🎄Navidad en Blaze🎄
Elara
La nevada comenzaba desde muy temprano. Podía ver los primeros copos de nieve caer en las calles de Khione, desde las paredes translúcidas de la nave. La capital del planeta Blaze, se veía hermosa.
—Pronto comenzará el Festival de invierno, podemos bajar a la ciudad y hacer algunas paradas antes de Navidad, ¿qué piensas? —preguntó Dorian, acercándose por detrás hasta quedar a mi lado.
—Tal vez, pero pensé que te habían prohibido tomar control de la nave, después de la fiesta que organizaste por Halloween —le regañe.
Decidí volver a la sala de controles para enviar el informe climático a la base espacial. Sabía que debía enviarlos con tiempo, porque tardarían en procesar y recibir la información, ya que últimamente los satélites de comunicación se encontraban en mantenimiento por la aparición inesperada de las auroras boreales en el planeta.
—Esto es completamente diferente, solo seremos los dos —continuó siguiéndome camino a la central.
—¿Los dos? ¿De qué hablan? —cuestionó Mikel saliendo de sala de controles con su iPad en mano.
—Me refería a todos los que están en el equipo de investigación, sí será con todos —se corrigió—. Celebraremos la Navidad todos juntos aquí en Blaze.
—¿Harás otra fiesta? Pensé que te lo prohibieron.
—Lo mismo le dije —apoyé a Mikel para recordarle a Dorian sobre Halloween.
—No será una fiesta, solo una reunión. Recuerden que Navidad celebra la unión, somos amigos pero de algún modo también podemos ser familia —repuso casi convenciéndome de la idea.
—Lo pensaré, mientras puedes contar con Mikel, se ve emocionado —empujé al novio de mi mejor amiga al frente.
Mikel que era oriundo del planeta Clover-21 se veía especialmente entusiasta. La razón podía ser que en su planeta natal, no existían tantas celebraciones como en la Tierra. Recuerdo cuando nos conocimos. Solo teníamos catorce años, esa era la edad, en la que la estación especial solía reclutar nuevos talentos. Amber que era solo un año mayor que todos, lo deslumbró con las típicas celebración terrestres. De eso ya pasaron siete años, aunque se hicieron novios solo hace dos años atrás, cuando Mikel tenía diecinueve y Amber celebró una fiesta por cumplir los veinte.
Desde entonces no se separaban. Podría jurar que Mikel pasaba más tiempo con Amber, desde que nos asignaron la misión que trabajando en la investigación de fauna local en Blaze.
Entre a la sala de controles con ambos chicos, hablando a mis espaldas sobre cómo organizar una Navidad en un planeta extraño, en el que apenas llevábamos una semana. Encontré a Amber organizando los controles de flora y haciendo los registros.
—Elara, por fin te encuentro, ¿estabas con Dorian? —ella me guiñó en señal de complicidad.
—Por supuesto que no, lo encontré en el camino. Como siempre él solo piensa en hacer ostentosas fiestas abordo —me quejé, poniéndome a hacer mi trabajo en un asiento cercano.
—No lo quieres ver, pero él se preocupa mucho por ti.
—¿Por mí? Arruinó la estación cuando estuvimos en Valdos-17.
—Ok, te entiendo, pero esa fue una celebración por tu cumpleaños.
—Fue un alboroto con esa banda holográfica y, los habitantes del planeta casi nos linchan por su culpa. Eran seres muy tranquilos y reservados, no sabes todas las explicaciones que tuve que dar ese día. Fue el peor cumpleaños de la historia.
—Es por eso que pienso compensártelo con una fiesta navideña —interrumpió poniendo sus manos sobre mis hombre e inclinándose hacia la pantalla que veía.
—¿Quién te dijo que podías meterte en nuestra conversación? —le alejé parándome de mi asiento.
—Por favor, solo será una pequeña celebración humana. Somos tres terrícolas y un cloveriano muy fiestero.
