10. El Plan en la Derrota
Toda pieza que forma un imperio puede ser removida, quitada para que este cayera como una simple ficha de dominó. Wilson Fisk conocía esto perfectamente, lo sabía mientras formó lo que fue el más grande imperio criminal bajo las narices de las autoridades de Nueva York, llenando sus bolsillos con el dinero de personas inocentes y de incautos que no deberían haberse unido a su causa. Fisk conocía perfectamente los pormenores de ser el Rey del Crimen. Sabía de todas las posibilidades de que aquello se viniera abajo en cualquier momento. Por ello creó la imagen de Kingpin alrededor de su hijo adoptivo a modo de mitigación de las consecuencias, en un intento de escapar de sus propias acciones y de las represalias que la justicia impondría en su contra cuando todo fuera descubierto. Pero nuevamente, él no controlaba el mundo a su alrededor y ni siquiera podía mantener a su enemigo bajo su mano. Spiderman siempre fue un hombre molesto, un insecto que pasó por sus manos y le hizo perder los estribos más de una vez. Y ahora, tras años en los que el héroe de Nueva York estuvo detrás de su imperio, había logrado estar lo suficientemente cerca para atraparlo bajo sus redes. Y era algo que él no estaba dispuesto a permitir, así como no estaba dispuesto a ser la presa de Watanabe ni de Stacy, los dos policías que, ferozmente, lo habían estado persiguiendo durante el último año hasta llevarlo a aquel momento que definiría todo lo que él era en el mundo.
Apoyado frente al enorme cristal, Wilson Fisk miró hacia la calle con una oscura mirada. Sus hombres y los de Watanabe estaban enfrentándose frente al Edificio Fisk, la sede de su compañía, dándole tiempo a él mismo para poder escapar con los papeles necesarios. No era un cobarde y realmente no estaba dispuesto a escapar del lugar sin dar un poco de guerra. Pero recuperar todo lo que estaba perdiendo era algo primordial para un hombre como él. Spiderman y aquellos dos capitanes de policía habían tirado todo su trabajo por la borda y no cayeron simplemente ante la imagen del nuevo Kingpin que corría por la ciudad. Como viejos lobos, se cernieron sobre él y no lo soltaron hasta que encontraron pruebas en su contra.
Wilson Fisk aceptó que aquellos tres eran inteligentes, testarudos y tenaces. No habían parado hasta que él, Wilson Fisk, quedó completamente expuesto como Kingpin y basaron todo su caso en fotografías e informes que sacaron de ciertos compañeros de trabajo demasiado estúpidos y que finalmente lo llevaron hasta aquel punto. Sin embargo, no perdió completamente la compostura. Era Kingpin y mantenerse de pie sobre aquello era su objetivo claro, así como deshacerse de Spiderman como lo hizo con anterioridad con Daredevil y Punisher, dos de los más molestos hombres que estuvieron detrás de él mismo.
Fisk no mostró molestia en su rostro cuando su plan de escape fue completamente desarticulado por el hombre araña. Desde su despacho, miró por la ventana como aquellos hombres que se mantenían peleando contra los policías eran completamente sacados de circulación por el héroe arácnido. No era extraño para él ver a sus hombres ser golpeados por su enemigo. De cierta manera, era una imagen que ya vio en cientos de ocasiones anteriores. Muchos enfrentamientos entre él y Spiderman ya lo habían dotado de una calma completa al ver como sus hombres eran golpeados y sacados del conflicto por la fuerza del héroe. Si el helicóptero no llegaba a tiempo para sacarlo de allí, tendría que pelear nuevamente con Spiderman. Otro enfrentamiento de tantos que habían tenido a lo largo de los años por lo que su mente podía recordar. Al primero que derrotó fue a Punisher. El marine Frank Castle fue el más fácil de todos en salir fuera de circulación al meterlo en la cárcel con un par de pruebas sencillas y unos sobornos sencillos.
El segundo fue Daredevil. Aquel abogado llamado Matt Murdock fue un hombre molesto para él que destrozó sus intentos de entrar en Hell's Kitchen para controlarlo y bajo la máscara del vigilante Daredevil hostigó todo su trabajo y a sus hombres, haciéndole inyectar más dinero del debido para tomar aquel pequeño territorio. Sin embargo, una vez que supo la identidad civil de su preciado enemigo, todo terminó para el héroe de Hell's Kitchen y todo su trabajo fue mucho más sencillo sin aquel vigilante molesto que impidió su expansión.
