~*A*~
Cr. img: A quien corresponda
Gente! Nuevo capítulo!
A leer~
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A los pocos días de la entrevista con Inko Midoriya, Enji recibió un sobre con las instrucciones de lo que tendría que hacer Shoto hasta que el omega en turno cumpliera la mayoría de edad.
Básicamente, se solicitaba que Shoto siguiera con su entrenamiento y educación ininterrumpida, para cumplir con los estándares. También debía de estar libre de cualquier medicación como supresores o cualquier otro medicamento que pudiera alterar total o parcialmente los ciclos de celo, instintos y feromonas. De igual forma, se solicitaba que una vez al mes visitaría al omega en la residencia Midoriya, esto para que se fueran conociendo. Todo esto con un contrato como el primero que firmó solo que con ligeros cambios en las cláusulas donde ahora sería el omega Izuku quien decidiría el destino de los candidatos y sus familias.
Enji se emocionó tanto que tomó a Rei esa misma noche, montándola con ímpetu, marcándola una y otra vez, llenándola de su semilla, buscando sacar toda esa felicidad que lo embargó. Rei respondió a él con delicia, estando húmeda y presentándose a él en cuanto cruzó la puerta de su habitación.
Al día siguiente, Enji se encargó de llevar al límite a Shoto, obligándolo a usar sus quirks hasta que gritara de dolor. Desde entonces, Shoto fue entrenado para ser el mejor alfa de todos, uno que pudiera proteger y proveer a su familia; uno que no tuviera miedo de mancharse las manos; uno que hiciera estremecer a cualquier otro alfa por lo poderoso que era.
Pasaron cuatro semanas y, frente a la casa de los Todoroki, un auto negro y lujoso se estacionó en la entrada. Enji reconoció el emblema de los Midoriya impreso en el capó del automóvil y pronto mandó a llamar a Shoto, que se encontraba vendando parte de su brazo izquierdo debido a que su piel no había soportado del todo las llamas ligeramente azules que había logrado emitir.
—Buenos días, Joven Todoroki —saludó el chofer que había bajado del auto para abrir la puerta trasera para Shoto y extendiendo su mano izquierda para recibir la tarjeta que Inko le había entregado semanas atrás.
—Buenos días —respondió escueto y frío el joven alfa, que ingresó al auto sin cuestionar nada después de entregar el objeto.
Enji estaba por seguir a su hijo cuando el chofer cerró la puerta del auto frente a él.
—Una disculpa, Amo Todoroki, pero el Gran Alfa ha solicitado que los candidatos vayan solos a las reuniones con el Joven Amo —explicó el chofer educadamente, notando que el alfa de fuego simplemente gruñó, pero no hizo ningún comentario al respecto—. El Joven Todoroki volverá después del atardecer —comentó el chofer antes de hacer una reverencia y disponerse a ocupar el asiento del conductor.
Enji vio a un imperturbable Shoto irse en aquel auto negro...
En su interior esperaba que este primer encuentro resultara bien.
Shoto sabía adonde se dirigía, sabía por qué iría ahí, y sabía que no volvería a casa sino hasta después del atardecer. Tenía tiempo suficiente para que su brazo pudiera recuperarse de la quemadura. Toya estaba de visita y se había ofrecido a enseñarle a su hermanito cómo emitir flamas azules, aquellas que eran puras y las más letales. Definitivamente quedaría cicatriz en su brazo.
Desde que se presentó de casta alta, su crianza se volvió más dura. Las exigencias ya eran el doble de rigurosas y aún había días donde sentía que su cuerpo quería ceder al cansancio. Aun así, él se obligaba a continuar, porque no quería defraudar a su familia, quien lo veían como el mejor alfa y lo alentaban a ser eso y más. Porque debía ser el alfa perfecto.
Pero ¿lo sería? De acuerdo con su madre sí, sus hermanos mayores bromeaban, pero al final afirmaban que lo sería y su padre... su padre creía en él. Sin embargo, él seguía cuestionándose lo que aquel omega, llamado Izuku, tenía en mente como alfa perfecto. No lo conocía, solo sabía de su existencia y esta sería la primera vez que lo vería.
¿Sería como Inko? ¿Delicado y grácil? ¿O sería como Natsuo, alguien con fuertes convicciones y con pocas características de su género? Porque Natsuo era un omega que podía pasar como alfa a simple vista, mas su aroma dulzón lo delataba. No obstante, esto no se interponía en cumplir con su trabajo, en asesinar a sangre fría incluso iguales a él.
