♦04♦
Pov. Adrien.
Aquello había estado demasiado cerca.
Después de un largo camino y haber tomado varios autobuses llegamos al puerto donde tomamos un barco y nos instalamos en una pequeña habitación los tres.
Durante todo el camino nadie había dicho nada, por lo cual era incomodo, Nino en cuanto entro y se instalo salio de la habitación junto a perro para pasear por ahí.
Nata acomodaba un poco su cama del otro lado del cuarto, era imposible no verlo, digo, su cama esta frente a la mía.
— ¿No te vas a instalar? Digo... Es un viaje de días. — Por fin hablo.
Yo solo mire mi maleta la cual no quería abrir y me mordi el labio nervioso.
— ¿Pasa algo? — Prosiguió preocupado a lo cual yo suspire y abrí rápidamente mi maleta para sacar un traje.
Pov Nath.
— Te compre un traje. — Dijo sin mirarme.
— Oh...
— ¡So-Solo ponte lo! — Y me lo lanzo para después salir corriendo, antes de salir de la habitación me miro y note su leve vergüenza y sonrojo, se dio la vuelta rápidamente para seguir su camino.
— Es un buen chico. — Repetí.
Al tener el traje puesto me dirigí a la proa del barco para tomar aire, para mi no tan buena suerte ahí estaba Adrien quien me miro y alzo la ceja.
— No pensé que te quedaría ajustado. — Sonrió coqueta mente. — Así estas mas formal para la reina.
— Creo que si esta ajustado. — Ignore su ultimo comentario mientras miraba el traje. — Pero es bonito, gracias. — Le Sonreí tímidamente lo cual el asintió y se volteo de inmediato.
Me quede un rato con el viendo el mar, no era incomodo como las veces pasadas, esta vez era agradable, incluso por unos segundos ambos cruzamos miradas y sonreímos.
Todo era raramente perfecto.
Hasta que escuchamos musica, al darnos la vuelta encontramos a Nino bailando alegremente con demás gente en el barco.
Mire de nuevo a Adrien quien ahora me tendía su mano invitando me a bailar.
La sangre se me subió completamente a la cara al aceptar bailar con el y tenerlo tan cerca.
A la gente de alrededor parecía no importarle el hecho de que seamos hombres, continuaban alegres y bailando.
— Pensé que no sabrías bailar. — Susurro Adrien.
— ¿Y no te dolió pensar? — Bromee, aferro mas su agarre a mi cintura provocando que soltara un ruido agudo y me sonrojara.
— Jo jo, al parecer puedes hacer ruidos indecentes.
— Estamos bailando, no arruines el momento. — Le jale levemente el pelo.
— Bueno, aprovecha el momento que en unos días no estaremos contigo. — Dijo seriamente.
No volví a decir nada por el resto del baile apreciando el momento.
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