Día 8
SEMANA 2
One shot: "Deseo - Ducha"
Antes de leer: este relato contiene descripciones gráficas de sexualidad (+18), así que se recomienda discreción.
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Nathalie tenía las mejillas sonrojadas, parecía una jovencita a la que casi pillan haciendo algo malo, no una mujer adulta que no tenía nada de que avergonzarse, no era su culpa que su jefe se manchara la camisa con café y haya tenido que traerle una nueva, Gabriel Agreste tomo la camisa y se la puso, pero para no perder tiempo lo hizo ahí mismo, Nathalie no quería parecer una acosadora, pero no pudo evitar observarlo, el Sr. Agreste tenía un buen cuerpo, quizás no se ejercitaba tanto, pero conservababa algo de músculo y un torso firme sin ningún rastro de bello corporal, tenía que cerrar su boca para evitar babear, eso quizás había sido la acción cotidiana más erótica que experimentó, fingió revisar algunas cosas en la tablet, pero aún con los ojos cerrados era capaz de recordar cada detalle de ese cuerpo esculpido por los dioses, jamás olvidaría ese momento
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Probablemente gracias a ese suceso, ahora se encontraba llena de deseó, tomó su celular, ¿Podía llamar a alguno de sus amigos para pasar el rato y quitarse la calentura?, pero desistió de esa idea, no tenía ánimo para juegos previos, ardía por completo, pensó en que una ducha podía ayudar a que se relajará, así que se quitó la ropa y dejó que el agua fría cayera sobre su cuerpo, pero su libido estaba liberando todas sus hormonas y no podía controlarlo, ¿Por qué resistirse?, al fin y al cabo era más fácil dejarse llevar por la pasión, así que una de sus manos descendió hasta su monte de venus y acarició su clítoris con sus dedos lentamente, de arriba a abajo suavemente, luego descendió hasta su vagina, con cuatro de sus dedos realizaba movimientos circulares que se iban intensificando más y más, procedió a introducir sus dedos en su entrada, esta era la primera vez que se masturbaba pensando directamente en Gabriel, no pudo dejar de imaginarlo a cada momento, cuando llegó a su anhelado orgasmo no pudo dejar de pensar en que esto pudo haber sido mejor si su jefe hubiera estado en la ducha con ella, antes de que recuperará el aliento por completo llamaron a la puerta, no sabía si esto era un maldito chiste, pero la persona que tocaba no pudo encontrar un peor momento, tomó su toalla y la enrollo alrededor de su cuerpo, su sorpresa fue astronómica al ver al platinado ahí
—Hola— saludo tímidamente, era la primera vez que venia a su casa
—Hola— respondió ella sin lograr salir de su asombro
Gabriel no pudo evitar recorrerla con la mirada, su cabello estaba mojado, una toalla blanca cubría lo necesario de su cuerpo, estaba descalza por lo cual parecía aún más pequeña que cuando usaba sus típicos tacones, gotas de agua aún descendían sobre todo su cuerpo, cuando tocó la puerta no imaginó que este escenario tan tentador se le presentaría
—¿Qué ocurre?— preguntó ya que no comprendía que hacía él ahí
—Yo...este, solo, pasaba por aquí— pronunciaba de manera graciosa
Nathalie soltó una pequeña carcajada
—Agradezco su visita, pero no es un buen momento— declaró tomando todo su valor, sentía que su cuerpo se encendía de nuevo
Gabriel dio unos pasos hacia ella, todo este rato habían estado conversando en la entrada, pero lo que estaba por hacer a continuación debía ser a puertas cerradas, con agilidad los guió hacia adentro mientras cerraba la puerta, notó como ella no dejaba de verlo, de una manera similar a como lo había hecho en la tarde cuando se cambió la camisa frente a ella, sabía muy bien lo que hacía, era clara la tensión sexual que se comenzó a formar entre ellos desde hace un tiempo, él solía observarla a lo lejos, su uniforme le quedaba de maravilla y lograba acentuar cada parte de su figura, le encantaba el resonar de sus tacones sobre la cerámica, la manera tan sexy en que se mordía los labios, en cierta ocasión le pidió ayuda para tomar unas medidas para un diseño y tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para que ella no notará el gran bulto que se formó en sus pantalones, los pequeños roces de sus manos y la cinta métrica alrededor de ese cuerpo maravilloso lo obligaron a buscar una excusa y correr al baño en ese momento, tenía que liberar la presión y aunque no era capaz de confesarlo, había sido la eyaculación más deliciosa que había experimentado, mientras acariciaba su pene, rozando además sus testículos y disfrutando de la increíble sensación, pensó en Nathalie, quizás era porque su esposa llevaba algunos meses fuera gracias a que estaba rodando una nueva película o simplemente porque su empleada lo encendía, pero desde ese momento comenzó a observarla más a detalle, no quería apresurarse, porque a pesar de todo ella era una excelente asistente y no iba a perderla por una simple calentura, no lo valía, por mucho que la deseará jamás la obligaría a nada, pero desde que la vio marcharse de la mansión no pudo dejar de pensar en ella, se vio tentando a recurrir a la masturbación una vez más, pero sin poder controlarlo ahora estaba en la casa de ella
