Capítulo XVII: Absoluta e irrevocablemente


Capítulo XVII: Absoluta e irrevocablemente

Dakota

Número desconocido: ¿No vas a responder? Ven a hablar conmigo

Número desconocido: por favor

—¿Qué sucede? —me pregunta Rose antes de darle un trago a su cerveza e inclinándose para leer la pantalla de mi teléfono— ¿Estás recibiendo nuevamente mensajes?

Pienso en negarlo, pero me detengo y simplemente le enseño los cuatro mensajes similares que llegaron antes.

—Ha sido así desde esta mañana. No llegan seguidos, pero tampoco se detienen.

—¿Has intentado con llamar?

—No —Respondo y me da una larga mirada—. Si se trata de esos enfermos, no van a responder y si no son ellos ¿Quién sería?

—No perdemos nada con averiguarlo.

Intenta presionar llamar y la detengo arrancándole el teléfono y ocasionado que se eche algo de cerveza en la camisa.

En este momento nos encontramos sentadas en las escaleras delanteras de la mansión de su hermandad.

—Antes de llamar, creo que primero debemos resolver las cosas entre nosotras. Por eso estoy aquí, no quiero que todo siga siendo raro e incómodo y... Te extraño.

—Hemos estado hablando.

—Pero de manera tensa desde tu estúpida broma sobre Guido.

Permanece en silencio y da otro sorbo a su cerveza, busco su mirada de manera insistente y ella suspira.

—Pensé que quizá estarías de fiesta, hay varias en el campus.

—No me apetece ir de fiesta —responde con simpleza—. Me quedaré con Cassie viendo alguna película, puedes venir si quieres.

—Debo terminar un trabajo para mi clase del lunes.

—Pensé que tal vez saldrías con Jagger.

—Ya quisiera que ese fuese mi plan de hoy, pero mi sábado será de libros y trabajo —respondo y finalmente me sonríe.

—Bah, pareces miserable de no estar con tu novio —Me fastidia y sonrío.

—¿Puedes culparme? ¿Has visto a mi novio?

—Presumida —Se ríe y ambas nos relajamos.

»Lo siento, pude darme cuenta de cuán desagradable y desubicado fue lo que hice, lo intuía al momento, pero por alguna razón no sé por qué sentí que necesitaba escuchar que confiabas en mí. Me queda claro que en este momento me siento insegura y simplemente espero que los demás piensen lo peor de mí, pero quería validar que contigo era diferente.

—No tienes que ponerme a prueba, porque no importa si la cagas o no, siempre estaré para ti ¿No te has dado cuenta?

—Un terapeuta te diría que cortes lazos conmigo. Lo que dices no es bueno, Dakie —Voltea a verme—. Puedes amar demasiado, pero eso no implica estar siempre para las personas que te decepcionan.

—No me decepcionas.

Gira del todo para que estemos frente a frente.

—Me dolió que creyeras tan fácil lo que dije sobre Guido porque entendí que eso se respaldaba en muchas decisiones cuestionables que he tomado en el pasado. Estaba furiosa contigo, pero creo que estaba más enojada conmigo misma. Sin embargo, también estoy harta de que me dejes por fuera sobre muchas cosas.

»Tienes este instinto de querer cuidarme siempre y de dejarme a un lado, a oscuras, de molestarte cuando quiero hacer algo por mí misma o ser parte de esto. Veo que las cosas han evolucionado a algo más grande y también me ha afectado ¿Sabes? Y siento que ante tus ojos soy tonta, bruta e inservible.

—No creo eso de ti, nunca lo he hecho. Eres de las personas más astutas que conozco.

—Entiendo que pedí tu ayuda y no sabes cómo me arrepiento.

—Eso me ha cambiado como persona, pero no es necesariamente malo. Me gusta quien soy en este momento.

»Lamento no haber creído más fuerte en ti, no haberme detenido a pensar que no saldrías con una basura como esa y lamento que sientas que te dejo por fuera. Supongo que no puedo controlar esta sensación de querer protegerte.

—Somos diferentes y me queda claro que tendremos muchos desacuerdos, pero estoy cansada de que nos enfademos.

—Los hermanos siempre se enfadan, Rosie.

Ella sonríe y da un trago a su cerveza.

