Capítulo III: Inicio de la historia
Capítulo III: Inicio de la historia.
Jagger.
Abro la puerta encontrándome con un adormilado Seth que me saluda con un enorme bostezo y ojos caídos por el sueño. Palmeándole con fuerza la mejilla parece que lo despierto porque de pronto me está dando una sonrisa perezosa cuando digo que pase y que cierre la puerta detrás de él.
Me dejo caer sentado en el sofá individual y él en el de tres piezas. Lo veo bostezar una vez más en tanto saca una de sus laptops. Falta aproximadamente media hora para que los demás lleguen a la reunión que tenemos, un poco arriesgado hacerlo aquí, pero ese es la menor de las preocupaciones.
Necesitaba minutos antes con Seth para que habláramos sobre lo que ha conseguido, porque en este momento el niño genio es en quien más confío.
— ¿Por qué tienes tanto sueño? —pregunto.
—Fui a una fiesta ayer y me centré en Drew, verlo tener sexo debajo de las escaleras fue mi parte menos favorita, además su novia insistía en que tuviéramos diversión.
—Dime una cosa, hermanito, eres nuevo en la universidad, estudiantes de todas las edades quieren follarte, pero no cedes.
»Quisiera entender si es que te estás centrando en tus estudios, si te quito el tiempo, si estás guardándote, tienes una novia secreta o algo extraño pasa. Puedes confiar en mí, Seth. Sé que en ti confío con mi vida.
—No soy Jamie y tampoco soy tú en tus tiempos de juerga, eso no quiere decir que sea un monje —Se encoge de hombros—. Es cierto que he estado ocupado con los trabajos que me das y me mantengo al día con mis clases aunque resulten fáciles de entender.
Esas sin dudas son las palabras de un genio. Soy inteligente, mi memoria es de las mejores bendiciones de la vida al igual que mi ingenio, pero tengo que reconocer que Seth es algo más. Desde muy pequeño era un genio en marcha, podría haber optado a cualquier programa de universidades, pero decidió venir acá con nosotros.
—Cuando llegué dormí con dos chicas —Vuelve a encogerse de hombros—, pero la verdad es que conocí a la amiga de Dakota y sentí curiosidad, ella me gusta y no es que sea un reto, pero creo que vale la pena demostrar que no soy un niño mujeriego.
—Quieres conquistar a Charlotte.
—Sí —sonríe—, además, no confío en nadie en esta universidad, temo que si follo con cualquiera luego termine en algún problema o sea parte de la cosa jodida sucediendo con Bryce.
»Pero no te preocupes, si me da por olvidar mi extraño razonamiento y me largo a follar, te lo haré saber para evitarte la preocupación —Se burla—. Ahora, entremos en negocios. ¿Qué quieres saber primero? ¿Sobre mi futura novia o nuestro tipo?
—Graciosa la manera en la que te refieres a ambas cosas —respondo—. Vamos primero con Charlotte.
Asiente y deja la laptop sobre la mesita frente a los sofás, se sienta en el suelo y me dejo caer a su lado para ver mejor la presentación que tiene preparada.
—Charlotte Wesley tiene veinte años, nacida en Liverpool y a los ocho años mudada a Londres con su mamá, su papá nunca figuró en la foto y no hay nombre que lo identifique. Estudiante de sociología, segundo semestre.
»No participó en ninguna actividad en secundaria, siempre tuvo ese lindo lunar en su rostro. Fue aceptada en la universidad de Bath, ahí es donde hizo el primer semestre de su carrera, pero retrocedamos un poco —Me dice y cambia la diapositiva—. Aunque no destacó en actividades extracurriculares en secundaria, ella es la protagonista de un vídeo viral en donde es golpeada por unas compañeras de clases, un par de meses antes de su fiesta de graduación.
— ¿Sufría de acoso escolar?
—Es lo más probable. Así que semanas después de que se iniciara una campaña contra el acoso escolar, parece que aumentó. Había más enlaces, pero mira.
Veo el encabezado de un vídeo "jugando con la rara". Es un vídeo de una Charlotte más joven, con anteojos y un flequillo horrendo – supongo que con propósito de tapar su lunar – siendo empujada entre un grupo de niñas de su edad. Hay que decirlo, un gran porcentaje de los adolescentes son pequeños monstruos llenos de ira y rabia para emplear en los que consideran más débiles y este es el claro ejemplo de pequeñas pirañas yendo por un inocente pececito.
