C A P Í T U L O 34

—¿Estás... Seguro? —le cuestiona.

—Jade ya... Nos contó lo principal, pero... Yo quiero saberlo exactamente.

—Creo que estás mejor así —insiste el albino, desviando la mirada al vacío—. De verdad.

Sé que no a de ser nada lindo, pero... E pasado los últimos tres años preguntándome cómo fué, qué pasó, por qué ella. Y sé que lo último no tiene respuesta, pero tú puedes darme las otras, Nico —insiste él también, y tomando a su compañero por los hombros, lo obliga a verle—. Te lo suplico.

Su mirada intensa, su agarre firme y su voz suplicante hacen que el bicolor entre en un dilema.

Por un lado no quiere hacerlo pasar por ese dolor, pero por otro, entiende su necesidad por querer saber de ella. Hasper también fué alguien importante para él, tiene todo el derecho a saber con exactitud lo que le pasó.

Además, Roy estaba...

—Está bien —cede—. Te mostraré lo que pasó.

(...)

El bosque. El fuego. El cielo oscuro.

Nuevamente está de regreso en ese escenario en llamas. Donde se desarrolló una de las noches que más lo a marcado.

Esta vez se encuentra corriendo. Huyendo. Los gruñidos gruturales de la bestia que los persigue se escuchan cada vez más cerca.

—A este... A este ritmo nos... Alcanzará pronto. Será mejor que... Sigas tú sola —su respiración a ese punto ya está entre cortada. Tuvieron que tomar una ruta diferente cuando su vía principal fué bloqueada, y a diferencia del sistema motor ideal para correr que posee la joven, el humo producto del fuego sumado a la exigencia física para mantenerse a salvo, ya le están pasando factura al chico.

—¡Por su puesto que no! —niega la pelirroja, disminuyendo su ritmo para igualar al chico. También está cansada, pero su resistencia es mayor aún— ¿Por qué no mejor intentas con la neblina?

—Aún no puedo... Llegar tan lejos. Además te... Dejaría atrás.

—¡Puedo sola!

—No... No lo sabes. Esa cosa es... Más grande que tu tigre.

Hasper está a punto de protestar, más una rama en llamas cayendo ante ellos la calle. Ella la salta sin problemas, pero su compañero no reacciona tan rápido y frena bruscamente provocando que la gravedad lo haga caer de bruces.

—¡Nico! —exclama asustada, y vuelve a saltar sobre el fuego con su agilidad felina para llegar junto al chico que se va reincorporando— ¿Estás herido? ¿Te golpeaste? —le interroga, conteniendo las ganas de tocarlo por si de verdad se a roto algo.

—Puedo aguantar —le asegura, reteniendo las ganas de quejarse por el golpe que sufrieron sus costillas y columna.

—No creo que-

Un rugido la frena, y un escalofrío desagradable los recorre a ambos al darse cuenta de que han sido alcanzados.

Gracias a su posición, Hasper es la primera en ver a su perseguidor, y un gruñido animal resuena en su pecho.

Cómo puede, Nico se gira a la vez que terminar de reincorporarse con ayuda de la chica. Y una vez de pie, aunque algo encorvado, contempla a la bestia que emerge de entre las llamas.

De cuerpo escamoso parecido a un reptil, con más dientes que boca, garras largas y puntiagudas que se curvan cómo ganchos, y una larga cola llena de espinas. El demonio ante ellos es peor a lo que imaginaron.

—Santa madre de Dios... —susurra Hasper, apretando al chico a su costado, y obteniendo una queja en respuesta—. Perdón, perdón —musita, nerviosa—. ¿Crees poder en ese estado?

—No necesito acercarme para clavarle una flecha —alega él—. La cuestión es... Que no creo que tú puedas enfrentarla. Parece una mezcla entre cocodrilo y alfiletero.

Y cómo si lo hubiese oído, la criatura suelta un rígido serpiertante a las vez que comienza a avanzar.

