¿Haciendo esto demuestro mi amor o mi locura?
He planeado esta escena millones de veces en mi cabeza, y no tengo a quien culpar, ya no me queda a quien odiar, ni a quien amar, simplemente puedo navegar por mi vacío.

Dicen que es así como muere un ángel, entre las llamas que le formaron.
Tu solías decir que era pura luz en tu oscuridad, yo sigo creyendo que sólo era un reflejo de tu alma. Que era un espejo hecho añicos, con un cartel de no tocar, pero tu querías arreglarlo. Querías que dejará de estar roto, y querías que lo hiciera por mi cuenta, para no depender de ti.
Ahora podría reírme a carcajada limpia, como un loco, por la ironía, si dependía del fuego para nacer, ahora dependo de él para morir. Si dependía de ti para reír, ahora dependo de decirte adiós para morir.

Quizás debería gritar para pedir ayuda, pero, ¿ayuda de quien? ¿de ti para salvarme de mi mismo?

Quizás debería echar la culpa al vacío.
He jugado tanto con la soledad y la ira, que ahora son mi vida. He sido un hombre que juega con fuego, y ahora más que para jugar, servirá para apagar las voces de mi cabeza.
He sido marinero por mi vacío,  he luchado contra toda marea, pero hoy, amigo, el mar es más potente, y reclama que decida de una vez.

Puede que tuvieras razón, y que sea diferente, puede que no sea malo, puede que todo sería diferente si te hubiera escuchado, quería hacerlo, pero cuando trataba de escucharte, las voces se reían, se reían de mi, por ser tan patético, por querer creer en tus palabras, por creer que tu podrías hacer fluir el mar con tranquilidad.

No te culpo amigo, sabes que te quiero, eres más familia que la sangre, eres la otra pieza del puzzle.
Es una pena que no te oyese cuando decías que nacemos enteros, que no éramos las mitades de nadie. También  debí escuchar cuando decías que eramos un dúo, destinado a permanecer unido, a dar la vida el uno por el otro.
Ahora lo recuerdo claramente, sin embargo, ya es tarde, el mechero pende temeroso de mi mano, mientras, pienso en todo esto, voy navegando por última vez en mi vacío, ansiando que entiendas porque lo hago, el porqué quiero consumir me en el fuego.

He sufrido tanto en vida, que se me olvidaba algo tan sencillo como que no se trata de sobrevivir, sino de ser feliz, de vivir.

Hay gasolina por toda la habitación, es poético decir que me representa, gasolina y fuego, yo y el vacío, el vacío y yo.

No quiero idealizarlo más, tengo presente que hoy muero de una manera brutal, soy consciente de que voy a sufrir, de que te voy a hacer daño, pero amigo, espero que te consuele saber que mientras tu vivas, yo también, al fin y al cabo, tú eres el único capaz de mantenerme vivo. No te culpes, no me culpes, el causante de todo es navegar por el vacío.

Me repito, y se que cada palabra se grabará en tu alma, se que te prometí seguir contigo, pero no te puedes fiar de quien hace fuego en el agua, de quien es adicto a la ira y el dolor.

Lo siento, voy a dejar caer el mechero, oigo tus golpes en la puerta, puedo sentir la desesperación de tus golpes, y como estás deseando que esto sea un sueño. Aún que tu mismo dijiste que las pesadillas también lo son.

Adiós te digo, espero que encuentres la manera de superarlo, la gente no entenderá tu dolor, ni nuestra relación, nadie parece entender como duele perder a un mejor amigo. Busca consuelo, pero sobretodo, y como último deseo, no navegues nunca por el vacío.

Adiós mejor y querido amigo.