Es lamentable ver los empujones, cómo la arrojan al suelo mientras se burlan de su rostro y de ella en general, luego aparecen un par de tijeras y me tenso. El cabello de Charlotte es destrozado, su flequillo desaparece y su cabello queda tan corto que no hay manera en la que no debiera pasarse una máquina después. Ella llora y pide que no continúen, hacia el final es un ovillo en el suelo llorando.
El vídeo finaliza y miro Seth cuyas manos están hecha puños y su ceño fruncido.
—Existen personas que nunca debieron nacer —dice antes de sacudir su cabeza—. En fin, un par de semanas después, Charlotte fue encontrada en la bañera de su casa con las muñecas abiertas. Intento de suicidio.
— ¿Qué pasó con sus atacantes? La del vídeo, eso era evidencia suficiente para al menos una expulsión.
—Charlotte no es una chica de dinero, iba a esa escuela privada con una beca, así que los padres de las niñas demonios pagaron una gran suma de dinero para compensar y su mamá lo aceptó para invertirlo en la educación universitaria de su hija.
»No juzgaría a su mamá, pensó que al menos podía encontrar un mejor futuro para su hija con un dinero que nunca podría reunir con su humilde trabajo de secretaria —Pasa la diapositiva—. ¿Creerías que todo mejoró?
—Si hubiese terminado bien no estarías pasando más diapositivas —respondo y asiente.
—Todo muy genial en su nueva universidad, estudiantes geniales y otros idiotas. Mi querida Charlotte salió con un idiota y te resumo el juego: —Me mira— él tomando fotografías desnudas sin autorización, subiéndolas a una página pornográfica famosa y luego humillándola en la universidad. Ahí llega el segundo intento.
— ¿Una vez más?
—Sí. Charlotte tomó un coctel de pastillas para dormir y no despertar más nunca —Se estremece—. Me gusta esta chica Jagger y sería fácil no ser objetivo, pero si unes los puntos te das cuenta que su estabilidad emocional es un poco incierta.
» ¿Y si ella va por una tercera vez? ¿Y si la abrumamos? ¿Y si se topa con todos los imbéciles que abundan en esta universidad? Hacerla parte es un riesgo que debes decidir si quieres correr, pero esa chica tiene heridas emocionales bastante considerables que tal vez aun ni siquiera sanen —Hace una pausa—. Cuando intento verla a los ojos, siempre corre el rostro porque no quiere que le vea el lunar.
—No puedes culparla, parece que creció con las personas burlándose de ella y haciéndola creer que eso era una debilidad —digo—. Charlotte tiene carácter, Seth. Es una superviviente. ¿Crees que alguien asustadiza, débil y con miedo vendría a mí por Lindsay?
»Ella ya no quiere ser una víctima, quiere ser justiciera. Sí, debe tener complejos consigo que aún debe superar, pero también está determinada a que Lindsay tenga justicia y ayudar a que otras no salgan heridas.
Asiente y pasa las siguientes diapositivas que contienen cosas básicas hasta que Charlotte llegó.
— ¿Será un problema para ti si ella entra? —pregunto.
—No. Ella de verdad me gusta, pero sé separar el negocio de lo personal. Estaré bien con tu decisión, Jagger.
—No es que vaya a hacer muchas cosas, apenas estaría iniciando. Cosas sencillas —Sonrío—. ¿La ayudarás a adaptarse? Apuesto a que eso te ayudaría a demostrar el buen muchacho que eres —Me burlo.
— ¿Por qué se resistiría a mí? Sé que luzco bien, trabajé este cuerpo, soy inteligente, un caballero y no ando follando pese a las oportunidades —Sacude su cabeza— ni siquiera importa que yo sea menor, me sienta súper bien mis dieciocho años.
—Cuando te hieren tan mal una y otra vez, es difícil volver a confiar, Seth. Luego de esta reunión, iremos a hablar con Charlotte para que nos diga si de verdad quiere estar en esto o no.
»Ahora, por otro lado, dime que conseguiste algo del detective.
Luego de mucha investigación, desconfianza y averiguaciones Seth y yo dimos con un nombre: Vicent Noguer. Policía, al parecer el mejor en el campo y desde los últimos cinco años es un detective dentro del cuerpo policial.
