C A P Í T U L O 14

—No me lo creo... —musita, y enseguida ella le dedica una suave sonrisa ladina.

Cameron toma la iniciativa en ese momento acabando con la distancia para rodear sus hombr en un suave abrazo, centrando sus ojos en los de él.

—Pues creelo —responde, en un tono bajo sin borrar su sonrisa.

La chica cierra el abrazo, juntando por completo sus cuerpos, escondiendo el rostro en el pequeño espacio entre su brazo y el cuello del chico, ocultándose de la mirada de los demás —quienes presencian la escena con sumo interés— y logrando así percibir un curioso aroma en su amigo, bastante ligero, pero presente.

Un escalofrío recorre inevitablemente al albino al sentir la respiración caliente de la chica, y algo dudoso, rodea con lentitud su cintura correspondiendo al abrazo de forma cautelosa.

—Te extrañe mucho Nico, en verdad —susurra la jóven, agradeciendo la cercanía de ambos, y algo curioso le ocurre al susodicho al oírle decir su nombre: Es como si oyera su voz, pero combinada con el tono infantil de la Cami de sus recuerdos. Y aunque es algo extraño, una sensación agradable le recorre, como diciéndole que todo está bien, que es sólo un recordatorio de quién es y lo que significa para él.

Eso provoca que se relaja y agarre confianza, afianzando sus brazos alrededor de la castaña y decidiendo también apoyar el rostro en el hombro de la joven agradeciendo su igualdad de alturas.

—Y yo a ti, Cami —susurra de igual forma—. Juro por lo más sagrado que si yo... Que si tan sólo hubiera tenido una mínima idea de quién eras tú... —no está muy seguro de lo que está por decir, pero igual decide no detenerse— Te habría abrazado sin importar nada —confiesa, y aunque suene descabellado y algo inseguro, lo expresa con total sinceridad.

Y es que si en verdad la hubiese recordado aunque sea un poco, aquel sentimiento de necesidad por reconectar con su pasado lo hubiese impulsado a acercarse más a ella y tratar de averiguar quién era en su vida.

Aunque... En realidad... Si la tenía. Después de todo, lo vivido en aquel día ya había sido predicho por sus sueños. Más la impresión del momento lo había hecho olvidarse de todo.

Su memoria siempre fallando.

Afortunadamente, antes de que el muchacho pueda empezar a reclamarle a su mente por hacerle olvidar cosas tan importantes como sus premoniciones. Cameron se aleja, no lo suficiente para romper el abrazo, pero si para encararlo.

—Yo... Yo también quise abrazarte —admite entonces, con total honestidad—. Te extrañé tanto todos estos años, de verdad lo hice, y cuando Demon y Darcy regresaron, pero tú no... Yo... Ni te imaginas cuánto... —sus palabras se traban, y el remolino de emociones y pensamientos hacen que su mirada se pierda, lo cual preocupada al albino, más antes de que pueda hacer algo, ella lo encara nuevamente ahora con una sonrisa segura en los labios y una resolución en su mirada que le corta el habla— Pero el tiempo ya no importa. Lo importante es que estás de regreso con nosotros, con tú familia... Conmigo —añade lo último en un tono algo tímido, pero aún así seguro.

Una calidez acogedora se añade al mar de emociones en su ser al escucharle, causando finalmente que este se desborde en su interior, provocando que exhale con lentitud, disfrutando las sensaciones que lo llenan, cerrando un momento los ojos y ladeando una sonrisa.

—Prometo que recuperaremos el tiempo perdido —musita, viéndola de nuevo a los ojos con una mirada suave y cariñosa. Recordando que aquella misma calidez sentía de niño cada vez que ella lo abrazaba por cualquier motivo. Por lo que ve la poción de su padre no sólo le permite ver sus recuerdos perdidos, sino que también los hace revivirlos de forma tan intensa, que nadie se creería que son de hace tanto tiempo. Más para él, justo ahora, el tiempo ya no significaba nada—. Haré que la espera valga la pena.