—¡No creo que tengamos opción! —señala lo obvio, y antes de que alguno pueda tan si quiera pensar, el reptil mutante se lanza sobre ellos— ¡A los lados!

Nico obedece y se echa a la izquierda, mientras que Hasper va a la derecha, consiguiendo que la criatura se lleve por el medio solo a la rama medio en llamas y medio chamuscada que los hizo frenar en primer momento.

Sin esperar a más, Nico hace uso del anillo que le dieron, haciendo aparecer un arco plateado con una piedra cristalina en el centro, que al tocarla hace aparecer una flecha luminosa que rápidamente libera sin medir y esta se entierra en el lomo del cocodrilo liberando una carga eléctrica que lo hace chillar de dolor. Pero eso sólo provoca que lo tome como su objetivo.

Logra apartarse justo a tiempo para que su atacante se estrelle solo contra un árbol seco, partiendo el tronco a la mitad, pero eso no le aquieta lo suficiente, así que libera otra flecha que se entierra en una de sus patas traceras y lo hace chillar nuevamente por otra corriente.

—¡Quedate quieta horrible cosa! —le ordena, recibiendo otro chillido estridente en respuesta.

—¡Yo me encargo de eso! —declara Hasper, lista para saltar sobre el reptil.

—¡No te le acerques! ¡Aún no! —pero Nico la detiene, y haciendo uso de su niebla, se escapa nuevamente para evitar otra embestida, apareciendo junto a su compañera.

—¡No puedo quedarme aquí quieta! —protesta la ojimiel.

—¡Aguarda!

Dos flechas más, esta vez dirigidas específicamente a sus patas. Otro chillido, más furia. Pero esta vez cuando se echa a correr, esa pata protesta dándoles tiempo a apartarse y otro árbol sufre el daño.

—¡Corre! —le indica el albino, y sin esperar ambos vuelven a la carrera— ¡Hay demasiados árboles! ¡Necesito espacio! —le hace saber en medio de la carrera, oyendo de fondo cómo más árboles caen ante la furia de la herida criatura.

—¡Sé a dónde ir!

Tomando su brazo, Hasper los desvía de la ruta nuevamente, y haciendo uso de su fuerza, prácticamente lo carga sobre su costado para ir más rápido y poner la suficiente distancia entre ellos y la criatura.

Finalmente, divisan un claro que se ve lo suficiente grande como para usarlo, pero un rugido a nada de distancia les hace saber que no han dejado a su perseguidor tan atrás como querían.

—¡Rápido! —insta Nico, y ante la desesperación, Hasper ignora la desigualdad del piso y termina perdiendo el equilibrio, cayendo ambos contra el suelo.

Hasper se reincorpora a duras penas, sintiendo un dolor en las piernas y en la cabeza. Mientras que Nico yace a su costado aturdido por la abrupta frenada.

Ella logra ponerse de pie primero, y la vista de la criatura a pocos metros hacen que el terror se mezcle con la adrenalina.

—¡Arriba Nico! —su compañero obedece, más sus piernas ceden al comienzo haciendo que quede de rodillas usando el arco como apoyo— ¡Ya! —insta, tirándose a ayudarlo.

Pero es tarde, la bestia reptiliana se abalanza sobre ellos y por instinto Hasper se tira hacia un lado evitando por centímetros el impacto, llevándose a Nico con ella y cayendo en el proceso sobre él.

—¡Mierda! —se queja el albino, sintiendo una punzada en el hombro que se a golpeado— ¿¡Por qué demonios no me sano rápido cuando más es necesario!? —reclama a la nada, sintiendo como la sangre emerge de la herida que se a hecho en el brazo izquierdo.

—¡Perdón! ¡Perdón! —se disculpa enseguida su compañera, pero antes de que obtenga una respuesta, la criatura regresa— ¡Perdóname! —respite, ya no por el golpe, sino por desobedecer.