Shoto estaba curioso de cómo sería Izuku Midoriya.
Después de unos treinta minutos de viaje, Shoto nuevamente volvió a pisar el interior de la mansión Midoriya. En cuanto llegó, Kurogiri anunció su llegada y pronto fue recibido por la señora Midoriya.
—¡Shoto-kun! —saludó la omega escaleras arriba, llamando su atención tanto por su sonrisa alegre como por su aroma, delatando su estado de ánimo.
—Señora Midoriya —respondió el saludo con una ligera inclinación de cabeza. Eso pareció agradarle en demasía a la omega.
—Ha pasado un tiempo desde que nos vimos, ¿cierto? —comentó ella mientras bajaba los peldaños cual emperatriz. Shoto se acercó para ayudarla a bajar los últimos peldaños—. Muchas gracias —murmuró la mujer con una sonrisa complacida a lo que Shoto asintió.
—Sí, señora. Un mes —comentó con rostro inexpresivo.
—Oh, estás herido —anunció la mujer al ver el vendaje en su brazo izquierdo—. ¿Estás bien?
—Sí, señora, estoy bien. Es resultado de mi entrenamiento —explicó Shoto, notando que las cejas de la omega se alzaban.
—Bien, si necesitas algo no dudes en decírmelo —pidió ella educadamente, y Shoto asintió simplemente por cortesía—. Ahora es tu turno de conocer a Izuku —susurró cómplice, como si fuera una niña que contaba un secreto a alguien—. Ven, por aquí. Está en el área de descanso.
Shoto simplemente permaneció callado, pues no sabía cómo responder ante una charla de esta índole. Había recibido educación para charlas de negocios, amenazantes o incluso para interrogar. Mas no había recibido conocimiento sobre conversaciones triviales. No hablaba tanto con sus hermanos mayores ya que éstos no se encontraban en casa y normalmente los temas de conversación con sus progenitores eran sobre los resultados de sus trabajos, educación o entrenamientos. Quizás sería bueno aprovechar estas visitas para aprender.
Tanto él como Inko por el pasillo de la derecha donde había tres puertas del lado derecho. La mujer abrió un poco la segunda, permitiendo que Shoto pudiera percibir el indiscutible aroma de un omega joven. Un olor sutil y fresco, a diferencia del completamente dulce y marcado de Inko.
—Izuku —canturreó la mujer desde la puerta, llamando al omega que por fin conocería.
—¿Mmm? —Escuchó una voz suave y eso le hizo ladear ligeramente su cabeza.
—Shoto-kun ha llegado —anunció Inko abriendo la puerta por completo para dejarlo a la vista de un omega de cabellos rizados verdes, ojos esmeraldas, piel blanca y con pecas en sus mejillas, sentado en un sillón de dos plazas que quedaba perpendicular a la puerta.
—Ah...
Izuku y Shoto se miraron fijamente por breves segundos, reconociéndose tanto en aroma como físicamente. Shoto se sintió ligeramente abrumado por aquella mirada esmeralda que pareció estudiarlo detenidamente.
—Así que tú eres Shoto, eh —habló al aire Izuku mientras se ponía de pie y se giraba ligeramente para encararlo. Sus ojos parecían aburridos, como si su presencia ya fuera un fastidio.
—Bien, Izuku los dejo —anunció Inko para después alejarse y caminar lejos de donde ellos estaban.
Shoto permaneció quieto en su lugar, sin saber qué hacer exactamente. Era la primera vez que conocía un omega más o menos de su edad. Esperó pacientemente a que el otro terminara de inspeccionarlo hasta que se cansó de verle (supuso) y volvió a sentarse en el sillón.
—Puedes entrar... o irte. Me da igual —sugirió Izuku a la par que se recostaba y cubría sus ojos con su antebrazo.
Shoto permaneció unos segundos más de pie en el umbral de la puerta hasta que consideró que estaría bien sentarse en el sillón individual que había frente a la ventana en la pared de enfrente. La ubicación perfecta para mirar la puerta. En cuanto se sentó, todo se sumió en un silencio denso.
¿Qué debía decir? ¿Cómo debía actuar? Su padre no le dio más detalles sobre cómo serían sus encuentros.
Shoto concluyó que sería mejor que Izuku tuviera la opción de iniciar la conversación, después de todo, él no tenía preguntas o mayor interés en el omega. Así que se dedicó a contar los segundos, para tener la mente ocupada y de paso seguir entrenando su oído, su olfato y la percepción de su alrededor.