No es fácil contactar con un hombre así de importante cuando no quieres que posibles informante se enteren, cuando no quieres ser tomado como un niño fastidioso y cuando el hombre tiene un montón de muros impenetrables puestos para impedirte llegar a él.
Seth y yo hemos estado trabajando en ello incluso un par de semanas antes del incidente de la piscina, solo James lo sabía en un principio. Hasta el momento Maddie y Dakota saben que queremos trabajar con un detective, pero todavía no más de ahí porque aún no se concreta algo.
—Lo conseguí —Se rasca la nuca—, pero tal vez esté un poco enojado porque debido a que no me dejaban llegar a él, me metí en Alexa.
— ¿Quién carajos es Alexa?
—Ya sabes, la asistente virtual de Amazon —sonríe—. Me metí en su sistema de reproducción y dejé el mensaje.
— ¿Puedes hacer eso?
—Puedo hacer muchas cosas —Se encoge de hombros—. Dejé cabo sueltos porque la idea era que diera con la dirección de correo que usé adrede. ¿A qué oficial le gusta que un universitario toque sus juguetes?
— ¿Así que nuestro primer acercamiento con el detective Noguer es hacerlo cabrear?
—Traté de explicarle un poco por correo que no era una broma ni necesitaba venir por mí con esposas. Es decir ¿Qué hacker dejaría un correo para ser atrapado? Y parece que es inteligente porque entendió.
»Está ocupado y si queremos hablar con él debemos esperar a que nos contacte y antes de que lo preguntes, no sé cuándo. Es todo lo que pude lograr, al menos ahora tanteamos el tener una oportunidad de obtener su ayuda.
—Hiciste un gran trabajo, hermanito —Despeino su cabello—. ¿Nos da tiempo de comer antes de la reunión?
—Eso espero, porque tengo mucha hambre y me merezco en este momento la comida de un rey.
Rio poniéndome de pie y caminando hacia la cocina. Tal vez el pequeño genio tenga razón y estamos vislumbrando un pequeño camino en todo este pantanoso desastre peligroso en el que estamos envueltos.
Aun resuena en mi cabeza la nota que tenía el maniquí que saqué de la piscina y aunque esta desapareció luego de que me trasladarán al hospital, las palabras se quedaron conmigo:
«Aun no es tu momento de partir.
Juguemos, Jagger, esto es interesante.
Cómo en los viejos tiempos, pero esta vez te llevaré al desenlace.
¿Cuántos sufrirán por ti?
¿Qué estás dispuesto a hacer para salvarlos?
El tiempo corre...»
***
Tomo una calada del cigarrillo mientras miro a Abel reír con un grupo de estudiantes. Todavía estoy muy desconfiado sobre si de verdad solo es un camello que consume lo que vende sin saber que la droga que Guido le da proviene de alguien muy turbio.
¿De qué manera puedo negociar con Guido por información? Una parte de mí, irracional, quisiera simplemente agarrarlo, golpearlo y obligarlo hablar, pero eso traería muchos problemas consigo cómo ser acusado a con la policía por agresión o incluso lo podrían llevar a algo más como secuestro, asesinato o cualquier locura que Guido pudiese inventar. Es una mierda esta situación, saber que la respuesta podría estar cerca, pero que debo pensar bien cómo proceder con un tipo cómo él.
Doy la última calada al cigarrillo y lo dejo caer al suelo, lo piso y dejo ir el humo a través de mi nariz sin mover la mirada al ver que Abel se despide del grupo y se va con paso relajado mientras parece atender una llamada, también me doy cuenta que de inmediato James comienza a seguirlo, tal como lo acordamos.
— ¿Qué miras? —dice una voz femenina seductora.
Me giro antes de que algún pellizco a mi culo pueda llegar, encontrándome con la despampanante Millie. Cómo siempre está sonriendo y pareciendo divertida, siempre me da la sensación de que está alegre, ahora que lo pienso, nunca la he visto verdaderamente enfadada.
—Entonces ¿Qué ves, sexy?
—Espero por Maddie y Dakota —respondo y ella hace una mueca—. ¿Por qué esa expresión?
—Porque pensé que tu aventura con la chica correcta había terminado y hace unos días los vi caminar juntos, pero pensé que era la cosa de buenos amigos. Quiero divertirme contigo, pero sé que si están juntos ni lo pensarás porque con ella juegas al novio.
—No juego —Me rio— y en efecto, volví con Dakota. Me guardo mis manos para ella.