Antes de que pueda reaccionar, un tigre de un pelaje rojizo intenso se encuentra ahora sobre el cocodrilo, el cual se sacude para quitárselo, pero este se sujeta de garras y colmillos.

—¡Hasper! —reacciona Nico alterado ante su acción, y gracias al golpe de adrenalina que da ver a su amiga en peligro, se reincorpora sin importarle el dolor y prepara el arco— ¡Dame un tiro!

La tigresa obedece y comienza a tirar del reptil para que se aleje de los árboles lo suficiente para un tiro limpio. Y una vez fuera, pretende soltar su lomo ahora ensangrentado, más el pánico la ataca al ver que sus garras se han atorado entre las escamas.

—¡Hasper! —le apura el chico, más ella sólo pueda responder con rugidos inentendibles y asustados buscando con desespero el liberarse— ¡Rápido! —ahora es él quien empieza a entrar en pánico al verla luchar por soltar a la criatura que se sacude desenfrenada para sacarse a la animal.

En medio de su frenesí, el cocodrilo comienza a golpearse contra los árboles. Los rugidos lastimeros de Hasper no tardan en hacerse oír, y la desesperación se adueña del chico provocando que se le complique respirar y sienta el corazón en la garganta.

—¡Hasper! ¡No... No puedo ayudarte! ¡No aún! ¡Resiste por favor! —le ruega, sintiendo como su alma tiembla a oírla junto al resto de su cuerpo mientras busca con desespero una abertura. a estas alturas la punzada en su hombro por la cortada no podría importar menos— ¡Por favor resiste!

Al oír su voz, el reptil gira hacia él, e iracundo se lanza contra el chico con la boca llena de dientes abierta de par en par. Dándole sin saber un punto para disparar.

Sin pensarlo, la flecha es liberada en ese momento, dividiéndose en medio camino hasta que una lluvia de estas entrar por la masiva boca del monstruo, atravesando su interior y liberando una carga mayor que lo hace estremecer hasta sacar sangrando por cada poro.

De inmediato, Nico corre hacia ella, viendo como el tigre ahora rojo por la sangre se deforma hasta adquirir la forma humana de su amiga quien cae de costado sin fuerzas.

Con el corazón latiendole en los oídos, cae de arrodilla a su lado jalando de su cuerpo para alejarla del demonio, el cual poco a poco va deshaciéndose en cenizas hasta que ya no queda nada de el. Incluso su sangre negra y espesa se a esfumado, quedando solamente la rojiza de la joven.

—Vamos, dime algo —pide, colocando con cuidado a la chica sobre el suelo, acomodando su cabeza en sus piernas—. Vamos Hasper, reacciona.

—Nico... —logra susurra, y el chico siente que el alma le regresa al cuerpo. Más no se relaja por completo, su estado sigue siendo preocupante— ¿La mataste..?

—Si, si, logramos deshacernos de él gracias a ti, bien hecho Has' —le felicita, acomodando su cabello lejos de su rostro—. Ahora deje que te sane, ¿Si?

No espera más y procede a atenderla.

Tiene golpes por todas partes. Muchos cortes sangrantes. Y sin contar cualquier herida interna que desconozca. Pero decide concentrarse en lo que puede y haciendo uso de su energía se centra en sanar cuánta herida vea.

—Nico...

—Aguanta. Acabaré rápido, lo prometo.

—Nico...

—Ya va. Solo un poco más.

Los segundos pasan a un ritmo tortuoso y pareciera que por cada herida que sana, aparece otra peor que le exige más atención y energía que también es necesaria para él.

-—Nico... Mírame.

—Espera... Sólo espera un momento.

Un mareo lo hace tambalearse, pero se resiste y regresa a cederle más energía para cerrar una gran herida en su abdomen. Es la que más sangra y parece ser profunda, seguramente causando un daño interno que es lo que le exige tanto.

—¡Ya basta, Nicolas! —le grita entonces la muchacha, y una tos sangrienta la hace ahogarse, a lo que de inmediato el chico la ayuda a ponerse derecha mientras deja una mano sobre su herida para seguir dándole energía.

