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Suspiró cansado mientras balanceaba su pies hacia delante y hacia atrás, sintiéndose enfurecido y con ganas de golpear como si no hubiera un mañana. Sin embargo, sabía que su cuerpo debilucho de dieciséis años no podría hacer mucho contra la otra persona.
―Bam, cuando hyung venga debes morderle el culo―le indicó al canino que se encontraba a su lado, quien solamente inclinó la cabeza confundido, no logrando comprender el motivo de su petición―No entiendo qué le pasa últimamente.
Esperó varios minutos más y luego pudo escuchar cómo la clave se colocaba en la puerta principal, para después soltar un sonido breve y dar paso a la persona que sería juzgada desde su llegada a casa.
― ¡Ya llegué! ―dijo en alto Jungkook, cerrando la puerta tras de él y lanzando su mochila a un lado del zapatero, colocándose sus chanclas de goma― ¿Yeonjun? ¿Te dormiste temprano otra vez?
Avanzó mientras hablaba, para después ver a su hermano menor sentado sobre la isla de la cocina, viéndolo con el ceño fruncido y los brazos cruzados, enfadado.
― ¿Qué sucede? ¿Qué berrinche tienes preparado para mí? ―preguntó mientras lo veía con atención, sabiendo mejor que nadie que su hermano es un caprichoso.
― ¿Por qué vienes tan tarde en estos días? Ya ni siquiera comes conmigo―se quejó con una seriedad que ni él creía que estaba demostrando, estando enfadado pero no tanto como aparentaba en ese momento.
Jungkook soltó una risa nerviosa y se rascó el cuello, avanzando más hasta poder quedar frente al menor. Acarició a Bam, intentando evitar la mirada del menor.
―Tengo cosas que hacer, por eso me tardo, lo lamento―se disculpó, no diciendo realmente la verdad.
Sí era verdad que tenía cosas que hacer, pero nada que fuera demasiado urgente como para dejar a su hermano más tiempo solo en casa.
―Eres peor que papá cuando intenta mentir, se nota demasiado que ocultan cosas―levantó una ceja, acercándose al rostro de su hermano― ¿Estás conociendo a alguien y no me lo quieres presentar?
Su hermano era astuto, demasiado para su edad y no sabía si eso era una ventaja o una clara desventaja para él.
Y es que Jungkook sí había estado con alguien que su hermano no conocía y esa persona era Taehyung.
El peligris se había inscrito a un curso extracurricular y se encontraba teniendo problemas con la realización de las tareas, especialmente porque debían enviarse en línea y Taehyung no tenía idea de cómo usar una computadora. Así que se había ofrecido a enseñarle cómo utilizarla y habían comenzado a reunirse en el centro de computadoras de la universidad, por lo que su tarde era dedicada a sus propias tareas y apoyar a Taehyung.
―Simplemente estoy ayudando a un amigo con sus tareas, eso es todo―dijo la verdad, comenzando a caminar hasta la pequeña cocina para comenzar a preparar la cena, sabiendo que su hermano no se quedaría tranquilo con esa información tan poco detallada.
― ¿A quién? ¿A Jin hyung? ¿Jiminie hyung? Dudo que ellos te pidan ayuda para sus tareas―se dio vueltas sobre la isla de la cocina, para poder ver a su hermano.
Jungkook lo vio con los ojos entrecerrados.
― ¿Qué quisiste decir con eso? ―el menor se encogió de hombros, fingiendo inocencia.
― ¿Por qué no me dices? ¿Es una chica? Siempre has sido más patético con las chicas que con los chicos―Jungkook jadeó ofendido―Quizás por eso no me la quieres presentar, tiene sentido.
― ¡No es una chica! ―declaró molesto, cruzándose de brazos y finalmente apoyándose en la mesada, rendido en que no podría hacer la cena hasta que su hermano dejara de hablar.
―Bien, acabas de confirmar que estás conociendo a alguien que no me quieres presentar, entendido―asintió, haciendo que Jungkook cerrara los ojos lentamente, sabiendo que se había delatado por completo―Ahora dime, siempre nos contamos todo.
Jungkook sabía que eso era verdad, pero en ese caso era diferente.
―Se llama Taehyung, Kim Taehyung―comenzó, haciendo que el menor sonriera en grande, colocando completa atención.
―Ajá ¿Qué más?
―Es nuevo en la universidad y se le dificulta usar computadoras, así que lo ayudo en el centro de computadoras de la universidad―el menor se vio confundido ante aquello, analizando.
― ¿Qué edad tiene? No me digas que es menor que te ahorco―le apuntó con su dedo.
― ¡No! Él es mayor que yo por un año, no seas tonto―se quejó, haciendo que el menor se relajara, pero se sorprendiera ante aquello.