—Y supongo que aún no le va la propuesta del trío. Aquella vez en la fiesta creí ver algo de interés de su parte, pero apuesto que no está en ese punto para aceptarlo —Sus dedos se deslizan por mi pecho y los atrapo sonriéndole—. ¿Ni siquiera puedo tocar?
—Si fuese tu novio y una chica con la que tuve mucho sexo, me manoseara ¿Te gustaría?
—Ay, entiendo el punto, pero no hace que duela menos —Aleja la mano—. Cuando jugabas con Ariane tampoco jugabas conmigo ¿Acaso también era tu novia?
Sacudo la cabeza en negación. Ariane no fue mi novia, nos enrollamos una vez, pero eso fue todo no es que tenga que ir aclarándolo con todo el mundo. Dakota es la única que me interesa que lo sepa, los demás que piensen lo que quieran.
—Bueno, si algún día vuelves a la soltería no dudes en buscarme por si tengo ganas de divertirme —Me guiña un ojo—. Ahora, me largo, seguiré en mi búsqueda de alguien con quien pasarla bien.
Me arroja un beso y se aleja hacia Callie, su amiga, que no me había fijado la estaba esperando. Recargo la espalda del auto aun sonriendo por las ocurrencias de Millie y lo relajada que parece sobre todo, tiene muy buena vibra y no es insistente o caprichosa cuando la rechazan.
Aprovechando que aun Maddie ni Dakota llegan para irnos a almorzar, decido llamar a papá quien en varios mensajes insistentes me ha pedido que lo haga.
Estoy seguro de que quiere saber cómo marcha mi recuperación, no lo veo desde que fui dado de alta y él volvió a Londres con algo de preocupación, él es un buen padre y yo trato de ser el mejor hijo, pero hay temas en los que simplemente no estamos de acuerdo y la señora que me trajo al mundo es uno de ellos.
No tarda mucho en responder la llamada y en un principio la conversación consiste en saber cómo estoy, si estoy recuperado, cómo se encuentran mis amigos y luego inevitablemente llegamos a un tema espinoso: Megan.
—Papá ¿Podemos hablar alguna vez sin que la menciones? Esto comienza a hacerse repetitivo.
— ¿Qué te he dicho sobre tu terquedad? —pregunta y pese a todo, sonrío.
—Que me queda linda —respondo y lo escucho reír—. ¿Ves, papá? Mantengamos este buen humor.
—Tu mamá estuvo en ese hospital preocupada por ti, Jagger. Incluso cuando te negaste a verla nunca se fue. Debes escucharla, por favor, no puedes vivir con ese rencor, te hace mal.
—Lo que me hace mal es tenerla cerca.
Hay unos cortos segundos de silencio y veo a Dakota acercarse, caminando hasta mí y detrás de ella viene Maddie, que la sorprende haciéndola gritar y a mí sonreír.
—Megan me dijo que no tienes tu collar.
— ¿Qué más dijo esa mujer?
—Que lo tenía una chica que no se movía de tu lado, estoy suponiendo que habla de Dakota.
—No la quiero cerca de Dakota, papá.
—Jagger, tu mamá no quiere hacerte daño. Ella solo quiere hablar contigo.
Maddison y Dakota llegan hasta mí, ambas me miran con curiosidad. Clavando la vista en el cielo escucho a papá decirme más de lo mismo.
—Si te digo que hablaré con ella algún día ¿Dejarás de pedirme esto en cada llamada o encuentro que tenemos, papá?
— ¿Estás negociando conmigo?
—Sabes que se me da muy bien.
—Aceptar hablar con tu mamá, la escuchas y dejo de insistir sobre ello.
—Es un trato.
—Trato —cede.
Sonrío, porque papá debería saber que incluso en los negocios verbales hay que ser muy claros sobre los términos y él dejó cabos sueltos.
—Ahora que el pacto está cerrado es mi deber decirte que es bajo mis términos y cuando lo considere necesario. No estableciste un tiempo estimado para hacerlo, podría tomar años.
Por unos segundos está en silencio analizando mis palabras, abro la puerta del auto para Dakota y para Maddie, subo al puesto de conductor en tanto espero su respuesta.
— ¡Demonios! —Maldice— Jagger...
—No puedes anular el trato. No es mi culpa que no fueras más específico. Ahora debo colgar, papá, tengo a dos mujeres hambrientas que llevar a comer...Aclaro que hablo de Dakota y Maddie ¿Eh?
