Capítulo 01. La esperanza quebrantada.
Se despertó aquella mañana sintiéndose diferente pero poca importancia le dio a la situación, estaba en una posición aún de sueño y por un breve instante creyó que alguien se aproximaba por la ventana de su habitación, se sentía observada aún con sus ojos tranquilamente cerrados.
Imposible, pensó inconsciente, con una profunda calma inquebrantable, en un sueño profundo que la arrastraba para que volviera a dormirse.
Pero fue pronto cuando sus sentidos se mantuvieron alerta, alguien, con extrema cautela, cerraba la ventana. Agradeció para sí misma que su padre no había conseguido mandar a Ranma a repararla y podía sentir levemente el chirrido molesto, formado en un susurro. Quiso abrir los ojos pero parecía luchar con su cuerpo y sus músculos porque ninguno de estos le obedecía. En un intento desesperado reunió toda su fuerza en su mano derecha, pero era en vano, continuaba sin moverse.
Sentía como caía al vacío, y pronto reconoció por el reflejo azul en sus ojos que era arrastrada con una fuerza incontrolable hacía el mar, comenzaba a ahogarse. Quiso vociferar con todas sus fuerzas, pero no funcionaba. Quiso retorcerse en absoluto terror, y encontrarse con unos brazos tan familiares prometiendo mantenerla a salvo, como tantas veces, pero nunca llegaron.
Y ella se mantuvo allí, cayendo al vacío,
inconsciente.
...
Se encontraba observándose en el pequeño espejo del baño, las manos no dejaban de tiritar producto de los nervios que no dejaban de aumentar en su interior. Mañana sería un día especial, único, y unos de los favoritos de Akane.
Se había mentalizado abundantes veces para hacer su día un poco más agradable. No debía insultarla, no debía ignorarla, no debía hacerla enfadar.
Después de todo, Akane merecía en cuerpo y alma ser feliz.
Al menos ese día.
Cuando había acabado de observar su rostro infinidad de veces y prepararse para ser tolerante salió de allí, dispuesto a todo. Sentía que sería un día inolvidable, y él, se sentía diferente. Mientras más se aproxima a la sala para tomar el desayuno más sus mejillas comenzaban a calentarse, era consciente de que, a pesar de estar dispuesto, aún continuaba nervioso.
Observo con cautela antes de invadir la sala, todos estaban en continuo proceso, pero no vio, aún explorando todo rincón, a Akane. Algo en él gritaba en completa desesperación que debía ir a buscarla, pero prefirió ignorarlo y continuar adelante. Genma cuando lo diviso comenzó a carcajearse.
—¡Ranma!— Vocifero, y éste lo ignoro sentándose, a su lado aún permanecía el lugar vacío de Akane.— Mi querido hijo...
Genma extendió su brazo con intenciones de atraparlo por el cuello, pero Ranma, que había comenzado a comer en un extraño silencio, simplemente levanto la caldera cubierta de agua helada y se la lanzó. Genma rápidamente se convirtió en panda.
Pero Genma no se dio por vencido y remato por la espalda. A Ranma el agua helada le atravesó el cuerpo en ese día invernal a vísperas de Navidad y ahogó un grito, todos rieron.
—¡Que lindo es pasar esto en familia!— Opino Sown, y Happossai que preparaba sus manos para acercarse a Ranma dio la razón asintiendo. Ranma no se sorprendió de aquél acercamiento, pero pronto posiciono su palma en su frente. Happossai no se rindió y atravesó su barrera de una sola mano, debido a que la otra sostenía su plato, para acercarse a ambas protuberancias en el pecho.
—Anda Ranma, ponte esto— de su bolsillo mostró hermosa lencería roja, perfecta para la ocasión... O al menos, eso creía él.— Sería uno de mis mayores sueños esta última navidad.
— ¡Claro que no, viejo pervertido!— Y Happossai completamente distraído, termino con su cabeza enterrada en el suelo cubierto de nieve.
Aquello se había convertido en algo completamente habitual, y por ello, ante la comodidad de la situación rieron. Mantenían en sus corazones la absoluta felicidad de permanecer ese día, juntos y acompañados.
