Capítulo II: Confianza
Capítulo II: Confianza.
Dakota.
Tengo una manera de alentarme a seguir en esta clase: es mi última clase con el profesor McCain.
Mi misión en los siguientes semestres es evitar cualquier clase que imparta el profesor y es una bendición que no tendré que verlo más con finanzas, en serio, pasar este semestre para no toparme más con él es el mejor incentivo que puede haber.
Gracias a las tutorías de Jagger antes de cada examen, puedo seguirle un poco más la pista a todo, seguro necesito refuerzo, pero al menos ya no entro en crisis de desesperación e incomprensiones. Si algo también aprendí de Jagger, es que unos apuntes ordenados en mi asignatura más compleja me ayudará a un mayor entendimiento a la hora de estudiar. Así que aun cuando no logro copiarlo todo, trato de ser ordenada sobre lo que tomo nota.
Ben, el que antes era mi único amigo, nota el cambio y mi falta de histeria, esa es la razón por la que cada pocos minutos siento sus ojos de mí luciendo desconcertado, cómo si no entendiera por qué estoy tan serena y no abrazándome las piernas en tanto me meso de adelante hacia atrás o murmuro sobre cómo no pasaré el semestre.
En cierta manera su angustia por mi falta de estrés casi me hace reír.
Cuando la clase termina me encargo de guardar lápices y resaltadores junto a mi libreta en la mochila para después girarme y darle toda la atención a Ben.
— ¿Quién carajos eres? —pregunta con desconcierto y desconfianza— ¿En dónde está mi amiga la que enloquece durante cada clase de finanza?
—Tu amiga ahora es más sensata. ¿Qué tal tu fin de semana?
—Bien —No suena muy convencido—. Tuve citas con Lena, fue bueno.
Lena, tildada en el registro de mi memoria cómo la chupa almas.
Cómo una amiga que ha vivido todo el transcurso de la relación turbulenta de Ben, analizo muchísimo sus palabras, concluyendo que su tono de voz no suena muy entusiasta por lo que quizá me está mintiendo o peor: trata de convencerse a sí mismo. Quisiera decir miles de cosas, pero a las malas me ha tocado aprender que no debo opinar en su relación porque mis palabras lo ponen a la defensiva o son ignoradas, sin embargo él sabe muy bien que considero que se encuentra en una relación tóxica y llena de un control enfermizo por parte de Lena.
Mi silencio se extiende y parece que él está esperando alguna replica de mi parte, pero solo lo veo hasta que deja ir un profundo respiro e intenta sonreírme.
—¿Cómo estuvo el tuyo? —Termina por preguntar.
—Bien —respondo con una pequeña sonrisa—, mejor a los anteriores.
—¿Y eso por qué?
Me limito a darle una sonrisa que lo desconcierta. Poniéndome de pie, tomo mi mochila y comienzo a bajar las escaleras con él siguiéndome, pero me detengo cuando casi llegamos a la puerta y me toma del brazo.
Veo la indecisión en su mirada, la constante lucha entre hablar o no hablar, lo que me hace sentir gran curiosidad en tanto susurro su nombre cómo una pregunta.
— ¿Cómo está Rose? —Finalmente pregunta.
Me sorprende, pero a una parte de mí no. Es confuso.
Mordisqueándome el labio inferior lo veo, intentando una vez más descifrarlo, pero está vez en relación a mi hermana. Ben luce genuinamente interesado y hace unos pocos días Rose mostró el mismo interés por saber de él. Te diré lo que veo: más problemas avecinarse. Porque si Lena descubre que Ben y Rose mantienen contacto, por más amistoso que sea, estará hecha una completa fiera preparada para atacar y si eso sucediera, mi hermana puede contar conmigo.
Pero ¿Sabes qué? Rose sería muy capaz de enfrentarse con la ira de Lena, o eso creo, porque ahora ella tiene una nueva filosofía de vida luego del ataque: asumir sus errores por ella misma y hacer su mejor intento de enfrentarlos. Sí, todavía la ayudo con todo el caos que ahora está enlazado directamente con Jagger también. Ahora somos un equipo dispuesto a detener lo que cada vez se vuelve más grande y aterrador.
—Rose está bien, algo tranquila, pero eso ya lo sabes porque hablas con ella —digo enarcando una de mis cejas.
—Sobre eso, por favor ¿Puedes ser discreta?
