Capítulo XVI: ¿Conociste a Lindsay?

Capítulo XVI: ¿Conociste a Lindsay?

Dakota


Humm no pensé que esto fuese tan pesado e incómodo de llevar, pero estoy muy segura de que vale la pena, solo necesito que abran la puerta lo más pronto posible.

Como puedo consigo dar otro toque al timbre y afortunadamente finalmente la puerta es abierta.

—Guau, esto es impresionante —escucho James y cuando me inclino a un lado veo sonriendo—. ¿Puedo tomarte una foto?

—¿Para qué?

—Para compartirla con el grupo ¡Ah! Y para enviársela al viejo Greg, él amará saber que su cachorro está viviendo un gran romance.

—Bien, pero que no se vea mi rostro.

—Déjame ir por mi teléfono.

—¿Y si entro? —Sugiero.

—No, ese fondo se ve mejor.

Con la misma rapidez con la que entra vuelve a salir con un teléfono en la mano, me oculto detrás de lo que sostengo y él captura la dichosa foto, riendo por lo bajo mientras escribe con rapidez. En su otra mano sostienen un batido de proteína mientras trae el torso tonificado desnudo y el pantalón de chándal colgando peligrosamente bajo. Me es inevitable no mirar, pero alzo la vista con rapidez cuando lo escucho reír.

—Pensé que solo tenías ojos para Jagger.

Ruedo los ojos fingiendo que es molesto porque me quedo sin respuesta ingeniosa y eso parece satisfacerlo mientras se hace a un lado dándome paso a mí y el peluche de tamaño gigante que abrazo contra mi cuerpo.

—¿Está tatuado? —pregunta con diversión.

—No eres ciego.

—Ay, te sientes avergonzada y actúas a la defensiva conmigo.

Suspirando me vuelvo hacia él, su mirada viaja por el peluche y aprieta los labios para no reír mientras me sonrojo.

—¡No te atrevas a reírte!

—Jagger tiene razón, eres una chica totalmente dulce.

—Solo iré con él ¿Está en su habitación?

La sonrisa de James se borra y arqueo una ceja por el cambio abrupto en su estado de ánimos. Él toma asiento en el sofá y da un trago a su batido antes de lanzarme una mirada seria.

—Está durmiendo, no fue a sus clases esta mañana. Tuvo una mala noche... —suspira—. Él se enfadará conmigo por decirlo, pero debe parar.

—¿Con qué?

—Con torturarse leyendo esa oscura historia de Lindsay, le hace daño. Entiendo que la amaba, yo también la quería, pero Lindsay no estaba bien después de lo sucedido, estaba perdida y las cosas que escribía, el cómo se sentía... Jagger no tiene por qué leer eso.

»Cuando se sienta a leerse pedazos de esa historia, no duerme o...

—¿O?

—O llora hasta quedarse dormido —Termina.

Parpadeo absorbiendo las palabras. Por supuesto que Jagger nunca lee la historia cuando estoy con él, de hecho, pensé... Solo creí que había desistido de hacerse daño de esa manera.

Odio que Charlotte le haya dado esa historia y no sé si eso me hace una mala persona, pero detesto verlo lastimarse por acciones que no fueron su culpa y poniéndose tanto peso sobre los hombros ¿Cuándo puede ser simplemente feliz? ¡Lo merece!

—Anoche leyó otro poco más —continúa James—. Crees que si boto o lo quemo ¿Me odiará demasiado?

—No creo que pueda odiarte, pero si odiaría que tomaras la decisión por él.

—Como odio toda esta mierda —Masculla montando un pie en la mesita frente a él—. Ojalá esto termine con todos ellos muertos y ardiendo en el infierno.

—¿No los quieres en la cárcel?

—Para ese tipo de personas con poder, la cárcel nunca es una opción, son simples vacaciones. Quedó comprobado que la justicia es ciega ¿Por qué crees que Lindsay nunca obtuvo justicia? ¿O que en esta universidad pasa de todo y la prensa nunca se entera? El que tiene el poder, está más arriba. Es un juego sucio e injusto, Dakota, ya deberías saberlo.

—Pero si no hay justicia ¿Qué queda para las personas que no tienen poder y herramientas para pelear en igualdad de condiciones?