Sin pensarlo, eleve su mano hasta el rostro de la muchacha, y aunque en un primer momento tuvo la intención de acariciar su mejilla, prefirió a último segundo mejor acomodar los mechones sueltos colocándolos trás sus oídos con delicadeza.

Algo que notó desde que la vió es que su cabellera cae en un orden descontrolado, más al moverlo le resulta fácil de manejar y no puede evitar admirar la combinación de colores pardos, chocolates y mieles de este, los cuales son un perfecto marco para su rostro ovalado y haciendo un bello contraste con su piel y ojos. Y hablado de estos últimos, han adquirido un curioso toque planta provocando que no pueda apartarse de ellos.

Nuevamente la nostalgia vuelve. Cameron era su más fiel compañera. Y aunque él era muy pequeño y asustadizo en ese entonces, ella nunca dudó en jugar con él, siempre cuidandolo en todo momento.

Fueron cómplices en travesuras, aliados en los juegos, compañeros en sus pequeñas exploraciones.

Se tenían un gran apreció el uno por el otro y no imaginaban un futuro sin la compañía de sus amigos.

Porque tenerse el uno al otro y estar juntos era lo único importante en esos tiempos.

«Porque pasé lo pasé somos familia. Aunque el cielo arda y el infierno se congele»

Ése era su lema. Su juramento.

—Disculpen cachorros... —habla alguien trás el bicolor y su voz hace que ambos salgan de su burbuja. Y es ahora que por fin notan que han estado abrazos ya por varios segundos bajo la atenta mirada de todos los presentes— ¿Se les olvida que hay más gente aquí? —agrega Darcy, con un tono divertido y juguetón.

De inmediato ambos jóvenes se separan y enseguidan sienten como el calor sube por sus cuellos hasta sus rostros provocando que agachen la mirada avergonzados y rojos.

—Lo sentimos —dicen la castaña y el albino al mismo tiempo, causando que olviden la vergüenza por un momento y se miren nuevamente dándose cuenta de lo mismo.

Y para completar el deja vú, se echan a reír. Lo que causa una reacción en cadena con los demás que estuvieron presentes la primera vez y que notaron la similitud. Eso provocó una agradable nostalgia en todos.

Nico y Cami paran de reír después de unos segundos y el ambiente vuelve a ser ligero. La ojinegro le sonríe con cariño y complicidad y él le devuelve el gesto de igual manera. Aunque el ligero rubor que cubre también las mejillas de la chica causa que su gesto pase de uno divertido, a uno enternecido.

Se ve bonita sonrojada. No puede evitar pensar. Y es que en realidad su amiga se a vuelto una joven en verdad muy bella con una figura envidiable para una chica de diescisite. Después de todo tiene genes de lobo, los cuales parecen resaltar en ella dándole un aura salvaje, incluso sin haber pasado por su transformación.

Debe admitir que eso le gusta.

—Bueno —vuelve a hablar la ojimiel haciendo que todos se centren de vuelta en ella—. Todos pónganse cómodos, tenemos mucho de que hablar.


(...)


—¿Cómo me encontraron? —es lo primero que Nico pregunta, una vez que todos han tomado asiento en la estancia exterior.

—Tu cadena —le responde Catalina, señalando su cuello—. Lyan la rastreo en cuanto todo se calmó y-

—¡Espera! —la interrumpe de golpe— ¿Que Lyan qué? —cuestiona, sorprendido por la mención del chico.

¿Él también es de aquí?

—Ly creo tu cadena —responde esta vez su madre, quien está sentada a su lado—. Tu joya es una creación suya y esta vinculada a él.

—¿Cómo es eso posible? —la mira curioso, y una docena de dudas surcan su mente.

—Te recomiendo que se lo preguntes a él mismo —le aconseja ella—. Así aclaras mejor tus dudas.

—De acuerdo... —accede, ya que la verdad tiene muchas preguntas a parte para su "amigo"... Y para Charis también de paso.

—Continuando... —retoma la palabra la bruja mayor— Darcy intentó acercarse a ti en una ocasión y se topó con aquel chico... Félix, si no me equivoco, y tras hablar con él se enteró de tú falta de memoria. De inmediato deduje que había sido obra de Carola.


