Capítulo XXVIII: Shakira


Capítulo XXVIII: Shakira

Jagger


Mientras espero afuera del salón de clases miro con curiosidad a un grupo de chicas vestidas de negro llorar por Abel.

Abel, el traficante de drogas, sorprendentemente buen estudiante, y querido por las chicas que fue encontrado muerto hace dos días. Él también era el primo de Ariane y siendo honesto, me caía bien, era amigable y mayormente estaba relajado por la marihuana sin deseos de lastimar a nadie.

Abel nunca me hizo daño y tampoco a los míos. Esa vez que fue visto en Liverpool solo hizo lo que se le pidió sin saber para qué, él ni siquiera trabajaba directamente para Bryce.

El problema de Abel es que solía probar las drogas que le llegaban para control de calidad y entre las nuevas drogas se encontraba esa píldora que en mi primer año hizo tanto daño en la OUON. En cierta manera, ha muerto un inocente.

No sé si se trata de que fuese alérgico a algún componente o a que la droga haya sido mejorada, pero a diferencia del pasado, su muerte sucedió en minutos, siendo encontrado horas después por su compañero de cuarto.

Lo catalogan como una sobredosis, no se conoce de esta nueva droga.

Abel era un hombre carismático, prueba de ello es la manera en la que muchos lo lloraron y aun se ven afectados. Cuando muere alguien querido de alguna manera el impacto es más grande, pero no dejo de preguntarme cuando todas estas personas simplemente pasarán la página dejándolo atrás como a todos.

También me pregunto si este es solo el principio para que esa asquerosa droga vuelva y si esa es mi señal de que Bryce cada vez está más cerca.

—¿Jagger?

Alzo la mirada hacia Charlotte, quien por fin parece haber terminado su clase. Me enderezo y me doy cuenta de que algunos nos lanzan un par de miradas antes de saludarme.

—Hablemos un momento en privado —pido y ella asiente ubicándose a mi lado mientras nos movemos entre los estudiantes de su escuela.

No hacemos ninguna conversación y es un poco incómodo. Si soy honesto, no me gusta demasiado Charlotte, lamento su pasado y lo que ha vivido, pero de alguna manera es como si simplemente no pudiéramos relacionarnos porque sé que tampoco soy su persona favorita. En secreto me gustaría que Dakota y ella no fuesen amigas, pero no siempre obtenemos lo que queremos.

Me deja guiarla hacia la biblioteca en donde trabaja Dakota, no me hace preguntas al respecto, solo me lanza miradas de reojos. Cuando al entrar a la biblioteca veo a mi novia en el mostrador le doy un saludo con la mano que ella me devuelve antes de mirar a Charlotte y devolver la mirada hacia mí, dándome un asentimiento como señal de que puedo usar el cubículo que le había pedido que me apartara para poder hablar con su compañera de cuarto.

Creo que eso pone un poco inquieta a Charlotte, pero se esfuerza en no demostrarlo en tanto cierra la puerta del cubículo detrás de ella, mirándome con desconfianza y desconcierto.

—¿Qué está sucediendo, Jagger? No me has hablado en mucho tiempo y ahora me traes aquí de manera sospechosa. Dakota actuaba raro antes de salir de nuestro piso... Sin contar que me ofreciste un lugar en lo que sea que hagas, pero me han ignorado.

Dejo que pasen unos segundos en los que la miro y se remueve incómoda.

—Seamos honestos, tú no confías en mí y yo no confío en ti, quería tenerte cerca porque eres vengativa y con justa razón, pero tengo la sensación de que estás molesta conmigo por acciones que no fueron mías.

Querías tenerme cerca ¿Por qué ahora no?

—Porque sé con certeza que no eres parte de lo que sucede, solo quieres justicia al igual que yo por lo que le hicieron a Lindsay.

—¡Por supuesto! ¿Por qué habría de mentir sobre eso?

—Pero no se trata solo de Lindsay —continúo—, de alguna manera te abocas a esto porque sientes que darle un cierre a su historia te ayudará a sanar tus heridas.

—No te atrevas...

—Por eso estás tan obsesionada con ello y te crees un juez y verdugo. Me culpas aun cuando ambos sabemos que no le hice eso...

—Si no hubieses...