—Injusticia, eso es lo que se recibe.

—Es una concepción fatalista y cínica. Es cierto que la justicia es ciega, pero hay excepciones, tiene que haberlas.

—Sí, pero supongo que esas excepciones son más una cuestión de suerte.

»Pero no te entretengo más, ve con Jagger. Estará feliz de recibir tu gran gesto romántico —Me sonríe con burla.

—Tal vez deberías tener uno igual con Maddie —No puedo evitar decir, haciéndome a un lado cuando me arroja un cojín.

—No te vuelvas una pequeña mierda molesta —Me señala y le guiño un ojo antes de caminar hacia la habitación de mi novio.

Abro la puerta de la habitación con cuidado al darme cuenta de que se encuentra a oscuras, apenas entra una franja de luz por una abertura delgada de las cortinas. Jagger se encuentra boca abajo con las sábanas enredadas en las piernas como si hubiese estado moviéndose de un lado a otro, solo lleva un bóxer gris y una de sus manos está debajo de la almohada.

El resto de las almohadas son un desastre en el suelo y también encuentro la carpeta con la historia de Lindsay en el suelo junto a una lata de alguna bebida energizante.

Trato de ser silenciosa cuando dejo mi bolso sobre una silla, yendo hacia la cama, dejando el peluche a su lado y agachándome para recoger las almohadas, ordenarlas y botar en la papelera la lata vacía del energizante. La luz no es lo suficiente tenue para permitirme leer la página en la que se encuentra abierta la historia, pero sí logro ver que es la número veintitrés. No queriendo invadir su privacidad ni leer sobre ello, cierro la carpeta dejándola sobre su escritorio en donde su laptop permanece abierta, pero bloqueada, alertando con unos sonidos que le están llegando algunas notificaciones, lo que enciende la pantalla, pero todo lo que veo es un nombre en código antes de que se apague nuevamente.

—¿Quién está ahí? —pregunta su voz rasposa por el sueño, pero sonando alerta.

¡Dios! Jagger ni siquiera puede despertar y pensar que su novia vino a verlo, está tan desconfiado que espera ser atacado en cualquier momento.

Giro y trato de darle una sonrisa cuando enciende la lampara junto a su mesita de noche.

—Dulce —dice parpadeando y asimilándome.

—¿Qué? ¿Esperabas a una amante? —intento bromear para despejar el nudo en mi garganta.

Parpadea otro par de veces antes de sonreír y estirarse. Está despeinado con mechones cayéndole sobre la frente y otros en diferentes direcciones, tiene la marca de la almohada en una mejilla, rastro de barba en la mandíbula y círculos purpuras alrededor de los ojos que denotan el poco descanso que tuvo.

—Es una sorpresa encontrar tu habitación desordenada —Hago saber—. Nunca la había visto así, pensé que me había equivocado.

No me responde y me acerco sentándome en el borde de la cama, justo en donde se encuentran sus pies y cuando paso una uña por la planta de uno de ellos, se sobresalta maldiciendo antes de reír y casi pateándome.

—¡Basta! Sabes que me hace cosquillas.

—Y sabes que me gusta escucharte reír —replico aplacando un poco el nudo de tristeza en mí—. ¿Por qué sigues leyendo su historia, Jagger?

Se muerde el labio inferior sabiendo perfectamente a qué historia me refiero, pero no me da una respuesta. Sus ojos denotan tristeza y me invade la frustración.

Odio lo que le sucedió a Lindsay y quiero que haya justicia, pero es tan enfermizo el círculo en el que Jagger quedó envuelto, a veces me pregunto si el pasado lo soltara alguna vez o si él piensa hacerlo. ¿Cómo encaja esto en nuestro futuro? Quiero que sea feliz, que seamos felices.

—¿Es esto un zorro? —pregunta desviando mis pensamientos.

Su mirada es curiosa hacia el enorme peluche que tiene a su lado y luego una sonrisa se dibuja en su rostro antes de que una risa lo abandone y mis hombros se relajan porque hace una cosa que me parece adorable.

Sí, adorable: Jagger se abraza al peluche de zorro antes de plantarle un beso y enviarme una mirada tierna a través de sus ojos cansados.

