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Febrero 4 semanas - jueves.
Nuevamente estaba acompañando al de cabello bicolor hasta su hogar, el trayecto había sido corto y agradable, ya que Cross se había encargado de dar una gran variedad de temas de conversación que el azabache respondía con cortas oraciones, no era un misterio para nadie que el menor estaba haciendo preparativos emocionales para preguntar algo importante.
— ¿Al final lograste tener el permiso para el domingo?
Nightmare asintió, la semana pasada Error le había pedido por parte de Ink que salieran a algún lugar los cuatro, al principio se negó pero el novio del moreno sabía manipular, entusiasmando a Cross para que no tuviera escapatoria y así aceptar la invitación. Ahora tendrían una cita doble el siguiente domingo y no estaba tan emocionado como el menor.
Cuando llegaron a la casa, Cross tomó la mano adversa con tal de conducirlo directamente hasta la entrada, siendo la puerta abierta por una mujer de cabello negro, era bastante linda y eso hizo que sus ojos cyan fueran intercambiando miradas desde la señora y a Cross, no tardó en notar que se trataba de su madre.
Ella los invitó a pasar, fue amigable en todo el momento, por sus complexiones era consciente que el novio de su hijo llegaría a la casa pues tenía aperitivos listos para ambos. Se quedó unos minutos antes de retirarse al estudio de la casa, según ella tenía que trabajar en algo acerca de diseño.
— Hoy le tocaba animar en casa.
— ¿Animar?
— Sí, ella trabaja en animación, su sueño es crear una gran serie.
— Le debe ir bien.
— Va de camino. —Mencionó con orgullo.
Se formó un extraño silencio, Cross tragó saliva intentando descifrar qué estaba pensando el mayor acerca de la situación que lo había envuelto a propósito, era muy difícil esconder sorpresas, "ya que era demasiado fácil de leer". Y no estaba muy lejos en sus suposiciones, Nightmare se había sentado sin desviar sus pupilas contraídas en él y en la habitación por la que se fue la mayor.
— Esa es la cocina. —Concluyó.
Cross sintió su cuerpo más pesado, dejando caer sus brazos rendido, hasta ahí había quedado. Cabizbajo agitó la mano.
— Continúa.
Nightmare se cruzó de brazos y reposó el tobillo sobre su muslo.
— Me invitas a tu casa un día jueves, peor momento de la semana porque por tu taller tuvimos que llegar a las seis y media a tu hogar, es decir, no puedo quedarme más de dos horas porque si no se hace muy tarde para mí. —Suspiró, su mirada era desdeñosa, casi rozando a la altiva, Cross esbozó una mueca apenada— Por casualidad está tu mamá que casualmente se fue a la cocina, en cualquier momento habrá olor a comida porque me invitarán a comer, si como, o es irme apenas terminemos de comer o quedarme. ¿Me equivoco en algo?
— ...No. Es tal como dices.
Cross se pasó las manos por el cabello, soltando ruidos exasperados, había intentado planear un excelente plan pero con solo dos detalles ya había arruinado todo. Se sentó derrotado a su lado y Nightmare, en vez de mostrarse despectivo le dio una palmada en su cabeza justamente en sus cabellos albinos.
— Creí que iba a colar.
— No nací ayer, ya fue sospechoso que me invitaras un día jueves, algo tenías preparado.
— Lo siento, ahora que lo pienso, todo lo que hice es ridículo. Pensaba que si te invitaba a pasar la noche en mi casa ibas a rechazar. —Al decir eso, su mano que estaba sobre su cabeza tironeó un mechón— ouch.
— Quizás, mañana tengo que retirarme temprano porque trabajo, ¿recuerdas? —Cross asintió— Eres tonto, pero suertudo. Puedo pasar a casa antes para cambiarme.
No pudo evitar volver a sonreír, contento de tener a un novio como Nightmare. Inclinó un poco la cabeza para seguir sintiendo los mimos que le estaba dando el mayor, debían esperar que sirvieran la cena.
— Déjame preguntarte algo, ¿en tu plan incluía pijama?
