda ya viene en camino.
James agita su cabeza negando. Él también sabe que no podrá.
-Sólo quiero decirte una última cosa, Driver-Sonríe como siempre lo hace- Gracias.
Adam asiente.
-Gracias a ti, James.
Creí que después de eso Adam se iría, pero se mantiene a mi lado. Yo todavía no puedo parar de llorar. Acaricio el rostro de James y le intento sonreír. Él señala el bolsillo de su pantalón.
-Hay algo para ti.
Busco donde él me dice y lentamente saco un sobre pequeño. Es una carta.
-Léela cuando...-tose de nuevo- Cuando te sientas preparada.
¿Cuando me sienta preparada? No lo entiendo.
Asiento con la cabeza. Sus ojos comienzan a brillar y lentamente una lágrima se resbala por sus mejillas. Le quito los lentes y los pongo a un lado.
-Eres el mejor papá del mundo, ¿lo sabes, verdad?
-Tengo la mejor hija del mundo.
Recargo mi cabeza en su pecho un momento y comienzo a sollozar.
-Dios mío, papá...
-Perdóname. Me alegra haber.... Pasado mis últimos días contigo. Fue... fue lo...
-Shh...-pongo mi dedo índice en sus labios. -No digas nada más.
Adam sigue a mi lado. Creo que también ha entendido que no se podrá hacer nada.
James toma mi mano, lo hace con muy poca fuerza. Ya no le queda.
-Te amo -susurra.
-Yo te amo.
Y lentamente cierra sus ojos. Esta fue la última vez que pude ver sus hermosos y brillantes ojos azules. La última vez que pude escuchar su voz. Ahora él se fue.
¿Quién diría que duraría tan poco?
-No -chillo.
Abrazo el cuerpo, ahora sin vida de James, y sigo llorándole. ¿Qué haré ahora sin mi padre?
Ahora siento como todo mi mundo se derrumba. Mi corazón se parte en miles de pedazos. No tengo ya ni siquiera las fuerzas para llorar. Tan sólo quisiera poder haber sido yo la que recibió el balazo.
-Grace -es Adam.
Giro mi cabeza para mirarlo y le frunzo el ceño.
-Vete -le ordeno.
-¿Qué? Pero...
-¡Fuera de aquí! ¡No quiero volverte a ver en mi vida!
Ahora me siento completamente enfadada con él. En realidad con todo el mundo. Pero especialmente conmigo misma. Me odio. ¡Me odio!
-Esperaré a que te calmes.
-¡Mi padre está muerto! ¡Vete, ahora! Si me amas tanto como dices... no quiero que me vuelvas a buscar. Jamás en tu vida. Te lo había pedido antes, ¿lo recuerdas? ¡Desaparece de mí!
Su boca forma una O. Se ve impresionado, aunque también se ve lastimado. Por un momento me arrepiento de haberle gritado eso, pero no quiero decirle ya nada más.
Adam se aleja de mí lentamente, pero antes susurra:
-Yo también perdí a mis padres.
Ignoro sus palabras y me quedo en el mismo lugar. Con las piernas sin poder moverse, junto a mi padre, que ahora está muerto.
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