―Aww, eres el bebé de los dos, por eso te da pena presentármelo―se burló con una gran sonrisa.
Jungkook pensaba que la vergüenza sería el mejor de los casos ante su negación por presentárselo, pero no era así de sencillo.
―Él es tímido, no creo que quiera venir, menos si estarás tú analizándolo como un detector―se dio media vuelta, dispuesto a comenzar con la cena y esperando que su hermano dejara de preguntar.
―Podemos invitarlo a comer, puedo ayudar a hacer algo de comer y le puedo prestar mi computadora si la necesita―ofreció amable, haciendo que el corazón de Jungkook se calentara ante aquello, porque su hermano era así de dulce.
―No creo que sea buena idea, él está muy ocupado―se negó nuevamente.
Yeonjun frunció el ceño confundido, su hermano siempre le había presentado a sus amigos con facilidad y el invitarlos a comer no era un problema en absoluto, por lo que no comprendía qué sucedía.
El menor siempre había compartido una gran conexión con su hermano mayor, a pesar de las circunstancias, él consideraba que podían hasta leerse completamente al otro.
Suspiró y se alborotó su cabello negro, sabiendo que debía indagar más, pero que quizá no era el momento adecuado.
―Bueno, no me cuentes, igualmente no quería saber―se bajó de la encimera, acercándose para poder ayudar con la cocina, haciendo que Jungkook se riera.
Jungkook amaba a su familia más que a nada en el mundo y por ello los cuidaba siempre como lo más preciado. Por ello, no consideraba que fuera buena idea el que su hermano conociera a Taehyung, prefería que las cosas se quedaran así el mayor tiempo posible.
Comenzó a guardar sus libros cuando vio a Jungkook acercarse, dándole una sonrisa agradecida por tenerlo ahí nuevamente, sabiendo que estaba tomando gran parte de su tiempo libre.
―Hola, Taehyung―lo saludó el tatuado con una gran sonrisa― ¿Estás listo?
―Sí, solo siéntate un rato ¿Sí? ―le pidió, haciendo que el menor se confundiera, pero se sentara frente al mayor en el banco de la cafetería.
Taehyung sonrió, comenzando a buscar en su mochila, sacando un envase con cuidado.
―Sé que tomo mucho de tu tiempo cuando me ayudas a aprender a usar las computadoras y quería compensarte de alguna forma. Así que...―colocó el envase sobre la mesa, acercándolo a Jungkook y quitándole la tapa, mostrando pastelillos frescos―Como me dijiste que te encantan los postres de banana, te hice estos pastelillos de banana con un poco de vainilla y fresa, espero que te gusten.
Jungkook vio con ojos sorprendidos los postres que se le habían ofrecido, una gran sonrisa colocándose en su rostro y un golpe cálido chocándole en el pecho, sintiendo un nudo cómodo en su estómago.
―N-No era necesario, de verdad. Sabes que te ayudo porque eres mi amigo―contestó conmovido, pero tomando uno de los pastelillos, haciendo que Taehyung riera bajito―Pero te lo agradezco mucho, fue un detalle muy lindo de tu parte.
Taehyung sintió su rostro calentarse ante las palabras de Jungkook, encogiéndose ligeramente de hombros.
Se había vuelto más cercano a Jungkook, gracias a que el menor era una persona colaborativa y muy empático, siendo esto algo genuino en él. Había descubierto que el tatuado tenía un corazón de niño en un cuerpo de joven adulto, siendo sincero y divertido, pero empático y comprensivo a un punto en donde sobrepone a los demás sobre él mismo.
Taehyung era muy consciente de sus emociones y sabía que poco a poco estaba comenzando a sentir más aprecio del que debería por Jungkook. Pero no se podía permitir el avanzar más allá de una admiración de lejos.
Sus padres se infartarían su supieran que comenzaba a sentir más cercanía con un humano.
Además, él se encontraba enfocado en estudiar y poder desarrollarse fuera de Daegu y los trabajos que son "para Naturalistas" Y aquello no sería nada fácil, por lo que necesitaba colocar todo de sí.
―No es nada, espero que te gusten. Hice varios porque escuché que vives con tu hermano menor, entonces si a él le gustan, puedes darle unos―señaló los que estaban divididos, dando porciones iguales a los hermanos.
Jungkook hizo un ruido con su garganta, demasiado enternecido por Taehyung.
―Los amará, te lo aseguro. Gracias por pensar en él también, eso es el doble de dulce―reconoció sin vergüenza, pero manteniendo un sonrojo en su rostro, haciendo que Taehyung comprendiera que Jungkook podría sentir lo mismo que él.
Esconder emociones a un Naturalista puro era prácticamente imposible, tanto para humanos, como animales e incluso otros Naturalistas, por lo que era perfectamente capaz de ver si alguien comenzaba a evolucionar en sus emociones.