Se queja un poco más sobre tener un hijo astuto jugando con su cabeza y finaliza la llamada.
Girando hacia Dakota, le doy un rápido beso en la boca, pero me quedo lo suficiente cerca de su rostro porque su mano acaricia mi cabello. Noto su mirada vagando por todo mi rostro antes de volver a mis ojos y cuando se da cuenta de que he seguido sus movimientos, las mejillas se sonrojan ¿Qué está pensando?
—Hola, Dulce ¿Enloqueciste hoy con alguna clase?
—Eso solo sucede con McCain y por fortuna tengo un tutor grandioso que me hace estar un poco más calmada —responde acariciando con su pulgar mi labio inferior.
—Tu tutor quiere dormir contigo —susurro, ella ríe.
—Mi tutor no quiere dormir conmigo, quiere follarme.
—Tecnicismos —Me encojo de hombros.
—Mi tutor es caliente así que estoy de acuerdo con el trato de clases por sexo —concluye haciéndome sonreír.
Me da otro beso rápido antes de alejarse cuando Maddison se aclara la garganta, me había olvidado totalmente de ella. Regreso a mi asiento y miro a mi amiga por el espejo retrovisor.
— ¿Qué quieres, pesada?
— ¿Acabas de estafar a tu papá en un pacto? Pobre Mason, eres demasiado parecido al viejo Greg —dice refiriéndose a mi abuelo.
—No es mi culpa que se le olvidara establecer un tiempo —digo—. ¿A dónde quieren ir a comer?
—No sé qué opina Dakota, pero quiero ir por comida china.
—Por mí está bien —responde ella—. ¿En dónde está James? Pensé que dijiste que venía.
—Shh, no lo invoques —dice Maddie fingiendo un escalofrío.
—Está ocupado siguiendo a Abel, hay algo raro en él —respondo.
—Sí, cómo esa vez que lo vimos en Liverpool y luego lo negó —señala Maddison.
Ante la mirada de confusión de Dakota, mi amiga procede a contarle cómo vimos hace un tiempo a Abel en su ciudad, luego de dejarla en casa de sus padres, luciendo sospechoso tanto en su actitud cómo vestimenta y cómo me negó que hubiese estado en ese lugar.
— ¿Cuántas personas son sospechosas? —pregunta Dakota en un murmuro.
—Creo que es mejor no hacerse esas preguntas porque la tarea es sospechar de todos —respondo—. Tengo que ponerlas al día en el almuerzo sobre el detective.
Seth y yo decidimos que él, James, Maddison, Dakota y yo seríamos los únicos en manejar ese asunto, no es que no confíe en Louis o Lorena, pero por el momento es mejor ser precavido y administrar ciertas informaciones con el menor número de personas.
Llegamos al restaurante chino que Maddison dice amar y estaciono el auto, bajamos y ella se adelanta a entrar lo que me da tiempo suficiente para detener a Dakota, hacerla girar para que esté frente a mí y antes de que pueda hablar o protestar atrapo esos deliciosos labios con los míos.
Puede que el beso le sepa un poco desesperado, pero es que es la manera en la que me encuentro. Creo que estoy sediento de su boca y que mi polla está doliendo por ella. La química física entre Dakota y yo es algo que siempre va a sorprenderme y encantarme. Es una sensación llena de adrenalina y emoción que no me canso de experimentar.
Tengo la impresión de que ella y yo estamos muy cerca de hacer volar pronto nuestras ropas, hay demasiado deseo contenido y frustración sexual rondándonos, es cuestión de tiempo para que suceda.
Cuando mi boca se aleja de la suya, sus labios están más hinchados y las pupilas de los ojos las tiene dilatadas, sé con absoluta certeza de que si subiéramos a mi auto y condujéramos a cualquier lugar en pocos segundos ella estaría gimiendo en tanto embistiera una y otra vez o tal vez estaría saltando sobre mí, de cualquier manera, estaríamos sudorosos y consumiéndonos cómo otras tantas veces en el pasado.
Pero debo dejar ir el pensamiento aun cuando ya ha comenzado a endurecerme de solo imaginarlo y también es la reacción a nuestro beso. Le mordisqueo el labio inferior antes de lamerlo.
—Ese es un saludo más apropiado —susurro.
—Me gusta.
—A mí también —Consigo alejarme de su boca y entrelazo nuestros dedos—. Vamos, Maddie seguramente está perdiendo la paciencia esperándonos.