Hago una mueca. Ben sabe que Rose hace unos pocos meses pasó por cierto inconveniente que la hizo permanecer hospitalizada durante un tiempo, solo que como todos los que hablaban de eso, desconoce los motivos del por qué. Creamos una excusa bastante floja, pero nadie lo cuestiona, tal vez a nadie le importa mientras que a nosotros nos quita el sueño tener a alguien acechándonos de una manera tan peligrosa. Sin embargo, es bastante evidente que la Rose de hace unos meses no es la de la actualidad.
No quiero mentirme y declarar que mi hermana ha tenido una transformación radical sobre su personalidad, pero hay unos pequeños cambios en ella que la hacen ser asustadiza, discreta y no tan parlanchina como lo fue en su momento. Cabe decir que Rose no ha ido a ninguna fiesta en lo que ha transcurrido del semestre y ya estamos a casi dos meses y medios de acabarlo.
Toda esta extraña situación con Ben, la hace todavía más vulnerable. No quiero involucrarme en ello porque ella tiene derecho a hacer sus elecciones, pero no puedo evitar opinar al respecto.
—No lo hagas, Ben. No soy su madre para decirle qué hacer, pero Rose ha tenido momentos duros y lo último que necesita es que te avergüences de ella o la trates cómo un secreto sucio.
»Si crees que va a traerte problema con Lena tener amistad con otra mujer, entonces evalúa tu relación y lo que haces. Nadie desea ser el secreto de otro.
—No quiero hacerle daño. Rose es una mujer increíble, me gusta hablar con ella. Solo no quiero que Lena luego lo malinterprete o lo vea por los motivos equivocados.
— ¿Cuáles podrían ser esos motivos equivocados?
No me responde, en lugar de ello hace un ridículo puchero que me hace reír.
—Te ves ridículo.
—A veces eres cruel —asegura dándome un pellizco en el brazo y luego liberándolo.
Le pellizco una de las mejillas y suspiro. Éste amigo mío que aún no despierta y se da cuenta del tipo de relación en el que se encuentra, no es normal que ella decida si puede o no tener amigas.
—Ben eres mi amigo y te quiero mucho, pero Rose es mi hermana y pueden decir lo que sea de ella, pero la verdad es que no es una mala persona y a veces las personas la lastiman creyendo que solo es bonita y tonta.
»Ella está en un momento...Difícil y sé que la manera en la que vayan a relacionarse es cosa de ustedes, pero por favor, sean cuidadosos, no necesitamos que ninguno de ustedes se lastime con los sentimientos —Hago una pausa—. Y sobre Lena, analiza si ese es el tipo de relación que deseas y mereces.
Me da una leve sonrisa y abre la puerta para mí.
—Estoy en eso, Dakie. Analizando.
Sus palabras me sorprenden, pero no alcanzo a contestarle porque me detengo al salir: Eric se encuentra sonriéndome.
Le doy una sonrisa tentativa porque no lo esperaba, siendo honesta, su nombre no me pasó por la cabeza.
Eric estudia química molecular, tiene veintiún años y ha sido bueno conmigo en el tiempo que llevamos conociéndonos y nosotros también nos involucramos en algunas salidas, pero nada que llegara tan lejos.
Su expresión es relajada y tan agradable cómo siempre mientras se pasa una mano por el cabello castaño oscuro.
Ben ve de él a mí y luego se aclara la garganta pasando por delante de mí.
—Te veo luego, Dakie —Quiero implorarle que se quede, de hecho estiro la mano para atrapar su camisa, pero mis dedos solo alcanzan a rozarlo.
Una vez Ben se va, vuelvo la vista a Eric, encontrándome con sus ojos café oscuros que me observan con diversión. La verdad es que es atractivo: alto, delgado pero no de una manera desgarbada y con un bonito hoyuelo en su mejilla derecha que me gustó cuando nos conocimos. Pero más allá de su físico agraciado, es inteligente y cuando conversamos me cautivó un poco, además, quise demostrarme un punto: podía conocer a otras personas, podía socializar cómo cualquier estudiante porque luego de la ruptura con Jagger estaba cansada de haber sido esa persona invisible que siempre se quiso esconder.
Claro, buscaba una amistad, de hecho lo especifiqué la primera vez que me invitó a salir, pero de alguna manera terminamos en unas pocas citas y en una de ellas hubo un par de besos que no detuve y que siendo honesta, me gustaron. Se sintió bien, fue un leve cosquilleo porque entre nosotros hubo atracción y tal vez con el tiempo podría haberse construido algo más si yo no me hubiese sentido incómoda con empezar a salir con alguien más cuando claramente tenía sentimientos muy presentes hacia Jagger.
