C: 04

Si antes las cosas eran animadas en el refugio, ahora lo eran el doble. Mientras los dos mayores se quedaban de brazos cruzados viendo la escena, los dos más jóvenes corrían libremente por el lugar, haciendo carreras y convirtiéndose a su antojo una y otra vez en cualquier animal que se les ocurriera, riendose y literalmente tirando por la borda las indicaciones de Wonho quien simplemente estaba muy molesto con el ceño fruncido siendo iluminado cada cierto tiempo por una brillante luz y otra azul que le hacía compañía segundos después. Así una y otra vez sin cansancio.

— Está bien. Voy a matarlo. —gruñó Wonho convirtiéndose rápidamente en un feroz león totalmente listo para cumplir con lo que había dicho.

— ¡Espera, Wonho! —le gritó Shownu poniendose enfrente suyo para detenerlo— no tienes motivos para hacer eso, debes calmarte.

El león soltó un gruñido y finalmente volvió a su forma humana con la misma expresión que había tenido desde que Jooheon se había unido a la familia días atrás.

— ¿Que no tengo motivos? —preguntó casi ofendido— ¡sólo míralos! —señaló a ambos jóvenes quien aún jugaban incansablemente afuera— andan por ahí, como si nada en vez de hacer otras cosas como aprender a...

Shownu le puso una mano en el hombro y le sonrió.

— Son libres. —recalcó— ¿Acaso no es lo que todos queremos? —cuestionó en tono tranquilo— no sabemos por qué estamos aquí, Wonho... Pero si debemos anhelar siempre ser libres y felices. —Wonho suspiró cabizbajo— sé que has cuidado muy bien a Minhyuk, pero ha crecido y no nos pertenece. Es libre de quedarse, de irse, de conocer, de divertirse y en general es libre en todo. Recuerdalo.

El menor asintió con un poco de tristeza.

— Lo sé. Es solo que... —suspiró— no lo entiendo, creí que era feliz solo con nuestra compañía... Es decir, nosotros nunca hemos nesecitado la compañía de alguien más y él...

Shownu soltó una risita.

— Es porque yo he estado muy ocupado cuidando de ti y tú de él... —comentó— Quizá él también necesita cuidar de alguien. Ya sea un compañero o quizá incluso... Una familia. Sea como sea, hay que mantenernos juntos siempre y mostrarle que lo apoyaremos en cualquier forma de libertad que elija... ¿Eso está bien para ti?

Wonho sonrió levemente y asintió.

— Supongo... —respondió en un susurro.

Shownu le dio dos palmaditas en la espalda.

— Vamos a sentarnos alrededor de la fogata, tengo una historia de osos muy divertida que quiero contarte. —le hizo una señal de invitación y Wonho le siguió contento de seguir con la tradición de que papá Shownu contara alguna historia antes de que se fueran a dormir.

Mientras tanto Minhyuk no podía parar de reír al ver como el tinto que se hacía llamar Jooheon se había equivocado y terminó convertido en una rata que Minhyuk no desaprovechó la oportunidad de perseguir, convertido en un felino.

Jooheon corría por el lugar usando el monte de camuflaje de vez en cuando para poder esconderse y tomar ventaja pero era casi imposible por la buena visión y velocidad que tenía el mayor.

Sin duda aquella era una noche divertida al igual que en las pocas que llevaban viviendo juntos, al menos así lo era hasta que el cansancio comenzó a vencer al pobre roedor que llevaba varios minutos siendo perseguido incansablemente por el felino, sin intención alguna de detenerse. Entonces se dejó atrapar, perdiendo automáticamente el juego improvisado en el cual se habían sumido desde un tiempo atrás.

Al dejar de correr rápidamente fue atrapado por el felino quien lo puso panza arriba y amenazaba en forma de broma con morderlo. De vez en cuando fingía que lo hacía, sin embargo apenas llegaba a rozar su nariz contra su panza, al menos hasta que el pequeño roedor dejó de serlo y se convirtió en el adulto de 1.77 metros que era realmente.