—No me gusta la música y tampoco bailar.
—¡Oh, vamos! Aparte de música y baile, podemos simplemente ver películas y poner decoraciones. No pasará de dos días en donde nos podemos relajar y divertir juntos. —Dorian no se rendía en tratar de convencerme.
—Ustedes están como siempre. Vamos Mikel, démosles algo de privacidad —murmuró Amber en el oído de su novio, pero su voz fue lo suficientemente alta para escucharla.
Después de todo no parecía incomodarla que la oyera, ese era su plan desde el principio. Por alguna razón, Amber pensaba que Dorian era un buen candidato para ser algo más que mi amigo.
A mí parecer, solo era un típico mejor amigo y un chico muy insistente cuando algo se le metía en la cabeza.
—¡Espera! Miren esto —exclamó Mikel mostrando la pantalla de su iPad—, en Blaze no se celebra la Navidad, pero tienen un festival de invierno e insumos para platillos muy parecidos a los de la Tierra.
Nos mostró una lista con los ingredientes de recetas típicas terrestres como el panetón y chocolate caliente. A la vez que había enumerado los equivalentes a los ingredientes utilizados comúnmente, pero con insumos que se podían encontrar en el planeta Blaze, donde nos encontrábamos actualmente.
Mikel si que era un entusiasta de las fiestas, lo demostró pidiendo que lo ayudáramos a conseguir todo lo de la lista para preparar una deliciosa cena navideña.
El espíritu navideño dentro de él rebosaba por salir y de alguna forma nos contagiada su buen humor.
—Me parece bien si todos cooperan —acepté, dejándome llevar por la alegría que parecían tener todos al recordar cosas de nuestro planeta.
—¡Genial! Yo me encargó de la decoración de la nave, el resto puede ayudar con la cena y lo que haga falta —propuso Amber saliendo a toda prisa por su infaltable impresora portátil.
Seguramente haría un montón de adornos usando la impresión en 3D y llenaría de color la nave. Solo esperaba que recordará que estábamos de visita en un nuevo planeta, así que las decoración solo debían ser dentro de la nave y no fuera. Estaba casi segura de que ningún blazediano desearía ver un platillo volador adornado con luces en color verde, rojo y amarillo.
—Ya que no podemos conseguir los productos ya hechos. Podemos cocinarlos nosotros mismos —aseguró Mikel muy decidido—, ya saben lo que dicen: Si algo no está hecho, hazlo tú mismo. Les enviaré a cada uno la receta que deben preparar. Celebremos hoy y mañana, ya que la central estará de descanso por las tormentas boreales —dijo enviándonos a cada uno un correo con las indicaciones.
—Pero, yo no sé cocinar. —Dorian se rasco la cabeza pensando en lo que haría, ahora que él mismo se metió en tal problema—. ¿No podemos pedirles a los robots de exploración que lo hagan? —sugirió queriendo escapar de la tarea.
—No, ellos deben quedarse haciendo el trabajo de campo como esta planeado. No hay atajos, Dori —lo molesté saliendo de la sala de controles.
Después de revisar el envío de los archivos, me dirigí a mi habitación y me puse a revisar el correo de Mikel sobre el platillo que debía cocinar. Tendría que ir a una de las tiendas de Khione para conseguir los ingredientes, eso me incomodaba un poco. Después de todo, los blazedianos saben de nosotros, pero desde que llegamos no han sido muy amables que digamos. Posiblemente hayan escuchado del incidente en Valdos-17, o la fiesta de Halloween intergaláctica de Dorian, como sea ninguna de esas historias nos darían una buena imagen ante ningún planeta de la Federación galáctica.
Después de un breve descansó, me levanté de la cama y tomé mi iPad para ir a la capital por lo que necesitaba. Mi platillo era relativamente muy sencillo solo tenía que hacer las bebidas, el tradicional chocolate caliente para cuatro personas, fue un alivio que llevará pocos ingredientes y el proceso también parecía fácil y rápido. Me pregunté a quien le había tocado el panetón y cuál sería el plato principal de la cena.
