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Ah, la Navidad, la que fácilmente se puede considerar como la época más bella del año para cualquier persona.
No solo se trataba sobre los regalos y los arboles decorados de gran manera, sino de algo mucho más grande, de algo que para muchas personas pareciera invisible e insignificante, pero que puede significar más de lo esperado.
Eso es algo que no todos ven o entienden, pero los que lo hacen son los que más agradecen esas fechas lo que tienen con ellos, a los que tienen a su lado.
Así es el modo en el que Charlie Bucket veía las cosas desde casi toda su vida, y es lo que ahora mismo tenia en mente mientras caminaba por las blancas calles de la ciudad bien abrigado.
Si alguien le hubiera dicho el como es que su vida iba a cambiar a lo largo de los últimos meses que ya han pasado, realmente en un inicio puede que tal vez no lo hubiese creído como tal.
Porque una parte suya, realmente aun le costaba creer el giro que el mundo le ha dado a su vida desde el pasado 1 de febrero.
Jamás se iba a olvidar del día en que el, junto con otros cuatro niños iban a visitar la famosa fábrica de chocolate del exocéntrico fabricante de dulces Willy Wonka.
Su abuelo Joe siempre le ha contado varias historias acerca de sus días como trabajador en la fábrica del hombre, y el hecho de que el fuera uno de los elegidos para conocer el lugar en todo su esplendor, lo hizo sin duda una experiencia inolvidable en toda la extensión de la palabra.
El hecho de haber visto el interior de la fábrica, ser capaz de poder ver las maravillas que habían, el poder tenerlas ante sus ojos hicieron aquella visita, una de las mejores experiencias de su vida, quizá la mejor de todas.
Claro que, los demás no podrían decir lo mismo para nada, no después de lo que les toco pasar ahí por sus propias causas.
Primero fue Augusto Gloop, el niño regordete a causa de su enorme gusto por los dulces lo llevo a caerse a un rio de chocolate para luego ser succionado por un tubo que lo llevo a ser batido en una mezcla con jalea de fresa, por suerte logro salir de ahí pero, esperaba que aquello le diera una lección acerca de lo poco saludable que podía ser su adicción hacia los dulces.
Después fue Violeta Beauregarde, la competitiva niña campeona amante de masticar chicle, cuando estuvieron en la sala de inventos, ella decidió probar un chicle experimental que combinaba las 3 comidas del día, pero tuvo un efecto que la hizo que su piel y cabello se tornaran de color azul y se hinchara hasta parecer una mora gigante, siendo luego llevada a que le extrajeran todo el jugo del interior de su cuerpo, logrando que su cuerpo volviera a su tamaño normal, pero el color azul no se le quito de la piel.
Luego fue Veruca Salt, la niña rica en su afán de querer tener a una de las ardilla especiales entrenadas de Wonka para las nueces, fue atacada por todas las ardillas que había en aquella habitación y lanzada al deposito de basura, con su padre siguiendo esa misma suerte después de haber sido empujado ahí mismo por las ardillas, no dudaba de que ambos salieron de ahí oliendo a zorrillo, sino es que peor.
Y por ultimo, fue Mike Tevé, el chico que se creía más listo que el resto, en sala de audio y video se arriesgo a viajar hacia la televisión y quedo literalmente pequeño, al punto en que tuvieron que estirarlo casi como un chicle tras ser masticado.
En otras palabras, todos a excepción de el, acabaron afectado de una forma u otra a causa de sus propias actitudes, que por no saber poner el limite en si mismos, por no tratar de hacer algo mejor, y ese simplemente fue el precio a pagar para ellos.
Charlie nunca le ha deseado mal a nadie, no era el modo en el que el vivía su día a día y esperaba que nunca fuese el caso, y además de que no podía evitar el preguntarse, el como podrían estar ellos ahora, simplemente no podía evitar el preguntarse eso.
Ahora mismo, el niño venia con su abrigo puesto y una bufanda hecha a mano mientras caminaba por las nevadas calles de la ciudad, pues con las fiestas acercándose, también lo hacían las nuevas ideas que el y Willy Wonka, que ahora era su mentor en la fabrica, podían llevar a cabo para que se pongan en producción y sean del gusto de las personas.
Era curioso, el poder tener la dicha de probar los chocolates Wonka siempre que podía, y ahora mismo, el estaba ayudando a darles esa dicha a otras personas con las ideas que desarrolla junto al excéntrico chocolatero.
Y eso lo llevaba a donde estaba ahora mismo, ya que temprano en el día, Willy le pidió que fuera a un almacén que estaba como a medio camino de la fábrica, ya que hace no mucho ahí se tuvo que hacer un inventario de algunas cosas y, quería que se asegurara de que todo estuviera en orden para ayudar a revisar bien todo lo que había, claro que seria con ayuda de un par de Oompa Loompas que ya se encontraban allá para ayudarlo.
La Navidad siempre ha sido una época más que feliz para el niño y para su familia, aun con lo poco que llegaban a tener, las risas y el amor eran lo que siempre acaparaba el ambiente en casa.
Y eso es algo que, en lo personal el esperaba que nunca llegase a cambiar, que la alegría y belleza característica de la Navidad lo alumbren no solo a el, sino también a su familia y a sus seres queridos.
Al alzar la mirada, veía que el cielo se encontraba teñido de un no muy fuerte tono gris, estaba claro que en cualquier momento el clima se podría volver más fuerte, y su familia se llegaría a preocupar, así que era mejor no tardar y darse prisa de una vez.
-Ah, solo queda esperar a que no llegue algo tan pronto, y ojala que... -pensaba Charlie hasta que se detiene bruscamente.
Y no era para menos, pues el niño se encontraba tan metido en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que alguien llegaba por donde el iba caminando hasta que impactaron el uno contra el otro y cayeron al mismo tiempo al piso de espalda.
-Ah, en serio lamento eso, no fue mi intención. -dijo Charlie al mismo tiempo en que se comenzaba a levantar para luego tratar de ayudar a la otra persona.
Sin embargo, al voltear ve un rostro que, no creía ver en este momento e hizo que en sus ojos se dejara ver una mirada llena de sorpresa e incredulidad.
-Ah, de todo lo que pensé que me podría pasar al volver aquí, quien iba a decir que verte de frente seria lo primero de tanto... Charlie Bucket. -dijo la voz de la otra persona que, resulta ser una niña de alrededor de la misma edad del castaño pero... ella se veía muy peculiar.
Para Charlie era obvio de quien se trataba, con solo verla al primero segundo lo hacia más que obvio, a pesar de que ella trataba de ocultarse tras su gorro de invierno y una gruesa bufanda blanca, aun notaba el tono morado azulado de su rostro y cabello.
-¿Vi... Vuioleta? -pregunto Charlie que apenas y parecía poder salir de la impresión.
...
Y Fin.
Bueno, hasta aquí es donde llega el primer capitulo, espero les guste.
Después del fic de Halloween sobre la Fábrica de Chocolate estrenado en octubre pasado, me dio por intentar algo similar pero con un estilo navideño, sin duda se creara una visión nueva y con una trama sin duda bella y llena de emoción.
Los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, además de que también los invito a que escriban sus opiniones sobre el capitulo en los comentarios, espero aun me sigan acompañando en lo que queda de esta parte de mi vida como escritor aquí y mando un cordial saludos a algunos de mis colegas:
A ustedes ya muchos más, les mando y ojala estén bien, me despido, bye.
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