—Vivo con mis culpas, Charlotte, me reprendo lo suficiente y he perdido muchos sueños por ello, créeme, no necesito que tú me lo digas o me lo quieras meter a la cabeza, porque resulta que apenas estoy intentando sanarlo y me queda mucho por recorrer.

»No te necesito a ti ni a nadie más llamándome culpable o echándome en cara mis decisiones. A ti te duele una amiga, si es que eso es lo que fue, que conociste en internet, a mí me duele quien fue mi amiga, mi novia y en general una persona increíble.

—Al menos eres consciente de tu responsabilidad.

—Soy consciente de que no importa lo que te diga, tienes tu opinión sobre mí y también soy consciente de que no tengo que justificarme ante ti. No estabas aquí, leíste una historia que decidiste creer textualmente y te obsesionaste lo suficiente para incluso guardarla e imprimirla.

—Hablaba con Lindsay.

—Y crees profundamente en cada cosa que te dijo. Lindsay no estaba bien.

—No estaba loca.

—No digo que lo estuviese, pero estaba en una posición vulnerable, escribir fue su forma de desahogo y tal vez hablando contigo buscaba un escape, bueno, realmente nunca lo sabremos. Pero deja de fingir que la conociste lo suficiente y que eso justifica tus acciones. No la uses como tu bandera y no supongas lo que ella hubiese querido.

»¿Sabes lo que verdaderamente ella hubiese deseado? Que la dejáramos descansar en paz, que no ahondáramos en lo que tanto le dolió y la mencionáramos todo el tiempo, pero mi rabia y remordimiento no me permite darle esa paz hasta que todos paguen y a ti no te deja el egoísmo.

Abro mi mochila y saco un sobre que le entrego, cuando ella lo abre, jadea.

Es la historia de Lindsay triturada.

Luego de todo un día y noche hablando con papá, pensando y tratando de tomar decisiones, finalmente solté la historia. No puedo seguir con ella, no puedo hacerme más daño.

—Esto no hace ningún bien ni a ti ni a mí, Charlotte. ¿No te has puesto a pensar que tal vez la historia no fue eliminada por la plataforma y que fue Lindsay quien la eliminó? ¿Qué tal vez se sentía expuesta y vulnerable y se arrepintió?

»Si ella hubiese querido que conociera esa historia me habría dejado pistas, está claro que nunca tuvo intenciones de que yo o cualquiera que la conociera la leyera —Sus nudillos son blancos mientras se aferra al sobre—. Supongo que tampoco te ha pasado por la cabeza que quizá mezcló lo sucedido con ficción, eso hacen los escritores.

—Lindsay no era una escritora.

—Lindsay escribió esa maldita historia, eso la hace una escritora.

Respiro hondo porque no quiero alzar la voz ni entrar en una discusión, quiero un corte sin daños.

—Hasta aquí llega este asunto, Charlotte.

—¿Entonces qué? ¿Fingimos que nada pasó y no se hace justicia?

—No he dicho eso. Lindsay obtendrá justicia, pero por tu bien es mejor que sueltes esto.

»Tienes una oportunidad increíble de llevar una vida plena y feliz, ocúpate de tus problemas, y sal de esta locura que es mucho más oscura de lo que imaginas. Ojalá yo tuviese el mismo pase libre que tú. Toma tu privilegio y vive por ti, no por alguien más.

—Solo quería ayudar —Una lágrima cae y siento empatía.

—Y eso no es malo, pero hay que saber cuándo parar. Arregla tus problemas, sana.

Se sorbe la nariz limpiándose con el dorso de la mano las lágrimas, casi parece desorientada y tan confundida. Tiene su propio dolor y aun así no sabe cómo soltar el ajeno.

—¿Dakota me odia? —Se atreve a preguntarme.

—Todos sabemos que es difícil que ella haga eso. Si sabes ser una buena amiga, estoy seguro de que te querrá y Charlotte, espero dejes de hablar de Lindsay con ella, Dakota no tiene por qué girar su vida entorno a ella o pensar que es una sombra. Sé que las llegaste a comparar y te pido que no lo hagas de nuevo, sabes que no lo merece y no es así.

»Si de verdad quieres ser su amiga, hazlo por quien es ella y si no puedes, entonces aléjate porque no tolero que lastimen a Dakota ¿Entiendes?