Mientras salía de la nave me encontré con Dorian. Él también llevaba una lista para las comprar, aunque parecía ser más grande que la mía. La había impreso en una hoja de papel y la enrollo rápidamente al verme.
—También visitaras la capital por los productos. Vamos juntos —sugirió siguiéndome el paso.
—De acuerdo, solo si me dices que platillo te tocó preparar —condicioné para divertirme.
—Solo quieres burlarte, ¿verdad? Bueno tengo que hornear un panetón —sonrió sin tener idea de cómo hacerlo.
—¿En serio? Bueno, buena suerte, he escuchado que las pasas aquí son saltarinas —bromeé y me adelanté unos pasos por delante de él.
—¿Qué? Espera, ¿es en serio? —Dorian sonreía aparentemente pensaba que era un chiste, pero, ¿realmente no había leído sobre ellas?
La cara de Dorian quedó petrificada, una vez que observó en la vitrina de la tienda, cual era el equivalente de pasas terrestres en el planeta Blaze. Pasas saltarinas o más bien, insectos en forma de uvas secas. Aquellas tenían el mismo componente que la fruta humana, con la única diferencia de que estaban vivas y tenían movimiento.
Y es que la increíble flora y fauna del planeta Blaze, era una de las razones por las que nos enviaron a investigar tan fantástico ecosistema, que era el interés de muchos. Se podía decir que en Blaze carnívoros y herbívoros eran conceptos base, contrarios, ya que las frutas, setas y verduras que existen en la Tierra y no tienen la habilidad de moverse. Aquí en Blaze, son seres vivos que saltan y corren; muy diferente de los animales que se consumen como carne en la Tierra. En el planeta Blaze, lo equivalentes al pollo, res u otros son más semejantes a las verduras sin movimiento que existen en la tierra.
—Disculpe, ¿Las venden congeladas? —preguntó Dorian al vendedor. Parecía realmente impactado por tener que cocinarlas.
—Están en su estado más fresco, ¿qué loco las congelaría? —respondió este sin más.
—No puede ser —se lamentó, pero aún así tomó una bolsa para echar algunas y comprarlas—. Y tú no rías tanto Ela, apuesto que es lo mismo con el chocolate y la leche, ¿verdad?
—En realidad, esos son productos derivados y aquí como en la Tierra hay excepciones. Al menos mis insumos no saltan —dije para dirigirme a la sección de especias—. Veamos que necesito para un chocolate caliente. El equivalente al chocolate para taza y la leche debe ser ¡Ah, aquí está! —tomé dos cajas con extrañas marcas, pero que asemejaban a las que me mostraba mi iPad.
—No es justo, te tocaron cosas que los blazedianos usan para el Festival de invierno, son muy parecidos a los ingredientes de la Tierra —se quejó—. Por cierto el festival será igual de animado y divertido que en el Occidente de nuestro planeta. Sé que tu familia es de la costa, seguro te gustará, aquí es cálido, aunque nieve y estamos cerca al puerto más importante del planeta.
—Sabes eso, pero ¿no sabías sobre la flora y fauna local?
—Me especializó en la cultura, estudió la sociedad y política en términos de diplomacia. Los encarados de flora y fauna son Mikel y Amber, no me culpes por eso, además apenas llevamos una semana aquí.
—Está bien, me disculpó por molestarte tanto y supongo que puedo ayudarte un poco a preparar el panetón. Tampoco quiero que todo el equipo sufra una intoxicación —me burle nuevamente y seguí eligiendo cajas de alimento.
Después de escoger los insumos pagamos y regresamos a la nave. Los sistemas de comunicación seguían con demoras, raramente pasaba, pero con fenómenos climáticos no había nada que se pudiera hacer. La madre naturaleza era impredecible aún en otros mundos, seguía superando por mucho el ingenio humano.