Aquello lo puso ligeramente nervioso, pero decidió no enfocarse en ello.
―No es nada, espero que les gusten―suspiró muy contento, porque hornear para las personas era su mayor demostración de cariño―Vamos cuando termines de comer.
Taehyung no se sorprendió tanto cuando vio a Jungkook comerse los pastelillos en tiempo récord, porque ya lo había visto comer anteriormente, sin embargo, le seguía sorprendiendo su capacidad de comer y verse así de bien. Además de que en muchas ocasiones quedaba con hambre.
Cuando Jungkook terminó con sus panecillos, ambos se fueron al centro de computación, sacando sus credenciales para mostrarlos a la persona encargada. Taehyung vio que no era la misma chica de siempre, sino que ahora era un chico.
―Hola, buenas tardes, queremos utilizar unas computadoras―dijo Jungkook, haciendo que el chico los viera, sus ojos enfocándose en Taehyung.
Ahí vamos de nuevo.
Pensó el peligris.
―Ok, necesito sus credenciales―asintió, estirando la mano y recibiendo ambas, comenzando a buscar en su computadora.
Ambos esperaron pacientemente, hasta que el chico los volvió a mirar.
―Bien, Jungkook te toca el salón cinco y naturalista te toca el siete―les colocó sus credenciales sobre el escritorio para que pudieran tomarlas.
Taehyung frunció el ceño, les habían asignado áreas diferentes y sabía el por qué. Porque el salón siete es el exclusivo de naturalistas.
El salón siete tenía solamente dos computadoras viejas y sillas de plástico medio rotas, por lo que no era cómodo estar ahí. Además de que no había ventanas ni aire acondicionado.
―Mh, siempre hemos ido a salones juntos―reclamó Jungkook antes de que Taehyung pudiera decir algo―El salón siete es horrible, no pueden pretender que estudiantes se mantengan ahí por más de cinco segundos.
Al convivir más con Taehyung, había podido observar el nivel de violencia y discriminación que había contra los naturalistas, por lo que había generado una bola gigante de molestia dentro de su garganta, la cual se liberaba cuando sentía la necesidad de hablar ante alguna desigualdad. Como en ese momento.
―Ese es el salón para naturalistas, si no quiere usarlo, no es obligación―se encogió de hombros, desinteresado.
Taehyung suspiró, sabiendo que pelear no era algo que le fuera conveniente.
―Vamos, Jungkook. Buscaré otro lugar―susurró, dando un paso hacia atrás.
Sin embargo, la mano de Jungkook alrededor de su muñeca lo detuvo, el menor quedándose firme sobre su lugar.
―No, no es justo. Si no lo dejarás entrar a un salón habitable, entonces asígname el número siete también―le exigió al chico, quien se vio sorprendido ante la petición, no logrando comprender los motivos.
Taehyung lo vio sorprendido, pero no quería que Jungkook estuviera en un ambiente como ese, en donde ni siquiera él quería estar.
―Jungkook, no es necesario, de verdad...―se acercó un poco, viendo de reojo al chico―Hay algunos que se creen superiores haciendo sentir inferiores a otras personas, porque saben que no pueden mantener el control de nada sobre sus vidas e intentan hacerlo sobre la vida de los demás.
El chico escuchó todo perfectamente, jadeando indignado.
―Es verdad, no vale la pena discutir con ese tipo de personas―aceptó Jungkook, aunque seguía molesto.
El chico carraspeó y volvió a escribir en su computadora mientras ambos chicos avanzaban a la salida.
―Bien, ambos están en el salón cinco. Sus computadoras y el aire acondicionado está habilitado―dijo en alto, pero con tono derrotado, haciendo que los dos chicos se detuvieran sobre su lugar.
Jungkook iba a negar y decir que era mejor otro lugar, pero Taehyung tomó su muñeca y lo arrastró hasta los pasillos, para poder llegar al salón.
―La próxima vez que veamos a ese chico es mejor irnos a otro lugar, puedo llevar mi computadora a tu departamento si es necesario―seguía hablando el menor, completamente indignado.
Taehyung rio, sabiendo que esa sensación de tener a alguien que se preocupa genuinamente por él era hermosa.
―No es necesario, creo que recapacitó sobre lo que hizo―se sentó en su silla, Jungkook sentándose a su lado―Estando aquí he aprendido a superar y perdonar, así que no quiero enfocarme demasiado en cosas negativas, eso no es algo que ayude realmente.
Jungkook suspiró, pensando en que él no podría dejar pasar esas cosas como si nada, pero lo haría por Taehyung.
Comenzaron a trabajar tranquilamente, ambos ignorando cuando algún estudiante entraba y terminaba yéndose al ver a un Naturalista en el salón.
