Mensaje de voz número veinte

Tengo en mi mano los dos teléfonos celulares, el tuyo y el mío. Hoy es cuando todo acaba. Si los tiro en medio del océano entonces ya no podré seguir llamándote. Adiós, Franco, en otra vida te volveré a ver.





Y casi llorando, termino esta pequeña historia. No sé qué se me dio por escribirla, supongo que fue el celular sonando justo cuando estaba en frente al ordenador. No estoy segura, pero les agradezco que me hayan acompañado en esta aventura. Si les hice pasar un buen rato o si al menos les gustó, entonces soy inmensamente feliz.

Gracias por leer hasta aquí.

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