—Entiendo.

Ambos nos quedamos callados y finalmente ella sale del cubículo. Por su bien espero y deje a Lindsay atrás, no sé si me cree, pero ella aún puede salir de este juego perverso, será mejor que lo haga.

—¿Cómo estuvo eso? —pregunta Dakota entrando al cubículo minutos después—. Se fue llorando y parecía que no podía mirarme a los ojos.

—Tal vez tiene mucho por procesar, espero y lo entendiera.

—Hablaré con ella más tarde, tal vez necesita sentarse a conversar con una amiga.

—¿Y si todo lo que quiere es hablar de Lindsay? —pregunto y traga.

—Me alegra que ella no sea parte de la lista —desvía la conversación y doy un asentimiento distraído—. A veces temí que fuese el caso.

—Tiene su propio pasado doloroso, pero no pretende hacernos daño, aunque bien no le caigo.

Me siento sobre el escritorio y ella se acerca para ubicarse entre mis piernas y tomarme el rostro entre sus manos.

—Estoy feliz de que renunciaras a esa historia que tanto daño te hacía. Estoy orgullosa de los pasos que estás dando para sanar, Jagger.

—Sí, mi terapeuta seguramente también lo estará.

Presiono mi mejilla contra su pecho mientras me acaricia la espalda con una mano.

Suena fácil, sin embargo, triturar esas hojas no fue sencillo y cuando junto a James lo hice, tuve unas duras horas de culpabilidad y de arrepentimiento, pero a un par de días me gusta creer que hice lo correcto. Leerlo no me hacía ningún bien y las respuestas que su realidad con ficción podría ofrecerme, ya me las dio alguien más.

Es el comienzo para dejar ir el pasado, paso a paso, si de verdad quiero un futuro con Dakota y sentir mi mente más sana, eso era algo que debía hacer.

—Tengo que volver al trabajo —murmura Dakota y me quejo aferrándome a sus caderas escuchándola reír por lo bajo—. Tienes que dejarme ir.

—Nunca.

—Bueno, tienes que hacerlo ahora para que pueda volver al trabajo.

Me hace despegar la mejilla de su pecho y me da un rápido beso en los labios antes de salir de mi agarre.

—¿Ya pensaste en qué quieres hacer para tu cumpleaños?

He sabido lo que quiero desde el primer momento en el que me preguntó hace un par de semanas. Solo no tenía el valor de decirlo en voz alta.

—¿Jagger? —pregunta buscando mi mirada y cuando la consigue, me sonríe—. ¿Qué quieres?

El silencio es breve, pero dura lo suficiente para desconcertarla y traer preocupación a su rostro, por lo que dejo de dar vueltas y me sincero:

—Mimos.

—¿Mimos?

—No quiero una fiesta, pastel o bailes. Solo quiero mimos, sentirme, ya sabes...

Ambos sabemos la palabra que dejo al aire y que completa mi oración: amado.

Ella me da una sonrisa suave que me calienta el pecho.

—Mimos serán. Te tendré tan mimado que querrás deshacerte de mí y te sentirás tan, pero tan amado que pensarás que te asfixio. Sabes que me pondré muy cursi ¿verdad?

—Cuento con ello —Sonrío.

Ríe por lo bajo y acorta la distancia para darme un beso profundo y húmedo que me tiene nuevamente aferrándome a sus caderas queriendo muchísimo más, pero se aleja, sonriéndome con labios hinchados.

—Un Jagger mimado, me encanta —Me guiña un ojo y gira tras abrir la puerta—. Te veo más tarde. Te amo.

—También te amo —respondo casi de forma inmediat.

Me quedo durante bastante tiempo en el cubículo, pensando en papá diciéndome que se encargaría de que Megan pagara por lo que hizo, en Seth recuperado tras esa droga misteriosa que me pone receloso, en Abel muerto por la droga de Bryce y en mí soltando la historia de Lindsay.

Pero no hay mucho tiempo para ser reflexivo cuando me llega un mensaje de Dacon.

PERSONA: Tengo al juguete que buscabas.

Y es una foto de un Eric inconsciente.

