O21
pov's kim solhee
—¿Dónde estabas, Kim SolHee?—apenas mis pisadas en la entrada fueron oídas por la mayor, corrió hacía mi con la furia en su rostro, camine sin darle importancia.
—Estaba en con una amiga de la escuela.—conteste, apunto de subir las escaleras.
—¿Y no podías al menos enviar un mensaje? ¡No puedes irte de esa manera y no...—cerré la puerta de la habitación atrás de mi, la abuela seguía gritando, hasta que en algún punto se canso y se fue.
Dejé mi mochila sobre la silla giratoria de mi escritorio improvisado –debido a que no tenía mis cosas, sino las que pude tomar de la abuela– y me tiré sobre la cama mal tendida. Llena de miserias solo ahogue mi cabeza en la almohada blanca, tratando de así callar mis gritos. Estoy frustrada, enojada conmigo misma por ser tan idiota. ¿En qué estaba pensando al ir con el Señor Jung? Cuando lo escuché llamarla de esa forma... fue doloroso. Me siento usada, como algo que no sirve y perdió su valor.
Pero buscar excusas y arrepentirme es absurdo, ya lo hice, ya me metí en un gran problema. Sería absurdo ahora fingir que todo esto fue un error, y que mágicamente reflexioné sobre mis actos, cuando en realidad estoy completamente flechada hacía el hombre que sin vergüenza le mintió en la cara a mi madre, y sin algo de integridad más temprano le comió el coño a su hija. Estoy cometiendo actos dignos de una cualquiera.
Me levanté de la cama para cambiarme, pero al instante mi teléfono comenzó a sonar, lo saqué de mi mochila para contestar, sin ver siquiera de quien se trataba.
—¿Hola?
—SolHee, estoy en la esquina. Sal para hablar.
—¿JiMin? ¿Qué haces aquí? Ya es algo tarde para...
—Por favor.
—Esta bien, espera unos minutos. Ya bajo. —corte la llamada dejando escapar un suspiro de entre mis labios humectados.
Cambié el uniforme de la escuela por sólo unos shorts y un jersey blanco, de esta forma baje las escaleras, caminando a paso rápido hacia la entrada.
—¡¿A dónde vas?!—preguntó desde la cocina.
—Olvide comprar material para la escuela.—respondí, colocándome mis zapatos para asi salir dando un portazo.
Pasé por el jardín delantero, abrí la puerta que daba a la salida y una vez afuera giré a mis dos costados para visualizar al chico. Lo note apoyado en la pared de la casa ubicada en la esquina, alzó su mano para que me acercará, lo hice, sintiéndome algo cohibida con cada paso. Escuché a mamá decir que lo había llamado, ¿Por qué dijo la verdad? ¿Los amigos no mienten para ayudarse? Una vez ubicada frente a él me sentí más nerviosa de lo que normalmente estaría.
—¿Qué sucede?
—SolHee...—estábamos bajo un farol que alumbraba la calle, hacia frío y era de noche, aún así nuestros ojos no se perdieron de vista en ningún momento— ¿Quién era el hombre que estaba en el auto?
Fue como si... como si me estuvieran golpeando directamente en el estómago, la verdad es algo que no quiero confesar, pero estoy cansada de las mentiras para no ser descubierta en esta farza que me monté junto al Señor Jung. A quien deseo más que nadie, al hombre que me tiene colgada en unos hilos que solo él puede manejar.
—No sé de que hablas.
—Se que no era tú padre, él me llamó más tarde preguntando por ti. La cuestión es que... no sabía donde estabas, nadie lo sabía, la última vez que te vi fue saliendo de la escuela, noté a lo lejos como te subias a un auto, desde allí se notaba la silueta de un hombre. ¿Quien era?
¿Quién era? ¿Quién era? ¿Quién era? ¿Quién era? ¿Quién era?
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