Comenzamos a caminar y la veo de reojo, está sonriendo y admito que quisiera que esa sonrisa estuviera siempre ahí, que sus preocupaciones fueran cosa del pasado, me esforzaré porque así sea.
Supongo que hay sentimientos de mi parte corriendo hacia Dakota porque eso explicaría porque estaría dispuesto a pasarla mal siempre que ella esté bien. No solo me gusta, hay mucho más allá de ello, pero hoy no me siento listo de explorar y analizar esas emociones que pensé nunca más volvería a sentir.
***
De la habitación de James se escucha un coro de gemidos femeninos, unos más agudos que los otros y eso tiene sentido teniendo en cuenta que mi amigo tiene una fiesta con dos señoritas al mismo tiempo. Normalmente no me molestaría, James y yo hemos establecido reglas acerca de traer extrañas a casa a follar, la principal es que las mantenga en su habitación y nunca las deje sola porque no queremos a nadie vagando por nuestros asuntos o dejando algo inesperado cómo un micrófono, llámanos paranoicos, pero a mí me parece que es válido tener tal precaución.
Mientras su concierto de gemidos se despliega cómo un eco, tomo las hojas encuadernadas dentro de la carpeta que Charlotte me dio, una botella de ron junto a un vaso y salgo al pequeño balcón del apartamento, cerrando las puertas corredizas detrás de mí para ahogar toda esa fiesta sexual.
Respiro el aire fresco y frío, me dejo caer en una de las cómodas sillas que James y yo compramos específicamente para este lugar y pienso sobre si soy capaz de hacer esto, pero no tiene sentido dar tantas vueltas cuando sé que realmente nunca estaré preparada para esto.
Estas hojas están en mí poder desde que Charlotte reveló que Lindsay escribía una historia, su historia. Siento un nudo en la garganta al sostenerlas entre mis manos, en estas hojas está el peso de muchas de sus angustias, sus lágrimas, su dolor. Aunque sabía lo que le había sucedido, realmente nunca fui capaz de siquiera imaginar la magnitud de lo que Lindsay cargaba consigo, intenté tanto entenderla, comprenderla, pero sabía que no era suficiente.
Estaba tan desesperado por ayudar, por sacarla de esa oscuridad que me tragué mis rencores, mis tristezas, mi dolor cuando acudí a Megan ignorando todo lo que sentía por ella, solo quería que Lindsay mejorara y aunque en un principio pareció que eso sucedía, las consecuencias fueron irreparables.
Me sirvo una considerable cantidad de ron en el vaso y lo alzo al cielo oscuro antes de beberlo de un solo trago. Me quema la garganta y posterior a ello eñl estómago, pero no está ni cerca del ardor en mi pecho cada vez que pienso en la tragedia de Lindsay.
Deslizo los dedos por su seudónimo: L.H algo sencillo, no tanto cómo el nombre de la historia "Punto final." Mis dedos tiemblan un poco cuando abro la primera página, no es un capítulo, es un mensaje:
«A veces vivimos la clase de dolor al que no podemos darle palabras.
Las personas quieren apoyarte y estar para ti, quieren darte la mano mientras caes, caes y sigues cayendo. Pero tú quieres alejarlos.
No quieres que te toquen.
No quieres que te miren.
Solo quieres encogerte, volverte invisible y desaparecer.
¿Por qué quieren ayudarte? ¿No ven que estás roto? ¿Qué no quieres más de eso?
Esta historia no es bonita, no hay final feliz, ni siquiera sé si tiene un final.
A veces no sabes que estás hecho de tantos pedazos hasta que te rompen.
A veces no sabes qué tanto sufrimiento puedes experimentar hasta que incluso pestañear duele.
Créeme cuando te digo que a veces algunos recuerdos no se van. Créeme cuando te digo que a veces el amor se mezcla con el odio. Créeme cuando te digo que a veces simplemente las palabras no consuelan.
Esto no es un llamado de auxilio. Cuando los gritos de ayuda no fueron escuchados, supe que mi voz nunca tendría poder.
Esto no es un diario.
No todo en esta historia es ficción.
No todo es real.
Todo comenzó el día en que parece que todo terminó.»
Me muerdo el labio inferior con tanta fuerza que soy capaz de saborear la sangre. No es una novela con diálogos, creo que son pasajes sobre pensamientos, sobre sus sentimientos después de esa fiesta.
