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Desde que era pequeño, se le había enseñado que sus emociones eran importantes y que no debía reprimirlas, sin importar lo difícil de procesar que estas fueran.
Por ello, Taehyung siempre fue muy abierto con sus pensamientos, especialmente porque aprendió la importancia de la sinceridad para poder mantener relaciones sanas. Sin embargo, había momentos en los que no siempre podía ser sincero con todos, estos eventos siendo más comúnes en su infancia.
―Taehyung, necesitamos que nos digas la verdad, sabes que odiamos las mentiras―su madre lo veía con ambas manos sobre su cintura, su rostro serio demostrando que no se encontraba para nada contenta.
El peligris siempre se había sentido presionado cuando sus padres lo veían de esa forma, como si él hubiese cometido el peor de los delitos, esperando una explicación que él no quería soltar.
Apretó sus manos y las escondió tras su espalda, no llegando a comprender el por qué su familia estaba tan enojada con él.
―Taehyung, solamente queremos entender qué es lo que pasó y por qué tu docente nos mandó a llamar tan asustada―intervino su padre, al ver que las palabras duras de su pareja solo causaban miedo en su hijo―No vamos a castigarte, solo queremos entender.
No había hecho nada malo, al menos él lo consideraba así.
Se encontraba en su área de clases en el bosque del pueblo junto a sus compañeros, se encontraban en la hora libre y Taehyung se encontraba junto a sus dos amigos.
No eran muy cercanos, pero solo con ellos podía hablar con más confianza.
―Solo mostré a luz―dijo con voz aguda, debido a sus cuatro años―La docente exagera.
Ambos padres se vieron entre ellos al no comprender a lo que se refería, ya que no había posibilidad de que su hijo se refiriera a la luz que ellos conocían. No tenía sentido.
― ¿A qué luz te refieres? ―el padre se hincó junto a su hijo, no queriendo que se asustara más al acercarse― ¿Nos la podrías enseñar?
Taehyung negó, manteniendo ambas manos detrás de su espalda.
―No, porque me van a regañar. La docente se enojó y los llamó aquí por sacar a luz, así que no lo haré―negó con la cabeza, mostrándose serio ante su elección.
La luz que se encontraba en cada Naturalista se encontraba en ellos desde sus nacimientos, siendo todas de un color totalmente distinto e irrepetible, ya que no solamente se componía de una tonalidad, sino de miles que variaban según el movimiento de la luz.
Esta se presentaba físicamente cuando los niños cumplían diez años, algunos hasta los once, pero no pasaba antes.
La naturaleza sí conectaba con los niños desde su nacimiento, pero no les adjudicaba una conexión visible hasta esa edad y la luz solía ser diminuta, como una pequeña esfera.
Por ello, no tenía sentido que Taehyung mostrara una luz, al tener solo cuatro años.
En ese momento, la docente entró a la zona de reuniones, encontrándose pálida ante lo visto anteriormente.
―Señorita Shin, por favor, díganos qué pasó―insistió la madre, comenzando a angustiarse ante las nulas palabras de su hijo y la expresión de su docente.
Taehyung vio cómo la mujer se llevaba a sus padres a una zona más alejada para poder hablar con ellos, haciendo que se molestara. No le gustaba que no lo incluyeran en las conversaciones, lo hacía sentir excluido.
―No hablen como si yo no estuviera aquí―dijo, siendo un niño con un vocabulario bastante amplio para su edad―Mostré mi luz porque madre así me lo pidió, no hice nada malo.
Kim Areum, pensando que se refería a ella al haber dicho "madre" lo vio con el ceño fruncido, para después cruzarse de brazos, indignada.
― ¿Yo? ¿Qué hemos dicho de las mentiras, Kim Taehyung? ―se mostró mucho más molesta, Taehyung tambaleando ante el tono fuerte.
No le gustaba que le gritaran o hablaran de forma grosera.
―Yo no miento, hablo de madre naturaleza, no de ti―se mantuvo firme, sabiendo que no estaba mintiendo―Siempre dicen que siga a madre naturaleza y eso hice, ahora me regañan.