Él asiente despacio, eso tiene sentido.

—Esa traidora nunca dejará de dañar a nuestra familia —escupe Cameron con el rencor bañando su voz, y se hunde de brazos cruzados en el sillón individual donde está sentada.

Un silencio incómodo surge trás las palabras de la semi-bruja, las cuales provocan que una mezcla de emociones nada agrables salgan a flote.

Odio. Pena. Dolor. Decepción...

Todos los presentes se han topado con la bruja y ninguno guarda un buen recuerdo de ella.

A unos les afectó más que a otros.

—Sinceramente fué entre sorprendente y decepcionante esa noticia —rompe el silencio Darcy, lo cual todos le agradecen internamente—, pero fue tranquilizante saber que estabas con buenas personas.

Nico sonrie de lado ante ese comentario, pero un extraño dolor que le atraviesa el pecho al pensar en ellos provoca que no pueda evitar hacer una mueca.

Tal vez sea porque los dejó recién o porque sabe que nadie allá lo echa de menos ya que ahora ni saben que existe...

No... Es algo más...

Intenta buscar en su mente alguna razón para ese repentino dolor, más las imágenes de una escena sangrienta que surgen solo lo inquietan y perturban de sobremanera.

—¿Nico? —lo llaman, y de inmediato mira hacia su prima.

—Perdón, me perdí en mi cabeza por un momento —se disculpa enseguida, y hace el esfuerzo por sonar natural y dejar aquella amarga sensación de lado.

La mayor entre cierra los ojos y lo observa eceptica, lo cual hace que se ponga ligeramente nervioso. Ella siempre ha tenido el don de leerlo.

—Oye Darcy... ¿Tú le mencionaste a Félix lo de mi apodo? —le pregunta rápidamente para así cambiar de tema y evitar las preguntas de la pelinegra.

Porque la verdad no sabría qué responder.

—Si... —responde ella, notando de inmediato su intención de evitar su interrogatorio, pero igual cede, por el ahora...— Él me comentó de tú actitud inquieta y curiosa y yo le dije que me recordabas a un cachorro. Nunca pensé que te llamaría así, aunque-

—Nunca dije que él me llamara así —la interrumpe, y la pelinegra cierra la boca de golpe— ¿Acaso me estuvieron vigilando? —inquiere mirando de forma acusante a sus primos.

Darcy gira hacia Demon y ambos se miran con complicidad.

Vuelven al frente al unisono para mirar a su primo con un expresión idéntica de "¿Qué crees tú que hicimos?".

—¿Por qué no me sorprende? —musita, entre resignado e irónico, pero con una pequeña sonrisa en los labios.

Siempre estuvieron pendientes de él.

—¿No creías que te dejaríamos sólo, verdad? —defiende la pelinegra enseguida.

—¿Y por qué nunca se acercaron? —pregunta en respuesta el albino.

—No podíamos correr el riegos de que algo malo pasará si nos acercamos demasiado —responde el ojiazul en su lugar, usando un tono ameno—, no sabíamos si ella también te estaba vigilando, por lo que tuvimos que conformarnos con cuidarte de lejos hasta que descubrieramos que no había peligro. Dudo mucho que hayas llegado tu sólo a Londres, era obvio que si estabas ahí era porque Carola así lo quería.

—Eso explica mucho... —comenta el menor, más para el mismo que para los demás, pero aún así más de uno asiente como si entendieran a que se refiere.

—A demás no nos recordabas —habla ahora Jade, quien se encuentra junto a Catalina—. No era como si simplemente nos pudiéramos acercar y decirte que éramos tu familia cuando ya te habían hecho creer que ésta estaba muerta. No sabíamos cómo reaccionarias.

Quién sabe... Opina mentalmente el chico.

—Pero en ningún momento te dejamos solo y evitamos a toda costa que algo o alguien, ya sea humano o sobrenatural, te hiciera daño mientras estabas vulnerable —le asegura Dalia, sobando su hombro con cariño.

—Bueno pues... Lamento informarles que uno logró burlar su vigilancia —les informa, con todo el tacto posible para que no suene a reproche, recordando a la demonio que fingió tener un accidente para así llamar su atención en el callejón.