La mente de Kasumi se encontró atravesada por un rayo de preocupación y horror.
—¿Dónde esta Akane?— Ante esa pregunta formulada, las risas cesaron y todos se miraron en un continúo vaivén que parecía no tener fin, esperando una respuesta. Ranma aprovecho para volver a su forma original regándose agua caliente.
—Durmiendo, seguramente— Bostezo Sown, resultando importancia a tal asunto. Pero todos continuaban observándose mutuamente, con una duda que no permitían mostrar.
—¡Yo iré a buscarla!— Happossai pegó un salto, con los ojos brillantes y reconocidos. Ranma se apresuro a incorporarse y atrapar al viejo por su pierna.
—Ni lo pienses— y lo lanzó al mismo lugar, cubriéndolo nuevamente con nieve.— Iré yo.
Sowl observo a Genma con ese rostro tan conocido, sin la necesidad de palabras para decir lo que pensaban. Ranma no espero aprobación alguna y mientras se alejaba, el pulso comenzó a aumentarle por dos razones que él conocía; Por Akane, y porque escuchaba perfectamente a Nabiki negociando con Happossai sobre su forma de mujer y la lencería roja.
Se exaspero, pero prefirió ir por Akane.
Abrió con suma delicadeza la puerta, debido al miedo de encontrarla despierta y que su regalo fuera recordar marcado a fuego el bate de su prometida. Pero se sorprendió al encontrar toda su habitación consumida en oscuridad, y a ella durmiendo pacíficamente en su cama. Rió, aquél era el único momento en el que Akane no era peligrosa.
Pronto decidió girar sobre sí mismo y marcharse, pero la ventana levemente abierta lo inquieto. Se asomo a ésta con suma delicadeza, aún continuaba su miedo a despertarla, y finalmente cuando hizo creer a él mismo que todo estaba en calma la observó nuevamente. Esa sería la última vez que lo hiciera, sin su permiso, lo prometía.
Cuando se acerco le dio la impresión de que no estaba respirando, pero pronto cuando tanteo con sus dedos la muñeca lo descartó. Tuvo el impulso de llamarla, le estaba dando ya pena de que no se despertará a desayunar... Así que lo hizo. Primero decidió hacerlo desde lejos, parado en la puerta, con el bate en las manos rozándola, pero no obtuvo respuesta. Procedió a llamarla con sus propias manos, agitándola de un lado a otro, haciéndola rodar por las sabanas, pero tampoco recibió respuesta. Comenzaba a desesperarse.
Y obtuvo una idea...
—¡Akane!— Gritó, y la sacudió lentamente.— ¿Podrías ni hoy ni mañana crear alguno de tus experimentos? Son días especiales y no quisiera pasarlos mal.— Pero fue inútil, sin respuesta nuevamente.
Comenzaba a preocuparse. Poso sus manos en el cuerpo y la cama, y con toda la fuerza la aproximo a su pecho.
Corrió hacía la sala nuevamente, buscando respuesta. Todos los observaron sin comprenderlo.
—¡No despierta!— Kasumi, que se encontraba de pie con una taza en sus manos, por un acto de desesperación la lanzo al suelo. Pero por suerte, Happossai la atrapo, más que por un acto de caridad, fue por un intento de observar la ropa intima de Akane escondida en su vestido debido al viento causado por la velocidad. Ranma noto ese acto de impunidad y se movió.
Nabiki se aproximo a Akane y le presiono ambas manos con las suyas.
—Debemos llevarla al Doctor Tofu.— Kasumi se aproximo al teléfono para avisarle, pero Ranma no deseaba esperar.
Nadie se animo a agregar algo más, Ranma salió por la puerta principal con una velocidad increíble, ella tenía que estar bien. Perdiendo los modales debido a la situación, entro al consultorio sin avisar, pero no lo encontró. Resignado, Akane yació en la camilla mientras Ranma carcomía sus pensamientos con preguntas sin respuesta, con palabras sueltas sin sentido, con el alma apagándose lentamente, con la esperanza inundándose en la locura infinita.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top