Los adultos se quedaron realmente sorprendidos ante aquellas palabras, ya que se veía que el niño estaba siendo completamente sincero, sin una pisca de miedo por ser reprendido.
YoonSeo sonrió ante aquello, acercándose nuevamente a su hijo y en esa ocasión, sentándose frente a él.
―Eso es maravilloso, cariño ¿Madre te dijo que le mostraras a tus amigos? ―preguntó realmente interesado, haciendo que la atención de Taehyung se colocara sobre él, ya que su padre sí lo estaba escuchando.
―Me dijo que tenía que mostrarla a alguien que me enseñara y pensé en docente, pero mis amigos estaban cerca―dijo emocionado, colocando su mano derecha con la palma hacia arriba, para poder mostrar su luz.
Los adultos volvieron a sorprenderse cuando vieron la llama de color púrpura aparecer en la mano derecha del niño, la cual era de un tamaño mediano, la que podría tener un niño de quince años o más.
― ¿Desde cuándo puedes verla? ―preguntó el hombre mientras tomaba la mano pequeña, no queriendo perturbar la llama de su hijo― ¿Por qué no me contaste?
No incluyó a su pareja, porque sabía perfectamente el por qué podría ser.
―Porque no tenía permiso, ahora sí―Taehyung vio en dirección al árbol que podía verse por la ventana, intentando calcular el tiempo―La veo desde la fiesta de nacimiento tres.
Aquello fue más extraño, de por sí siendo los cuatro años algo que no pasaba, en los tres años era menos probable, hasta imposible.
YoonSeo sonrió en grande ante aquello, tomando a su hijo para poder cargarlo, no sintiendo más que orgullo al saber que su hijo tenía una conexión con la naturaleza tan grande y desde tan pequeño.
Su madre lo comprendió después de un tiempo, pero le prohibió el mostrarla, siendo algo comprensible.
Desde ese entonces, Taehyung había tenido una conexión más fuerte que las de otros Naturalistas puros y por ello, mantener esa conexión era importante para su bienestar.
Jungkook no podía evitar el sentirse nervioso, después del abrazo que habían compartido, se habían sonreído y siguieron comiendo solo con el ruido del televisor de fondo, no siento incomodo en absoluto.
Lograban escuchar algunas palabras de Yeonjun desde la distancia, sabiendo que el pobre estaba intentando terminar su trabajo lo más rápido posible, pero no descuidando la calidad de este o Jungkook le terminaría castigando.
― ¿Alguna vez has jugado un videojuego? ―preguntó Jungkook de repente, haciendo que Taehyung despegara la mirada del televisor―Yeonjun quiere que juguemos y es muy intenso, siempre quiere jugar con las visitas.
Taehyung negó rápidamente, ni siquiera comprendiendo qué era eso.
―No, no lo sé―dirigió su mirada al ventanal por unos segundos, para después regresarla al rostro del tatuado―Pero ¿No crees que está algo oscuro y helado para jugar? A no ser que sea un juego de noche.
Jungkook no comprendió al inicio, pero al notar que la mirada del mayor se había enfocado en el ventanal por unos segundos, comprendió.
No pudo evitar el sonreír enternecido, sabiendo que el mayor no tenía idea.
―Oh, no es un juego de ese tipo, sino uno que se ve en el televisor―Taehyung asintió lento, intentando comprender―Te gustarán, te puedo explicar antes de que venga Yeonjun.
Taehyung asintió, pensando en que aprender cosas nuevas siempre era divertido.
O eso es lo que pensó antes de conocer los videojuegos.
Mantenía su ceño fruncido mientras apretaba los dientes, viendo con atención su personaje conducir en la pista de arcoíris, siendo el último en la carrera. Ni siquiera podía llegar a ver a los demás competidores en la pista, solamente estaba en él en el último puesto.