Izuku se encontraba cansado después de su entrenamiento con su hermano mayor Tenko. Su padre, All for One, le había dicho que debía aprender a saber lidiar con un alfa y quien mejor para empezar que con su hermano.
Sinceramente, no entendía por qué era tan importante todo esto de la selección de su alfa. Solo porque se había presentado como omega toda esta tormenta de elección de candidatos comenzó a bombardearlo. Su madre, Inko, había elegido los cinco que consideró los más aptos y posiblemente aquellos que pudieran gustarle. Y con este tal Shoto era el quinto que no le había parecido la gran cosa, aunque su madre había hablado maravillas de él.
Hubo un ligero sentimiento de decepción al por fin conocer al joven alfa que traía contenta a su madre e incluso a su padre quien se veía intrigado por sus quirks. Izuku no vio algo destacable salvo sus ojos heterocromáticos y sus cabellos de distinto color. No iba a negar que su aroma era menos denso que el de los otros tipos y mucho menos molesto. Era como si hubiese permanecido neutral ante su presencia. ¿Acaso lo encontraba también aburrido?
Ligeramente removió su antebrazo para ver al alfa con los ojos cerrados, manos en el reposabrazos y espalda completamente pegada al respaldo del sillón individual. ¿Qué estaba haciendo?
En cuanto retiró su brazo y giró su cabeza el alfa abrió lentamente sus ojos para mirarlo fijamente.
—¿Estabas dormido?
—No —replicó Shoto con el mismo rostro inexpresivo. De cierta forma, Izuku, sintió una ligera molestia al no recibir las mismas reacciones que los demás tipos que lo habían visitado.
—Ah... —Fue todo lo que dijo sin alejar su mirada. Izuku lo había tomado como una clase de reto, uno donde el primero que la apartara, perdería.
Sin embargo, minuto a minuto, una ansiedad indescriptible comenzó a formarse en su interior. Este alfa no parecía responder a sus feromonas como los otros. Los anteriores habían incluso actuado ligeramente agresivos, ganándose unos golpes y gruñidos suyos. Pero este alfa, no reaccionaba.
—¿Acaso no parpadeas? —inquirió con cierta molestia Izuku.
—Sí —respondió simple, haciendo la acción sin dejar de verle, causando que el omega se frustrara y casi se quejara.
Probablemente Izuku había comenzado a emitir feromonas de estrés o molestia, ya que vio al otro fruncir ligeramente el ceño y ladear su cabeza hacia un lado.
—Estás molesto —afirmó el alfa con la misma expresión neutra.
—¿Puedes notarlo? —preguntó con su voz ligeramente quebrada por el repentino enojo que sintió en su interior.
—Sí, puedo oler que estas molesto —replicó sin mayores ceremonias.
—¡Entonces, ¿por qué no reaccionas?! —inquirió Izuku con el gesto adusto y puños formados a sus costados.
—Reaccionar... —murmuró para sí Shoto—. ¿Por qué debería?
Ante aquella respuesta Izuku sintió como si le cayera un balde de agua fría para después dar paso a un enojo incomprensible.
—¡Porque eres un maldito alfa y los alfas reaccionan ante las feromonas de los omega! —dijo entre dientes, como si estuviera explicándole a un tonto algo tan simple.
—Eso lo sé, pero...
Izuku entrecerró sus ojos, esperando a que continuara.
—... ¿cómo quieres que reaccione?
Ante aquella pregunta todo enojo se esfumó dando paso a la estupefacción. ¿Había escuchado bien? ¿Un alfa preguntándole a un omega cómo reaccionar ante sus feromonas? Lo miró incrédulo casi como si fuera un extraterrestre. Era la primera vez que conocía un alfa tan... estoico. ¿No era eso... bueno? No sería alguien que lo intentara dominar ni estaría pegado a él cual lapa.
¿De dónde había salido este alfa?
—¿Quién eres? —No pudo evitar formular la pregunta, buscando entender a este chico.
—Shoto Todoroki —replicó sin miramientos, descolocando más a Izuku.
—En serio... ¿eres un alfa? —preguntó con cautela, procesando todo lo mejor posible.
—Sí, lo soy —confirmó tranquilo, sin ningún cambio en su aroma ni gesto.
Izuku no pudo evitar pensar que quizás era una clase de treta que le habían dicho que siguiera para interesarlo. ¡Ja! No lo conseguirían.
—Ajá, claro —dijo con sarcasmo y sonrisa burlona—. Sabes, será mejor que dejes este plan tuyo. Ya sé lo que tramas.