No puedo decir que siento amor hacia Jagger o al menos no lo creo en este momento porque las cosas entre nosotros siempre fueron muy físicas y cuando estábamos construyendo algo realmente bueno, ocurrió lo de la fiesta y yo corrí. Sin embargo, no puedo negar que siento cosas por él, cosas fuertes que no pude desaparecer, en las que pensé y las que me llenan de ilusión ante la idea de intentarlo de nuevo de una manera más comprometida.
Luego de los besos compartidos con Eric tuvimos una conversación un poco pesada en donde dejé en claro que lo mejor era mantener una amistad. Primero porque no estaba interesada en comenzar otra relación, menos cuando todavía sentía tanto por Jagger y segundo porque no me vi de esa manera con él además tengo la ligera impresión de que eso tampoco era lo que él buscaba, que tal vez quería algo más físico y conveniente, lo que no está mal, pero ese no es mi modo de actuar. Ya me quemé antes con una relación "casual" sé que esas cosas no son para mí.
Teniendo en cuenta que hace una semana y media volví a conversar con Jagger de manera civilizada y nosotros nos estamos dando una segunda oportunidad, estoy un poco nerviosa con este encuentro casual, porque en serio no me acordaba de él.
—Te extrañé —dice Eric acercándose a mí y besándome la mejilla antes de volver a retroceder.
—Hola, Eric. ¿Qué tal estás? —pregunto con torpeza.
—Un poco triste ante tu olvido.
—Lo siento, pero he estado ocupada —Me paso un mechón cabello detrás de la oreja.
Tengo que admitir que soy un poco cobarde con esto de las conversaciones incómodas, que quiero salir corriendo.
— ¿Qué tal si nos ponemos al día con un café? —Ofrece de manera amigable.
Tal vez no tengo que estar tan preocupada por esto, después de todo le dejé en claro que éramos amigos, no le debo explicaciones ni tengo que sentirme culpable por estar con Jagger. No tengo porque temer de su reacción.
—No puedo tomar un café ahora, Eric.
Y no es que quiera cortar mi amistad con él. Sí, ahora es un poco incómodo, pero podemos recuperarnos de ello. De verdad es agradable conversar con él y discutir ciertos temas, además, Jagger es amigo de muchas de las chicas con las que llegó a tener sexo, sobre todo Millie y aunque en cierta manera me molesta porque sería inhumano no tener celos, trato de respetarlo.
No limitamos nuestras amistades, no somos dueño del otro para ordenarnos a quién ver y Jagger sabe eso.
Claro, eso no quita que no nos resulte incómodo, pero somos testarudos y queremos hacer las cosas bien. Mientras Jagger me respete cómo novia o la cosa exclusiva que somos, también seré respetuosa con nuestra relación. Supongo que es nuestro primer salto de fe para recuperar nuestra confianza.
— ¿Por qué? —pregunta Eric.
—Saldré con... —Bien, lo mejor es quitar la curita para que luego sea menos incómodo para nosotros— Mi novio.
—Novio —Parece que saborea la palabra—. Supongo que ya no tengo oportunidad, al menos que planee conquistarte.
—Preferiría que no —Me sincero—. Me gusta tu amistad, pero si quieres algo más, me temo que no estoy interesada y no cambiaré de parecer.
—Me gusta tu honestidad —No borra su sonrisa—, tomaré lo que me ofreces, pero si algún día decides lo contrario, solo avísame. Ya tomaremos luego ese café. Diviértete con tu novio, Dakota.
Asiento hacia él y lo veo alejarse en la dirección contraria. Me siento rara porque todo fue demasiado fácil, no es que tuviese que armarme un drama, pero fue tan sonriente que me pregunto si tan siquiera fue real, su reacción no me pareció tan genuina y no sé si estoy exagerando o haciendo un problema en donde no lo hay.
Me mordisqueo el labio aun viendo por el lugar en el que se alejó y luego sacudo la cabeza para salir de la escuela e ir al estacionamiento de la facultad en donde sé que me está esperando Jagger.
Antes de hace unos meses era prácticamente invisible, ahora algunas personas me saludan cuando paso cerca de ellas y otras prefieren murmurar. Toda esta atención viene por el escándalo de las fotos desnudas desplegadas por toda la universidad de mi hermana, por salir con Jagger y porque de alguna manera durante el semestre anterior y lo que va de este, he sobresalido más de lo habitual. No decido si me gusta o lo detesto, pero no enfoco mis energías en ello.