― ¿Dónde están los demás? ―preguntó indignado, haciendo que Jungkook cubriera su rostro para no soltar una carcajada frente a su mayor, demasiado sorprendido de ver aquella faceta molesta de Taehyung― ¡Jungkook!
―En realidad los demás ya cruzaron la meta, lo más seguro es que...―el personaje de Taehyung cayó de la pista de arcoíris, la tortuga en la nube levantando al personaje para que pudiera retomar el camino―Es que te pasen nuevamente, vas muy lento.
Y es que Taehyung no podía comprender cómo iba tan mal en el juego, si en el dichoso juego solamente debía mantener un botón presionado y mover la palanca a los lados que quería mover el personaje. Era tan sencillo, que sentía su orgullo aplastado al ir en último lugar.
Mientras tanto, Jungkook intentaba explicarle cómo usar los cubos aleatorios, pero Taehyung estaba demasiado abrumado como para escucharlo.
―Esto es ridículo, seguramente está en modo difícil―se quejó Taehyung cuando cruzó la meta, su personaje de una tortuga gigante malvada comenzando a quejarse―Eres malo, Jungkook. Lo pusiste difícil apropósito.
El tatuado soltó la carcajada que había estado aguantando, para después levantar sus manos, en muestra de paz.
―Yo no he hecho nada y para que sepas, el juego está en el modo más sencillo que tiene―Taehyung bufó sin creerle absolutamente nada, por lo que Jungkook tomó el control y regresó al menú, en donde aparecía la dificultad elegida anteriormente― ¿Ves? Es el más sencillo.
Aquello humilló más al peligris, quien se cruzó de brazos, negándose a jugar otra vez.
―Si te hace sentir mejor, debo decir que es un juego al que debes acostumbrarte para comenzar a obtener mejores puestos―dijo Jungkook, sintiéndose algo tocado al ver el enfado ajeno―Así nos pasa a todos, no te sientas mal. Lo hiciste bien para ser tu primer contacto con un videojuego.
Taehyung suspiró, viendo con las cejas alzadas al menor, sabiendo lo que intentaba hacer.
―Lo dices para que no me sienta mal―no estaba molesto por ello, de hecho, ese pensamiento hacía que su pecho se sintiera cálido―Pero eres un mal maestro, no me dijiste para qué se usan esos cubos que aparecían a cada momento, no usé nada de lo que me daban.
Jungkook apretó los labios ante aquello, sabiendo que se lo había dicho unas tres veces, pero no podía molestarse con Taehyung. Su corazón no se lo permitía.
―Bueno, entonces déjame enseñarte bien ¿Sí? ―ofreció y Taehyung aceptó, aflojando sus brazos para dejarlos sobre su regazo―Hazte un poco hacia delante, me podré detrás de ti.
Taehyung se sorprendió ante aquello, sintiendo sus mejillas ligeramente calientes.
―Si es que te sientes cómodo, claramente. Me podré ahí para que ambos tomemos el control y así enseñarte mejor. Pero si no te sientes cómodo, puedes verme desde aquí―le dijo con una sonrisa, colocando varias opciones, debido a las mejillas rosadas de Taehyung.
Y aunque no lo demostrara, Jungkook estaba que temblaba de los nervios. Esa cercanía con Taehyung sería importante para él.
―No me incomoda―dijo Taehyung de forma sincera y una sonrisa de labios sellados, sentándose un poco más adelante del respaldo del sofá, para que Jungkook pudiera ponerse detrás―Pero debes enseñarme bien, sino me quejaré todo el día por esta injusticia.
Jungkook carraspeó mientras se levantaba, manteniendo sus ojos lejos de las iris purpuras, no queriendo que se notara lo emocionado que estaba por poder abrazar de esa forma al peligris.
Se colocó detrás de él y pasó sus brazos a los lados, quedando el control frente a Taehyung.
―Toma el control y yo colocaré mis manos sobre las tuyas, para poder ubicar tus dedos―le dijo al lado derecho del rostro de Taehyung, quien sintió su corazón acelerar sus latidos como loco―Si en algún momento quieres que me aleje, por favor, házmelo saber.