— Sí, de hecho preparé el sofá para dormir, puedes quedarte con mi cama.
— Estoy bien con el sofá.
Cross se levantó y lo invitó hasta su habitación, sin antes decirle a su madre que iban a subir y podía cocinar con tranquilidad. El cuarto era lo suficientemente grande para tener un sofá cama y que no incomodara el paso, tenía una televisión mediana con consolas de distinta generación en el mueble que sostenía el televisor, un ropero y otro mueble con cajones. De alguna forma, era la habitación que esperaba del monocromático, simple.
— Bueno, la comida no estará lista hasta un rato, ¿quieres ver una película?
— Bien.
Se sentaron en el sofá y pasó el tiempo cual bala, la película había sido elegida por Cross y para su suerte era de uno de los libros que Nightmare leyó anteriormente. Pasado un rato ambos fueron llamados para comer, era un rico estofado del que Cross se tuvo que aguantar pedir otra ración para no parecer un glotón frente a su novio.
Terminaron de ver la película, faltaban pocos minutos para que sean las nueve. Ambos habían decidido por abrir el sofá para poder estirar las piernas, era primera vez que estaban tan acurrucados juntos y Cross realmente sentía que estaba en un sueño; el azabache tenía un aroma varonil y adictivo, su ropaje era perfecta para poder apoyarse y sentirse en una almohada, y si no era suficiente, más de una vez sentía su rostro sobre su cabellera.
— No he visto a tu padre, pero tienes mucho parecido a tu madre.
— ¿Sí?
— Solo les diferencia que tú tienes esta mota blanca de pelo, el tono negro es prácticamente igual.
— ¿¡La estuviste observando!?
— No te sorprendas.
Cross suspiró, cerrando los ojos por un momento, si deseaba podía dormirse junto a él en aquel sofá o en la cama. La tranquilidad era arrulladora, la película había sido pausada en medio de los créditos y al ser fondo blanco, iluminaba bastante la habitación; el único ruido que sentía era la suave respiración suya y adversa, también el suave latido que al principio pensó que era suyo, pero por la postura en la que estaban, sacó la conclusión que eran los bombeos del corazón de Nightmare.
Estaba sereno, era un pulso continuo pero lento denotando los pocos nervios que sentía al estar así de juntos. Ahora que lo pensaba, tampoco se sentía tan ansioso, se sentía seguro y protegido. Era el momento ideal.
— Dame un beso. —Susurró Cross.
Un latido algo fuerte vibró en su tímpano.
— ¿Qué?
— Vamos, tú dijiste que me los ibas a dar en este contexto, y... es nuestro primer mes juntos.
Night rodó los ojos y se separó un poco para tener una mejor posición, así depositó un beso corto y sin sonido sobre sus labios, Cross alzó el mentón para corresponder.
— Otro más.
Él accedió.
Uno y otro más, pequeños besos que no paraba de pedir el menor. En la quinta ocasión, Nightmare soltó un gruñido avergonzado. Cross sonreía embobado.
— Otro m
— No.
A veces agradecía a Dios por permitirle ver el color rojo, pues podía apreciar aquel color en los pómulos de su pareja. Era tan lindo...
Una risita se le escapó, Night le miró con reproche.
— Vale, vale. Solo jugaba contigo.
— ¿...Cómo dices?
— Es que el otro día había visto tu sonrojo, ya sabes que solo puedo ver el color rojo, así que quería verlo otra vez, cuesta mucho que te ruborices.
Él se le quedó mirando, parecía que estaba repasando lo que sucedía. Resopló y con cuidado se volvió a acostar abrazando al menor por la cintura, Cross se aguantó el chillido; el latido del corazón de su pareja estaba alborotado.
— Si es eso. —Dijo con un tono de voz imperturbable— Evitaré que me veas así.
— ¿Ehh? ¿Por qué?
— Porque sí.
Siempre lo veía inexpresivo, lo oía como si no hubiese emociones en su alma, pero con oír su corazón, supo que Nightmare realmente lo amaba.
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