Cómo si mi día no hubiese sido suficiente con el encuentro incómodo con Eric, mis pies se detienen cuando veo a Drew caminar hacia mí o en todo caso por el mismo camino que transito. Él va y yo vengo, por lo que es inevitable que nuestros caminos no vayan a encontrarse.
He visto a Drew muchas veces después del incidente de las escaleras o bueno, si lo llamo cómo es: desde que lo empujé por las escaleras. Desde entonces me envía malas miradas y no lo culpo, estuvo mal lo que hice y a veces me asusto al analizar la reacción violenta que tuve hacia sus palabras. Arrojar a alguien por las escaleras no está bien, al menos que sea un acto de defensa propia y hasta ese momento nunca en mi vida había tenido una reacción violenta con alguien.
Pero aun puedo recordar las palabras de Drew, la manera en la que me hirieron y me hicieron sentir tan usada, todo lo que pensé es que quería que se callara y lo próximo que supe es que lo estaba empujando. No esperaba que cayera por las escaleras, pero una parte de mí deseaba ocasionarle daño de alguna manera, no es fácil de admitir, pero es la verdad.
Nuestras miradas se encuentran y él se detiene a mi lado, demasiado cerca.
—Me sigues gustando, Dakota, pero un día pagarás. Yo no olvido y creo que necesitas un recordatorio sobre cómo siempre fuiste nada mientras yo lo soy todo —Sus palabras me acarician la mejilla antes de que continúe su camino.
No me da la oportunidad de responderle, pero de igual manera estoy sin nada coherente para decir cuándo me ha tomado por sorpresa con su abierta hostilidad. Antes solo eran miradas de desprecio mal disimuladas, pero no esta cercanía ni tal advertencia.
Trago fuerte y me digo que tal vez su resentimiento un día se irá y me ignorará de la manera en la que lo hizo cuando me rompió el corazón, que podrá superar lo ocurrido de la manera en la que lo superé a él. Aunque también puedo simplemente esperar porque al igual que a Jagger, a Drew le resta solo la mitad de este semestre y el siguiente para graduarse, pero un año y un par de meses suena cómo una eterna espera.
Podría pensarme en estos pensamientos por unos buenos minutos, pero el vibrar mi teléfono me saca de ellos cuando lo localizo en el bolsillo de mi jean y leo el mensaje entrante.
Posible novio: ¿En dónde estás? ¿Olvidaste nuestro encuentro?
Dakota: no. Voy para allá... Hubo imprevistos
Camino lo que resta y poco después finalmente estoy en la escuela de ciencias. A medida que me acerco a la entrada veo a Jagger conversar con una mujer que no conozco. Me acerco con lentitud y él no nota mi presencia hasta que estoy básicamente a su lado, que es cuando voltea a verme y me da una pequeña sonrisa antes de tomarme por sorpresa con un beso rápido sobre mis labios.
—Es todo lo que puedo decirte, no sé más —Concluye la mujer dándome una leve mirada curiosa antes de sonreírme y asentir en un saludo, creo.
—Hola —digo de manera torpe y Jagger ríe por lo bajo de mi saludo flojo e incómodo.
—Gracias, Kelly, si llegas a saber algo más no dudes en contactarme —Son las palabras finales de Jagger.
La veo alejarse antes de sentir los dedos de Jagger deslizarse por mi cabello y cuando volteo a verlo apuesto que es muy obvio que me mata la curiosidad y quiero saber qué sucede, pero he aprendido a conocer a Jagger al menos lo suficiente para saber que quiere que hable, que pregunte, que use mi voz y no sea solo silencio esperando migajas de información.
— ¿Y bien? ¿Me vas a contar qué fue eso? Parece que quieres que te pregunte.
—Kelly está en el equipo de natación, por su difícil horario suele tener prácticas en las noches. Ese día —Se refiere a cuando casi se ahoga—, tuvo entrenamiento horas antes, pero asegura no haber visto nada raro.
—Y si supiera ¿Crees que te diría?
—Tal vez, igual no es cómo si confiara plenamente en todo lo que las personas pudieran decirme —Se encoge de hombros—. ¿Vamos fuera del campus? Tengo una información que compartir contigo y no me da confianza hacerlo aquí, además, parece un buen momento para una cita ¿Verdad?
Sonrío y asiento sin poder evitar ver la manera en la que me toma de la mano y entrelaza nuestros dedos.
—¿Dulce? —Escucho la diversión en su voz y alzo la mirada.