—Simplemente tratemos de no hacerlo tan a menudo y no más bromas ni pruebas así de pesadas ¿De acuerdo?

—Promesa —Me ofrece su meñique y lo enlazo con el mío—, pero también debes prometer que no me mantendrás como una muñeca inútil y me dejaras seguir ayudando a mi manera.

—Siempre que sea sensato, tomemos precauciones y te dejes ayudar.

—Y que Jagger lo apruebe —rueda los ojos, pero se mantiene sonriendo—. Confías mucho en él.

—Es una confianza que se ha ganado.

—He escuchado... cosas sobre su primer año de la universidad.

—Adivino, te lo dijo Alec —señalo, recordando cuando quiso decírmelo a mí, antes de que Jagger me lo contara.

—Solo sintió que debía saberlo para cuidarte.

—Es un entrometido, Rose.

—¡Dakota!

—Es verdad. Es tu mejor amigo y me cae bien, pero debe dejar de prestar atención a mi relación con Jagger. No me gusta, no saldré con él y ya está.

»Estoy harta de que todos quieran indagar por qué salimos o advertirme. Lo amo ¿De acuerdo? ¡Demonios! Ya fantaseo con casarme con él y cosas terriblemente cursis. Y no me importa el pasado porque él no hizo nada malo, no van a espantarme y preferiría que dejaran los chismes y que lo juzgaras con base a cómo es contigo, cómo te ha tratado y cómo me hace feliz a mí.

Se mantiene en silencio antes de beber lo que resta de la cerveza.

—Es un buen cuñado —dice finalmente sonriendo de costado— y le diré a Alec que simplemente supere que mi hermanita no quiere ser follada por él.

—Bien.

—Tal vez simplemente deberías gritar a los cuatro vientos lo enamorada que estás de Jagger —bromea.

Y abro la boca tomando aire.

—Oh, no, ¿Lo harás? Mierda, necesito grabar esto.

Saca su teléfono y me muestra el pulgar.

—Yo, Dakota Monroe, estoy absoluta e irrevocablemente enamorada de Jagger Castleraigh —grito pese a tener las mejillas sonrojadas—. Lo amo locamente, muchísimo.

Un par de personas me miran y otras cuchichean, unos gritan y Rose se ríe mientras escribe en su teléfono antes de guardarlo.

—Ahora que ya te declaraste públicamente con algo que sonaba como Crepúsculo y muchos hablarán de esto, pasemos a un tema importante: ese número desconocido —su sonrisa se borra—. Llama a ese número desconocido y acabemos con esto de una vez.

—No sé si sea una buena idea...

—Tienes miedo.

—¿Quién no lo tendría? Siempre que un número desconocido aparece todo se complica.

Aunque se supone que ahora que Jagger tiene información y conoce sus rostros, tiene una ventaja.

—¿Quieres que yo lo haga? —Me pregunta con cautela.

Cuando miro a sus ojos más claros que los míos, me doy cuenta de que más que una petición, me implora que la deje cuidarme como siempre quiero cuidarla y es un pequeño gesto, pero para nosotras es un gran salto de fe cuando le entrego el teléfono.

—Por favor —murmuro.

—Pondré altavoz.

Me acerco hasta que estamos pegadas lado a lado y ambas escuchamos a una voz femenina responder.

—Finalmente llamas.

—¿Quién eres y qué es lo que quieres? —exige saber mi hermana.

Se hace un silencio que me hace pensar que va a terminar la llamada, pero una risa baja e incrédula cambia el panorama.

—No pensé que fueses así de audaz.

—No me interesa lo que pienses, habla ahora, mi paciencia es escaza.

—Si planeas un futuro con mi hijo, esa no es la manera de hablarle a tu futura suegra.

«Mierda» gesticulamos Rose y yo al mismo tiempo viéndonos a la cara.

—Veo que ya no eres tan audaz, Dakota.

—¿Megan? —susurro.

—Tenemos que hablar y tu renuencia a responder los mensajes solo lo ha aplazado. Necesito que hagas a mi hijo hablar conmigo.

Mis dedos tocan el dije del collar de Jagger que cargo conmigo desde hace tantos meses y momentáneamente por mi cabeza rondan sus palabras sobre su infancia, sobre su madre teniendo una relación con Lindsay, su expresión de dolor, el daño que ella le hizo.