Tomando profundas respiraciones leo cómo al ser impreso todo esto a través de la aplicación, se vislumbra que lo marcó con contenido para adulto, escenas gráficas y contenido violento. Esto me duele mucho.
Me sirvo otro vaso de ron y lo bajo más rápido de lo que tardé en servirlo. Leo el primer capítulo con un tumulto de emociones. En él habla sobre la sensación del primer amor, la manera en la que se ama con fuerza y cómo esa persona parecía serlo todo para ella (el personaje femenino sin nombre que supone no es real, pero que sé que es ella), cómo siguió sus pasos, cómo lo alentó y apoyó. Mis ojos se vuelven acuosos leyendo de sus sentimientos por mí, la manera en la que describe sus emociones profundamente, la forma incondicional en la que parecía amarme.
También la amé, lo hice desde que iniciamos nuestra relación, era difícil no amarla cuando era ésta persona dulce y sonriente. Es cierto que a veces las cosas entre nosotros se enfriaban, pero la cotidianidad a veces le hace eso en una relación y no quiere decir que el amor se apague, en el pasado mientras estuvimos juntos nunca pensé en romper, jamás imaginé serle infiel y todo lo que quería era que viviera sin pensar en mí primero.
Intentaba alentarla a ser más independiente, a veces me asustaba cómo el peso de la relación caía sobre mí porque a ella le aterraba tomar iniciativa y me sentía tan mal cuando discutíamos y solo se quedaba en silencio dolida, me hacía sentir un imbécil y ablandarme. Mis amigos tendían a decir que ella era dependiente emocional de mí y con el tiempo de su partida lo entendí, pero en su momento no me importó porque yo era feliz en nuestra relación.
Las relaciones perfectas no existe, en todas ellas abundan algunas alertas en unas más que en otras y supongo que se trabaja en ello siempre que se saludable o lo dejas ir cuando es dañino. No fuimos perfectos, tal vez habían banderas rojas en nuestra relación que nos negamos a ver, quizá con el tiempo habríamos terminado o seguido juntos, pero la manera en la que nos arrebataron la decisión es dolorosa.
El primer pasaje de su historia termina con una frase que me clava el primer puñal:
«A veces las que parecen las mejores decisiones son las que clavan tu destino a la destrucción.
Solo quería divertirme e ir a festejar con la persona que amaba.
En su lugar, fui destruida. Ese fue el comienzo de mi fin.»
—Lo siento tanto, Lindsay —susurro sintiendo mi voz quebrarse.
Dejo en el asiento de al lado la historia, no puedo leer más de ello en este momento, no puedo.
Tomo la botella y bebo directamente de ella, dejando atrás el vaso. No sé cómo consigo no llorar y no ir a los pensamientos de ese día. No sé cómo consigo beber sin quebrarme ante las emociones crudas que experimento.
No sé cómo escuchar a los demás cuando dicen que no fue mi culpa si eso es todo lo que siento.
No recuerdo quedarme dormido, pero despierto con James maldiciendo y pidiéndome que me levante antes de que pesque una neumonía. Tropiezo con mis propios pies y en el camino nos desviamos al baño en donde vómito, pero también lloro y digo cuán mal me siento con esta culpa, cuánto lo lamento y cuánto deseo poder cambiar el pasado. Luego estoy en mi cama y me siento tan atormentado por las palabras de Lindsay.
Me amaba tanto y yo le ocasioné tanto daño.
—No es tu culpa, Jagger, no lo es —Me dice James, supongo que hablé en voz alta—. Leer esto va a destruirte.
Se lo arranco de las manos porque no hay manera en la que no lo lea. Eso podría darme respuestas sobre los culpables y tal vez se lo debo a Lindsay. Mi mano se aferra a esa encuadernación mientras vuelvo a quedarme dormido.
La próxima vez que despierto, es con una resaca infernal, una que no tenía hace mucho tiempo, pero tiene sentido si recuerdo que bebí toda una botella de ron sin haber cenado. Me tambaleo hacia el baño, me cepillo los dientes, hago enjuague bucal y libero con muy buena puntería un motón de líquido. Agradezco que el lugar se encuentre parcialmente a oscuras cuando camino hacia la sala siguiendo la voz de James y de Maddison discutiendo.
— ¿Y qué hacías tú mientras Jagger se proponía llenarse las venas de licor? —exige saber ella.