—Te heriste los pulmones también. Déjame... Déjame revisar. Puedo sanarlos también mientras atiendo esto. Yo-

—¡Ya por favor! ¡No puedes darme más energía! —le grita casi en desespero, y usando sus manos lo obliga a verle a la cara— Para, por favor, para. Si sigues así, morirás.

—Pero... ¡Morirás tú entonces! ¡No puedo dejar que eso pase!

—¡Y si morimos los dos lo que hice no habrá valido nada! ¡Todo será en vano!

—¡Pero tú-

Una tos áspera corta sus palabras provocando que se encorve, y ahora es él quien bota sangre.

—¡Ves! ¡No puedes sanarme si empiezas a agonizar! —señala ella enseguida, pasando los dedos por los bordes de su rostro que se a comenzado a bañar en sudor frío— ¡Debes detenerte! ¡Debes dejarme e ir por ella!

—¡No! ¡No te dejaré! ¡Yo sólo... Yo solo necesito..! —no haya cómo completar sus palabras, y el desesperado junto al cansancio lo hacen ceder haciendo que nuevamente tambalee con la chica en brazos— No puedo dejarte, no... Te lo prometí. Debes... Venir conmigo —apoya su cabeza contra el hombre de la chica, y siente como esta le retira las manos de la herida aún sangrante—. Hasper...

—Está bien, Nico. Lo hiciste bien —lo envuelve en sus brazos, y con algo de esfuerzo le soba le espalda mientras enreda una mano entre sus cabellos—. Sé que ibas... A cumplir tú promesa. No... No es tu culpa, ¿Me oyes? No lo es.

Otra tos la ataca y más sangre aparece manchando los mechones claros del chico. La perdida de sangre ya está empezando a afectar sus sentidos y cada vez siente que sus latidos se atrasan.

Morirá. Lo hará pronto.

Y está bien con ello.

Es verdad que Nico podría sanarla, pero eso le robaría más energía de la que posee. Sólo logró cerrar algunas heridas superficiales y ya estaba comenzando a cansarse. Si se ponía a sanar las internas, que requieren de más atención debido a que es un proceso más largo, lo dejaría casi vacío. Él aún no es lo suficientemente fuerte para resistir esa clase de trabajo. Aún es demasiado joven, su energía es limitada, en especial después de lo que le costó llegar hasta donde están. No podría aguantar.

Ninguno puede.

Pero entre lo dos... Es Nico quien tiene más porque vivir.

Su familia lo espera en Origen.

La de ella... Lo hace en el más halla.

Conocerlo a él y a sus primos le dió esperanzas de un futuro. Pero la realidad es que el único futuro que desea es aquel donde ellos son felices.

Ella no tiene porqué luchar más que por ellos. Y aunque nada de lo que pasó estaba en sus planes. Está dispuesta a aceptar su destino.

—Puedo... Puedo un poco más, de... Verdad —le asegura igual, negándose a dejarla, acomodándose para verle a la cara, más la imagen sangrienta y a duras penas conciente de la chica le parte el alma—. Deja... Déjame hacerlo.

—No —detiene sus manos, enredando sus dedos en un agarre que intenta ser fuerte—. Debes tener fuerzas para ir por la pequeña, a ella los dos le hicimos una promesa.

—Pero no... No puedes... No puedes pedirme esto, Hasper. No puedes pedirme que te deje morir así —libera una de sus manos, para acunar un lado de su rostro. Su mirada y voz son suplicantes—. Por favor, te lo ruego, déjame salvarte. No puedo regresar sin ti, debes venir conmigo. Te hice una promesa a tí también, debo cumplir con ambas.

Hasper niega con suavidad, y Nico puede jurar que escuchó con claridad como su corazón se comenzaba a quebrar.