Jungkook le enseñaba cómo utilizar cada comando que necesitaba y el mayor aprendía rápidamente, sabiendo que tendría que conseguir una computadora para evitar todos esos problemas que se daban ante su presencia.
Jungkook enfocó su vista sobre Taehyung, notando que el perfil del mayor era realmente perfecto. Su rostro era simétrico y todas sus partes mantenían el tamaño adecuado para su rostro, por lo que era la estructura ósea más perfecta que había visto.
El hecho de que tuviera el cabello de ese color tan llamativo y los ojos de ese tono de morado tan suave solamente complementaba la perfección del rostro, dándole ese toque fuera de lo común que caracterizaba a los Naturalistas puros como él.
Debía admitir que en algún momento de su vida habló cosas horribles de los de su especie, pero en ese entonces comprendía cómo eran las cosas en realidad y lo poco lógico que era mantener odio por ellos.
Su análisis sobre el rostro contrario se vio interrumpido cuando un movimiento en la ventaja lo distrajo. El árbol que se encontraba cerca de la ventana había comenzado a acercarse lentamente hacia la ventana, las flores que se encontraban ahí comenzaron a crecer y los botones que aún se mantenían estallaron para mostrar hermosas y coloridas flores púrpuras, todas de distintos tonos.
―Eh, Taehyung...―susurró sorprendido, haciendo que el mayor lo viera.
―Dime, Jungkook―le dio una sonrisa, notando su mirada fija en la ventana.
―Ese árbol...Se acerca y crecen las flores―señaló la ventana, haciendo que Taehyung mirara hacia la mencionada, intrigado al notar que era verdad.
Las hojas y flores dejaron de moverse cuando chocaron con el vidrio, por lo que Taehyung se estiró para poder abrirla, la planta comenzando a acercarse nuevamente, esta vez con todas las flores enrolladas como un ramo.
Taehyung sabía que era madre naturaleza, pero no entendía qué quería hacer precisamente.
Las flores terminaron estirándose hasta Jungkook, quien solamente se quedó quieto, ligeramente asustado.
No hubo más movimiento, haciendo que ambos chicos se vieran.
―Creo que madre naturaleza te las está obsequiando, son para ti―dijo Taehyung con una sonrisa confundida, no entendiendo mucho el por qué de sus acciones, pero quizá era por el acto de defensa que Jungkook había protagonizado―Esto es nuevo, al menos para mí.
Jungkook jadeó sorprendido, acercando su mano temblorosa hasta las flores, acariciándolas lentamente, con temor a dañarlas.
― ¿D-Debo arrancarlas? No quiero dañar a...a madre naturaleza―vio a Taehyung con ojos redondos, conmovido.
―Tómalas, no le harás daño, te las está dando.
Taehyung estiró su mano y tomó la muñeca de Jungkook, elevándola para que pudiera tomar desde la base del ramo que se había formado gracias a los tallos enrollados de las flores. Cuando el pelinegro tiró de ellas, se desprendieron con facilidad.
El árbol comenzó a retroceder hasta volver a su posición original.
Jungkook se enderezó sobre el asiento lentamente, admirando las flores.
―Vaya...
Una tercera voz se escuchó, haciendo que Jungkook y Taehyung se asustaran, ambos viendo hacia atrás, de donde provenía la voz. Un chico de cabello ondulado y café se encontraba en las computadoras del final, viéndose totalmente sorprendido.
―Genial, nunca había visto algo así cuando no estoy drogado―soltó una risa boba y agitó su cabeza―Eres genial, chico.
Taehyung quedó ligeramente sorprendido, pero soltó una risa ante la situación.
―Uh, gracias―susurró con una sonrisa nerviosa, dando vuelta nuevamente sobre su asiento.
Jungkook seguía realmente sorprendido, un enorme sonrojo apoderándose de su rostro, manteniéndose colorado en totalidad.
―G-Gracias por esto―dijo finalmente, haciendo que Taehyung soltara una carcajada, estirando su mano para darle un ligero pellizco en la mejilla al menor, quien sonrió de lado como un tonto.
―Te has ganado el amor de madre naturaleza y déjame decirte que eso es muy difícil―confesó, especialmente porque Jungkook era un humano.
No sabía precisamente por qué había hecho eso, con Jin jamás había sucedido algo como eso, tomando en cuenta que el mayor lo había recibido con los brazos abiertos desde el primer día.
Iba a consultarlo, pero sentía que sería mejor hacerlo más adelante.
¡Holaaa!👀✨
Me emociona decir que mi bloqueo creativo se va disolviendo 😭😭😭 Y pude escribir este capítulo, espero que no se hayan olvidado de ella completamente :( Muchas gracias por el apoyo que recibe la historia❤️🩹
¡Nos leemos prontooooo!✨
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