The Sky Is Over
El grupo viaja a toda prisa por el bosque, bajo las órdenes del ahora ciego Seth, este cada vez lucia más agotado, su proyección futura le fatigaba, pues nunca había mantenido por tanto tiempo sus visiones.
— ¡Aquí! Debemos seguir a pie, hasta llegar a la montaña, encontraremos una cueva, allí estarán! —conto poniéndose en marcha.
— Esa imagen que ví... ¿Logré superarla? ¿Fue mi vista el precio a pagar? — se pregunto intentando encontrar una respuesta en su ahora incierto por venir — talvez pueda tener mi respuesta al encarar nuevamente al nigromante.
Rasmus tardo más en salir del carruaje, llevando una gran bolsa consiguió.
— Nunca pensé que lo usaría antes de venderlo — Rasmus no estaba complacido con ello, pero el peligro ameritaba un as bajo la manga.
En el interior de la cueva el espíritu del bosque colgaba del techo, el nigromante dibujaba un círculo para implementar el poder del elfo en su magia de muerte, en el centro dejo un tazón con su sangre y otros objetos, parecía tener un aterrador sentido de la moda, ya que las paredes tenían como decoración múltiples cadáveres, ellos parecían haber intentado salir de su encierro en las paredes, pero ninguno tuvo la fuerza para completar la tarea falleciendo en aquella cueva olvidada por el mundo.
— Pronto sere perfecto... — decia con emoción, de pronto un arranque de ira lo dominó ante una memoria antigua — ¡le mostraré al trovador de las estrellas su error!
— ¿Quien es el trovador de las estrellas? — escuchó Thors, percatándose del despertar de su prisionero.
— Pero que sorpresa, estás conciente ¿Acaso no conoces al trovador de las estrellas?
— Viví doscientos años en un bosque con solo espíritus, ellos solían tener grandes anécdotas pero nada sobre ese sujeto.
— Es una pena, verás el trovador es el intérprete de las estrellas, el sabe el porvenir...
— ¿Como Destiny? — interrumpió el elfo.
— No... Destiny ve las posibilidades futuras más no el absoluto... En cambio el trovador de las estrellas... Sabe lo que vendrá... sabe los mismisimos secretos de la vida... Y sobre todo la muerte... por ello un día... hace trescientos veinticinco años... Yo fui a preguntarle sobre mi magia.
— ¿Pero que te dijo? — en las paredes y el techo de la cueva comenzaban a salir raíces y hierbas, aprovechando la distracción.
— ¡El dijo que mi magia era repugnante! ¡Que nunca podría dominar la muerte a mi voluntad! ¡Solo se burló de mi! —gritaba y manoteaba al aire, tomaba aire y continuó dolido por sus palabras — pero él no es capaz de usar su poder... ¡Si! El a jurado no usar su poder... Por ello... ¡Yo tengo la oportunidad de matarle! ¡Le mostraré cuan terrible es mi magia..! ¡Le haré morir para traerlo de vuelta una y otra vez..! ¡Hasta saciarme de la dicha!
Grandes raíces rompieron las cadenas que aprisionaban al elfo, este llega al piso y encara al nigromante, haciéndole ver su error.
— ¡Tu me distragiste...! — el mago negro estaba dispuesto a volverlo a apresar, no sin antes darle una brutal paliza.
— Siento pena por ti, tu solo vives por el resentimiento, al verte solo noto lo vacío que estás — lo señaló irritándolo aún más.
— ¡¿Tonto me enfrentarás en mi guarida?! ¡Has firmado tu sentencia! — resaltó Thors sabiendo que su magia de vida no podía competir contra la suya de la muerte.
Varios cadáveres salieron de entre las paredes y el piso, se les había implantado una vida artificial, casi todos habían perdido la piel, estaban en terribles condiciones, pero era obvio que estos eran para superar en número al espíritu del bosque.
— Parece que olvidas con quién peleas — varias raíces salieron de todas direcciones, llevándose a los cadáveres reanimados, incluso sujetaron a Thors— aquí yo tengo la ventaja.
— Vida y muerte... Siempre ligados... — las raíces que sujetaban al nigromante se secaron, demostrando no haber forma de retenerlo — Pero hoy, yo las dominare.
El espíritu del bosque se alertó, pero unos pasos sonaban en la cueva, pronto aparecieron Seth y el resto del grupo, listos para apoyar a aquel que los alentó a buscar lo que les hacía falta.
— Parece que llegamos a tiempo — dijo Rasmus al sacar un brazalete plateado con grabados y su espada.
Magno dejo caer una avalancha de rocas sobre Thors, este logra salir del derrumbe usando a los muertos de escudo, solo para ser interceptado por Seth quien le lanza una estocada, el nigromante interpone su mano, acercándose al hombre sin vista con su mortífera palma, su andar es detenido por la tierra, esta había atrapado los pies de Thors, Seth retira su estoque de la mano del enemigo, dejando el paso libre para Dhaerio quien atacaba con sus alas doradas, el golpe fue directo, su espalda crujió, el espíritu del bosque se arrojó contra el.
— ¡Es mi oportunidad! Debo sentir la energía vital, la respiración de los seres vivos ¡Su fuerza que les permite sobrevivir a este hostil mundo! — bramaba intentando concentrarse para atizar el golpe final.
