1: Cena Navideña
Advertencia: Soukoku
Para: Honey_Honey3
Era la primera navidad que pasaban juntos después de huir de la mafia, las cosas habían estado tensas sobre salir afuera en busca del momento perfecto para seguir avanzando, la verdad ambos necesitan un descanso, por eso mismo Dazai había intentado planear una cita mas de una vez para sorprender a su novio.
Pero siempre pasaba algo, como cuando organizo una tarde en el mar sobre una lancha, pero Akutagawa los había interceptado junto a Higuchi, destruyendo su velada perfecta al descubrir el bote ser partido en dos en el momento que estuvieron en la vista del pelinegro.
El castaño aún sigue enviando a la Port Mafia diferente razudadores para cejas a nombre de Akutagawa por el ataque.
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Sin embargo, Dazai aún así intento tener pequeños picnic con su novio en el jardín, o prepararle un sándwich con mantequilla cuando Chuuya salía a buscar información sobre como iba la búsqueda de ambos.
Pero no todo era felicidad, los últimos días Chuuya estaba extraño, el castaño lo podía sentir, como de repente llegaba mas cansado a la pequeña cabaña que habían llamado hogar durante los últimos meses.
Lo sentía en el aire cuando el chico volvía con los sandwiches que le empaquetaba en los mismos sobres intactos.
Y una parte de él muy fuerte no quería creer que tal vez su amor se estaba quebrando, o que él había dejado de ser interesante para su pareja.
Bajo su mirada a sus brazos, preguntándose cuanto tiempo había pasado desde que Chuuya eligió de forma propia quedarse en casa para acurrucarse con él sin preocuparse sobre el exterior.
Y es qué en realidad, ni siquiera se acordaba cuando dejo de intentar hacer que su pelirrojo desayunara con él antes de salir.
Aun así, su pecho le dolía, sentía un nudo en la garganta al pensar el hecho de perderlo, pero antes de si quiera liberar una pequeña lágrima, decidió ir por su abrigo y conseguir un poco de aire antes de encerrarse mas en sus pensamientos negativos.
Recapitular las acciones de las personas siempre le ayudaban al descifrar el porqué del comportamiento de los demás, el lenguaje también ayudaba, pero eso le llegaba a traicionar si involucraba sus sentimientos.
Así que respiro profundo mientras paseaba por las calles de un pequeño pueblo, tratando de distraerse observando el heló que se formaba al suspirar en el aire debido a lo frío que estaba el día.
Tomo asiento en una de las bancas mientras observaba las personas salir de tiendas con montones de bolsas en las manos y una sonrisa en la cara.
Las parejas no tardaron en sumarse, tomandose de las manos, y riendo de forma real.
Decidió entrar a una tienda de pasteles, a ver si podría alegrarse con uno de sus postres favoritos, cuando sin querer agarro la mano de una chica joven que estaba por agarrar el último postre que quedaba en la tienda.
—¿Te importaría si me lo llevo? —pregunto con un tono dudoso la chica—, estoy haciendo una cena para mi esposo, y ese es su postre favorito.
Dazai analizó la situación unos segundos antes de dejar ir el postre.
—Muchas gracias, espero que a tu pareja no le moleste que me haya llevado su regalo. —dijo la chica con una sonrisa—, espero que vayas a tener una linda cena con la afortunada.
—Es un chico —aclaró—. En realidad, no sé como se ve una cena de navidad —admitió curioso ante la idea—, mi pareja debe tener menos idea sobre eso.
—Oh, eso es una pena —la chica saco su lista del supermercado de su bolso, para luego entregárselo a Dazai— Todos merecen una cena navideña, al menos una vez en sus vidas. Además seguro que tu pareja le hará feliz que tengan un momento especial juntos, incluso puede avivar el amor que se tienen.
La chica termino de hablar y dejo a Dazai sin palabras, se despidió sin esperar respuesta del castaño para retirarse con sus compras en mano, dejando con una idea a Dazai.
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No sabe cuando, pero acabo en el supermercado antes de que sus pensamientos se decidieran en dar el paso o no, pero su corazón latía con la idea de pensar en ver a su novio con una sonrisa. Una tan grande como cuando veía a un animal de la calle, pero esta vez sería una sonrisa para él, no para un canil que se llevara su atención.
Reviso la lista de arriba a abajo, asegurándose de que tuviera todo en el carro de compras, incluso se llevo un bagget para sentirse confiado en que le gustaría a su pelirrojo la cena que le iba a preparar.
Y empezó a cocinar, observando un tutorial que había encontrado en una de sus redes sociales, tenia un plan para su cena, solo le faltaba un platillo más, aunque aun debatía consigo mismo si iba a alcanzar a alistarse antes de que su novio llegara.