Taehyung amaba el cómo Jungkook se expresaba, siempre era muy considerado, respetuoso y cariñoso. No hacía nada sin consultar sus preferencias o tener su consentimiento antes, además de que siempre velaba por el bienestar de ambos, era algo que valoraba totalmente en su amistad.
Amistad.
―Pon tu dedo índice aquí―dijo Jungkook mientras tomaba el dedo ajeno, moviéndolo al botón correcto―Este de aquí es para lanzar las cosas que te salen en los cubos misteriosos. Si quieres lanzarlos hacia delante, lo presionas. Pero si quieres lanzarlos hacia atrás, debes presionarlo mientras das a la palanca hacia atrás.
Taehyung apretó los labios cuando sintió la voz ronca junto a su oreja derecha, sabiendo que su rostro debía estar sonrojado, apenándose ante eso.
Sin embargo, al sentir las manos de Jungkook, podía sentir lo frías que estas se encontraban, además de que podía ver el temblor que mantenían cuando lo soltaba para poder colocar sus dedos en los otros botones.
Se sintió bien el no ser el único en mantener tantos nervios en su cuerpo.
Mientras tanto, Jungkook se mordía su labio inferior, intentando el dejar de temblar, avergonzado por ello.
―Esos serían los botones que debes usar, cuando vayas en camino te enseñaré para que funcionan los objetos―dijo mientras separaba sus manos de las ajenas, comenzando a frotar las palmas en su pantalón de pijama, avergonzado ante el sudor de estas.
Taehyung podía percibir las emociones ajenas, sintiéndose contagiado.
―Mh...―pensó, no estando seguro de si aquello sería bien recibido por Jungkook, pero sintiendo la necesidad de pedirlo― ¿Podrías dirigirme mientras juego? Es que...Es que aún me caigo mucho―dijo con un pequeño nudo en la garganta, sintiéndose incapaz de pedirlo como cualquier cosa que le pedía a Jungkook, esperando el no recibir una respuesta negativa.
Taehyung jamás había experimentado algo como eso, no le disgustaba, pero no era fanático de esa sensación absorbente que lo controlaba cuando estaba así con Jungkook.
El tatuado soltó, inconscientemente, un suspiro sorprendido.
Va a sentir cómo tiemblo como todo un patético.
Pensó Jungkook, relamiéndose los labios y moviendo un poco el aro en su labio.
Taehyung pensó que su idea sería rechazada, específicamente por el silencio que Jungkook mantuvo por cortos segundos, pero no fue así. Sintió cómo el tatuado se acomodaba mejor detrás de él, pasando sus piernas a los lados de su cuerpo, quedando él en medio de sus piernas.
―Discúlpame mucho si tiemblo o sientes mis manos sudar, si te incomoda dímelo, no puedo controlarlo―pidió, cerrando los ojos por un momento, sabiendo que se estaba delatando por completo.
Jungkook había realizado una pequeña investigación sobre los Naturalistas, al principio había iniciado su búsqueda en internet, pero encontró que existía demasiada desinformación o mitos sobre ellos, por lo que no lo tomó como información confiable. Por lo que buscó en librerías pequeñas libros escritos por Naturalistas sobre ellos, sus costumbres y forma de vida, logrando encontrar solamente uno de ellos, el cual se vendía por muy poco dinero en internet.
Lo compró y lo leyó por completo el mismo día, pensando en que ese libro tan extenso no costaba lo que había pagado, sino que valía muchísimo más.
Aprendió mucho de la historia de los Naturalistas y el cómo percibían todo lo que pasaba, sintiéndose bien al tener una visión distinta a la del mismo Taehyung, pero siendo esto una base para apoyarlo cuando lo necesitara.
Aquello sucedió cuando habían tenido la discusión con Yeonjun, antes de que el menor recapacitara sobre lo sucedido.
Y es que, para Jungkook, el que su atracción por Taehyung había evolucionado a un gusto, no era un secreto.