Fue Nathalie quien tomó la iniciativa y lo besó, si ya estaba ahí, no desperdiciaria la oportunidad, él no se quedó atrás y la atrajo más a su cuerpo, ambos ardían, pero en aquellos momentos estaban dispuestos a quemarse por completo, Nath sonrió al notar la presión que se acumulaba en la parte baja de su jefe y como esta palpitaba sobre su cuerpo, la azabache había besado a muchos hombres antes, pero nadie se comparaba al diseñador, Gabriel la pegó a la pared y ella comenzó a quitarle la ropa de la parte superior, desde que lo vio en su oficina sin camisa deseó pasar sus manos y lengua por su torso, esto ya no era una fantasía, ahora era real, así que lo hizo, sin prisas: lamió, toco, acarició e incluso mordió ese pecho que la había vuelto loca, Gabriel solo disfrutaba y ella lo escuchó aguantar sus quejidos en más de una ocasión, una vez saciada su fantasía, prosiguió a quitar las prendas que habían falta, sin ningún tipo de pudor tomo su pene y lo llevó a su boca, Gabriel no podía creerlo, esto era mucho mejor al escenario que creó en su mente la vez que se autocomplacio pensando en ella, la imagen era de lo más erótico y vaya que la de mechón rojo sabía muy bien lo que hacía, Gabriel decidió que era momento que ella también se divirtiera, por eso la recostó con delicadeza sobre la suave alfombra que había en el living y besó cada parte de su escultural cuerpo, sus pezones era su deleite, luego subió a su cuello y dejó besos en toda la zona, además de ronronearle en el oído, descendió por su vientre y se detuvo para observarla, ella lo miraba expectante y le regaló una tentadora sonrisa, Gabriel comenzó a lamer su clitoris, escuchaba los gemidos que ella pronunciaba como la melodía más erótica de todas, se detuvo ya que su intención no era que se corriera aún, buscó su pantalón que estaba tirado cerca de la puerta y se colocó el preservativo que compró antes de llegar, se introdujo lentamente en ella, disfrutando de la sensación y buscando el ritmo adecuado, no paraba de besarla y acariciar suavemente su cuerpo, debía tener una gran concentración para no venirse aún, pero Nathalie lo volvía loco, estar dentro de ella era una sensación indescriptible, pero intentaría que ambos quedaran saciados, justo eso ocurrió antes de caer al lado de ella, Nathalie acarició su rostro y le dio un beso más antes de rodearlo entre sus brazos y permanecer juntos mientras recuperaban la respiración luego de tan excitante orgasmo
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Luego de reponer fuerzas se divirtieron haciendolo en la ducha y también en la cama, Nathalie se levantó y se colocó su bata de seda sobre su cuerpo mientras Gabriel terminaba de arreglarse
—Nathalie— intentaba pronunciar las palabras adecuadas
—Tranquilo Gabriel, yo no quiero nada, no me interesa una relación, tampoco le diré algo de esto a Emilie, así que descuida— le aseguró
—Pero, la pasamos muy bien— mencionó con un poco triste
—Así es, fue divertido, pero no creó que se deba repetir, lo que paso fue algo que ambos deseábamos, desafortunadamente hay alguien que me gusta y aunque aún no somos nada, podríamos serlo y no me gustaría tener que explicar que nosotros dos somos amantes, además si esto siguiera, debería tener que renunciar a mi trabajo, tampoco quiero engañar a Emilie una vez más— comentó
Gabriel se sintió decepcionado, quizás era la primera vez que lo rechazaban así, no era un santo, al igual que su esposa, ambos han tenido sus aventuras, sintió que había creado una relación especial con la azabache y jamás disfrutó tanto de una sesión tan gratificante de sexo como esa, pero debía respetar lo que ella quería, salió de la casa y volvieron a ser jefe y empleada de nuevo, no mencionaron nada de lo que ocurrió y eso tampoco se volvió a repetir
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Meses después Nathalie se hizo oficialmente la novia de Gorila, Gabriel no imaginó que ambos se llevaran tan bien como para estar juntos en una relación, pero se les veía muy felices y eso ero lo más importante, solo deseaba todo lo mejor para su asistente y su chófer/guardaespaldas.
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Aby
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