—Estaré bien —le asegura, transmitiendo toda la calma que ninguno posee—. Tú mismo me dijiste que la muerte no era mala. Así que no tengo miedo, al contrario, quizás esta sea mi oportunidad para ver a mis padres y pedirles perdón por haber escapado aquel día.

Intenta sonreírle, pero este gesto no llega a sus ojos. Decir que no está aterrada por lo que va a pasar sería una completa mentira. Pero el miedo no supera a su determinación.

No importa si muere.

No importa si esta es su última noche.

Lo único importante es que el sueño de todos se haga realidad. Y si tiene que dar su vida por ello, entonces, lo hará.

—Pero no... Todavía no. Aún falta mucho. Aún tienes tiempo —insiste todavía, pegando su cuerpo más a él, logrando sentir el lento latido de su corazón, incluso por un momento temió que ya se hubiese detenido.

—Me hubiese gustado... Ver a los chicos... Una vez más... En otras condiciones... —pero sus palabras casi susurradas le hacen saber que todavía está allí.

Pero no por mucho.

—Aún puedes... Roy aún tiene que darse cuenta de que le gusta a Vega... Y Azriel debe llevar a Azul al circo para ver a los acróbatas, ¿Recuerdas? S-Se... Se supone que estaríamos con ellos —su vista comienza a nublarse y se ve obligado a parpadear varias veces para enfocar bien, aunque el ardor en sus ojos se mantiene— ¡Y debes conocer a Cameron también! ¡E-Estoy... Estoy seguro que ustedes serán buenas amigas! Y yo... Y-Yo...

No es capaz de resistir más y su voz se quiebra mientras que las lágrimas emergen, mezcladas con sangre, bañando su rostro y el de la joven que se ha apoyado en su pecho para disimular el hecho de que ya no tiene fuerzas.

—Está... Está bien. Puedes... Puedes llorar... —susurra, ya casi sin voz, acariciando a duras penas su cuello con el pulgar. Las lágrimas también recorren su rostro, es inevitable, pero debe mostrar entereza para no hacerlo sufrir aún más— ¿S-Sabes que te quiero... Verdad? A tí, a Roy, a Vega, a los pequeños... A todos. Ustedes... Ustedes s-son mi... F-Familia.

Nico asiente sin dudar, ahogando sus sollozos en el hombro de la chica, mientras los mese a ambos y susurra incontables «lo siento» que se confunden en su llanto.

—E-Espero que... T-Todos se-an... Fe-Felices —su voz ahora es un hilo entre cortado, que si no fuera por la cercanía jamás sería oído—. Sean felices por mí... ¿Si?

—Si, si, lo juro —le asegura, dejando un beso húmedo en su mejilla cada vez más fría—. Te quiero, Hasper, ¿Me oyes? Eres mi familia y te querré más allá de la muerte, eso también te lo juro.

Una sonrisa casi inexistente se forma en los labios de la chica, y tras oír aquello que tanto anheló, deja salir su último aliento al lado de una de las personas que le mostró lo valioso que es tener a quienes llamar «Famila».

Su respiración se detiene, su mirada se apaga, y su corazón da su último latido sintiendo la mayor dicha en su vida. Porque, aunque para ella esto sea un final, sabe que su familia aún tiene mucho que vivir. Al igual que sabe que ella vivirá todo junto a ellos, a través de sus corazones, aquellos que latieron a su lado, y por quienes da su último latido.

Sólo para ellos.

Al final lo entendí, mamá. Espero verlos del otro lado. Tengo tanto que contarles...

—¿H-Hasper..? —le llama, más la mirada de la chica se a perdido y su corazón de colibrí se a pagado— ¡Hasper! —clama con la voz rota, y se aferra a su cuerpo volviendo a balancearse, sintiendo como su corazón termina de quebrarse, sangrando sobre su alma que llora— No, no, no... ¿Por qué no me dejaste? ¿¡Por qué no me dejaste salvarte!? ¡¡Que más da si yo muero!!

Su grito hace eco entre los árboles secos, dando paso a un llanto amargo que se consume entre las llamas.