—¿Hablas de ese engendro de bajo nivel? —inquiere Alec, sentado a su otro lado, y ladea la cabeza hacia él—. Eso nos tomó por sorpresa, se supone que ningún ente podía cruzar la barrera que colocamos alrededor de la zona, pero ese demonio usó el cadáver de una humana para pasar desaparecido, cuando nos dimos cuenta ya estaba contigo, aunque supiste manejarlo bien.

Nico agacha la mirada ante lo último y rie sin gracia recordando esa momento.

—Ni se como lo logré... —admite, ligeramente consternado, y posa entonces la mirada en sus manos—. Fué como si algo en mi se activara cuando atacó a Ember... —alza la vista y ve a la cachorra jugar con una pelota que Finn le lanza— Es solo una cachorra, no podía defenderse.

—Ese fué tu toque, Nico. Es tu poder como un hijo de la Muerte, como un Heredia —la voz suave de su madre junto a su toque gentil y mirada comprensiva le dan un consuelo que de verdad necesita—. No te debes sentir mal por lo que hiciste, esa criatura te atacó a ti y a tu mascota, debías defenderte.

—Además, es algo natural en tí proteger a otros —se une Darcy, dedicándole una mirada de orgullo—. Nunca te han gustado que ataquen a alguien que no pueda defenderse, ¿Cómo crees que te ganaste muchos de tus castigos?, por meterte en alguna pelea donde se involucrara a alguien más débil e ir en contra de la ley del más fuerte que ese psicópata imponía.

—Y tú y Roy lo acompañaban —habla nuevamente su medio hermano, mirando a la ojimiel con una mezcla de reproche y a la vez orgullo—. Eran una versión rara de los tres mosqueteros —sonríe ligeramente ante su broma, más rápidamente borra la sonrisa y respira hondo cerrando los ojos e inclinando la cabeza hacia arriba—, pero muchas veces terminaban heridos ya fuese por alguna pelea o por los castigos. Por lo que siempre tenia que intervenir para que las cosas no llegarán más lejos —vuelve a mirar al frente y les da una mirada severa a cada uno, como un padre molesto por la travesura de sus hijos—. No importaba nada de lo que le hicieran o lo que arriesgaban, siempre tenían que involucrarse en algún lío.

—¿Y que esperabas? ¿Que dejáramos a esos idiotas salirse con la suya? Ellos también vivían en ese infierno y en lugar de ayudarse mutuamente, usaban de excusa las palabras de ese monstruo para dañar a otros, esos mocosos necesitaban una lección —protesta la de motas carmín en una mezcla de molestia, indignación e incredulidad.

—¿Por quién me tomas, Darcy? ¿Por esa cosa? —refuta el de orbes azulados de inmediato, ofendido—. Claro que apoyaba sus acciones, ya muchos la pasaban lo bastante mal como para que vinieran otros capturados a hacerles la vida más difícil, solo me molestaba que se arriesgaran demasiado. Por sus actos de justicia y rebeldía fue que tardamos tanto en ganarnos la confianza de esas pestes.

Nico se muerde la lengua para no opinar nada, aunque en realidad no tiene mucho que opinar. Después de todo tiene algo de razón.

Darcy, Roy y él arriesgan mucho al interferir en aquellas peleas y retar a Zirius.

Pero no se arrepiente en lo absoluto.

Mira a entonces a su prima y la observa agachar la mirada vencida. Ella también sabe que el ojiazul tiene un buen argumento, pero la conoce lo suficiente para saber que ella tampoco se arrepiente de las cicatrices que aquellas decisiones dejaron en ellos.

—Hablando de cómplices, ¿Dónde están Adara y Roy? —decide indagar para sacar así otro tema. Además de que verdaderamente le gustaría saber el paradero de los otros miembros de su grupo.

La última vez que vió a Roy fué cuando hicieron explotar parte del Criadero la noche que escaparon, y a Adara cuando se tuvieron que separar en medio del bosque trás una emboscada.