Toda zona de Nueva York fue suya cuando el diablo salió del camino; pero una piedra molesta lo hostigó desde ese momento mucho más. Una piedra pequeña y había llevado a su imperio a aquel punto de quebré en el que estaba actualmente y que guio a la policía dentro de su territorio. El Pozo fue completamente golpeado por una redada conjunta entre el Departamento de Policía de Nueva York, la CIA y el FBI, deteniendo a muchos de sus empleados y otras personas que él solía usar para sus trabajos, así como a muchos de sus proveedores que solían usar aquella ciudad del crimen para su propio beneficio. Con un solo movimiento, todo su reinado se vio colapsado antes de aquel punto que estaba mirando desde su despacho.
Wilson Fisk aceptó sus errores y entendió que debía huir de Nueva York para reformar completamente todo lo que Kingpin era, así como para alzar nuevamente su reinado. Sabía perfectamente que todos sus trabajadores le serían solamente leales a él y que muchos proveedores volverían cuando Kingpin lo hiciera. Sin embargo, aquel enfrentamiento entre sus hombres, la policía y Spiderman le hizo ver que no sacaría nada si se mantenía allí sin más. Fue completamente derrotado por aquella extraña colaboración y lo aceptó sin más.
―Debí matar a Stacy cuando tuve la ocasión, en la fiesta―Fisk gruñó, viendo al capitán al lado de Watanabe, justo detrás de un coche de policía, cubiertos de los disparos de sus hombres. También vio como Spiderman se deshizo de estos mismos sin demasiado esfuerzo, columpiando su cuerpo contra sus hombres y golpeándolos contra el suelo sin demasiadas ceremonias―. Pero eso hubiera traído más molestia para mí en aquel momento.
Por alguna extraña razón, su hijo adoptivo apreciaba demasiado a la familia Stacy, sobre todo a la hija del capitán: Gwen Stacy y lo dejó completamente claro cuando la invitó a la fiesta benéfica dentro de su mansión, trayendo por consiguiente a su padre. No es que viera algo malo en ello. Le gustaba el control parcial que tenía sobre ciertos departamentos, así como dentro de la propia policía. Pero George Stacy no era un hombre que se hubiera doblegado ante él y, de cierta manera, odiaba tener a un hombre como él demasiado cerca de su familia.
¿Tal vez todo aquello era culpa de la ineptitud de su hijo adoptivo? La pregunta golpeó la mente de Fisk durante un tiempo considerable. Naruto fue bueno siendo Kingpin y era un aliado, un pilar para aquel imperio que creó sobre las cenizas del antiguo. ¿Pero sería el culpable de todas las pruebas que Watanabe y Stacy tenían en su contra? Wilson Fisk dudaba demasiado que aquellas pruebas pudieran inculparlo completamente. Era un hombre millonario y el dinero hacía los sueños completamente realidad, así como el de muchos jueces que podían enjuiciarlo por sus acciones como Kingpin.
Dentro de Nueva York, muchos estaban sujetos a sobornos y el dinero de su propio imperio del crimen, lo que hacía a esas personas tan culpables como él de sus acciones. Era algo que calmaba su mente mientras observó como Spiderman entraba en el edificio. Había llegado la hora de la función final, después de aquellos días tensos tras su propia fiesta benéfica. El culpable de aquella caída sería encontrado cuando lograra librarse primeramente del hombre araña y de aquellos policías.
Torre Fisk/Spiderman
Tirando de las telarañas, el hombre araña pasó entre varias de las plantas de aquella edificación, abriendo el camino para los hombres de Watanabe y Stacy hacia las plantas superiores. Después de cuatro largos años, unas simples pruebas los llevaron finalmente a desenmascarar a Wilson Fisk como el verdadero Kingpin y dejaron toda la información de aquel segundo Rey del Crimen para cuando el primero fuera completamente detenido. Cuatro años en los que él como Spiderman peleó mano a mano contra el mismo Kingpin en muchas ocasiones, llegando incluso a recibir heridas casi mortales que lo llevaron a una ruptura con su pareja. Durante ocho años trabajó como el hombre araña y empleó la mitad en detener el crimen bajo la mano del Kingpin, algo que estaba a punto de lograr con aquel enfrentamiento.