—¿Esto es para mí?

—Sí —Me sonrojo, pero estoy sonriendo—. Pensé que estaba bien que tuvieras mi peluche —Lanzo una mirada al pato que descansa a un lado de escritorio—, pero también mereces algo propio, que sea exclusivamente tuyo. Entonces vi el zorro y se me ocurrió que podían hacerle una manga tatuada que pareciera su pelaje para que fuese muy tuyo y... ¿Crees que es tonto?

Me mira en silencio pasando de manera distraída su mano por la manga tatuada del zorro.

—¿Mandaste a tatuar esa manga?

—Eh, sí... Conseguí que papá se lo pidiera a su tatuador de confianza. Piensas que estoy loca ¿Verdad? Porque el tatuador lo pensó.

—¿Y qué pensó Spencer?

—Hizo un montón de drama sobre su hijita enamorada, pero estaba encantado —Me aclaro la garganta—, pero lo que me importa en este momento es qué piensas tú.

—Hummm....

Me mira fijamente y por un momento comienzo a dudar.

—Pienso que tengo que casarme contigo en el futuro —parpadea— y que deberíamos tener dos bebés.

Parpadeo sintiendo mi rostro más caliente.

—¿Y si quiero tres bebés? —susurro.

Él se encoge de hombros y finge estar sopesando esa opción.

—Mientras podamos mantenerlos y no tengamos un o una favorita pueden ser tres, creo que serán muy lindos o lindas.

Mi risa suena rara y sonríe nuevamente dejando el peluche a un lado y viniendo hacia mí hasta arrodillarse sobre el colchón, girando para que de alguna manera estemos frente a frente.

—No creo que tu regalo sea tonto o que estés loca. Creo que eres tan dulce y romántica —Se estira para tomar el peluche de una pata antes de abrazarlo exageradamente contra su pecho—. Eres la primera novia que me da algo tan cursi y especial.

—Y tengo muchísimos planes cursis de cosas que regalarte —aseguro y acurruca la cabeza afelpada del zorro debajo de su barbilla.

—Estaré ansioso por ello.

—¿Cómo llamarás a tu regalo?

—Viendo que Spencer se involucró en los tatuajes, lo llamaré Mick.

Rompo a reír y él también lo hace.

Y por un momento ambos dejamos atrás la historia de Lindsay, por un momento solo somos notros dos con mi regalo cursi, pero sé que no me puedo engañar por mucho tiempo porque eso siempre estará ahí.

Jagger aun cargará con el peso, él seguirá esa historia y entonces seguirá sufriendo y la idea de presenciarlo me enfurece y me duele, pero me digo que no iré a ninguna parte, que seré paciente y me quedaré hasta el final.

Puedo hacerlo.

Me prometo a mí misma quedarme porque abandonarlo, no es una opción.

***

—¿Esperas a alguien? —Me pregunta Chad.

Su voz me hace despegar la mirada de la puerta y parpadear hacia él. Chad me mira con una mezcla de diversión y curiosidad en tanto sacudo la cabeza para reorientarme.

—Lo siento, solo me distraje, pero ya me concentro en esto.

Y con esto me refiero a que estamos avanzando en nuestro trabajo final del seminario que compartimos juntos. Estamos en el apartamento que comparto con mis tres compañeras y llevamos aproximadamente una hora en ello, sin embargo, durante esa hora mi mente ha estado deambulando a Jagger y la historia que Lindsay contó en sus escritos.

Nuevamente intento enfocarme en lo que Chad dice porque parece estar hablando si parar, pero acabo por rendirme mientras bebo de mi gaseosa.

—Hagamos una pausa —sugiero y él asiente en acuerdo.

—Pareces distraída.

Miro hacia el libro sin leer las palabras y entonces me doy cuenta que Chad va en el mismo año que Jagger, él estuvo aquí, presenció y conoce la historia. Posiblemente él habló con un Jagger más joven y con Lindsay.

—Conociste a Jagger en su primer año —digo alzando la mirada y su respuesta es arquear una ceja antes de asentir.