***

—No está muerto, por si te lo preguntas —dice Dacon antes de beber de su café—. Aunque desde mi punto de vista cada uno de ellos debería de estarlo, pero esa es solo mi humilde opinión.

—Tú no conoces de humildad.

—Está prohibido tener humildad en la familia para que la trabajo.

Y honestamente su seriedad me impide saber si bromea o no, nunca se sabe.

—No soy un asesino —digo en voz baja, pero él me escucha.

—Sin embargo, yo sí. De hecho, para traerme a esta cucaracha tuve que asesinar a los dos tipos que lo cuidaban.

Volteo a verlo y se encoge de hombros terminándose el café. Mi mirada se pasea por el lugar. Me genera desconcierto que un lugar en donde se puede aplicar tortura o asesinar a alguien se encuentre tan tranquilamente en el centro de la ciudad, en la parte más lujosa.

Las paredes se encuentran insonorizadas y son tan negras como el suelo, con desagües ubicados estratégicamente para una mejor limpieza. No hay demasiado inmobiliario más allá de dos sofás individuales rojos y un largo mesón ubicado de manera extraña en donde se extiende una serie de herramientas de las cuales algunas incluso me resultan desconcertantes.

Otra cosa del mobiliario es la silla en la que se encuentra un Eric inconsciente, sentado mientras sus manos atadas están por encima de su cabeza, enganchadas de un mecate que lo podría hacer colgar. Tiene moretones de los golpes que Dacon le ha dado y el labio roto.

Me enferma que incluso en esta situación, luce tan aristócrata, tan bien cuidado, como si no hubiese huido tras intentar engañar a Dakota, pero supongo que de hecho vivía en tranquilidad, divertido con este juego.

—Realmente no sabes quién es Eric ¿Verdad? —Me pregunta Dacon.

—Es una de las basuras que violó a Lindsay, uno de los principales activos en las perversiones.

—Sí, pero él es más —Vestido completamente de negro se acerca a mi lado —. ¿Cuándo fue la primera vez que lo viste?

—Poco más de un año y medio.

—Pero se supone entró a Ocrox cuando tú estabas en segundo año, que curioso que no lo ubicaras desde antes, pero según su expediente universitario está ahí desde hace mucho tiempo.

Eric nunca me importó, lo vi hace poco más de un año algunas veces en fiestas, pero nunca coincidimos en grupos, nunca me buscó por ayuda o si quiera intercambiamos una palabra. Me interesé en él cuando supe que había estado alrededor de Dakota y todo pareció limpio ¿Por qué iba a dudar de que alguien genuinamente quisiera salir con una mujer como Dakota? En ese momento, todos sabían de nuestra ruptura.

—¿Has tenido una conversación larga con Eric en algún momento?

—Nunca hemos hablado —respondo mirándolo, sabiendo que todas las preguntas tienen algún trasfondo.

—Bueno, hagamos que eso cambie.

Sin ningún preámbulo, Dacon toma un cubo de agua helada y se la arroja a Eric que jadea y despierta balbuceando y tratando de orientarse. Me mira con sorpresa antes de pasar a la molestia, pero su expresión se transforma en asco cuando ve a Dacon, diciéndole lo que supongo es algún insulto en alemán, con un dialecto diferente, antes de escupir.

—Eso ha sido dramático e innecesario —Le hace saber Dacon—. Así que aquí estás, Eric y así que sigues siendo una de las ratas de Bryce. Tienes un placer perverso por ser un esclavo.

—Lo dice la perra de los locos austriacos.

Dacon le sonríe antes de fingir un gruñido perruno y arreglarse los lentes que le resbalan por el tabique de la nariz.

—Ya, ya, sé que aun te duele que te hayan rechazado el ingreso a Rätsel, pero tienes que superarlo.

Eric le dice algún otro insulto en alemán y Dacon solo lo mira.

No tengo que preguntar, es evidente que esa es la lengua materna de Eric y que a diferencia de los que han sido eliminados de la lista, su vínculo con Bryce no inició en Nottingham, posiblemente en realidad ni siquiera me conocía.

—Así que eres la razón del por qué cazar a Jagger se ha vuelto más divertido y complicado —dice Eric antes de dirigir su mirada a mí.

Ahora que no finge ser el muchacho de Londres increíble y galán, su acento es tan marcado como el de Dacon. Austriaco.

