Parte 13: Joseph Irolev
Joseph se dirigió a su escritorio, e invitó a Farid a sentarse frente a él. El hombre le ofreció una taza de café, pero Farid se sentía demasiado nervioso como para beber algo, de modo que rechazó el ofrecimiento.
—Bueno, Farid Wilhem, ya que has venido hasta aquí, sientete libre de hacer absolutamente cualquier pregunta que desees —indicó Joseph, con una sonrisa agradable plasmada en el rostro—. Aunque, debo advertirte, no puedo asegurar que responderé todas las interrogantes que tengas.
Farid asintió casi de forma imperceptible. Intentó expresar alguna de las tantas dudas que poblaban su mente, pero no se decidía por alguna en específico. Tras pensarlo unos instantes más, por fin se decidió por la que, él consideraba, era la más obvia en esos momentos.
—¿Qué es exactamente Ethereal Corp?
—Es una cuestión verdaderamente complicada, aunque no lo parezca. —Joseph reflexionó brevemente su respuesta, mientras se acariciaba la barbilla—. Podría hablarte desde sus orígenes, pero no pretendo convertir esto en una clase de historia. Para hacerlo sencillo, Ethereal Corporation, o Ethereal Corp como normalmente se le conoce, es un organización científica de carácter privado que tiene influencia a nivel mundial. De esta forma, posee incontables centrales de diversos tipos de investigaciones en la mayoría de los países, a lo largo y ancho del planeta.
—¿Investigaciones? ¿Qué clase de investigaciones?
—¡Vaya! Tus preguntas son cada vez más mordaces, muchacho. —El hombre lanzó una gran risotada y observó a Farid atentamente—. ¿Sabes? Me recuerdas mucho a mí cuando era joven... Aunque será mejor no irnos del tema. Déjame ver si puedo explicarte esto de forma más gráfica.
Dicho esto, Joseph se levantó de su asiento y buscó entre los estantes que rodeaban su oficina hasta reunir una cantidad considerable de folios, los cuales colocó delante de Farid. El chico comenzó a revisar los documentos que dichos folios contenía y, desde el inicio, sus ojos se ensancharon denotando la gran sorpresa que aquella información le causaba.
—Nos dedicamos a investigar todos aquellos temas que escapan a los conocimientos y estudios científicos comunes y corrientes —explicó Joseph, mientras que Farid continuaba asombrándose más y más—. Micro agujeros negros consientes; presencias y entidades espirituales; animales y otras formas de vida terrestres completamente desconocidas y espectaculares; vestigios de civilizaciones extraterrestres que visitaron nuestro mundo; hechos milagrosos, y demás sucesos increíbles son algunos de los ejes centrales de nuestras investigaciones.
En efecto, Farid pudo observar ejemplos de todo lo ya mencionado. Resultaba demasiado difícil de creer que cosas como esas pudiesen ocurrir en verdad. Si para Farid había sido complicado aceptar que existían planos dimensionales distintos al suyo propio, el enterarse que toda una armada de conocimientos increíbles estaban frente a sus ojos fue un choque realmente impactante para su cerebro.
—¿Investigan todo esto en este lugar? —preguntó con la voz entrecortada, sin dejar de leer los documentos.
—No, para nada. Sería imposible que una sola central se dedicara a estudiar todos esos temas —contestó Joseph, sonriendo jovialmente—. Las personas que trabajan en las instalaciones en las que nos encontramos en estos instantes tienen como principal objetivo estudiar divergencias dimensionales, viajes a mundos paralelos y el contacto con entidades interdimensionales.
Farid movió la cabeza, en completo silencio. No podía despegar la mirada de los documentos, y se mantuvo revisando las investigaciones contenidas en aquellos archivos. Cada palabra que leía lo hacía dudar más y más acerca de lo que, hasta ese momento, había considerado como posible e imposible. Joseph volvió a sentarse tras su escritorio, dejando que Farid leyera sin interrupciones. Finalmente, el chico, harto de aquellos increíbles conocimientos, dejó a un lado el último de los folios.
—¿Cómo es posible que nadie escuchase hablar antes de Ethereal Corp? —se cuestionó, completamente atónito.