Al terminar de meter los ingredientes en la olla, decidió poner un temporizador mientras se alistaba.
Corrió hacia su habitación mientras elegía el traje que su pareja le había comprado para ir a una cena mientras estaban en la mafia, sonrió al ver el conjunto del traje que estaba en el armario de Chuuya, combinaban de forma perfecta.
Al escuchar el timbre de la alarma sonar, sonrió sin pensar mucho al respecto, bajando las escaleras de forma apresurada para apagar el pitido, más al escuchar el sonido cesar antes de que el llegara, su sonrisa se borró.
¿Habría alguien entrado a la casa? No había escuchado las llaves o los pasos proviniendo de la entrada, tampoco escucho a su novio anunciando su llegada, se posiciono de la mejor forma para observar quien estaba en la cocina detrás de un pilar.
Pero al ver por el rabillo de su mirada, solo vio al pelirrojo observando la mesa que había preparado junto a un pequeño objeto y papeles que sostenía con una cara preocupada.
Entonces llego el olor de quemado a su nariz, de forma inconsciente corrió hacia la olla para destapar la olla que había dejado, dejando ver un pollo pasado de cocer en las extremos, mas lo demás seguía bien; ahí es cuando sintió una mirada detrás de él.
¿Cómo le iba a explicar lo de la cena? ¿Siendo que su principal platillo estaba arruinado? Suspiro agotado, dándose la vuelta para observar el claro que lo traía loco desde que lo conoció, y sin querer desvío su vista a los papeles, junto al lapicero que llevaba en mano el pelirrojo.
Sin querer pensar en nada, Dazai intento explicar como mejor podía, antes de llenarse de pensamientos intrusivos sobre como había arruinado lo que quería hacer, y el posible abandono de Chuuya debido al papeleo que llevaba en mano.
—Yo estaba haciendo algo para ambos —dijo en un tono dudoso—, pero entiendo si no quieres probar nada de lo que hice, en serio lo siento por el olor a quemado en la casa.
Pero el pelirrojo no se movía, solo lo observaba, como si no pudiera hablar, mirándolo de forma gentil.
—Chuuya —lo llamó—, ¿Esta todo bien? ¿Puedes decir algo?
El castaño lo tomo de los hombros para tratar de sacarlo del trance que parecía estar, pero no funcionaba.
Lo único que recibió fue la mano de Chuuya ahora acariciando su mejilla de forma tierna, tratando de consolarlo de forma silenciosa.
—No estoy molesto —respondió calmado—, no sé porqué pensaste que lo estaría, pero es lo mas lejos de la realidad. Estoy feliz, Osamu. Te amo.
Chuuya le dio un beso en una de las manos del castaño, para llevarla a una de sus mejillas.
—Me has hecho muy feliz, así que dejame hacerte feliz a ti. —siguió Chuuya.
El pelirrojo saco la pequeña cajita que llevaba en su bolsillo, dejando ver a Dazai en su palma el contenido dentro, un precioso anillo de plata que llevaba las iniciales de ambos dentro, y no sabe cuando, pero cuando quiso preguntar, tenía a su chico arrodillado delante de él.
—¿Te gustaría casarte conmigo, Osamu Dazai? —le regalo una sonrisa junto a una mirada coqueta, sabiendo que al castaño le encantaba ese tipo mirada— sé que no soy el mejor novio, pero prometo hacerte el hombre mas feliz cada día.
Pero antes de que Chuuya fuera capaz de recibir una respuesta, fue recibido con un beso tierno de su ahora prometido, que ahora no podía aguantar su felicidad al tener a su pareja solo para él.
Aun así, Chuuya se las arreglo para detener a Osamu antes de que el terminara por dejarlo sin sus ropas. A lo que Dazai lo observo confundido y un puchero.
—Necesito decirte algo primero, es importante ¿Okey? —respiro profundo antes de dejar quieto a Dazai—. Logré que la agencia asistiera a nuestra boda, me ayudaron a detener la búsqueda contra nosotros. Somos personas libres.
Dazai observó los papeles que Chuuya había dejado en el suelo, donde salia su firma en un contrato entre las dos organizaciones, y con eso el castaño termino abrazándolo con fuerza, dejando sus pensamientos intrusivos irse con esas palabras.
—Quería que fuera todo perfecto el día que te lo propusiera, tonto. —el pelirrojo le susurró al regalarle besitos en la mejilla del contrario.
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PD: Lo siento por no incluir el smut, pero no me dio tiempo, si ando libre lo haré como especial mas adelante, espero te guste lo que prepare para ti, intente hacer lo mejor que pude con el bloqueo del escritor #triste. Es un placer conocerte y es súper divertido hablar contigo, tqm.
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