—Supongo que no saldré vivo de esta —suspira con pesar.

—No te hice absolutamente nada —hablo finalmente.

—Es cierto ni siquiera sabía de tu existencia, pero cuando escuché de ti no pensé que fueras tan molesto —Me responde—. No tengo un gran discurso que dar. Solo que era trabajo, no te lo tomes tan personal.

Me río de forma baja. Llama trabajo a arruinar la vida de alguien, violar a una persona, cazar y ser un miserable.

—Eric en realidad es bueno en química, no tanto como otros, y fue tomado por los Fischer cuando fue rechazado por su primera opción —Se burla Dacon y parece ser algo sensible para Eric que se sacude en la silla—. Era uno de los responsables de la droga que circulaba en el campus, pero supongo que se hizo demasiado necesitado de aprobación y cedió ante Bryce.

»El control de la droga se le fue de las manos, él y Bryce lo sabían, pero fue más fácil culparte a ti, Jagger. Así que seguramente alimentó toda esa ira de Bryce para eludir la responsabilidad de que su droga era una mierda o al menos parte de la ayuda que prestó para crearla. Él simplemente lastimó a Lindsay porque es un miserable.

—Y porque estaba aburrido —Completa Eric, mirándome con una sonrisa de los labios rotos—. Aunque bueno, Lindsay estaba bastante bien, era muy apretada, pero eso ya debes de saberlo, la follaste muchas veces y yo apenas un par.

Mi cuerpo se sacude con un espasmo de rabia, no creo que siquiera lo haga para molestarme, es simplemente él conversando casualmente de lo que hizo.

Acorto la distancia y le doy un puñetazo tan fuerte que algo cruje en su mandíbula mientras tose sangre y luego lo pateo en el pecho, haciéndolo jadear antes de que caiga al suelo partiendo la silla.

—¿Por qué te molestas? —pregunta con la boca sangrante—. Ahora tienes una novia que está mucho más buena, por cierto, pese a este juego, la verdad es que ella sí me gusta, pensé que genuinamente llegaríamos a tener algo especial, pero debes de tener alguna polla mágica, porque nada la hizo abrirse de piernas para mí y ha sido bastante odiosa desde que volvió contigo.

Le doy tres puñetazos seguidos y escupe uno de sus dientes. Tiene que sentir mucho dolor, pero no lo manifiesta o se detiene.

—No conocía a Lindsay, pero Bryce pidió el favor de que la follara ¿Y cómo iba a rechazarlo? Si te hace sentir mejor, ella te llamó varias veces, parecía especialmente triste de que nunca apareciste.

Me agacho sobre él y aprieto el pulgar e índice de una de mis manos contra sus mejillas, hundiéndolos hasta que siento los huesos de sus pómulos y mandíbula y luego con mi otra mano presiono su mandíbula, enganchando los dedos y tirando hacia abajo mientras los otros dedos presionan hacia arriba.

—No creo que quieras hacer eso —Me advierte Dacon—. Habrá un crujido realmente significativo cuando le desprendas la mandíbula y será bastante feo, no es algo que olvidarás.

—Solo quiero que se calle. No quiero escucharlo más.

—Puedo hacer eso.

Estiro otro poco más y presiono mientras Eric me mira con fijeza, casi con desafío y cuando me levanto, se ríe.

—Por eso es divertido molestarte, eres tan frágil y débil, tan bueno.

—Que no me ensucie las manos no quiere decir que no esté de acuerdo con lo que te hagan.

Él se ríe otro poco más y dedica más tiempo a molestar a Dacon sobre la familia para la que trabaja, pero luego pasa a alabarse sobre la droga que mató a estudiantes hace años y que actualmente acabó con la vida de Abel.

—Eric, no hiciste esa mierda solo y ni siquiera la hiciste bien —Lo corta Dacon antes de ir a un extremo y apretar un botón que alza el cuerpo de Eric hasta dejarlo suspendido hasta la punta de sus pies mientras cuelga de las ataduras de sus manos—. Caíste tan bajo que terminaste violando a una chica indefensa e hiciste cosas viles sobre su cuerpo, la denigraste, lastimaste y te burlaste. Eres tan miserable que culpaste de tu ineficiencia a un estudiante de primer año y alimentaste una cacería sin sentido.