Al hacerlo, sus tamaños se invirtieron y fue entonces cuando el felino parecía apenas un adorable gatito encima suyo en vez de uno temible como aparentaba hace instantes. Al darse cuenta del cambio de roles que hubo, Minhyuk intentó correr para liberarse de las manos del humano pero no tuvo elección porque ya lo había agarrado y depositado sobre el suelo para ser él quien lo tuviera aprisionado.

— Ahora soy yo quien ganó, gatito... —masculló con una voz fingidamente amenazante que era más tierna que otra cosa— ¿algo que quieras decir antes de acabar contigo?

En ese momento, inesperadamente Minhyuk se convirtió debajo suyo haciendo exactamente lo mismo que él hizo y aunque Minhyuk no era más fuerte que Jooheon, el factor sorpresa lo hizo ganar ventaja y Jooheon volvió a quedar debajo suyo antes de que pudiera darse cuenta.

— ¡Eso lo dudo! —gritó victorioso.

Ambos se rieron sin poder evitarlo, porque cuando estaban juntos había un choque de dopamina en sus cerebros que parecía no acabar nunca incluso a pesar del cansancio.

— Bien, esta vez tú ganas... —susurró Jooheon dándose por vencido al verse acorralado por segunda vez y soltando un audible suspiro de cansancio— pero a la próxima, uff...

Minhyuk se rió y arqueó las cejas por la amenaza.

— ¿A la próxima? —preguntó en todo divertido— ¿A la próxima, qué? ¿Acaso no sabes lo que yo te haré? —cuestionó, a lo que Jooheon respondió con una negación desafiante— ¡Cosquillas!

En ese momento las suaves manos de Minhyuk fueron a parar en el abdomen de Jooheon haciendo distintos movimientos para provocarle cosquillas. El menor no tardó en corresponder a los estímulos soltando carcajadas mientras intentaba torpemente agarrar las hábiles manos del mayor.

— ¡Para, para, para! —pidió entre risas mientras seguía intentando apartar sus manos.

Entonces Minhyuk se detuvo y finalmente se acostó a su lado, también totalmente cansado por sus múltiples juegos.

— A la próxima no me desafíes... —amenazó.

Ambos sonrieron y miraron el cielo. Parecía un hermoso manto negro cubierto de cientos, no, de miles de luces y sin ningún estorbo que les opacara aquella vista. Era como si solo estuvieran ellos dos en el mundo.

— Jooheon... —le llamó— ¿puedo hacerte una pregunta? —se miraron mutuamente y el menor asintió— ¿mi luz es brillante? —Jooheon asintió nuevamente— ¿más brillante que las estrellas? —preguntó viendo el cielo.

El menor soltó una risita y negó, ganándose una mirada confundida de Minhyuk quien sólo pudo fruncir el ceño.

— ¿No? —cuestionó un poco herido por su respuesta— ¿Estas seguro que no lo es?

Apoyó el codo en el suelo y se giró para ver mejor a Jooheon mientras esperaba su tan ansiada respuesta.

— Tú eres más brillante incluso que el puto sol... —afirmó con una sonrisa que casi derritió el corazón del mayor.

Sintió su pecho estrujarse nuevamente. Eso le pasaba seguido en los últimos días y sinceramente no sabía identificar qué era. Le había preguntado a papá Shownu y él le dijo que quizá era que estaba muy cansado por correr tanto y sus pulmones dolían, y no tenía valor de preguntarle a su papá Wonho porque seguramente pensaría que Jooheon le había hecho daño y querría expulsarlo, pelear o matarlo. Así que se lo reservó para él porque aquel sentimiento que dolía pero gustaba era algo que solo le ocurría cada vez que estaba con el chico de cabellos blancos y bonita sonrisa.

— Y-yo... Quiero decir... —susurró intentando responder algo a lo que le había dicho el menor, pero no era posible. Nada salía de su boca.

Creyó que quedaría como un tonto y odiaba avergonzarse porque él era una persona bastante segura que simplemente se convertía en un manojo de nervios cuando tenía que hablar con aquel chico.

Pero para su sorpresa, el dolor en el pecho no era lo único que iba a sentir aquella noche, pues una sensación nueva se le sumó a la lista de asuntos inexplorados.

Un par de carnosos labios se posaron
sobre los suyos apaciguando aquello
en su pecho y despertando una felicidad
tan pura que ni siquiera sabía que existía.

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