—¿Si?
—Pareces maravillada e incrédula ¿Todo eso es porque te tomo de la mano?
—Eh...No.
—¿No? —Enarca una ceja y atrae mi mano aun unida a la suya, a su boca.
Exhalo con lentitud sus labios cubren dos de mis nudillos y siento la caricia de su lengua antes de que me dé un suave mordisco.
—Estoy esperando a presenciar tu expresión maravillada cuando haga mucho más que tomarte de la mano. Aún recuerdo a la perfección la manera en la que te ves cuando hacemos mucho más que hablas.
—Jagger, por favor...
¿Por favor qué?
¿Por favor para antes de que gima de manera vergonzosa públicamente?
¿Por favor para antes de que te ruegue que caigas de rodillas cómo en el pasado y me saborees?
¿Por favor fóllame locamente y devuélveme esa sensación de que me das más de lo que espero?
¿Qué estoy pidiendo exactamente?
Para mi fortuna o desgracia, depende de cómo se vea, deja de torturar mis nudillos, me da otra sonrisa de costado y nos hace caminar. Pese a que teníamos meses sin estar juntos de esta manera, se siente natural escucharlo devolver saludos a su paso o ser detenido de tanto en tanto en nuestro camino a su auto, Jagger siempre será este estudiante con el que todos quieren relacionarse o el que todo fingen conocer y el que sabe casi todo de ellos.
Subimos a su auto y luego de encargarnos del cinturón de seguridad lo pone en marcha. Me encargo de llenar el silencio encendiendo la radio a un volumen bajo y hago mi mejor intento de estar cómoda para verlo conducir.
Ha sido una semana desde nuestro ¿Regreso? Y me siento un poco tonta porque estoy embobada por todo, queriendo enfocarme en cualquier detalle de Jagger y definitivamente estoy muy nerviosa porque quiero que esta segunda oportunidad para nosotros funcione.
Antes sabía que lo extrañaba, pero ahora estando juntos me doy cuenta de que era mucho más de lo que pensé.
—Me encontré con Eric —comento, rompiendo el silencio y viendo cómo sus dedos se tensan sobre el volante—. Él no es una mala persona.
—No dije que lo fuera, me parece que lo aclaraste demasiado pronto ¿Tal vez eres quién no está convencida de que no sea una buena persona? —responde.
—¿Intentas ser todo analista sobre mis pensamientos?
—No, ya he aprendido que no puedo saber lo que pasa por tu cabeza —Medio sonríe—. No digo que Eric sea una mala persona, tampoco que sea buena. Francamente solo me interesé en él cuando quise saber que no salías con alguien peligroso.
—No salimos.
—Tuvieron citas, soy consciente de eso, Dakota —Me da una mirada rápida antes de concentrarse en la carretera— y voy a admitir que aunque siempre catalogué a los celos cómo una emoción inservible e irracional, me dan celos y no confío en él.
—Pensé que dijiste que no te iba lo de estar celoso.
—Sí, bueno, eso fue antes de que hicieras más que gustarme —Sonríe—. Entonces ¿Qué pasa con ese encuentro con Eric?
—Antes le había hecho saber que seríamos amigos, pero ahora fui un poco más clara y... —Hago una pausa y trago—. Le dije que tenía novio.
Puedo sentir cómo me sonrojo, pero esta es la oportunidad perfecta para aclarar en qué tipo de relación nos encontramos. Quiero que esto marche bien, que seamos sólidos. En el pasado nunca establecimos lo que éramos, tampoco fui tan franca sobre mis expectativas y luego me fui corriendo. Y ahora incluso aunque el peligro nos acecha y tal vez sea estúpido querer darle parte de mi atención a una relación, estoy dentro y con todo con lo que sea que esté sucediendo entre nosotros.
—Novio —Parece que saborea la palabra— ¿Eso quiere decir que quieres ser mi novia, Dulce? No me lances flechas, sabes que conmigo puedes ser honesta.
Él siempre es tan directo pidiendo que le diga lo que pasa por mi mente, pero no todos estamos acostumbrados de ser francos y no ser tímidos respecto a nuestros pensamientos, parece que Jagger ignora eso. Sin embargo reúno todo el valor porque se supone, este era el punto al que quería que llegáramos a discutir.
El tiempo es relativo, los problemas nos rodean, parece que gente mala nos persigue y sería estúpido dejar escapar lo único bueno sucediéndome en este momento.
