L: 10

Cuando Wonho se dio cuenta que Minhyuk conoció a Jooheon, el chico que había convivido con humanos y se comportaba únicamente como ellos se enojó tanto que en su corazón se dijo a sí mismo que era una estupidez convivir con humanos, cuando fueron raptados y heridos confirmó en su corazón lo que había pensado, pero en aquellos momentos donde vio a Hyungwon rodando sobre la alfombra, jugando con los cachorros y riendo tranquilamente junto a Jooheon y Minhyuk, le hizo saber que estaba equivocado desde siempre.

No se trataba de «los humanos» se trataba de que cada uno de ellos era diferente, y por eso encontrar a alguien con un corazón tan grande como el de Hyungwon iba a ser imposible, por eso no estaba dispuesto a buscar en otro sitio lo que ya tenía delante.

Decidió trabajar duro por él, por ellos y por su futuro. Así que tan pronto como pudo se independizaron del señor alcalde y pudieron pagar una casa pequeña pero acogedora en una vasta propiedad cercana a la casa del señor alcalde, pero alejada del pueblo para que ninguno de los dos corriera ningún tipo de riesgo encontrándose con personas no deseadas.

Ambos eran relativamente novatos en lo que se trataba de una relación amorosa y sana, pero intentaban hacerlo bien. Como cuando a veces se enojaban y discutían, pero Hyungwon callaba y Wonho, quien solía alterarse más, era el que pedía perdón casi siempre, y a veces cuando las cosas eran al contrario, el tímido Hyungwon no era capaz de disculparse con palabras y simplemente se volvía tan dócil como un gatito en busca de amor hasta que Wonho no podía soportarlo más y terminaba envolviéndolo en sus brazos para llenarlo de besos, aunque en sus meses viviendo juntos jamás habían pasado más allá de eso.

En sus vidas diarias las cosas habían mejorado bastante. Hyungwon pudo ser nombrado por gente poderosa como un erudito en política gracias a su esfuerzo y a su gran desempeño en el estudio y en el trabajo junto al señor alcalde, y Wonho era muy fuerte así que era trabajo sencillo para él construir unas bonitas cabañas. Sin embargo, aunque sus vidas estuvieran yendo relativamente bien, ambos sentían que les hacía falta, sobretodo en ese momento en el que Wonho llegó, besó a Hyungwon en la boca y de alguna manera el beso se profundizó, entonces lo tomó por la cintura pero se retractó inmediatamente, y avergonzado por su atrevida acción y se fue a la habitación.

Hyungwon se quedó en su sitio, un poco sorprendido por lo que acababa de pasar, pero sin poder negar que su temperatura corporal había subido debido a los besos de Wonho y a su suave toque.

Si lo pensaba bien, no es como si él fuera un virgen pero a pesar de haber pasado meses juntos, siendo básicamente una pareja que dormía en la misma cama, Wonho nunca había querido cruzar la raya con él, y de cierta forma lo entendía.

Sabía que Wonho había presenciado en carne propia muchas humillaciones y crueldades que fueron hechas por aquel hombre, así que seguramente tenía miedo de hacerle daño, pero Hyungwon jamás compararía a Wonho con un ser tan despreciable como aquel tipo, al contrario... De cierta forma su cuerpo estaba necesitando un poco de calor y cercanía.

Con las mejillas calientes volvió a tomar asiento frente a su escritorio, pensando en una manera de poder llegar a ese punto sin que hubiera una charla incómoda de por medio, y después de un par de minutos de meditación decidió que primero tomaría un baño, y después improvisaría. Al menos esa técnica había funcionado la única vez que trató de seducir a su ex-marido por su cuenta.

Cuando llegó a la habitación vio que Wonho ya había tomado una ducha y estaba sentado en la cama como si estuviera reflexionando sobre algo profundamente, pero no se quedó ahí mucho tiempo para que Wonho no tuviera tiempo de preguntar nada, así que simplemente se fue a la ducha y una vez ahí sus mejillas se calentaron al ver un frasco que Wonho había ignorado desde que se mudaron a esa casa, pero que él si conocía su contenido, ya que había sido un regalo específico de Changkyun para él.

Se apoyó en la repisa y se mordió el labio con nerviosismo antes de reunir el valor suficiente para abrir el sello y derramar el contenido viscoso en sus dedos. Y después de suspirar, supo lo que tenía que hacer.

Wonho ya estaba en la cama, con el pijama puesto y básicamente listo para dormir. Lo único que lo detenía de tener una noche de sueños o pesadillas era el hecho de que quería hablar con Hyungwon y él todavía no salía de ducharse. No era como si él no pudiera tomar su tiempo en hacerlo, era sólo que Wonho estaba nervioso, pensando que quizá pudo haber incomodado a Hyungwon con su atrevida acción, o pudo haberle provocado tristeza por los malos recuerdos y quería disculparse, pero el delgado no salía a pesar de que el tiempo siguiera corriendo.