—En la Tierra faltan algunos días para Navidad, ¿no es así? —suspiré dejando las compras en la mesa ampliada de la cocina.
—Según el calendario de la estación y el que tenemos adecuado al horario local, no falta mucho, es posible que sea víspera ahora mismo —concluyó Dorian, lo veía indeciso al hablar—. Sé que podremos comunicarnos pronto y tendremos noticas de nuestras familias, estoy seguro de que mandaron muchos saludos en la bandeja de nuestros correos a larga distancia —añadió para darme ánimos.
—Tienes razón, pues bien. Hagamos esto —dije para ponernos manos a la obra.
El trabajo de pastelería y cocina no me iban del todo bien, más que todo porque no solía probar lo que cocinaba, pero era imposible probar algo caliente, ¿cómo haría mi madre? Nunca me lo había preguntando antes, a ella le gustaba cocinar, aunque teníamos a los robots de ayuda para eso. Recuerdo que siempre era ella quien hacia la cena navideña. Nada mejor que la comida casera para un día tan especial.
Esos recuerdos cálidos con seres queridos siempre me animaban. Mientras pensaba en ellos, me di cuenta de la verdadera razón detrás la insistencia de Dorian por celebrar la Navidad. Sabía que todos en el equipo de investigación tenían lejos a sus familiares lejos. Usualmente estamos alejados durante las misiones por varios meses, pero casi siempre volvíamos antes de algún evento importante para nuestras familias, como cumpleaños, navidad o año nuevo. Sin embargo, en aquella ocasión la central nos envió a una nueva misión en Blaze en poco tiempo después de terminar la última misión, y era la primera vez que estaríamos lejos de casa por Navidad.
—Lo estás haciendo mal, debes moverlo en dirección contraria a las manijas del reloj —indicó Dorian sacándome de mis pensamientos.
Tomó mis manos con suavidad guiando los movimientos que daba con el cucharón en la cacerola del chocolate. Su cercanía me dio una sensación extraña, así que decidí alejarme de él e intercambiar deberes. Dorian se quedó vigilando el chocolate, mientras yo me ocupé de amasar la mezcla que iría en el horno para el panetón.
El tiempo paso rápidamente y acabamos con las preparaciones, una vez que dejamos todo listo fuimos a ver el trabajo de los demás.
Amber decoró la sala principal y la encontramos en el comedor, mientras creaba decoraciones y adornos futuristas que iluminaban el cielo estrellado, que se observaban al abrir las compuertas del techo de la nave, habían muchos destellos de colores vibrantes. Los árboles de Navidad flotaban en el aire, rodeados de luces parpadeantes y hologramas que representaban escenas navideñas de diferentes partes de la Tierra, también habían escenas de las navidades pasadas de nuestras familias, fotos y videos holográficos que tomamos en diferentes lugares del universo. La música navideña resonaba por toda la nave.
—¿Cómo hiciste todo esto tan rápido? —pregunté realmente asombrada.
—La investigación no es todo lo que se me da bien —aseguró terminando los últimos toques de lo que parecía una corona de Adviento.
—¡Oye! ¿De dónde sacaste las fotografías? —cuestionó Dorian al ver su foto familiar en el holograma.
—Pensé que necesitaríamos una dosis extra de alegría navideña, así que me tomé el atrevimiento de conseguir los archivos de recuerdos de todos paras las decoraciones —respondió más animada que de costumbre.
Dorian no parecía especialmente molesto, pero debía admitir que era la primera vez que lo veía conmovido. A pesar de ser nuestro líder y de parecer muy juguetón, él realmente era alguien confiable. En ese momento sentí que debía decírselo, debía agradecerle la idea de celebrar las fiestas todos juntos.
—¡Terminé! —gritó Mikel entrando con una fuente envuelta en papel platino.
