La pareja regresó a sus respectivas casas, sin despedirse bien debido a un rubio mal humorado por reciente acontecimiento. El castaño quería llorar, pero no quería, al menos no en las calles con mucha gente pasando por ahí.

Al llegar a casa lo primero que hizo fue aventar sus cosas a un lugar aleatorio de su cuarto, se aventó a su cama y comenzó a llorar.

Esa fue la peor y primera cita en donde se defendía sobre sí mismo que terminó fatal. No lo volvería hacer.

  ★.               ☆                 ★
     *            · •. •                 ⊹      ★

✺         *      .         ★       ⊹ •

      · 　*      .      ☆       . * 　 　.

* 　     *              .　 　　•.           .      ⊹.               ★.           ☆

. 　　 　    •        ⊹           *            .

.　　    *                 .          ★       °·　
       ★.                 ☆

Los días pasaban y su pareja del castaño no aparecía, siempre que lo esperaba terminaba viéndolo con sus amigas que a decir verdad, parecía que les coqueteara, pero el punto es que no lo ve y se va con ellas, eso le causa celos y el sabe eso. Todavía cuando lo trata de saludar solo lo saluda de manera corta y se va, eso le daba un dolor punzante haciendo casi que sus ojos zafiro se volvieran más brillosos por las ganas de llorar que tenía, pero al final se iba de ahí sin decir nada por temor a que terminara llorando ahí.

Al llegar a casa solo avienta sus cosas y lloriquea en su cama como si de un niño pequeño se tratara. Él lo admitía, era muy sensible ante ciertos temas que vienen con su novio.