pov's kim solhee

Nuevamente había llegado el sábado. Con aburrimiento caminé hacía el balcón del apartamento, necesitando algo de aire fresco en este día tan lindo. No quiero salir, he estado algo... cansada, JiMin ni siquiera me escribe y en la escuela actúa indiferente, ¿La razón? Creo que indirectamente lo he rechazado hace uno o dos días, cuando cansada se su mal comportamiento le pedí explicaciones. «—Me pides que te diga que me sicede, pero sé que cuando lo hagas no dudaras en alejarte de mi.» Fueron sus palabras, yo le aseguré con una mano en mi corazón que nada de lo que dijera me haría dejar de verlo como mi mejor amigo.

Ahí mi error.

La palabra que utilice 'mejor amigo.' fue el detonante. Con tristeza vi a los ojos del Park apagarse, se fue de la escena dejándome parada sin entender. Hasta ahora, es cuando me percató que en realidad fui estúpida, era algo obvio el hecho de que JiMin sentía cosas por mi, pero siendo sincera no era mutuo, y el amor debe ser mutuo. No algo que se fuerce para con el tiempo desgastarse, así no volvimos a hablar del tema, pero seguía la incomodidad en el aire.

JiMin es bueno, de eso no tengo ni la más mínima duda, pero salir con él o con cualquier otra persona no me llama la atención. Estoy segura que no necesito de nadie, toda mi vida vi a mis padres estar con diferentes personas, es aburrido y monótono, en definitiva mi futuro no será igual.

—¡SolHee, papá está aquí!

Los gritos en el interior me hicieron adentrarme a la sala, mamá me había llamado, estaba al lado de mi padre quien tenía una bolsa en su mano y una sonrisa ansiosa en sus labios. Sin una mínima expresión en mi rostro camine hacia él, debo admitir que se ve bien, hace tiempo no tenía el privilegio de verlo, creo que desde mi cumpleaños, al parecer estuvo cuidándose porque ya no veo las ojeras bajo sus ojos, su piel está limpia de imperfecciones. A sus treinta y cuatro años es lo mínimo que se puede esperar.

Cuando estuve frente a él sus brazos tuvieron la leve intención de rodearme, pero me aparte, su solo tacto me causaba rechazo, en la semana mi mente estuvo llena de malos pensamientos. Sé que no soy alguien deseada, pero el poco amor que me puede tener mi familia duele. Bajé la vista a mis pies cuando un incómodo silencio se formó.

—Cariño, lamento no haber podido venir antes, sabes que mi trabajo me mantiene ocupado.—dice— Odio tener que dejarte, eres a quien más amo, nunca te mentiría.—nuevamente volvió a acercarse a mi con la clara intención de abrazarme, sus palabras provocaron un dolor en mi pecho que no supe explicar, me deje abrazar por él, quería sentirme amada— Te traje un obsequio.

Se separó de mi para extenderme la bolsa de material duro, la tomé para ver su contenido, encontrándome con una caja de zapatillas. Levante la vista y fingí sonreír en muestra de agradecimiento.

—Gracias, papá.