—Vinieron temprano a ver si habías despertado, pero tuvieron que regresar. Roy acaba de regresar de la casa de sus tíos y debe organizar sus cosas aquí, mientras que Adara tiene un trabajo que cumplir, pero seguramente los verás pronto—responde su madre en un tono ameno, mirando con compasión a su hijo y sobrina trás el regaño del mayor que claramente también apoya, pero eso no evita que sienta orgullo por su muchacho al ver que mantuvo sus valores incluso trás vivencias tan malas.

—¿Roy volvió con sus tíos? —pero Nico ignora un poco eso y en su lugar observa con impresión a su madre para luego dirigir la mirada de regreso a sus primos buscando confirmar ese hecho, enseguida Darcy le sonríe con felicidad y Demon asiente en afirmación, eso le saca una gran sonrisa al menor— Me alegro tanto.

¿Ves, tonto? Te dije que estarían esperando por tí. Ya está ansioso por poder ver a su amigo y decirle esas palabras de frente.

(…)


Ya es de noche.

Cómo Nico se despertó en la tarde no hubo suficientemente tiempo para resumir tres años de parte y parte, a demás de que hubieron temas que se extendieron demasiado y otros que se evitaron o que ni siquiera se tocaron.

Aunque mayormente el que hablaba era el chico. Lo hicieron contar sobre su tiempo en Londres de principio a fin sin olvidar detalles: Cómo se sintió, que le gustó, cómo lo trataron y cosas así. Ese tipo de preguntas fueron principalmente de las mujeres, y una que otra de los varones, aunque ellos preferían dejar que las féminas saciarán su curiosidad, lo cual la verdad no le molestó para nada al chico, en realidad le fue agradable la curiosidad de todos, incluso Finn se unió a la conversación, aunque mayormente sólo escuchaba u ojeaba a su hermano con curiosidad, más no se atrevía a hacerle ningúna pregunta directa sino que opina de las demás.

Claro que ellos sabían varias de las cosas que vivió haya. Lo cual le resulta tanto inquietante como reconforta.

El albino aprovechó también ese tiempo y observó con atención la actitud de los presentes, después de todo lo poco que recordaba era de hace tres y doce años atrás, necesitaba actualizarse. No hubo mucha diferencia en sus tías, padres y primos, pero la actitud de los hermanos Lobato y del suyo le fué interesante.

También se llevó un par de noticia positiva.

La primera es que Darcy resultó ser la compañera de Matteo, y a pesar de que trás la sorpresa —no tan inesperada— las cosas no se dieron cómo el chico esperaba, al final logró que la pelinegra lo aceptara y ahora son oficialmente una pareja.

Eso resolvió una de sus curiosidades del presente.

Y la otra fué el actual compromiso que tiene Demon con su novia Rocío,

¡En hora buena!

El chico tardó, pero logró recordar a la mencionada, y principalmente lo apegados que eran ella y su primo junto al claro interés que el ojiazul mostraba por la pequeña a quien ambos conocieron en palacio.

Primero él que Demon, pero el segundo no tardó en robarle la amiga a su primo. Aunque bueno, eran niños y aún así pasaban tiempo todos juntos.

Rocío era una pequeña callada y bastante reservada al comienzo, pero una vez agarró confianza, "Ro" —como la habían bautizado— mostró ser alguien gentil, curiosa y con un carácter peculiar. Aunque lo que más resaltaba en ella era su tolerancia y compresión con los demás, en especial con el pelinegro. Nunca lo juzgó por su ascendencia y siempre buscaba hacerlo sentir bien, que estuviera feliz, fué por eso que a nadie le extraño que el mayor empezará a sentir algo por ella, y era fácil asumir que el sentimiento era correspondido. Al final pasó lo que todos se esperaban y se hicieron novios —de esos que les da pena hasta tomarse de la mano—, lamentablemente su relación tampoco se dió como querían.

Pero por fin, después de tanto, aquellos niños enamorados finalmente podían estar juntos, y muy pronto serían marido y mujer.

Si es que las cosas salían bien.

(...)


Hace ya un par de horas que todos se fueron, incluyendo a sus padres y su hermanito. Él quiso ir con ellos, pero Alva pidió que el chico permaneciera una noche más en palacio debido a motivos que no quiso aclarar, pero que tampoco se pusieron en duda.