Sabía que ahora sentía más que atracción física por él, había caído en un gusto que no planeaba cuestionarse, sino que lo dejaría ser, mientras Taehyung se sintiera cómodo con ello.
Y gracias a su investigación, sabía que los Naturalistas podían ver las emociones de los seres vivos, por lo que imaginaba que Taehyung era consciente de su atracción hacia él.
No se sentía mal al saber eso, pero sí se sentía algo expuesto.
―No me molesta, Jungkookie. Estamos en las mismas condiciones―dijo el peligris sin querer despegar la mirada del televisor, haciendo que Jungkook lo viera con sorpresa, para después morderse el labio inferior mientras sonreía.
Con que en las mismas condiciones...
Pensó, sintiéndose un poco más tranquilo, pero emocionado ante las palabras del Naturalista.
Taehyung apretó los labios e hizo una mueca ante sus palabras, sabiendo que se había delatado por completo, Jungkook no siendo capaz de ver sus emociones, pero ahora siendo consciente de ellas.
Sus pensamientos eran similares, sin ellos saberlo.
―Bien, comencemos entonces.
La carrera comenzó y Jungkook se mantuvo con sus manos sobre las ajenas, dirigiéndolo mientras le explicaba cómo funcionaba cada cosa, además de reírse juntos cuando los contrincantes volaban por los aires debido a un caparazón volador o una cáscara de banana.
― ¡Lánzalo rápido, nos van a ganar! ―chilló Taehyung mientras se agitaba sobre su asiento, su espalda finalmente terminando sobre el pecho de Jungkook, quien había tenido que respirar profundo para no desconcentrarse― ¡Jungkookie!
El gorila cruzó la meta antes de que el caparazón rojo pudiera llegar a él, ambos marcando el segundo lugar.
Jungkook se sintió vulnerable, el tener a Taehyung apoyado en su pecho no lo dejó dar su cien por ciento en el juego.
―Lo siento, lo siento. Es solo que...―Taehyung se acomodó para poder verlo, separándose del pecho ajeno―Es que yo....
Taehyung sonrió ante aquello, avergonzado por el tartamudeo de Jungkook.
Era demasiado obvio para él, aunque el hecho de poder ver sus emociones era de ayuda.
―Gracias por enseñarme, Jungkookie. Ahora sé cómo jugar―agradeció con voz suave, queriendo calmar al menor.
Pero aquel apodo no ayudó en la misión del peligris, solo consiguiendo que Jungkook se sonrojara más.
Ambos se veían a los ojos, sabiendo que era claro para el contrario su estado y las emociones que recorría sus cuerpos ante la presencia del otro, pero ninguno queriendo decirlo directamente.
― ¡Regresé! ―habló alto Yeonjun, llegando con Guu en sus manos y Bam a su lado, deteniéndose al ver la posición en la que se encontraban―Uh, pero puedo irme otra media hora, si quieren.
Taehyung respiró hondo mientras se pasaba al sofá individual casi corriendo, Jungkook carraspeando mientras se acomodaba y pasaba sus manos por su rostro, intentando darle una mirada relajada a su hermano.
―Yeonjun, qué bueno que regresaste―dijo Taehyung con una sonrisa ligeramente tensa, no siendo falsos con sus palabras, pero sí mostrando lo nervioso que había estado ante la situación anterior― ¿Cómo te fue con el trabajo?
Yeonjun levantó las cejas, interesado.
―Bien, solamente que olvidé algo en mi habitación―dijo, ideando un plan perfecto, perfecto en su mente―Ya regreso.
Ambos mayores vieron cómo Yeonjun correteó hasta su habitación, perdiéndolo de vista y escuchando la puerta cerrarse segundos después.
Taehyung juntó sus manos, no queriendo que el ambiente se quedara tenso, cuando no había pasado nada negativo, sino todo lo contrario.
Jungkook se encontraba un poco más tenso, no sabiendo qué decir o hacer, pensando que podía crear un momento incómodo si decía cualquier cosa.