—Porque si lo hicieras, ella estaría sufriendo justo como tú lo haces ahora —responde una voz fría, pero profunda. Vacía y a la vez tan llena. Y la sensación de hormigueo en su muñeca derecha le hace saber de quién se trata—. Tu amiga aceptó su final, para que tú pudieras continuar. Así que tu deber es honrar su muerte y cumplir con la promesa que le has hecho.

—Por favor... Por favor llévala con ellos —suplica, enterrando el rostro en el pecho ahora en silencio de su amiga—. Déjala que los vea una vez más...

No obtiene respuesta, más un toque frío en su cabeza, como una caricia imperceptible, le da esperanzas de que le conceda este favor.

—Vuelve su cuerpo cenizas. No dejas que se pudra en la tierra —le ordena, y él asiente.

Si más, la Muerte se marcha llevando consigo el alma de la joven. Dejando sólo un cascarón que poco a poco se reduce a polvo ante el toque del chico, hasta deshacerse por completo entre sus brazos.

—Lo juro, Hasper.... Esta vez cumpliré mi promesa —aprieta las cenizas en sus manos, antes de dejarlas caer junto al resto—. Esto no será en vano.

(...)

Roy lo suelta de golpe, sosteniendo su cabeza mientras intenta controlar su respirar y contener el dolor.

Uno que hace tanto no sentía. Ni si quiera cuando supo lo de su muerte.

En esa ocasión se sintió vacío, furioso, e impotente.

Pero ahora, siente dolor, dolor puro. Un dolor punzante y agonizante. Un dolor que arde y destroza como un cuchillo que se toma su tiempo hasta llegar a tu corazón. Clavándose en el centro si piedad o compasión. Retorciéndose para aumentar la agonía.

El mismo dolor que sintió Nico.

—¿Roy? —le llama éste, visiblemente preocupado y consternado por su estado— Roy respira con calma, por favor.

Su amigo asiente sin decir palabra alguna, y como puede respirar hondo buscando no hiperventilar. Más eso no ayuda mucho a menguar el dolor en su cuerpo, y sus ojos arden suplicándole para que deje salir las lágrimas que se esfuerza por contener.

—Está bien, está bien, llora —le dice el albino, tomando con cautela sus brazos para que así retire las manos de su cabeza—. Hazlo, sólo hazlo. Retenerlo sólo hará que duela más.

Roy abre la boca, deseando reclamarle por usar las palabras de Hasper. Pero la verdad es que es exactamente lo que necesita ahora.

Llorar y llorar hasta quedarse seco.

Después de todo. No hay nada como el agua para sentirse mejor. Ya sea dulce o salada. Es vital.

Y con eso, sin importarle nada, rompe en llanto como llevaba tiempo sin hacerlo. Se rompe sin importar que su amigo lo vea, sin importarle que parezca un niño chiquito por ello.

Porque sólo los niños lloran, ¿Cierto?, Los niños y las mujeres.

«El que te dijo eso era un ser sin sentimientos. Llorar, estar tristes, y sufrir abiertamente es un derecho que todos tenemos. Nadie tiene que reprimirse por aparentar nada. Llorar no te hace menos hombre, solo demuestre que tienes un corazón que ama y sufre. Y te aseguro que, una vez dejes de llorar y dejes salir todo el dolor, verás que tendrás de nuevo todas las fuerzas para levantarte y seguir adelante. Porque las personas no caen, sólo buscan impulso».

Y recordando aquello, su llanto se intensifica, por lo que cubre su rostro ahogando sus sollozos.

Incluso Nico, que se sentía seco después de derramar un mar entero ante sus recuerdos, siente sus mejillas húmedas ante la visión destrozada de su amigo. Hasta el mismo Ónix ha salido para consolar a su amo con un pequeño abrazo de oso.

Y así estuvieron. Roy llorando hasta secarse, Ónix tratando de darle apoyo, y Nico hecho bolita intentando mantenerse estable sin mucho exito, ya que revivir aquello fué como echarle sal a una herida abierta y sangrante.