—Quiero que seas mi novio, si vamos a hacer esto, necesitamos ser precisos con lo que queremos —Lamo mis labios—. Quiero correr el riesgo porque lo vales y muchos dirán que las etiquetas no importan y todo un discurso romántico, pero sabes cómo soy, quiero nuestra etiqueta.
»Sabes que para mi tranquilidad necesito etiquetarnos, que a mí sí me llena el pecho llamarte "novio" y que me acelera aún más el corazón la idea de que me llames tu novia.
Asiente, pero no me responde. Conduce en silencio y le subo volumen a la radio sintiéndome muy confusa ante su falta de palabras, pero decido no exagerarlo ni volverlo algo que no es. Por suerte llegamos a un local de comida en el que nunca había estado antes, bajamos del auto y me toma la mano, tirando de mi cuerpo al ras del suyo, haciéndome estremecer.
Nunca sentí tantas reacciones físicas por la proximidad de otra persona hasta que colisioné con la espalda de Jagger hace tantos meses en un pasillo cuando me convencía de ser valiente para pedirle ayuda.
—Gracias por arriesgarte, Dulce ¿O debo llamarte novia?
Y antes de que pueda responder, sus labios están sobre los míos dándome ese beso que ha esperado por nosotros durante tanto tiempo.
En tanto estuvo en el hospital, tuvimos besos suaves y desde que hace dos días salió parecía que todo se reducía a pequeños besos o picos de saludo y despedida ¿Esto? Esto solo me recuerda lo mucho que Jagger me desarma con tan solo un beso.
Da continuos presiones húmedas sobre mis labios antes de lamerlos y morder el inferior, un sonidito escapa de mí y el aprovecha la apertura de mi boca para indagar con su lengua y luego invitar a la mía a unirse. Es un beso profundo y cautivante que me atrapa en él. Liberándome la mano, traslada sus dedos a mi cintura en donde aprieta al tiempo que ladea el rostro en buca de mayor profundidad y esta vez soy consciente de que un gemido ronco escapa de mí cuando llevo mis manos a su cuello y presiono con más fuerza mi cuerpo contra el suyo con la necesidad de sentirlo.
Y lo hago, lo siento contra mi estómago en tanto una de las palmas de sus manos se ubica sobre mi trasero.
Me besa hasta que me siento eufórica y sin respiración, hasta que me hace odiar el tiempo que estuvimos separados, hasta que me hace deseas ser solo nosotros dos y este momento, hasta que me hace desear alimentarme únicamente de sus besos.
Para el momento en el que decide dejarme respirar, mi boca casi persigue a la suya, lo que lo hace reír.
Al abrir los ojos por un breve momento tengo la vista desenfocada o tal vez soy yo la que se encuentra completamente desorientada ante o que ha sido uno de los mejores besos que me han dado en la vida, los otros también me los dio Jagger. Extrañé esa boca y lo talentosa que es, casi quiero apretar las piernas porque repentinamente recuerdo las maravillas que puede hacer en otros lugares muy sensibles en mí que en este momento se humedecen y palpitan.
No creo que Jagger y yo estamos en posición o con la resistencia suficiente para llevar las cosas con lentitud y este beso es la clara evidencia de que en cualquier momento podríamos estar haciendo mucho más.
—Ahora debemos actuar aptos para todo público —susurra con sus labios en mi sien.
Siento sus manos deslizarse a mis caderas y luego ir hacia atrás para posarse con un firme apretón en mi trasero para presionarme con más precisión, durante unos segundos, contra su erección.
—En este instante no se nos permite jugar y no puedo enseñarte lo mucho que mi piercing te extrañó, pero espero eso cambie pronto, tengo mucho más para ti —Deja un beso en mi frente y me aleja.
Lo veo, muy afectada mientras toma mi mano y guía nuestro camino. Luce en control y tranquilidad, mientras apuesto que yo estoy sonrojada y con los ojos muy abiertos, genial.
No presto mucha atención lo que se lee en los anuncios de la comida, pero cuando Jagger me pregunta si me apetece compartir una pizza grande y dedos de mozzarella con él, acepto porque estoy demasiado ocupada deseándolo, lo que hace que seguramente mi rostro se torne más rojo. Él hace el pedido y paga, luego nos guía hacia una mesa para cuatro personas y nos hace sentarnos lado a lado.
—Veo que tu tos es escaza —comento.
—Ha mejorado muchísimo, no me duele respirar. Fui un buen paciente, nadie creería que casi me ahogo hace poco más de una semana.
—No creo que sea algo con lo que bromear —censuro.
