XIII
120 votos, 180 comentarios.
.
-Te ves realmente bien.- Ni-ki miraba al omega enfrente de él.
-¿Ah si?- sentía las manos del alfa en su cintura, de alguna manera lo hacía sentir tranquilo. -No sabía muy bien qué ponerme... no tengo tanta ropa ya que no solía salir.
-¿Qué tal si vamos a comprar algo de ropa que te guste?
-No traje tanto dinero, pero podríamos ir al cajero y yo--
-Puedo pagarlo yo.
-Ni-ki, ¿estás seguro?
-Claro que estoy seguro, solo dime a qué tienda quieres ir y vamos, luego podemos ir a comprar cosas para casa.
-Entonces... ahm...-no sabía mucho de marcas de ropa. -Podríamos ir a Shein.
-Claro que si, bajemos- lo dejó pasar primero al ascensor -Ah, me olvidé decirte, pero Sunghoon está de vacaciones con su novio, creo que le propondrá matrimonio.
-¡Woah! Que bonito, yo siempre quise que alguien me proponga matrimonio en un parque de diversiones o en un barco... un alfa apuesto y alto... que me cuide y me haga sentir seguro, que me defienda cuando alguien me insulte y me dé un abrazo sin decir una palabra, me gusta que...- otro recuerdo desbloqueado.
De la nada recordó a él mismo diciendo "Me gustas, Ni-ki" y su mente explotó, ¿eso era real? ¿O era un sueño?
Sus mejillas de inmediato se encendieron coloreando sus mejillas con un rojo carmín.
-¿Pasa algo?
-N-no...
.
.
-¿Qué dices de este?- Sunoo salía del provador con un short color celeste.
-S-sí... te queda bien... bastante bien- sus piernas estaban a la vista, esas lindas piernas lechosas, blanditas y suavecitas, claro que podía lucirlas a su antojo.
-¿Puedo llevarlo?
-Claro que puedes- lo colocó en una pequeña pila de ropa selccionada para comprarla. -Las faldas están de moda ultimamente ¿no quieres probarte alguna?
-No creo que me queden- miró alguno de los modelos y vio una falda tableada a cuadros color celeste, combinaba con su sweater, podría probarsela y no perdía nada. -Creo que me probaré esta.
-Adelante, yo te espero.
Pocos minutos después salió del probador, luciendo aquella falda.
La pretina se acomodaba a la perfección en su cintura y el largo era el indicado, al rededor de 10 cm. Encima de su rodilla.
-¿Qué tal me veo? Me gusta que tenga un short de seguridad.
-Se te ve bien... d-digo... te queda bastante bien, no es que otras ropas no te queden bien, en realidad todo te queda bien, pero lo que quiero decir es... te queda especialmente bien.
-También me siento bien, es muy cómodo, ¿puedo seguir con esto el resto del día?
-Claro que si, lo pagaré enseguida junto con lo demás.
Ni-ki pagó todo con su tarjeta, dejó que la chica lo acomode en las bolsas y salieron de la tienda con más de 6 bolsas de ropa de esa tienda, las acomodaron en el auto y se diriguieron hasta el gran almacén que había cerca, uno que tenía cientos de cosas para el hogar.
-Vamos, si te gusta algo, ponlo en el carrito.
-Sip.
En cuestión de una hora habían cosas en el carrito que Ni-ki nunca habría colocado, desde tazas de gatito hasta servilletas de arcoiris y cojines de colores.
-¿Eso es todo lo que quieres?
-Creo que si.
Sunoo se sentí como un niño mimado, bastaba con decir "quiero" para poder obtenerlo.
-¿Quieres ir a cenar? Hay un restaurante famoso cerca, dejamos las cosas en el auto y conducimos hasta allá.
-Claro.
Fue justo como Jungwon dijo, "te llevará al restaurante más caro de Seul aunque no se lo pidas", ese restaurante servía platos con cortes de carne que hasta contenían láminas de oro.