—Estaba ocupado.
— ¿Follando? ¿No puedes tomar una pausa de tu putería para cuidar que tu amigo no se emborrache y haga algo tonto estando ebrio cómo lanzarse del balcón?
— ¡Mierda, Madisson! No soy un puto adivino. Jagger siempre está bien ¿Cómo iba a saber que leería esa puta historia y bebería en el balcón? No me dijo nada, no lo sabía.
» ¿Crees que no me asusté cuando salí y lo encontré desmayado cerca de caer? A partir de ahí actúe. Eché a mis compañías, estuve mientras vomitaba y luego cuidando mientras dormía que no se ahogara en su propio vomito. Escuchándolo balbucear sobre cuán culpable se siente y el pasado horrible que arrastra cómo una cruz ¡Hice lo mejor que pude!
»Sí, puedes decir que soy un maldito puto, pero nunca pondría un polvo por encima de mi mejor amigo y lo sabes.
No queriendo que las cosas se pongan aun peor por culpa de mis acciones termino de llegar hasta ellos.
—Gracias, Jamie —digo llamando la atención de ambos—. Tampoco sabía que me bebería toda la botella ni que estaba tan cerca del borde del balcón. No es tu culpa, fue mi responsabilidad y sin embargo gracias por darte cuenta y ayudarme.
—Sabes que no tienes qué agradecerme, Jagger.
Luce tenso y sus labios están apretados. Unos pocos segundos transcurren antes de que Maddie se acerque a él y lo abrace, lo que lo relaja visiblemente.
—Lo siento, Jamie. Solo me preocupé por Jagger, eres un amigo increíble para él y aunque sí eres un puto, sé que tus amigos siempre van primero.
—Incluso tú siempre irás primero, mujer molesta —dice él.
Maddie deja de abrazarlo y le sonríe antes de girarse hacia mí, golpeándome el brazo y haciéndome consciente de la preocupación en sus ojos.
—Ya basta, Jagger. Estás vivo y no puedes vivir una vida entera de lamentos. No es tu culpa. Te amamos y nos duele que estés atado a una culpa que no te corresponde.
No respondo, en su lugar veo a James intentando esconder algo, pero al darse cuenta, suspira y me entrega una hoja.
—Llegó esta mañana. Maddie y yo la abrimos. Es una nota —Rasca su nuca—. Salí intentando encontrar a alguien, pero no conseguí nada.
— ¿Jagger escuchaste lo que te dije? —pregunta Maddie y volteo a verla.
—No soy sordo, lo hice.
— ¿Y decidirás ignorar todo lo que dije cómo siempre? —No respondo y suelta un bufido dándome un empujón—. ¿Sabes qué? Simplemente hoy no tengo la paciencia para esto.
»Hoy no puedo verte culparte por algo que no es tu culpa —Su labio inferior tiembla y ojos se le vuelven acuosos—. No quiero que sufras más, Jagger.
—Maddie... —Le tomo la mano—. No te enojes conmigo, por favor. No te vayas.
La atraigo a mí, abrazándola, no queriendo dejarla ir y sintiendo mi camisa humedecerse con sus lágrimas, lamento ocasionárselas. Consigue salir de mi abrazo y no se va, pero tampoco luce muy feliz mientras se limpia el resto de las lágrimas y James tira de su cabello haciendo que voltee a verlo. Él le sonríe.
—Anímate, algún día él entenderá lo que nosotros ya sabemos, Maddie —Suena tan seguro, ojalá pudiera creerle—. Solo necesita recorrer ese camino y entenderlo por sí mismo.
Hablan de mí cómo si no estuviera. James pregunta si queremos café y acepto. Tratando de ignorar mi dolor de cabeza de resaca, leo la nota en la hoja:
«Espero no estés agotado.
El juego aún no termina»
Aquí vamos de nuevo, espero esta vez esos cabrones sean atrapados. Ya no soy un jugador ignorante, puedo ser uno activo y me hago la promesa de que así sea lo último que haga: ellos caerán.
Holaaaa, la verdad es que a mí aun me sorprende estar subiendo la segunda parte, parece irreal.
Gracias por el apoyo que le están dando a la historia, está creciendo rápido y eso me hace mucha ilusión.
Redes sociales:
Instagram/ Tiktok/ Yoynow: DarlisStefany
Twitter: Darlis_Steff
Espero les guste.
Un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top