—Es muy sencillo, muchacho. Tal como es lógico, la existencia de la organización entera está resguardada bajo el más estricto secreto —respondió Joseph, mientras sonreía de forma comprensiva—. Todos los miembros que pretenden formar parte de las filas de Ethereal Corp, están en la obligación de pasar por un arduo entrenamiento psicológico, antes de ser aceptados de forma oficial por la organización. Las únicas excepciones son los denominados "genios", gente cuya capacidad intelectual está muy por encima del promedio, los cuales tienen la opción de ingresar casi inmediatamente a Ethereal Corp si aceptan sacrificar por completo su vida pública y desaparecer del registro.
—Pero, según lo que creo, esta organización debe haber estado funcionando por mucho tiempo. ¿Cómo es posible que no se haya filtrado ni la más mínima información? ¿Cómo controlan a cada uno de sus miembros?
—No hay necesidad de controlarlos. Tanto los trabajadores, como los investigadores que son aceptados en Ethereal Corp viven toda su vida en las instalaciones de las respectivas centrales a las que son asignados. No pueden salir voluntariamente de dichas centrales, salvo para mostrar los resultados de sus investigaciones a la cabeza de la organización: el Núcleo Directivo de Ethereal Corp.
—Comprendo que, debido al tipo de estudios que realizan, estén en la obligación de guardar tal nivel del secreto. —Farid aún se encontraba anonadado por el torrente de información que estaba recibiendo, de forma que intentaba ordenar sus pensamientos—. Sin embargo, me parece muy extraño que nunca antes hubiese oído nada, ni siquiera rumores, sobre su organización.
—No comprendo a lo que te refieres —contestó Joseph, rascándose la barbilla—. Ya te expliqué los métodos que utiliza Ethereal Corp para resguardar el conocimiento sobre su existencia.
—¡Lo sé! Pero... —Farid trataba de expresar su duda de alguna forma comprensible—. Poniendo un ejemplo, existen otras organizaciones secretas que, si bien se desconocen por completo sus propósitos y objetivos, al menos hay quienes hablan sobre su posible existencia. Por el contrario, sobre Ethereal Corp no hay nada, ni por la red, ni como leyenda urbana o algo por el estilo.
—¿Eso es lo que te preocupa, muchacho? —Joseph no puedo contener una estruendosa carcajada—. Justamente, gracias a los rumores sobre esos supuestos grupos secretos que todo el mundo conoce, es que, tanto Ethereal Corp, como otras organizaciones y agrupaciones de índoles similar, pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, ese es un tema que es mejor no abordar.
—Creo que lo entiendo. Pero, de todas formas, resulta increíble.
—Desde mi perspectiva, mantener el secreto de la organización no representa ningún problema. Inclusive, podríamos construir una central justo al lado de la ciudad más poblada del mundo y, absolutamente nadie se percataría de ello. Al fin y al cabo, todas las construcciones de Ethereal Corp son implementadas con una tecnología que manipula la refracción lumínica de la materia, de forma que las edificaciones se tornan "invisibles" para el ojo humano común y corriente.
Farid lanzó un silbido de asombro. Eso explicaba el por qué no había podido ver la central de Ethereal Corp en la cima de la colina al primer intento.
—Aun así, siempre tomamos la precaución de establecer los centros de investigación en lugares aislados o cerca a ciudades poco importantes, como es el caso de esta Central —continuó Joseph—. Además, es en dichos lugares donde, por lo general, se concentran los fenómenos que estudiamos.
Farid cerró los ojos unos instantes, procesando toda la información que acababa de recibir. Ethereal Corp había resultado ser una organización mucho más misteriosa de lo que había supuesto en un inicio. Y, desde su punto de vista, ese misterio la hacía interesante. No obstante, aún no había preguntado lo más importante.
—¿Cuál es mi papel en todo esto? ¿Qué le sucedió a las personas de la ciudad y por qué ni yo, ni ustedes, hemos sido afectados?
Antes de que Joseh pudiese siquiera abrir la boca para contestar, la puerta de la oficina se abrió violetamente. Tras esto, Sophie irrumpió dentro, agitada y con un gesto de rabia en el rostro.
—¡Vaya sorpresa! Bueno, Farid Wilhem, tus cuestiones están muy relacionadas entre sí —dijo Joseph, sonriendo de manera sarcástica, mientras que dirigía una fría mirada a Sophie—. Pero, creo que será mejor que sea Sophie Douceur quien responda a tus demás interrogantes.
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