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Enero 2 semanas - miércoles.

Teniendo en consideración las palabras del mayor, tenía que evitar ser tan insistente con el tema, por lo que optó por solo acompañarlo cuando sintiera que no molestaba y trataba de formar una ambiente acogedor y sin prisas. Una de las cosas buenas que ganaba con esto es que era mucho más fácil encontrarse con él en los recreos, siendo sus juntas más seguidas; de esa forma Cross lo acompañaba sin hablar respecto a sus problemas, siendo muy pocas veces correspondido en las charlas que formulaba, de hecho, Nightmare pasaba más tiempo leyendo que compartiendo con él, mas no se desanimaba por eso.

Actualmente ambos se encontraban en el patio interior de la escuela, en uno de los bancos más lejanos para evitar que se acercaran personas, los dos estaban en silencio y en sus propios mundos o al menos eso es lo que sentía el de cabello bicolor mientras jugaba en el celular. De pronto, quien habló con un tono hastiado fue Nightmare, cerrando de golpe su libro con ambas manos, sobresaltando al menor.

— No puedo entenderte. —Manifestó— Llevo dos semanas tratando de comprender lo que me has dicho, pero no tiene sentido.

— ¿Qué cosa? 

— ¿Qué razón fue decir que te gusto y que querías saber todo de mí, eh? Ya no has vuelto a tocar el tema.

Cross le miró de soslayo, pasmado por ser el adverso el que introdujera el asunto en cuestión, colocó pausa en su aplicación del móvil para dedicar toda su atención, intentando no sentirse intimidado por ser encarado por aquella mirada inquisidora.

— Tú me dijiste que no insistiera.

Nightmare ladeó la cabeza, entrecerrando sus ojos.

— ¿Así que tratarás de ablandarme con tus sentimientos hasta que lo diga yo solo?

— ¿Eh? Bueno...

Sin poder explicarse como quería, el de cabello totalmente azabache se palmeó el rostro, poniéndose de pie y cruzando sus brazos en claro gesto de molestia, Cross se mordió el labio desde adentro, incapaz de argumentar con razón.

— Estás haciendo el ridículo, Cross. —Afirmó como si fuese el veredicto final, fue un golpe que llegó a su pecho, desesperándose por no encontrar las palabras todavía.

— ¡No es mi intención hacer eso! —Intentó mirar fijamente a aquellas pequeñas pupilas pero su propia mirada temblaba— Te estoy acompañando porque como dije antes, no me gusta verte mal y pensaba que quizás mi compañía logre hacerte sentir mejor, tú mismo dijiste que no te insistiera por lo que tocar el tema una y otra vez no era lo indicado ahora.

— ¿Planeabas tocar el tema tarde o temprano?

— Sí, pero más importante —Se levantó también, colocándose frente al adverso quien le ganaba por pocos centímetros, suficientes para hacerlo sentir inferior—, quiero que te sientas bien, que aunque yo no pueda resolver lo que te pone así, mi compañía pueda ser suficiente para que no te sientas solo y sepas que puedes apoyarte en alguien.

Quería embelesar sus palabras lo menos posible pues a cada día que estaba con Nightmare más adoración sentía por él, sin embargo eso no era lo indicado, no debía usar sus sentimientos como un arma, a pesar de que no le estaba dejando alternativa, no tenía escapatoria. El de ojos cyan se mantuvo recto sin apartarse por varios segundos, alzando la mano hasta un tope donde la volvió a bajar más brusco, apartándose por completo para darle la espalda al bicolor, este se sintió rechazado otra vez, era difícil saber lo que pensaba el contrario, es más, ahora se preguntaba si era bienvenido en primer lugar.

Quizás Nightmare siquiera lo estimaba como un amigo y el único haciéndose ilusiones era él mismo.

— ¿O mi compañía solo hace que empeores...? —Preguntó vacilante, no pudo creer que esa posibilidad era mucho más posible que otras, tal opción lo estaba desanimando lentamente— Puedo dejar de estar a tu lado si es lo que quieres, lo haré sin chistar.

— No, —Sin darse vuelta, Nightmare denegó con firmeza— quédate, no me molestas si no insistes. 

Todo malestar desapareció rápido, inhalando de golpe intentando contener su emoción, cosa que era difícil. 

— ¡Gracias! De verdad quiero que te sientas mejor, es más... ¿Podemos el fin de semana salir a algún lado?

— No. 

Su negativa fue mucho más veloz que la primera, haciéndole volver a la realidad de golpe, carraspeó soltando una pequeña risa apenada. 

— Vale, perdón, me dejé llevar.

Vio la cabeza del azabache moviéndose en negativa, oyó un suspiro y después empezó a caminar, despidiéndose con una mano. Al quedar solo no pudo evitar dejarse caer al banco totalmente aliviado, llenándose de pensamientos felices: no era odiado, tenía la oportunidad de animarle, era lo único que deseaba en ese instante.

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