―Jungkookie...―susurró Taehyung, no sabiendo si sería correcto decir lo que tenía en mente―Yo...Sabes que siempre soy sincero con mis emociones y no quiero que eso cambie ahora.
Jungkook sintió como si su corazón se hubiese detenido, apretando las manos, pero intentando mostrarse sereno.
―Y-Yo no quiero que cambie tampoco, me gusta cómo expresas lo que sientes siempre―Taehyung se sintió muy bien ante esa información, levantándose del sofá individual, para poder sentarse al lado del tatuado otra vez.
Jungkook comenzó a mover su pierna rápidamente, atento a lo que el peligris quería decirle.
―Mh, creo que no es secreto el que nos hemos vuelto muy cercanos―comenzó, no sintiéndose capaz de mantenerle la mirada a los ojos ajenos, los cuales lo veían atentos y brillantes―Y yo quiero que sepas lo que siento, porque no me gustaría que mis emociones arruinen lo que tenemos y tampoco quiero fingir o reprimirme ¿Me doy a entender?
Jungkook asintió rápidamente, deseando tanto que llegara al punto de la conversación, pero dejando que dijera todo lo que necesitaba decir.
―Sí, sí. Lo entiendo y lo comparto―tragó duro.
En sus relaciones anteriores, Jungkook era quien solía tomar la iniciativa, ya que sus parejas consideraban que así era necesario. Pero con Taehyung era distinto, siendo él quien se expresaba antes o que ponía conversaciones necesarias sobre la mesa.
No le disgustaba para nada, sino todo lo contrario.
―Bueno, no sé exactamente lo que estoy sintiendo, pero puedo suponer que me atraes...―soltó directo, regresando su vista a los ojos contrarios―Sé que no nos conocemos hace tanto tiempo, pero mis emociones están escalando, al punto en el que podría llegar a desarrollar un enamoramiento hacia ti.
Jungkook sintió como si un globo estallara dentro de su cabeza y pecho.
Aquella sinceridad e incitativa hizo que su gusto por Taehyung aumentara.
―Lo que no deseo, es que esto escale si no es reciproco. No planeo obligarte a nada, pero necesito saber si estás en una situación similar para dejarlo crecer―dijo mientras movía sus manos, en un acto nervioso―O si debería detenerme y darme el tiempo de manejar mi gusto para que vuelva a un sentimiento de amistad.
Taehyung hablaba mientras movía las manos, sin tener este movimiento mucho sentido, pero sintiendo que así podía hablar sin tartamudear ni temblar tanto.
―A madre naturaleza le gustas, pero ella me ayudará a reducir mi gusto por ti si eso ayuda a mi salud mental―aseguró, haciendo que Jungkook dejara su shock inicial para poder sorprenderse.
No sabía que eso podía ser posible.
El tatuado suspiró, sintiéndose como un niño de trece años cuando el chico que le gusta le pide que se sienten juntos en el recreo.
Pero sabía que tenía que poner sus pensamientos y emociones en orden, así como Taehyung se había expresado, él debía hacerlo también.
―Bueno, creo que es bastante claro el que me gustas, Taehyung―soltó mientras apretaba la tela de sus pantalones, especialmente cuando los ojos de Taehyung brillaron ante sus palabras― ¡No estoy enamorado! ―explicó, pero pensando que había sido demasiado extraño decirlo de golpe, especialmente ante la confusión del contrario―Pero no es como que no quiero enamorarme, me refiero, solo quiero explicar cómo me siento, pero decirlo tan bien como tú no me sale...
Se detuvo un momento, recapacitando sobre lo patético que se sentía.
Taehyung sonrió enternecido ante eso, acercando una de sus manos para poder tomar la de Jungkook. Su mano se encontraba muy fría.
―Tae, yo en verdad aprecio mucho tus muestras de afecto, especialmente las físicas...―suspiró entrecortado―Pero esto hace que me ponga más nervioso y si te soy sincero, siento que se me va a bajar la presión...
