WANDA
Abrí los ojos lentamente, no sabía dónde estaba. A mi lado había una silla destrozada en el suelo, intenté desatarme pero no lo conseguía, las cuerdas estaban muy bien atadas. Paré de moverme al ver entrar a un hombre y unos soldados, estos se acercaban a mi.
-Llévenla a la sala de entrenamiento- los soldados me desataron y bruscamente me llevaron al gimnasio, ahí se cerró la puerta, quedando yo y el soldado que parecía el capitán a solas.
-Coge una pistola- me ordenó.
-¿Porqué?- le pregunté.
-¡Coge una pistola!- ahora me gritó, yo me acerqué con miedo a la mesa y agarré una de las muchas pistolas que había.
-Dispara a el maniquí, más te vale apuntar bien- me preparé para disparar, respiré hondo y por fin disparé, apreté el gatillo tres veces dejando salir tres balas, la primera chocó contra la pared, la segunda en el estomago de el maniquí y la tercera en el pecho, me giré con miedo y miré a el soldado.
-Los he visto peores- bajó la mirada y apuntó en la libreta, -ahora a el saco de boxeo- le hice caso ya que no quería que me gritara, el saco era muchísimo más grande que yo, me puse preparada para golpear, fue un golpe débil ya que no tenía práctica.
-Niña si te dejo suelta por esta base pelando así tendrás los días contados, como me das penita...- dejó de hablar para sonreír, su sonrisa era oscura y llena de maldad.
-Tengo una persona perfecta para entrenarte- volvió a escribir en su libreta, yo por la forma que me había mirado anteriormente me atemorice, ¿quien será la persona que me entrenará?

NATASHA
Estaba sentada en un banco esperando a que trajeran a Wanda.

El momento llegó y por fin Wanda apareció por la puerta, la abracé como si llevara años sin verla.
-¿Estás bien?, ¿te hicieron algo?- le toque toda la cara.
-Si estoy bien, ¿y tu?- ahora me preguntó ella a mí.
-Estoy bien- sonreí débilmente, -¿como te salió la prueba?
-Mal, no di ni una, me ha dicho que hay una persona perfecta para entrenarme, Nat tengo miedo quiero salir de aquí- esto último lo susurró.
-Lo sé, pero no te preocupes no te pasará nada, te lo prometo- la abracé.
-¿Que te han dicho a ti?
-Pues hice la prueba y gracias a la furia que estaba acumulando lo hice todo perfecto y lo único que me dijeron fue "bienvenida soldado"
-¿Eres soldado?- me preguntó Wanda, no sé si sorprendida o asustada.
-Eso parece.

Fue corto lo sé, pero bueno el siguiente mejor :)

Feliz Navidad!!