Shoto frunció el entrecejo, enderezando su cabeza.
—Eres un buen actor, casi caigo en tu treta —confesó Izuku con una risilla.
Sin embargo, Izuku siguió viendo un ceño fruncido que después se relajó e hizo que volviera esa inexpresividad al rostro del alfa.
—Crees que estoy fingiendo —afirmó Shoto.
Vaya que entiende rápido.
—Obviamente, sé que está reaccionando a mis feromonas, pero te dijeron que te mantuvieras en control e inexpresivo para que así me intereses —explicó Izuku con un encogimiento de hombros.
—Suena demasiado elaborado —comentó Shoto haciendo que la sonrisa del omega fuera disminuyendo—. Sé que ahora estás relajado; puedo olerlo —dijo mientras señalaba su nariz—. Conozco las reacciones que instintivamente tiene un alfa ante un omega y sus feromonas, pero dudo que quieras que haga algo como eso, ¿cierto?
Después de escucharlo, Izuku se sintió nuevamente confundido. ¿Qué sabía Shoto lo que él quería y lo que no?
—¿Tú qué sabes? No me conoces.
—Ni tú a mí —aseveró Shoto igual de inexpresivo—. Por eso estamos reunidos aquí, para conocernos.
Izuku no daba crédito a lo que estaba pasando. Esto era muy confuso. Por un momento se arrepintió no haber leído el expediente de este sujeto, probablemente ahí se encontraba escrito algo referente a... esto.
—Solo para que sepas —habló Shoto, sacándolo de sus pensamientos—, estoy siendo entrenado para no reaccionar ante las feromonas de un omega. Esto para que los trabajos sean más fáciles de realizar.
Izuku frunció el entrecejo por completo.
—¿Tienes un entrenamiento...?
—Sí. Mi viejo pronto me pondrá a prueba con un omega en celo.
Izuku parpadeó repetidamente mientras su ceño se relajaba y daba paso a una expresión atónita.
—¿Para qué?
—Para controlar mi propio celo que pueda ser provocado por el de un omega y me impida cumplir con el trabajo.
—¿A qué te refieres con "trabajo"? —preguntó curioso Izuku.
—Soy un asesino —confesó Shoto sin tapujos viendo a un omega estupefacto.
—¿Asesino?
—Mi familia se dedica a eso —añadió el alfa con naturalidad.
El interior de Izuku se estremeció ante aquella información. Este alfa... este alfa le había interesado.
—Cuéntame más, Todoroki-kun —alentó con voz suave y visiblemente más calmado.
Shoto sin duda notó el cambio en su aroma y feromonas, mas no comentó nada, sino que siguió respondiendo sus preguntas, llenando su curiosidad.
Un alfa asesino, uno que estaba siendo entrenado para no reaccionar ante un omega. Izuku instintivamente lo tomó un reto, porque quería, entonces, ver si sería el único que podría afectar al de cabellos bicolor.
Sería un juego divertido.
—¡Hasta luego, Todoroki-kun! —despidió Izuku desde la puerta de entrada a un impasible joven alfa.
En cuanto el auto se alejó la sonrisa inocente de Izuku se tornó casi insana, su corazón palpitaba rápidamente y su respiración se había agitada. Shoto realmente resultó alguien interesante. Un joven que antes de presentarse como alfa, ya había probado la sangre, ya había manchado sus manos desde tierna edad. Le relató algunos trabajos que había realizado más joven, no teniendo problemas con describir su forma de matar e incluso le contó una anécdota sobre su primer interrogatorio. Izuku había reído cuando Shoto le contó que había cometido el error de cortarle la lengua al tipo antes de que siquiera le diera la información que le exigía.
A lo mejor, su madre tenía razón, Shoto era bastante interesante.
—¿Izuku? —llamó su madre a sus espaldas, sacándolo de sus pensamientos.
Cuando se giró a verla, vio confusión en sus ojos para después sonreírle con complicidad.
—Te interesó, ¿cierto?
—Me dieron ganas de jugar con él, madre —confesó con voz temblorosa, sintiendo lubricante resbalar por sus muslos. Se había excitado y quizás su madre lo había notado ya que rio por lo bajo mientras lo llevaba hacia su habitación especial para su nido.
~*~*~*~
Oh! Qué hará Izuku con nuestro Shoto? Lo hará sufrir? Intentará seducirlo? Qué hará?
Muajajaja aquí empieza ya su relación~ *corazoncitos de colores*
Espero les haya gustado~
Nos leemos~
AliPon fuera~*~*
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