-Los cortes de carne que sirven aquí son deliciosos, vamos, tengo una mesa reservada.
Había una fila para reclamar las mesas reservadas, un verdadero bullicio, todos estaban muy apretados ahí, algunas personas esperando una mesa vacía, otras exigiendo su reserva.
-Acercate, no quiero que te pierdas entre toda esta gente- Ni-ki atrajo al omega desde la cintura, haciendo que este choque contra su pecho.
Sunoo sonrió, se sentía tan cómodo en esos brazos.
Pero su sonrisa se borró, sentía una mano en su pierna derecha, sabía muy bien que no era Ni-ki, él no lo tocaría sin su permiso.
-Ahm...-ni sabía qué hacer, con forme pasaba el tiempo, aquella mano subía hasta dar con su trasero, se asustó, pero ninguna de las personas a su al rededor parecía acosador.
-¿Te sientes bien?- el alfa miraba a Sunoo quien no parecía estar muy bien.
El pelirosa acudió a la primera opción que tenía, pedir ayuda.
-Alguien me está tocando- se puso de puntillas susurrando aquello en el oído de Ni-ki.
-¿Puedo tocarte un poco para ver quién es?- se estaba controlando para no perder el control en ese mismo instante.
El omega asintió varias veces, solo quería que aquella mano de alejara de su cuerpo.
Las manos del alfa bajaron desde su espalda, hasta su espalda baja y un poco más abajo encontró una mano que tocaba al omega por debajo de aquella falda.
Tomó esa mano jalándola para encontrarse con un señor bien vestido de aparentes 70 años, no parecía un acosador, pero cada uno puede aparentar lo que quiera, la verdad era la basura que era.
-¿Porqué lo tocabas?
Por primera vez, Ni-ki utilizó su voz de mando en presencia de Sunoo.
Todos los presentes voltearon a ver qué pasaba, habían feromonas de enojo en el aire y esa era la voz de mando de un alfa dominante.
-¡No es mi culpa!- quiso escusarse aquel hombre -¡Él se vistió tan indevidamente! Tenía la opción de colocarse algo que tapara más sus piernas, pero colocándose algo tan corto está llamando ser tocado.
-¿Y si tú manejas una motocicleta y no te colocas caso yo tengo el derecho de empujarte y arrollar tu cráneo? Porque tenías la opción de colocarte un casco y al no hacerlo estás pidiendo morir ¿no?
-No es lo mismo, vamos, también eres un alfa, a puesto que tu también lo hubieras hecho.
-¿Yo? Yo no toco a un omega o a una persona sin su permiso, no intentes generalizar tu maldita mente depravada.
-Ya veo, ese omega te gusta, cuando le abras las piernas me entenderás mejor, todos somos así al princi-- un golpe chocó contra su mejilla.
-Mejor cierra la boca.
Uno de los trabajadores se interpuso, haciendo calma entre la gente, votando a aquel hombre y dejando a los demás tranquilos.
-¿No te hizo nada más?- Ni-ki cambió por completo su tono de voz al encarar a Sunoo -Tu puedes vestirte como quieras, esa falda te queda realmente bien, nadie tiene el derecho de criticarte o tocarte, lamento haberte hecho pasar esto, yo--
-Gracias por defenderme- se colocó de puntillas besando la mejilla del alfa.
-Siempre te voy a defender.
Pronto llegó su turno indicándoles que su mesa estaba lista.
Pasaron directamente hasta esa mesa, en la azotea, habían varias mesas, pero todas estaban vacías, solo una iluminada por dos lámparas, una suave música de ambientación.
-No me gustan las multitudes- lo guió hasta esa mesa -y quería tener un tiempo a solas contigo.
-¿Tu hiciste todo esto?
-No es demasiado, además, creí que te gustaría.
-Me encanta, la vista es muy bonita.
-No tan bonita como tú.
-¿Qué?
-Q-que si te gusta el color de la luz.
Sí, soy un genio.
Cami~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top