Dacon camina hacia el mesón y toma un cuchillo junto un pequeño aparato de acero.

—Eres tan perdedor que teniendo treinta y un años fingiste ser un estudiante a principios de sus veinte para seguir con este juego. Y eres tan increíblemente tonto, que han pasado años y no has perfeccionado la droga.

—Soy...

Sus palabras se traban cuando Dacon aprovecha esa abertura para introducirle el aparato en la boca que se la mantiene abierta, como si estuviese haciendo una visita al dentista.

Dacon voltea a verme.

—Esto va a ser un poco feo.

Simplemente parpadeo.

Que te hagan la vida miserable por una decisión es terrible, pero que alguien simplemente por gusto participe en ello es indescriptible. Tengo una sensación rara ante el hecho de que él ni siquiera tuvo un intento de excusa. Tengo tanto desprecio.

Al ver que no giro y que de hecho consigo un mejor ángulo para mirar lo que hará, Dacon se encoge de hombros, tomando parte de la lengua de Eric y en un movimiento lento, comienza a pasar el filo del cuchillo por ella. Pensarías que sería rápido debido al filo, pero Dacon se toma su tiempo para ocasionar más dolor, haciéndolo tortuosamente lento. Es sangriento y asqueroso y cuando termina, hace que se lo trague el pedazo sangrante.

—Ahora se tragó sus palabras —No puedo evitar decir y Dacon hace una pausa antes de que sus hombros se sacudan en una risa baja.

—Esa fue una gran línea —Me asegura, siendo de las pocas veces en las que lo escucho reír—. Ya no nos atormentará con sus monólogos de una grandeza inexistente. Puedes irte cuando se vuelva demasiado, este no saldrá vivo, además de tu cuenta pendiente, también lo quieren muerto desde arriba.

»A Bryce no va a gustarle, pero sabe que le otorgarán la culpa a mis jefes por lo que estarás a salvo de su familia, pero Bryce querrá hacer algo seguramente imprudente para hacerte sentir que es más grande que tú. Ya sabes, como si quisiera medir quién tiene la polla más grande de los dos —Rueda los ojos—. Así que habrá cuatro hombres cuidándote. Dos para ti y dos ubícalos bien para tu gente. El rubio ya tiene a asesinos cuidándolo por órdenes de su papá.

El rubio es mi mejor amigo.

—¿Qué James qué?

—No creerías que un heredero de un imperio petrolero iba a ser cuidado por guardaespaldas con moral y ética por la vida humana ¿Verdad? Su único objetivo es mantenerlo con vida.

»Traten de no estar solos; en eventos sociales sean el centro de atención y finge que la vida marcha con normalidad, no le demuestres debilidad.

Mira a Eric que pese a la mutilación solo derrama un par de lágrimas, pero no se sacude o lucha contra la atadura. Tal vez en el fondo creció preparado para un día terminar así.

—¿Conoces a Shakira? —Me pregunta Dacon y asiento con lentitud—. Tiene una canción bastante interesante en español que dice bruta, ciega, sorda y muda.

Mira a Eric con interés.

—Interpretemos esa canción.

Y comienza a hacerlo con el cuerpo de Eric.

No consigo quedarme mucho tiempo. Soporto cuando le quita cada una de las orejas y Eric también porque pese a sus lágrimas silenciosas y las sacudidas incontrolables de su cuerpo, no se doblega. Sin embargo, cuando Dacon apunta la punta del cuchillo en uno de sus ojos, giro y decido que tengo que irme.

Ese movimiento es mi límite de lo que puedo alcanzar y parece también ser el de Eric porque cuando llego a la puerta, sonidos inentendibles de agonía salen de él como si intentara gritar, pero la falta de su lengua no se lo hiciera posible.

Tal parece que antes de morir, Dacon le quitará sus cinco sentidos.

Otro nombre tachado a la lista y otro día en el que sorprendentemente mis líneas siguen siendo una escala de grises en la que no pierdo quien soy.

¿Quién sigue?



El próximo capítulo les gustará ;) (lo subo cuando lo edité en cualquier momento disponible).

Redes sociales:

Instagram| Tiktok: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top