Taehyung separó su mano rápidamente, no queriendo que Jungkook se desmayara.
―Lo siento, sé que debo sonar como un tonto o demasiado exagerado, pero nunca me había gustado alguien de esta forma―confesó finalmente, siendo más directo―Y no quiero que detengas el gusto que estás desarrollando por mí, en absoluto.
Taehyung sintió que el peso de sus hombros caía de golpe, encontrándose liviano al saber que era correspondido.
― ¿Le gusto a madre naturaleza? ¿Ella quiere que seamos algo? ―preguntó intrigado.
Taehyung asintió rápidamente, sabiendo que lo aprobaba en todos los sentidos.
―Lo quiere, sabe que eres bueno para mí. Lo cual es sorprendente, porque jamás empareja a los de mi especie con los de la tuya.
Y es que el hecho de que la naturaleza le haya regalado un ramo personal a Jungkook no era cualquier cosa, mucho menos el que haya hecho que Taehyung creara más flores de lo normal solamente para él.
―Creo que ese es el mayor logro de mi vida, me siento muy honrado―dijo con una sonrisa, haciendo que Taehyung sonriera también, apartando la vista, apenado y emocionado―Pero Tae, quiero que las cosas sigan el rumbo que llevan, que vayamos avanzando poco a poco.
Taehyung confirmaba cada día el por qué Jungkook despertaba en él aquellas emociones y es que no podía pedir más de lo que él le ofrecía, porque no había algo que él no cubriera.
―Quiero que nos conozcamos, que superemos juntos aquellas situaciones que puedan perturbarnos a ambos y sobre todo que logremos confiar lo más posible en el otro―ahora que se encontraba más tranquilo que antes, Jungkook estiró sus manos para tomar las de Taehyung, quien aceptó el toque con una sonrisa de labios sellados―Especialmente porque mi familia no aceptará el que salga con un Naturalista, al menos no lo harán ahora y jamás te expondría a algo parecido a lo que sucedió con Yeonjun, no otra vez.
Y es que Jungkook era consciente de que la opinión de su familia era la misma e incluso peor que la de Yeonjun. Pero jamás dejaría que algo como eso le limitara a poder seguir desarrollando esos sentimientos por Taehyung, mucho menos al saber que son recíprocos.
Taehyung agradeció tanto el que Jungkook tomara el cómo podría sentirse ante la opinión de su familia, pensando que el evento de Yeonjun había sucedido como algo necesario para su relación y que los prepararía para la siguiente base.
Los padres de Jungkook.
―Ellos no son malos, pero eran los padrinos de Yeonjun. Eran muy cercanos a sus padres―dijo con tono un poco más bajo, haciendo que Taehyung comprendiera―Sé que pueden cambiar de parecer, pero no quiero que te lastimen primero para poder recapacitar.
Taehyung se sentía rodeado de una neblina de encanto hacia Jeon Jungkook, por lo que se acercó a él y pasó sus brazos por el cuello contrario, abrazándolo con fuerza.
―Gracias por considerar todo eso, Jungkookie. Estoy emocionado de que esto continue―confesó contento, sintiendo caricias en su espalda y la barbilla de Jungkook en su hombro derecho.
El tatuado sonrió, apretándolo más en el abrazo.
―Y yo estoy emocionado de poder enamorarme de ti, Kim Taehyung.
Yeonjun soltó un chillido silencioso cuando escuchó las palabras de su hermano, sintiendo que estaba escuchando un k-drama en vivo, por lo que abrazó a Guu mientras daba saltos sobre su lugar.
Él era el fanático número uno de la relación de su hermano y se encargaría de que nadie arruinara aquello, mucho menos su familia.
¡Holaaa! ✨
No saben lo mucho que me gusta lo directo que es este Taehyung 🙈
Los nenes confesaron sus emociones y ahora veremos el cómo se van desarrollando. También quería que conocieran un poco del pasado de Taehyung, porque él no es un Naturalista común 👀
¡Nos leemos prontooooo!✨
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