Dejando eso de lado, Lyan y Charis no dieron señales de estar por la zona en todo lo que restó de día, y en verdad Nico necesita que sus "amigos" le aclaren unas cuantas cosas para así calmar aquella inquietud que le a surgido con toda la nueva información.

Su padre intentó tranquilizarlo explicándole que ambos jóvenes son ayudantes de Alva y tenían deberes que cumplir, era por eso que no se encontraban en palacio, pero que tarde o temprano volverían.

Al menos si pudo charlar un poco con más Lizbeth, quien siempre se mostró emocionada y genuinamente feliz por la presencia del albino. A Nico le terminó agradando su nueva prima más rápida de lo que se esperaba con su actuar espontáneo y honesto. Nada de falsa cordialidad, le hizo recordar mucho a cuando conoció a Félix, con esa actitud pícara y juguetona como si la madurez aún no la alcanzará a pesar de tener ya sus dieciocho años y haber sido criada por su tía Alva, quien es la elegancia y serenidad en persona, aunque aún así comparte ciertas actitudes con su "madre". También pudo descubrir que la pelirroja es una Dragonix, una raza de cambiantes dragón, al igual que Charis.

Quiso indagar más sobre la última, pero Liz repitió las palabras de Dalia aconsejando que hable personalmente con su amiga.

Quitando la falta de información sobre los chicos ausentes, la cena fué buena.

Actualmente se encuentra tirado en la cama mirando hacia la ventana abierta, por la cual ráfagas de viento frio entran empujando ligeramente las cortinas y chocando contra él, hasta que aburrido gira el rostro hacia la mesita al otro lado y observa el reloj digital indicar que son a penas las 10:15 p.m.

Aún es temprano y el sueño aún no lo alcanza.

¿Que tal una caminata nocturna? Sugiere la voz de su cabeza.

Alva le había dicho que el bosque es seguro de noche y estaba permitido salir siempre y cuando le avisarán a alguien y no fueran más haya del acantilado.

Siempre a disfrutado del aire libre y la paz de la naturaleza.

Aceptando la sugerencia, baja de la cama. Tal vez se encuentre a alguien en el camino, y si no pues... Ya verá.

Sale de una vez del cuarto y cierra con seguro la puerta, se guarda la llave en el bolsillo de su suéter y gira hacia el pasillo solitario, comenzando recorrer este, baja las escaleras y atraviesa el salón.

Aún nadie aparece.

Llega al patio y encuentra por fin al alguien: Una pequeña cachorra que duerme en una casita allí afuera.

Embre corre hacia él en cuanto lo ve y como siempre se alza en sus patitas traseras y las delanteras las apoya en las rodillas del chico.

—Hola mi nenita hermosa —la mima como saludo y ella mueve su colita alegre— ¿Quieres dar un paseo Ember? ¿Si quieres? ¿Si? Entonces ¡Vamos!

Deja de mimarla y comienza a caminar hacia el bosque, ella lo sigue de inmediato quedando a unos cuantos pasos por delante.

Una vez entre los árboles Nico respira hondo y deja que el aire fresco de la noche lo relaja, lo cual no tarda en ocurrir.

Más su mente inquieta como siempre nunca se toma descansos, aprovechando el silencio y la soledad para llenar al joven con pensamientos tanto buenos, cómo malos.

De repente se encuentra reviviendo los últimos acontecimientos:

Su fiesta de cumpleaños, su carencia de sueños esa noche y su mal presentimiento.

Su despertar en palacio, su encuentro con Charis, su charla con Alva y la posión.

El recuperar parte de sus recuerdos, encontrarse con Liz, Dalia, Alec, Finn, Catalina, Jade, Demon, Darcy, Matteo, Cami.

Todo pasó tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos, y aún después de haber pasado horas charlando con su familia, todavía le cuesta procesarlo, creerlo. Una parte de él teme que al cerrar los ojos y volverlos a abrir, aparezca nuevamente en Londres y que haya resultado ser sólo un sueño.

Un simple sueño.