El mayor estuvo a punto de levantarse de su sitio para llamar a la puerta y preguntarle si se encontraba bien, pero en ese momento la puerta se abrió y un Hyungwon recién duchado y con el cabello húmedo salió de ahí.

Al verlo, los nervios de Wonho se dispararon al máximo y casi olvidó todo lo que tenía que decir. Se suponía que iba a disculparse por una acción atrevida, pero sería hipócrita de su parte disculparse cuando en su mente abundaban los pensamientos de todo lo que quisiera hacerle. Definitivamente no estaba arrepentido como creía.

—Wonho... —dijo Hyungwon con la voz ronca, acercándose a la cama. —Por favor no digas nada.

El mayor se sorprendió de su petición, pero no tuvo tiempo a preguntar nada porque Hyungwon ya se había abalanzado sobre él y comenzó a besarlo con intensidad. De hecho, parecía jadeante desde que salió de la ducha, y aprovechó la oportunidad para dejar caer la bata de sus hombros, dejando su pecho al descubierto entre el beso.

La mente de Wonho estaba en blanco en medio del beso, pero eso no impidió que su cuerpo reaccionara inmediatamente a la imagen que tenía delante y a las sensaciones que le provocaba ese jadeante chico que estaba sentado en su regazo, besándolo profundamente.

—Hyungwon... —le llamó tratando de detenerlo, pero el delgado volvió a atrapar sus labios, y aquellas manos que hasta hace un momento lo habían estado despeinando, bajaron hacia su cintura y levantaron su prenda superior para colarse y tocar su abdomen y su pecho sin restricciones.

Fue hasta ese momento que Wonho entendió la petición de su pareja.

Hyungwon no era un hombre que pudiera expresar fácilmente con palabras aquello que quería, si él lo detenía en ese momento y le pedía una explicación o lo obligara a decirle qué era lo que quería, Hyungwon no hablaría y tampoco haría nada más. Con esas palabras le pidió que no le pidiera explicaciones ni lo detuviera.

Y obviamente Wonho obedecería.

Dejando su culpa y vergüenza de lado, las manos de Wonho empezaron a explorar y atesorar el delgado cuerpo que tenía encima y podía sentir claramente como cada centímetro de extensión de la piel del delgado parecía arder bajo su tacto, arrancándole intensos gemidos que no se molestó en reprimir.

Por un momento no pudo evitar pensar en aquel maldito hombre que lo había tenido antes, y que lo había maltratado cuando claramente él era tan sensible. Pero decidió dejar de pensar en cosas así, sobretodo porque cuando lo estaba haciendo, el delgado comenzó a introducir el miembro de Wonho en su propio cuerpo sin previo aviso.

Wonho se alarmó de ver aquello y quiso detenerlo al pensar que podría hacerse daño sólo por intentar complacerlo, pero su mirada calmada le hizo saber que Hyungwon ya había tomado su decisión y que había hecho las cosas correctamente antes de venir a él.

Esa noche sus cuerpos se unieron por primera vez en medio del calor de las sábanas y más que nunca, Wonho confirmó otra vez que estaba estúpidamente enamorado de Hyungwon, de abrazarlo, de aspirar su aroma, de acariciar su cabello, de hacerlo suyo, de cuidarlo, de amarlo. Incluso si se trataba de hacer un acto de tal categoría, los ojos del delgado seguían profesandole amor, su boca entreabierta rogaba por sus besos, su cuerpo rogaba por placer, y su corazón por amor.

Ambos se unieron esa noche sin arrepentimientos, sabiendo que el sufrimiento que vivieron tan sólo era parte de un pasado que jamás se repetiría y se concentraron en sentirse el uno al otro, como si fueran uno solo, hasta el cansancio.

Por primera vez, esa noche Wonho durmió abrazando al cuerpo desnudo de Hyungwon hasta el amanecer, y se sintió el hombre más feliz de la tierra, pero no sabía que cuando él durmiera, una delgada mano lo acariciaría incansablemente, unos bonitos ojos marrones lo apreciarían, y el viento se llevaría un susurro dicho desde el corazón que decía...

«Jamás pensé encontrar en esta vida lo que buscaba, pero lo encontré todo en ti»

Hemos finalizado con la tercera parte
de esta historia, y sólo nos queda una
parte más para finalizar.

Muchas gracias a quienes aún siguen aquí,
pronto nos encontraremos con la cuarta y
última parte de esta historia.

¿Alguien dijo Showki?
👀

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