Capítulo 7


Capítulo 7

- Leah, esto no puede seguir así- murmuré limpiando el corte de su pierna- tuviste suerte de que no tocara una arteria, un tendón, fue muy superficial, pero eso no significa que dejé de ser peligroso- tiré el pedazo de algodón a la canasta de basura y la miré fijamente a los ojos – Tenemos que decirles a tus padres – Leah entró en pánico, empezó a hiperventilar y lloró como si le estuvieran arrancando la piel con un cortaúñas.

- A ver estúpida, por mucho que odie darle la razón a _________, creo que debemos hacerlo, esto se sale de nuestras manos- miré a Judd algo sorprendida- No te acostumbres. Leah, es necesario que nos cuentes todo lo que sabes- Judd la presionaba, su táctica usual.

- P-p-p-p-p-pero r-r-r-r-r-re-realmente n-n-n-no sé na-nada – solté un suspiro, no íbamos a lograr nada con ella en este estado

- Tranquila, cariño. Terminaré de curarte y prepararé algo caliente para que te vayas a dormir ¿te parece? – Leah asintió y le hice señas a Judd para que me acompañara

Bajamos las escaleras en silencio, solo estaba Leah, sus padres habían salido o no sé, el punto es que no estaban en casa.

Llegamos a la cocina, Judd me ayudó a prender la estufa, tomé canela en polvo la mezclé con las hojas de hierbabuena y lo puse a hervir con una taza de agua

- ¿cómo crees que haya pasado?- le pregunté a Judd, demasiado absorta en mis pensamientos que no noté cuando me tomó por la cintura y me sentó en la isla de la cocina -¿esto se debe a? – Aquella sonrisa torcida que rompe todas mis barreras se dibujó casi sin esfuerzo en sus labios

- De verdad que eres una perra sucia, me duele el cuello, eres demasiado bajita- mi mente haciéndome para vergüenza- con respecto a tu pregunta, no lo sé. La herida no era suficientemente grave como para que ella reaccionase de esa manera- dijo mientras se sentaba a mi lado- Los vecinos se hubieran dado cuenta, los chillidos de Leah son audibles hasta la otra punta de la ciudad y...- escuchamos los pasos de Leah bajar a toda velocidad por las escaleras

- ¡Ya me siento muchísimo mejor, muchas gracias, me voy de compras! – Judd y yo nos despedimos algo...desconcertados- ¡Usen condón! – y se fue...

-¿qué?- dije casi sin aliento

- que usemos condón- repitió Judd – Lo cual es muy graciosos porque nunca usamos preservativo

- No idiota, hay algo demasiado raro aquí- me bajé de la isla y de forma automática apagué el fuego

- La herida falsa, el olor a mentol, la poca colaboración de Leah. Si definitivamente huele a mierda- exclamó mientras que al miso tiempo se bajaba de la isla y se servía un vaso de whisky

- No tenemos pruebas sólidas de que Leah quizás esté inventando todo esto, Judd. Creo que lo mejor es que sigamos su juego y en el camino descubrir por qué- me dirigí a la puerta – en fin, cualquier cosa me avisas, debo volver a casa- Judd no respondió, a lo que asumí que era que estaba pensando en alguna cosa , no sé ni me interesa. En mi camino a cruzar la puerta me choqué con un torso, femenino. El olor a marihuana, alcohol y perfume mezclado con sudor, impregno mis fosas nasales. Y recordé, recordé quién era. -Birch, tu ex – me alejé un poco, era bastante alta, casi como Judd, su apariencia en estos momentos no era la mejor, ha tenido mejores tiempos.

- ¿Ya te cansaste de eso?- su voz sonaba pastosa, ronca y opaca debido a los años dedicados al tabaquismo -¿Ya podemos volver, Judd?- y la obsesión enfermiza volvió

- Eva, sabes que nosotros solo somos amigos- aclaré algo agotada, esta mujer es una chupa energía, aparte de otras cosas

- Los amigos no cogen en los salones, no cogen en los pasillos vacíos, en los baños, en los Lockers – tragué saliva ante su amargo reclamo

- Eso fue mucho después de que ustedes terminaran, Eva, jamás me metería en una relación- traté de aclarar, pero sus ojos en ningún momento se encontraron con los míos, estaba mirando embelesada a Judd, no la culpo la verdad, pero... digamos que era peligroso.

- ___________No tienes que darle explicaciones a esta loca- tomó un último sorbo de whisky – Te llevo a tu casa,_______- y eso fue el detonante

- ¡¿Ahora la llevas a casa?! ¡Ja! Seguramente la llevas para fallártela como la puta que es – espera... está estúpida adicta me llamó ¿puta?

- Ese es el plan- su postura era imponente, sus ojos amenazantes y su gesto casi inexpresivo... tan...- y si puede que algunos amigos no cojan, tan seguido como ________ y yo- empezó a acorralar a Eva contra el marco de la puerta- y nuestro secreto es que ella es mía y yo soy de ella, siempre ha sido así y siempre lo será- ¡Judd no! es una desequilibrada mental y le vas a hablar de esa manera, eres un completo pendejo- y me la follaré tan duro las veces que se me dé la gana- Sacó a Eva de la casa y cerró con llave

- No pienso dejar que me lleves a la casa con nosécuántos whiskies encima- lo regañé para poder calmar un poco el aire, pero... fue imposible, sus ojos verdes seguían asesinando a Eva

- Sabes que puedo perfectamente conducir con un whisky encima y hacer mucho más que eso -Eva parecía disfrutar del contacto con Judd- largate- sus palabras perforaron el cuerpo de Eva y esta obedientemente siguió la orden de Judd. Este tomó mi muñeca y me subió a su camioneta.

- Si no es Leah, eres tú – exclamé algo mareada por los hechos de hace unos segundos- creí que le habías dejado tus intenciones a Eva bien claras- recordé esa época oscura por la cual pasamos Judd y yo

- Sabes que está loca, siempre he sido muy claro con las personas, con el único que no he sido claro es con...- se calló de golpe

- ¿Con quién? ¿Nick? ¿Tu padre? ¿contigo?- por un momento su ceño se suavizó, pero solo fue por una fracción de segundo - ¿Judd? ¿Hay algo que no me has contado de cuando intentamos ser pareja?

- ¡Ja! pasaron muchas cosas que me encantaría repetir -Y volvió el mismo Judd de siempre, el que ignora sus propios sentimientos

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