Pensar en todo eso me lleva a tomar el teléfono de la mano de Rose, quitar el altavoz y llevármelo contra la oreja antes de hablar.

—No tenemos nada de qué hablar, le agradecería que no volviese a llamarme, no pienso a ayudarla absolutamente con nada. No iré a espaldas de Jagger y menos por alguien que le ha hecho tanto daño.

—No sabes nada de mí.

—Sé lo suficiente y no quiero saber más ¿Crees que arruinaré mi confianza y relación con Jagger por ti? Por favor no vuelvas a llamarme.

—Niña...

Cuelgo y respiro hondo, llevándome una mano al pecho al darme cuenta de lo rápido que me late el corazón. Es que ni siquiera la curiosidad me incitaría a tener una conversación con Megan sin Jagger. No quiero verla, aborrezco las cosas que le hizo a su hijo y no necesito de su versión, no quiero tener nada que ver con ella y en mi interior ruego que Jagger algún día finalmente pueda vivir sin su sombra persiguiéndolo.

—Entonces... ¿No te llevarás bien con tu suegra? —intenta bromear Rose.

—No quiero ni verla.

Junto mis rodillas presionando mi frente de ellas y sopesando la situación.

—¿Crees que tendría que decirle a Jagger que su mamá está intentando hablar conmigo?

—Creo que esa es tu decisión y que mi opinión no debería influir.

—No es momento de que seas madura —Me quejo.

—Es que desconozco la situación de Jagger con su mamá.

Doy un suspiro lamentable antes de ponerme de pie y guardarme el teléfono.

—Debo irme, me espera la esclavitud escolar —anuncio mientras ella se pone de pie—. Por favor, tratemos de tener discusiones normales de hermanas, ya no quiero volver a tener charlas sentimentales.

—Pequeña idiota —Se ríe pellizcándome el costado—. Te amo, Dakie, me alegra no ser hija única y me entristece que el bebé nuevo no tendrá a alguien cercano como nosotras, nos sentirá como sus tías más que como sus hermanas.

—Sí, pero seremos tías geniales.

—Yo lo seré, tú no tanto.

Ahora soy quien la pellizca, pero luego la atraigo para un abrazo torpe.

—También te amo incluso cuando estoy enojada y hablo en serio, por favor, ya no peleemos sobre estos temas.

—Avísame cuando llegues —Me pide viéndome bajar las escaleras y comenzar a alejarme.

Mientras camino por el campus aun iluminado me saco el teléfono cuando vibra de manera continua, sonriendo cuando veo que se trata de Jagger.

Novio ardiente: todo sería mejor si estuvieses aquí

Y como sus palabras no son suficiente tortura, me envía una foto de su mano sosteniendo un vaso y algo tan sencillo como ver los tatuajes de sus manos y muñeca tiene efecto en mí.

Dakota: no me tientes, tengo trabajo que hacer

Dakota: aunque...

Mi teléfono vibra de inmediato con una videollamada entrante y me aclaro la garganta antes de responder.

—¿Aunque qué? —pregunta antes de darle una calada al cigarrillo.

Tropiezo como una tonta al distraerme por la manera en la que luce. De fondo puedo escuchar el eco de voces y la música de la fiesta en la que se encuentra, pero él esta recargado de la motocicleta de alguien.

—¿Te distraje? —Se burla expulsando el humo a la cámara.

—No —miento y él ríe—. ¿Me extrañaste lo suficiente que tuviste que llamarme por video?

—Sí —Sonríe de costado—. Disfruto viendo tu atractivo rostro.

—Qué tonto —Me río doblando a la izquierda.

—Pero no nos desviemos ¿Aunque qué?

—Aunque podría esforzarme en terminar más temprano y entonces...

—¿Entonces? —Me sonríe.

—Podría irme a dormir.

—No arruines mis ilusiones de esa manera, por favor —dice antes de dar la última calada.

—Podría irme a dormir luego de recibir a mi novio, hacer cosas y dormir juntos.

—¿Hacer qué tipo de cosas?

—Creo que cambiaré de idea...