—Sí, eso es como conocerlo desde que estaba en pañales —Sonríe—. No tenía tantos tatuajes ni era tan misterioso como ahora.

—Y conociste a Lindsay.

Su sonrisa se borra y adquiere una expresión seria, pero también hay tristeza mientras asiente una vez más.

—Sí, lo hice, pero eso era lo normal —comienza a hablar—. Si conocías a Jagger en su primer año también conocías a Lindsay, ella casi siempre estaba con él en las fiestas.

—¿Cómo era ella?

Golpea su bolígrafo de la mesa como si pensara muy bien qué palabras usar para responderme.

—No sé si era timidez o simplemente asocial, pero hablaba poco, sin embargo, reía con facilidad. No sé, la verdad hablé muy poco con ella, pero ellos parecían una pareja muy feliz y estable.

—Era una buena persona —concluyo.

—No existen las buenas personas, solo que algunas tienen más decencia que otras.

—¿Qué quieres decir?

—Nadie habla de Lindsay porque lo que le sucedió fue horrible y cruel, pero tampoco se habla porque Jagger no lo quería, porque todo se enterró. No tengo idea de cómo se ha sentido Jagger todo este tiempo sobre lo sucedido, pero sé que ha santificado a una persona que era tan humana como cualquiera de nosotros.

Sus palabras me toman por sorpresa y mi expresión debe de delatarme porque se remueve.

—Solo digo que las personas completamente buenas no existen, que algunos sean más decentes es otra cosa. Lindsay no era una santa, era tan humana como cualquier persona y es cierto que ella ni nadie merece lo que sucedió, pero ocultar las cosas que no eran tan heroicas o bondadosas es distorsionar parte de quien fue.

—¿Ella hizo algo malo?

—No es lo que he dicho —Se encoge de hombros—. Es solo que...

La puerta del apartamento se abre interrumpiéndolo y ambos vemos hacia la entrada encontrando a Avery que nos mira paralizada. Su mirada va de Chad a mí.

—Hola —La saluda él con la mano y una sonrisa.

Ella traga y por un momento creo que huirá, pero afortunadamente, termina de entrar cerrando la puerta detrás de ella.

—Hola —responde Avery de manera tardía.

Se hace un silencio muy incómodo en el que la piel de Avery enrojece de manera alarmante.

—¿Estás bien? —Le pregunta Chad—, parece que...

—¡Tengan una buena tarde! —dice ella en voz chillona tropezando hacia su habitación y cerrando la puerta con demasiada fuerza.

Hago una mueca porque eso salió terrible y debe de estarse reprendiendo por esta interacción social. Supongo que no leyó mi mensaje en donde le advertía que su crush estaba aquí.

—Eso fue raro... —murmura Chad pareciendo desconcertado.

—Ella es genial —aseguro—. De las personas más inteligentes e increíbles que conozco.

—También es muy bonita —Voltea viendo hacia su puerta cerrada—, pero me da la impresión de que siempre está huyendo de mí.

Es frustrante querer decirle que ella no huye, que solo se pone nerviosa porque le gusta desde hace tiempo, pero consigo contenerme porque no le haré eso a Avery.

—Solo se amable, ella es tímida.

—Tal vez debería invitarle un café un día. Cuando habla es linda —Me sonríe antes de fijar de nuevo la atención en su libro—. Sigamos con esto, tengo una asamblea estudiantil a la que ir, a veces se presidente estudiantil apesta.

Me enfoco nuevamente en nuestro trabajo, pero cuando se va no puedo evitar pensar que me habría gustado que Avery hubiese llegado mucho después de que Chad dijera lo que parecía importante porque luego, por más que lo intenté, no retomó en nuestras conversaciones.





*Adelanto de próximo capítulo*


Número desconocido: ¿No vas a responder? Ven a hablar conmigo

***

—No tienes que ponerme a pruebas, porque no importa si la cagas o no, siempre estaré para ti ¿No te has dado cuenta?

***

—¿Quién no lo tendría? Siempre que un número desconocido aparece todo se complica.

***

—No es momento de que seas madura —Me quejo.

—Es que desconozco la situación de Jagger con su mamá.

***

—Y si te cree ¿Piensas que le importará?

—No lo sé —murmuro.

***

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top