No hay manera en la que él pueda entender mi preocupación mientras lo sostenía fuera de esa piscina, viéndolo vulnerable y mal, casi entré en pánico e histeria, pero por suerte parece que tengo más fortaleza y fuerza mental de que la que pensaba.
Primero ver a Rose lastimada luego a Jagger, estoy segura de que no quiero más de esos sustos. Necesito que pare.
—No bromeo sobre ello, pero tampoco lo haré un punto débil. Sucedió y estoy vivo, eso es lo que importa.
»Dudo que el plan fuera que muriera ahogado, ellos solo querían asustarme y obtuvieron una reacción mucho más grande de mí.
—Gracias por haber hecho todo eso por Rose, incluso cuando fue una trampa —Estirando una mano tomo la suya—. No quiero que pienses que dudo de tus capacidades porque considero que eres la persona más valiente y arriesgada que he conocido, pero ¿No crees que esto es más grande que un simple problema universitario?
»Atacaron a mi hermana y casi mueres ahogado. Han dedicado meses a toda esta tortura psicológica ¿No es momento de buscar ayuda?
—Es lo que haremos —dice—. Seth consiguió un contacto en el que al menos confiamos un 70%, esa es la razón por la que quiero hablemos en este momento.
— ¿Solo eso?
—Y porque me encanta comer contigo —agrega guiñándome un ojo, ruedo los míos.
Nuestro pedido es anunciado y él va por ello, la comida luce deliciosa. En un principio comemos hablando sobre mi clase de finanzas, evitando hablar de inmediato sobre la razón que nos acercó en un primer instante.
Pero no podemos alargarlo finalmente y finalmente el tema serio e importante comienza a ser abordado.
—En mi primer año en la universidad, cuando el negocio comenzaba, era tal vez más arriesgado y arrogante de lo que era necesario —comienza dejando de comer—. No me involucro en drogas, ocasionalmente me fumé unos porros, pero le había prometido al abuelo que no me metería nada por mi nariz, inyectaría o jugaría con las drogas, el di mi palabra y cumplí.
»No creo que la marihuana haya sido un problema, además la fumaba muy poco porque siempre necesitaba estar alerta. Sin embargo sabía que se movía la droga en el Campus y consideré que era normal, sucede en todas las universidades porque los estudiantes se estresan, quieren divertirse, relajarse, experimentar o son unos adictos, no era mi asunto.
—De acuerdo —digo porque quiero asegurarle que estoy escuchando.
—No era mi problema, pero cuando comencé a ver la mierda extraña que estaba sucediendo con varios estudiantes, cosas peligrosas, no pude evitar investigar. Primero se trató de curiosidad, pero cuando un estudiante quedó en estado vegetal y otros convulsionaban, me di cuenta de que era algo más.
»Pensé en un principio que podría tratarse de droga adulterada, pero luego a medida que buscaba información, me di cuenta de que muchas de las pastillas que los estudiantes estaban ingiriendo eran de prueba —Me mira con intensidad—. Sabía que podría ponerse peor. Nunca me consideré un soplón, pero sabía que si no hacía algo las cosas se podían terminar muy mal, ya alguien había muerto, era cómo una peste extendiéndose en la población estudiantil y las autoridades universitarias no hacían nada.
»Así que toda la información que reuní la dejé con el Rector, de manera anónima—Ríe de manera seca—. En ese momento tal vez no era tan discreto y supongo que tampoco era muy difícil saber que la información venía de mí, pero mi yo arrogante del pasado que creía saberlo todo, estuvo demasiado confiado, solo James y Maddie lo sabían. Te digo, tal vez era un puto arrogante de mierda.
Juega con un anillo en su dedo y su mirada baja a la mesa cómo si se perdiera en sus pensamientos, pero vuelve su atención a mí tras sacudir la cabeza.
—Acusé a Bryce Rhode sin miedo. Por supuesto recibí unos cuantos golpes "anónimos", sabía que un camello no estaría feliz de ser expulsado de su zona y menos un estudiante que parecía tenerlo todo, pero luego de eso no hubo nada y sabes que meses después ocurrió lo de Lindsay.
»Nunca asocié a Bryce con lo ocurrido, tal vez estaba demasiado afectado para saberlo y para ese momento muchos parecían posibles culpables, después de todo, habían demasiadas personas en aquella fiesta. No pensé que alguien que tenía al menos dos meses fuera de la universidad podía ser sospechoso, que guardaría tanto rencor hacia mí.
— ¿Fue él?