—¿Terminar? Pero, si no te vimos en la cocina.
—Shh. Dorian, este es un platillo especial, usar el fuego que hay en la nave sería un insulto. Lo hice en una cocina local —explicó Mikel dejando la bandeja en el centro de la mesa.
—¿Alquilaste una cocina de los blazedianos?
—Más o menos, en realidad la tomé prestada y los invité a venir.
—¿Qué hiciste qué? —Dorian saltó de su asiento exasperado.
—Tranquilo, será solo una familia, los padres y su hijo pequeño. Nada comparado con las fiestas que realizaste —repuso Mikel, dándole un golpe bajo a Dorian.
Esa mismo noche llegaron los blazedianos que Mikel había invitado. Ellos aún parecían muy reacios a socializar, pero la buena cocina de Mikel fue el detonante que nos ayudó a entablar conversación y entender más acerca de su planeta.
—¿Lo llaman Navidad?, para nosotros es igual al Festival de invierno —contó la madre blazediana después de que le contamos sobre el origen de nuestra tradición.
—Sí, mamá dice que el Festival de invierno celebra el cumpleaños de una gran persona —habló el pequeño mientras probaba un poco de chocolate caliente.
—Es una vieja historia, sobre el hijo del cosmos que visitó nuestro planeta —explicó brevemente el padre de la familia.
—Es realmente sorprendente que tengamos una festival con orígenes parecidos en común. Me gustaría escuchar más, pero creo que debemos esperar hasta después de la cena —dijo Dorian entrando en confianza con ellos.
Las historias y leyendas del planeta Blaze parecían muy interesantes y serían de gran ayuda en la investigación de Dorian sobre la cultura y sociedad local. Mientras Mikel y Amber estaban en su mundo de dulce miel navideña, fui la encargada de servir la comida y hacer las decoraciones finales en la misma. Me gustaba como quedaban los platos después de ser servidos, Mikel había hecho un gran trabajo cocinando la carne en un delicioso y jugoso asado.
—¿Te ayudo? —escuché la voz de Dorian apareciendo por detrás y tomando un plato para servirlos.
—Solo si no rompes ningún plato o copa en el proceso.
—Tendré cuidado —sonrió divertido—, sabes lo estás asiendo muy bien, eres una mejor líder que yo.
—¿Qué?
—Lo sabes verdad, quiero que tomes el puesto de líder aún cuando me quiten las restricciones.
—No, ese es tu lugar. ¿Por qué pensarías que soy una buena líder?
—No te veas tan sorprendida, tienes un talento nato, lo supe desde el principio. Siempre ayudas a otros y te preocupas por como se sienten. Eres admirable. Solo quería decírtelo en voz alta —dijo con una sonrisa más deslumbrante que las anteriores—. Llevaré estos ahora —señaló el plato que sostenía en sus manos.
No lo supe de inmediato, pero en ese momento sentí como un copo de nieve se deslizó sobre el agua de una tranquila laguna y extendió ondas a su alrededor después de caer. Era como si un lago tranquilo que no había cedido pesé a las tormentas de pronto se convirtiera en un mar lleno de movimiento. En mi interior se esta preparando un gran cambio. Mi corazón palpitaba con más fuerza sin razón y entonces me di cuenta, de lo mucho que me alegraba saber que alguien tenía tanta confianza en mí.
Regresé con todos a la mesa sintiéndome más ligera y alegré, en ese momento no era la líder que suplía a Dorian y tampoco una investigadora del equipo. Simplemente era una persona que se reunía con amigos que eran tan cercanos como una familia y eso estaba completamente bien. Reunidos ahí en la mesa, me sentí afortunada de haberlos conocido y poder pasar aquella Navidad juntos, aunque fuera en un remoto planeta al otro de la galaxia, se había convertido en la mejor de las aventuras navideñas. Así que pensé que no podía esperar por contárselo a todos en casa, cuando regresara a la Tierra.
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