—Qué poca paciencia —Me sonríe de una manera en la que sus ojos grises se rasgan un poco—. Será mejor que te des prisa en ese trabajo porque iré por ti y pasará al menos un par de horas antes de que te deje dormir.

—¿Es eso una promesa?

—Incluso una predicción.

—Deberías estarte divirtiendo en la fiesta.

—Me estoy divirtiendo justo ahora en la fiesta hablando contigo —hace una pausa antes de sonreírme de manera ladeada—. Además, recibí un mensaje muy interesante de alguien cercano a ti.

—¿Qué podría ser eso? —pregunto con genuina curiosidad.

—Un vídeo muy elocuente...

—Rose.

Ríe por lo bajo, acercándose la pantalla lo suficiente para que solo enfoque sus labios.

—También te amo absoluta e irrevocablemente —Sonríe alejando la cámara para enfocarse—. Me gusta eso.

—¿Qué cosa?

—Que no temas que otros lo sepan, es raro, pero bonito —confiesa aclarándose la garganta.

—¿Qué es raro?

—Sentirse amado de esta manera.

—¿Lo haría menos raro si te lo dijera o dijera más seguido? —pregunto con suavidad por la vulnerabilidad de sus palabras.

—Para mí siempre será una novedad, Dulce, pero eso lo hace especial.

—Jagger Castleraigh, te amo. Te amo muchísimo.

Aprieta los labios para luchar contra su sonrisa, pero yo sí sonrío y continuamos, no lo insto a terminar la llamada, por el contrario, conversamos mientras atravieso el campus de camino a mi residencia. Me hace reír, llamarlo tonto y a veces solo nos quedamos en silencio.

Y la verdad es que me distrae todo el trayecto, tanto que casi me pierdo lo que sucede en el estacionamiento frente a una de las fraternidades más pequeñas.

—Pero ¿Qué demonios? —Mascullo.

—¿Qué sucede? —Jagger de inmediato se incorpora.

En lugar de responderle, cambio la cámara para grabar lo que sucede frente a mí.

Lena se encuentra con los brazos alrededor del cuello de un moreno que le estruja el culo. Ambos sonríen y parecen... felices.

—Ben y Lena siguen juntos, Jagger. Ella está...

Me callo abruptamente porque Ben no quiere que nadie sepa del embarazo aún.

Pero poco pienso en el embarazo ahora que Lena se besa con ese hombre que no es mi amigo.

—Lo está engañando y eso me hace pensar... ¡Mierda! ¡Lo está engañando!

—Dulce, puedes estar molesta en nombre de Ben, pero continúa tu camino.

—Pero...

—Si le dices a Ben ¿él te creerá?

Odio conocer la respuesta que me hace sentir impotencia.

—Y si te cree ¿Piensas que le importará? —continúa.

—No lo sé —murmuro.

—Grabaré la pantalla ¿De acuerdo? Tendrás esta evidencia y luego decides que hacer con ella, pero continúa. No dejes que Lena te vea.

—¿Por qué?

—Porque ambos sabemos que Lena hará un escándalo en el que terminarás viéndote como la mala y ya sea que quieras decirle a Ben o no, ella se adelantará para que pierdas credibilidad.

Miro a la infiel y sé que Jagger tiene razón, pero quisiera ir y gritarle.

—Dakota... —insiste Jagger y con mucha fuerza de voluntad, giro a la derecha dejando a Lena atrás.

—Ella no lo merece.

—No lo tomes personal.

—¡Es mi amigo!

—Y lo entiendo, pero los terceros siempre acaban mal y no debes dejar que lo externo te afecte. Debes pensar, analizar y decidir.

—Jagger lo último que necesito es que me entrenes para lidiar con mi cabreo ¿De acuerdo?

—¿Quieres que cuelgue?

—Sí, quiero que cuelgues.

—De acuerdo.

—Y que en unas horas vengas a dormir conmigo ¿Bien?

—Bien —contiene la sonrisa y ruedo los ojos antes de colgar.

En el corto trayecto que me separa de mi residencia pienso en todas las posibilidades ¿Y si el bebé no es de Ben? ¿Lleva tiempo engañándolo? ¿Con varios o solo ese hombre?

—Mierda —Maldigo cuando llego a la entrada de mi residencia—. No le dije a Jagger de Megan.

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