Se abraza a si mismo sintiendo un escalofrío para nada agradable, y baja la mirada a sus zapatos.

Por favor que no sea un sueño. Ruega en su mente, y cierra los ojos con fuerza un instante. Todo se siente tan real.

Sus padres, su hermano, sus primos, sus tías, sus amigos.

Su familia.

Todos finalmente están frente a él, todo finalmente cobra sentido, obtiene un por qué. Quizás no todo esté claro, pero al menos lo poco que sabe le da un poco de paz, aunque no todo sea bueno.

No tuvo la mejor infancia, pero al menos tuvo a una familia que lo amaba.

Y todo fué real.

Aunque... Aún hay cosas que lo inquietan.

Una de ellas son esas lagunas y hoyos mentales que le impiden sentirme totalmente seguro.

Odia no sentirse seguro.

Ya recuerda gran parte, pero aún así no puede evitar tener una sensación de vacío en el pecho que le impide respirar bien.

Es como si se asfixiara, como si se ahogara con tanta inquietud.

¿Habré olvidado algo importante?

¿O a alguien?

¿Habré hecho algo malo?

¿Algo imperdonable?

¿Recuperaré todos mis recuerdo?

¿Cuando?

Es irónico que alguien que puede ver el futuro no pueda recordar su pasado.

Recuerda una parte ¿No es suficiente?

Me siento incompleto.

Algo falta.

¿¡Porque no puedo simplemente conforme con algo en mi vida!?

Siempre hay más de lo que se ve a simple vista —susurra, a la nada, y una sensación de daja lo invade.

Solo cálmate Nicolas. Respira hondo, uno, dos, tres, cuatro, cinco. Vamos Nico, cal.ma.te.

Necesito un escapé.

Mira nuevamente hacia adelante y observa a Ember olfatear el suelo distraída. Ojalá el pudiera distraerse tan fácil.

De repente ella se detiene y alza la cabeza de golpe para mirar hacia todos lados.

El chico la mira curioso por su repentino acto hasta que la cachorra fija su atención en algo a su derecha. Enseguida mira también hacia haya y agudiza la vista para poder así logra encontrar lo que detectó su perrita.

Un reflejo plateado inusual y que claramente no pertenece al follaje verde que los rodea hace que se ponga en guardia y mantenga la mirada en los arbustos a unos pocos metros de ellos.

Está a punto de dar un paso cuando de golpe Ember corre hasta el lugar del ruido/reflejo y se lanza dentro del arbusto. Una risa familiar emerger de entre las plantas ej ese momento y Nico se relaja de inmediato al reconocerla.

—¿Cameron? —llama, y ésta sale de su escondite con la Husky en brazos.

—Hola de nuevo Nico —saluda la joven en respuesta, y deja al animalito de ojos azules en el piso—. Perdón si te asusté, es que los ví y quise sorprenderlos.

Cami sacude sus manos y terminé de salir de entre los árboles para ir junto al chico en medio del pequeño sendero.

Nico miro a la de ojos negros sonreir apenada y él le regaló una sonrisa amable.

—Tranquila, igual venía distraído —le quita importancia, y ella relaja su expresión.

—No te recomiendo dar caminatas nocturnas en un bosque que no conoces —aconseja entonces la chica, y se cruza de brazos relajada mirando a su alrededor por impulso para luego volver a centrarse en el bicolor—. Aquí no hay peligro, pero podrías perderte.

—Entendido. Para la próxima vez vengo de día y no voy a distraerme.

—O puedes venir acompañado —sugiere, ladeando la cabeza con una pequeña sonrisa.

—No, gracias —el niega enseguida ante la sugerencia. Su respuesta fué rápida y brusca, porque lo que de inmediato busca suavizarla—. Si estoy aquí es porque necesito...

—¿Escapar? —asume Cam, enderezando la cabeza.

—Exactamente —él asiente, y los ojos de la chica vuelven a adquirir aquel curioso reflejo.

—Si es así... —da un pequeño paso al frente, acortando aún más la distancia entre ellos— Escápate conmigo.









            —————————

Lamento la tardanza 🥺

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