Y duele como pocos se imaginan.

Así que, por esa noche, el mar les tendría envidia.





•~•~•~•

Mayormente no hago esto porque siento que entorpece la lectura. Pero es que llevo mucho MUCHO planeado este capítulo, ¿Y saben qué?, ¡NO PASÓ NADA DE LO QUE PLANEE!

Veran, este cap lo escribí entre el 7 y 8 de Agosto. Literalmente.

Yo había comenzado a escribir el día 7 en la tarde, aunque en realidad estaba terminando el capítulo anterior, el cual ya llevaba rato en mi cabeza ya que prácticamente comienzan los preparativos para el desenlace de este, así que tenía que ponerle empeño. Es por eso que trás terminar el 33, decidí tomar el resto del día para pensar bien en lo que pondría ahora (ya que pensaba que fuese más largo, pero al final lo preferí así ya que creo que fué un final concreto de los sucesos anteriores y ahora vienen las repercusiones).

Ya en la noche, estaba leyendo una historia que tenía medio abandonada porque había momentos donde el trama me aburría, pero ya después se empezó a poner bueno ya que la prota estaba pasando por un conflicto interno.

Y seguro se preguntarán: ¿Y que tiene que ver la gimnasia con la magnesia?

Pues que, ¡LA RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO FUÉ UN COMPLETO FIASCO! (Al menos para mí). Literal pasó tres caps enteros sufriendo por ello, pero llega el novio (que sólo era uno de los muchos involucrados) y con el poder del amor y la amistad terminó la prota disculpándose con él y llorando, ¿¡CUÁL FUÉ LA GRACIA ALLÍ!?, Literal sucumbió ante el tipo y ya >:V

Y ahora dirán: Ajá, pero repito, ¿Qué tiene que ver?

Pues que yo quería mi drama y quedé brava, así que decidí ponerme a escribir a eso de las 11:40ypico creyendo que sería mejor. Y aunque si ayudó, no diré que fué de la mejor manera.

Primero y principal, no escribí nada de lo que planee, literal puse lo que me salió en el momento. Y segundo, pero no menos importante, terminé llorando cómo una jodida Magdalena gran parte del cap :,V literal tuve que tomarme varios momentos para aclarar mi vista (que de por sí ya está jodida) para poder seguir y no perder el hilo.

¡ENSERIO!, ¡ME DOLIÓ COMO NO TIENEN IDEA!

Me metí tanto el en papel que por un momento consideré la opción de que Hasper se salvará porque en realidad le tengo mucho cariño. Ella no es sólo un personaje que murió y ya. Ella es una pieza fundamental a pesar de que su historia se desarrolló trás bambalinas, pero le puse corazón. Pero tristemente su destino ya estaba sellado y de una u otra forma debía pasar.

Debo admitir que tenía pensado que la pelea fuese más corta y la mayoría del recuerdo estaría enfocado en su muerte que sería más lenta y dolorosa emocionalmente. Pero cómo tengo mi corazoncito decidí hacerlo más emotivo, y aunque igual dolió, quise dejar que se despidieran cómo era debido.

La aparición de la Muerte si fué algo muy sacado de la nada, pero, por si aún no les queda claro, Nico está muy ligado a ella por la historia de su familia (de la cual si quieren saber más les recomie.ndo consultá mi otro obra "Medía Noche" y busquen los escritos "Los hijos de la Muerte" y "La Marca de Muerte") y consideré que sería un buen detalle para ver si de verdad han puesto atención ;)

Aunque también tiene influencia en el final, así que atentos. Veamos quién capta el mensaje oculto en lo que dijo. O, ¿En lo que no dijo?

*guiño guiño*

Al final terminé el capítulo a la 1:40ypico de la madrugada del 8 y me fuí a dormir con los ojos rojos para luego amanecer hinchada.

Besos :3

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