Una gran energía se formó en las palmas del elfo, el nigromante se tiró al suelo, a sabiendas que Thors podría sacar más zombies para bloquear su ataque, el elfo libero su lianas de sus brazaletes los cuales sujetaron y levantaron al enemigo, el golpe impacto en el pecho del enemigo, el cual se comenzó a retorcer, el espíritu del bosque le libero, los movimientos de Thors se volvieron más violentos y su apariencia se convertía en una más anciana.
— ¡Basta! ¡No más! — suplicaba él ahora débil nigromante — me rindo.
Seth y el resto se miro con incredulidad, todos pensando al mismo tiempo: ¿Realmente podría rendirse Thors?
— Yo solo quiero vencer al trovador de las estrellas... — el elfo le creyó y se acercó, le siguieron el resto, salvó Rasmus.
— Ustedes querían saber sobre el castillo volador ¿no? — pregunto al notar a Dhaerios — yo sé cómo llegar a el.
"Roba almas"
La escencia vital del espíritu del bosque fue llevada a la boca del nigromante como si se tratase de un spaghetti fue succionado a su interior, extinguiendo la vida del elfo y recuperando la de Thors, todos miraron con horror como el cuerpo sin vida de su compañero caía al suelo completamente seco.
—¡No! ¡No! ¡No puede ser...! — decia dolido Magno quien lo tomo en sus brazos.
— ¡¿Porque?! ¡¿Porque no me aseguré?! — se lamentaba Seth, este había dejado de ver el futuro debido a su cansancio.
— Nunca debiste haber venido a buscarme... — lloraba Dhaerios la muerte de su primer amigo — tú me sacaste de esa jaula y yo no pude salvarte...
— ¡Tontos no bajen la guardia Thors sigue aquí! — advirtió Rasmus al ver como este reacomodo su espalda.
Los cadáveres se liberaron de su prisión de raíces y avanzaron sin reparo contra el dolido grupo, Rasmus encaro a tantos como pudo, pero rápidamente fue superado en números, sin más le arrancaron las extremidades, sin darle la oportunidad de usar aquello sacado del carruaje.
— ¡NOOOO! — grito Dhaerios lleno de lágrimas en el rostro, arrojándose a la armada de los muertos intentando lograr algo con ello.
— ¡Te cubro! — dijo Magno al rodear a varios enemigos con muros de piedra y aplastandolos.
— ¡Esperen! ¡El enemigo importante es...
Un mano gris tomo el cuello de Seth, este de inmediato fue reducido a los mismos huesos, cumpliendo su profecía, apenas se dió cuenta falleció.
— Están acabados maté a sus compañeros que me resultaban mast problematicos — su habla ya era normal, se había recuperado en su totalidad.
Los dos últimos guerreros se lanzaron en su contra, pero fácilmente fueron sujetados por las mortales manos del enemigo, Dhaerios pareció mostrar serenidad, aún cuando se hizo polvo aceptando su cruel final pese no cumplir su deseo.
— Es triste tener que acabar con ellos, quería usar al elfo, pero era demasiado peligroso — decia el nigromante rodeado de cuerpos reanimados.
Una luz se hizo en la caverna de Thors, apareció un extraño con una máscara de un hombre triste, ropas finas rojas y negras y un sombrero muy ostentoso.
— Hiciste algo que no se tenía que hacer — exclamaba molesto, pero seguía manteniéndose sereno.
— ¡¿Tu quien eres?! — el nigromante se mostraba imponente y parecía no estar dispuesto a soportar a otro intruso, él era antiguo pero nunca había escuchado hablar de alguien como ese extraño.
— Soy el ciervo de Destiny, soy Millenium. Y mi señor no está contento con tu asesinato a Natural Force — indico el intruso.
—¡Está hecho Millenium! ¡No existe más Natural Force! ¡Seguramente fue otra posibilidad, más nunca una realidad! — seguía imponiéndose Thors a la voluntad del intruso.
—Te equivocas y puedo hacerlo realidad, pero vengo aquí a proponerte un trato justo — le extendió la mano cubierta por su guante blanco.
—¿Que pasa si me opongo a tu voluntad y encomienda? — se mostró dispuesto a pelear al verse en mejor estado que nunca.
—Mi señor me dió fuerza suficiente para eliminarte de la misma existencia, provocando la existencia de Natural Force, así que tú decide — le propuso con un tono burlón, revelando múltiples círculos mágicos dorados dispuestos a activarse si no escogía el pacto.
—¿De que va el trato? — pregunto al verse en pocas opciones.
—Te daré otra oportunidad de ganarte tu derecho a esta posibilidad, regresando el tiempo atrás, tendrás que derrotar nuevamente a Natural Force, si lo consigues te quedas con todo y no volveré a oponerme — daba la buena noticia — pero si pierdes no volverás a enfrentarlos a ninguno de ellos.
—¿Solo eso? — le parecía bastante sencillo tras haber ganado — acepto.
Estrecho la mano de Millenium y todo dió marcha atrás, el ritmo fue insólito y con ello la figura del heraldo de Destiny se desvaneció, dejando a Thors frente a Natural Force, quienes parecían estupefactos.
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