Parte LXIX: Borrachera
Voy por la segunda copa, ¿O la tercera? Llevo tan pocas y ya estoy por perder la razón. Tenía mucho que no tomaba. Oh, mierda. No recordaba lo increíble que se siente el alcohol recorriendo por mis venas. En un rato más estaré más borracho que una cuba.
-Otra, Adam -me ofrece John.
Asiento con una sonrisa.
Y nada mejor que ponerme borracho en mi departamento. Quizás en un rato podrán venir algunas señoritas.
-¡Salud!
Estrello mi copa contra la de él y luego comienzo a tomarla lo más rápido que puedo. Joder, que increíble sensación. Pero no más que el sexo. Oh, el sexo. Ya ni siquiera recuerdo cómo se hace.
John ya va por una quinta copa. Este hombre sí se pondrá más borracho que yo. Quizás. Bueno, esta es su adicción. Me levanto de un mueble en forma de L y me acerco a unos cajones para buscar una cajetilla de cigarros. Me alegra haberla guardado.
Vuelvo a sentarme a un lado de John con las piernas tambaleándome. Enciendo el cigarrillo y lo pongo en mi boca. El humo es tan reconfortante. Saco el aire por la boca y con éste viene el humo.
John ríe.
-Hermano. No te vez nada bien. ¿Lo estás?
-Oh, John. Estoy bien, hermano. ¿Sabes? -Comienzo a reír- Creo que puedo escuchar tus pensamientos.
Él arquea una ceja.
-¿Qué estoy pensando ahora?
-¡Estás pensando en esa chica! -Exclamo- ¿Maryse?
Steven pestañea y me toma de los hombros.
-Adam, ¿de qué carajos estás hablando? Llevas tan pocas y ya estás hasta el infierno de borracho.
Oh, mierda... Sólo llegó. ¡Quiero divertirme!
-¿A qué horas llegan las chicas?
John se levanta y toma mi rostro entre sus manos.
-¡Oye, Adam! No vendrá nadie. Creo que fue mala idea esto de la borrachera. Te estás poniendo mal.
-A tomar por culo eso, John. ¿Qué no entiendes que quiero...?
Escucho el timbre de la puerta. Abro los ojos de par en par. Veo un poco borroso. Me levanto con dificultad y hago a un lado a John. Siento las piernas como gelatina. Ahora temo caerme. Me siento con más ánimos de decir cualquier cosa que me cruce por la cabeza. Incoherencias. Cuando estoy así de borracho es un don.
Abro la puerta y antes de que reaccione al verlo, él me lanza un golpe en la cara. Caigo al suelo y me doy un leve golpe en la cabeza. Creo que eso me ayudó. Escucho a John diciendo mi nombre. Retrocedo gateando y lentamente vuelvo a incorporarme.
-¿Ja...James? ¿Qué mierda haces por acá? ¿Cómo supiste donde vivía?
-Adam, ¿quién es él? -pregunta John acercándose a mi lado.
James inmediatamente saca un arma de un lado de su cintura. Vaya, extrañaba esto. La típica escena 'Te amenazaré con mi pistola'
Levanto las manos y retrocedo. John es quien le sigue el juego y también le apunta.
-Policía del FBI -anuncia- Baje su arma.
-Sé que son unos malditos policías. Quiero hablar con ése -me señala con la barbilla- Baja el arma tú y lo hago yo.
-No confío en un delincuente -dice John.
-Hazlo, John. Bájala.
Y me hace caso. Volteo a ver a James nuevamente, pero él ya está sobre mí sosteniéndome del cuello de la camisa. Aprieto la mandíbula e intento no temerle a su penetrante mirada.
-Tú te llevaste mi hija, maldito.
'Mi hija' A... mi... mi Grace.
-¿Qué? No. -Agito la cabeza- Bájame ahora.
James lo hace. Es la primera vez que me hace caso en algo. Acaricio un poco mi cuello y trago saliva.
-¿De qué estás hablando, James? ¿Se... se la llevaron?
-Pensé que lo habías hecho tú.
-¿De qué están hablando? -interrumpe John.
-Cierra la boca -le ordeno- Yo no lo hice, James... ¿Quién...? ¿La han lastimado?
James golpea la pared. Se ve realmente frustrado.
-No lo sé, Adam. Eso es lo que más me está matando.
Ya no me siento más borracho. Esa noticia me ha hecho reaccionar. ¿Dónde está mi chica? Mi Grace... ¿Qué le podrán estar haciendo? No quiero ni pensar que un maldito le esté haciendo daño.
Pero sé exactamente quien es.
-Ya... ya lo sé.
-¿El qué? -pregunta James inmediatamente.
Me acerco a él y lo miro.
-Fue Harrison.
-¿Harrison?
-Sí. Harrison.
James frunce el ceño. Claro, está de su lado, querrá creerme.
-¿Por qué lo haría?
-James... me dejaste huir. Además, él me odia. Se llevo algo que ambos amamos y que sabe que haremos todo por recuperarlo.
-Maldito -masculla.
-¿Alguien podría decirme qué está pasando? -pregunta John, nuevamente.
-¡Cierra la boca! -gritamos James y yo al unísono.
John se queda serio y se cruza de brazos. Vuelvo mi mirada hacía James.
-Tenemos que buscarla.
-No. Yo tengo que buscarla. Tú ni pienses que te acercarás a ella, traidor. Fue un error venir aquí. Si la tienen es por tú culpa y nada más que eso.
Sus palabras me lastiman un poco. Sí, es cierto, fue por mi culpa. Pero quiero arreglar esto.
-Además -sigue James- Estás ebrio y hueles a cigarro.
Tomo mi camisa y la olfateo un poco. Ni siquiera me acordaba que estaba fumando. Rodeo los ojos.
-James. Sé que quizás me odias, pero tú no entiendes por qué tuve que hacer todo esto. Tuve mis razones. Además, si todo esto es por mi culpa, yo mismo tengo que solucionarlo. La... la amo.
-¿Es por esa chica? -es John de nuevo.
Giro la cabeza y le lanzo una mirada fulminante. Vuelve a ponerse serio.
-Entonces... ¿Qué dices? Tengo todo de mi parte. Equipo de rastreo, policías. Todo.
-Eso también me pone en peligro a mí.
-No. No te pone en peligro.
James parece inmerso en sus pensamientos. Mientras toma una decisión acaricia levemente su barbilla. Se la ha quitado. Claro, Cassandra.
-Está bien. -dice al fin.
Mis labios se curvan en una sonrisa. Vuelvo a mirar a John.
-Prepara una camioneta llena de policías. Armas, equipo de rastreo, metralletas y si es posible un tanque de guerra.
-Bromeas acerca del tanque de guerra, ¿verdad? -John arquea una ceja.
-Por supuesto. Pero no olvides lo demás. Esto será un increíble enfrentamiento. -Volteo a ver a James, parece un poco impresionado- James, es hora de que sepas la verdad de algunas cosas.
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