39
Enero 4 semanas - jueves
Para su gran sorpresa, al siguiente día Nightmare fue quien lo invitó a salir después de la escuela; era imposible negarse a la propuesta incluso no le dijera a dónde lo llevaría. En ese día estuvo prácticamente como lo recordaba anteriormente, hablando lo suficiente y hasta molestando a Error en el almuerzo. Como tenía taller de esgrima después de clases, Nightmare lo esperó dentro del salón con los audífonos puestos y en los momentos cuando chocaban miradas el monocromático se sentía cada vez más ansioso de saber qué pasaría en tal esperada salida.
Cuando el taller de esgrima terminó, ya estaba totalmente oscuro, tuvo que caminar con cuidado al lado del pelinegro para saber a dónde iban, mas no tardó en reconocer el camino, iban a la orilla del lago, los faroles iluminaban lo suficiente para no parecer un minusválido con su nula capacidad de vista nocturna.
— ¿Por qué me traes al lago?
— Porque es muy tarde y no quiero pasar molestias si te caes y te haces daño, hoy no hay nieve donde amortiguar la caída.
— ¿Así me vas a tratar ahora?
— Eres libre de irte.
Cross negó efusivamente con la cabeza, Nightmare extendió ambas comisuras en una sonrisa amena y minúscula, sentándose en el banco de picnic que estaba a un lado del camino de tierra.
— Ven aquí, siéntate. —Volvió a hablar él.
Ante tal petición, el de cabello bicolor atendió de inmediato. Se sentó a su lado, quedando a solo unos centímetros separados, allí el mayor acercó su mano hasta los cabellos plateados suyos, fue un acto que al principio lo tensó pero se dejó hacer, no sabía qué pasaba por la cabeza adversa, seguramente solo estaba curioseando sus rasgos "especiales", como lo hacía antes de apartarse hace semanas atrás, si iba a retomar tal costumbre no le molestaría en lo más mínimo.
— Te tocas demasiado el cabello, déjalo tranquilo, tienes harto pelo pero se nota que es delicado.
— No creo quedar calvo.
Night alzó una ceja, al estar sin bufanda, podía ver perfectamente sus expresiones, la luz de una farola llegaba directo al adverso iluminando cada rasgo.
— Pero sí puedes dañarte el cabello, sé que te preocupas mucho por él.
Cross sonrió divertido, el mayor no dejaba de pasar sus dedos por su cabello, haciendo que se sintiera bien, bajó sus párpados hasta cerrar sus ojos por completo, con tal de aumentar la agradable sensación.
— Supongo que lo hago cuando estoy nervioso, de hecho, ahora quiero tocármelo.
— ¿Estás nervioso, Cross? —Tal tono lo hizo estremecer.
— Quizás un poquito.
— Qué infantil.
Breve silencio.
— ¿Por qué estás haciendo esto? Tocar mi cabello, me refiero.
— Quiero ver si realmente tu cabello blanco no tiene raíces o alguna hebra negra entremedio.
— ¿De verdad? Si no te preguntaba podría hasta pensar que me estás acariciando la cabeza.
— Ridículo, pero te daré el beneficio de la duda.
Rió por ese comentario, volviendo a abrir los ojos al momento de sentir movimiento frente a él, según recordaba, antes de cerrar sus orbes el pelinegro estaba apoyado con un brazo en la mesa, pero ahora estaba erguido frente a él con su mano bajando hasta su mejilla. En ese momento ambos se quedaron mirando fijamente, Cross se sentía hipnotizado por ambos ojos que brillaban a pesar de la noche, no podía ver el color de sus iris pero sabía que eran de un bello color al ser un gris que no había visto en otros ojos.
Poco a poco la distancia se iba reduciendo, hasta que no supo en qué momento los labios adversos, sin ningún titubeo, apresaron los propios. Por supuesto que no tardó en tener el rostro completamente rojo, su corazón dio golpes tan fuertes que podía escucharlo resonar en sus tímpanos, Nightmare le estaba besando, estaba sosteniendo su mejilla mientras sus ojos se cerraban, de a poco también cerró los suyos.
Fue una sensación increíble, fue tan respetuoso aquel gesto que no creía que era verdad, por desgracia los segundos pasaron y Nightmare se separó antes de poder asimilarlo por completo, siendo una agonía para Cross al dejar de sentir la calidez de sus labiales sobre los suyos, sintió frío de golpe. Para su desconcierto, Nightmare no tenía las mejillas con color, apenas podía analizarlo pues se estaba poniendo de pie, tomando su mochila.
— Tómalo como regalo de cumpleaños, felices 15. —Dijo con un tono de voz normal, no era necesario que fuese distinto para hacer sentir a Cross que estaba en un cuento de ficción— Te acompaño hasta la parada de autobús.
No pudo decir palabra, su garganta no colaboraba, estaba demasiado anonadado como para reaccionar, era verdad, hoy era su cumpleaños y de hecho sus padres iban a llegar pronto para celebrarlo, era mejor irse. Como estaba totalmente oscuro al alejarse del lago, tomó la manga de Nightmare para que le condujera hasta el paradero, allí él lo acompañó sin tocar el tema, ahora con la bufanda puesta.
Al llegar el bus, Cross alzó la mano tímidamente y subió, Nightmare al verle a través de la ventana también movió la mano. Solo cuando el vehículo partió, se derritió en su asiento.
Nightmare le besó.
Nightmare realmente le había besado.
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