—No tengo evidencia sobre ello, pero ahora podría casi afirmarlo y sé que él podría estar detrás de todo esto, eso explicaría muchas cosas —Lame sus labios—. La cosa es que ahora sé que Bryce no es solamente un hombre de dinero o un simple traficante de drogas, pertenece a una familia dedicada a un mundo turbio.
No sé cuál sea la expresión de mi rostro, pero sé que no debe ser buena porque siento que mi cuerpo se estremece. Un criminal ¡Mierda, mierda! Estúpidamente quería obligarme a creer que tal vez mi miedo era desmesurado, pero ahora me doy cuenta de que de hecho tengo que estar aún más aterrada.
—Toma algo de agua, estás pálida. Mierda, tal vez debí ser más sutil.
Tomo la botella de agua que me entrega, me siento acalorada y no de una buena forma.
—No creo que haya manera en la que esto hubiese sido sutil. Me estás diciendo que un criminal es el que posiblemente quiere hacernos daños, a nosotros, un grupo de estudiantes sin poder alguno ¿Te das cuenta?
—Por eso no pensaba ocultártelo, necesito que Rose y tú estén alerta, hablaré con tu hermana.
—Yo lo haré...
—No, Dakota. Lo haré porque necesito que lo entienda, no necesito que se lo adornes, esto no es un juego y mientras más claros seamos sobre esto, mejor.
No me tomo personal la manera en la que me habla con fuerza, creo que toda esta situación está llegando muy hondo en él. Tomo un profundo respiro y bebo más agua.
—Cuando dices familia dedicada al mundo turbio ¿Te refieres a...?
Sé que quisiera no tener que responderme por la manera en la que su mano se tensa sobre la mesa.
—Mafia.
—Mafia —repito sintiendo la garganta seca pese a que he tomado un montón de agua.
—No sé a qué mafia o qué papel juega, pero es ese tipo de criminal.
Durante amplios minutos reina el silencio. Me ordeno no enloquecer ni ser negativa, pero es bastante difícil. Él me permite intentar procesar toda es locura.
— ¿Cuál es el plan? —Hablo finalmente e incluso para mí, mi voz suena rara— ¿Tenemos un plan que no sea correr presos de histeria? Porque quiero hacer eso y gritar locamente.
Una pequeña risa escapa de él y me relajo un poco cuando pasa uno de sus brazos por encima de mis hombros para acercarme a él.
—Es por ello que contactamos con un oficial, el detective que te mencioné, en el que creemos podemos confiar. Me doy cuenta que la razón por la que el caso de Lindsay se descartó ahora tiene sentido si unos criminales tienen a la policía comprada o al menos a algunos agentes. Y no puedo estar 100% seguro de este, pero al menos sí por encima del 50%, seremos precavidos.
»No soy el mismo arrogante de antes y sé que mis manos están atadas para muchas cosas, es el momento de pedir ayuda.
Me trae alivio escucharlo decir eso, saber que es sensato.
—Necesito que no seas tan confiada, Dakota, que me escuches cuando te digo si algo no me parece, que me digas si algo no es normal, te molesta o sucede. Si alguien te da tan siquiera una mala mirada, palabras que suenan extrañas o sospechosas.
»Bryce no puede estar trabajando solo cuando consigue dejarme notas tan cercanas, cuando orquesta todo con tanta perfección cómo si me respirara en la nuca.
—Necesitas que confíe en ti.
—Por favor.
Asiento porque no creo que pueda decir algo más. Mi corazón late muy rápido y no puedo evitar que la preocupación me embargue. ¿Cuáles son las probabilidades de que esto termine bien?
—Eric fue demasiado amistoso cuando le dije que tenía novio y en el camino me encontré con Drew que me advirtió sobre qué la pagaría y...Creo que es todo lo raro que me ha pasado hasta ahora —digo con demasiada rapidez.
Para mí Eric es una buena persona y se ha portado súper bien, Drew es un resentido aun dolido de mi ataque, pero si Jagger me pide que confíe en él ante cosas que a mí me parecen pequeñas, entonces yo me arriesgo y confío.
Porque somos un equipo.
Un equipo muy jodido a la que persigue al parecer un criminal. En serio quiero correr.
No me puedo creer que esto ya comenzó *llora brillitos*
Encantada de darles nuevamente la bienvenida por estas tierras, pase y póngase cómodo.
Redes sociales:
Instagram/ Tiktok/ Younow: DarlisStefany
Twitter: Darlis_Steff
Espero les guste.
Un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top