Pero debía llegar hacia Wilson lo antes posible. No era idiota. Kingpin debía de tener un plan B en caso de que algo como aquello sucediera y probablemente un helicóptero ya lo estaba esperando en la azotea de la Torre Fisk, lo que hacía su subida una carrera contra reloj para detener a su enemigo. No quería pasar otros cuatro años peleando contra los hombres de Wilson Fisk y desde luego no pensaba dejar que Kingpin huyera sin pagar por todos los crímenes que había traído a la ciudad siendo el conocido Rey del Crimen. Detenerlo estaba dentro de su agenda actual, subrayado con un enorme color neón para que su mente no pensara en otra cosa fuera de agenda. Lo principal y más urgente para él, era detener al Kingpin lo antes posible.
Spiderman detuvo su avance cuando llegó a una antesala de lo que sería su ascenso final. Detrás de las puertas que sus ojos captaron al final de aquella sala, estaba su ascensor hacia el piso en el que se encontraría Wilson Fisk quemando y destruyendo documentos. Watanabe le avisó sobre el helicóptero que había aterrizado sobre el tejado de la Torre y sabía que dentro de pocos minutos el hombre escaparía del lugar sin que él pudiera hacer demasiado.
Dio un paso hacia la puerta, dejando tras de sí a los policías dentro de la nómina del Kingpin, enfocando su atención solamente en aquellas puertas de roble. Sin embargo, la pared de su izquierda estalló hacia el interior y antes de que pudiera moverse, sintió como algo se pegaba en su traje, justo en la araña en el centro de su uniforme.
―¿Pero qué...?
Era viscoso y negro. Durante varios segundos, su mente no entendió que era aquella cosa. Cuando empezó a procesar lo que podría ser, sintió un tirón y vio un puño envuelto en un traje negro que llegó contra su rostro. Antes de reaccionar, sintió los nudillos de aquel puño estrellándose contra su rostro y giró en el aire dando una voltereta. Recuperándose a la segunda, Spiderman cayó sobre sus pies, escupiendo un poco de sangre al alzar un poco su máscara.
―Mierda. ¡Ahora tendré que ir al dentista!
No sentir su sentido arácnido fue toda la confirmación que Spiderman necesitó para comprender finalmente con quien peleaba actualmente. Apoyando firmemente sus pies, el hombre araña desvió el brazo derecho y Venom y haciendo uso de su propia red, detuvo el brazo izquierdo del villano al mismo tiempo que usó sus pies como un freno del avance del klyntar.
―Hola arañita. Cuánto tiempo ha pasado, ¿verdad?
Una hilera de afilados dientes aparecieron en la boca del simbionte cuando Venom levantó los labios superiores, mostrando una macabra sonrisa que trajo recuerdos a la mente del arácnido.
―Oh, mierda. ¡No otra vez!
Spiderman saltó y evadió el golpe de martillo que Venom desató contra el suelo, generando una grieta que corrió hacia él. Derrapando, Spiderman disparó telarañas hacia ambos lados de la sala al mismo tiempo que levantó la cabeza. Venom corría hacia él, con el hombro hacia el frente, como un jugador de rugby que le hizo pensar en Flash Thompson y, por el tamaño, en Eddie Brock. ¿Cuál de los dos habría sucumbido ante el simbionte? El héroe de Queens se decantó por Eddie.
―¡Rah!
Spiderman tiró de ambos brazos y los cruzó sobre su pecho, lanzando ambos objetos contra el klyntar. Venom dejó que su mente se viera inundada por cierto sentimiento de peligro y saltó, evadiendo ambas papeleras. El simbionte unió ambas manos y de un golpe de martillo atacó al arácnido.
Spiderman saltó hacia atrás nuevamente.
―¡Ey! ¡Vas a hacer que esto se hunda antes de tiempo, Eddie! ¿O tal vez eres Flash? Tú aspecto de fisicoculturista es más acorde con Eddie―el arácnido disparó varias bolas de red contra su enemigo. Venom desvió estas con su brazo, deshaciendo las redes como si no fueran nada, y persiguió al héroe por la habitación con pasos pesados, obligando al héroe a balancearse―. ¡Creí que éramos amigos!
Venom embistió a Spiderman con todo su antebrazo, enviando al héroe contra el suelo. Spiderman gruñó de dolor, sintiendo como su espalda temblaba por el golpe. Apoyando sus manos, dio una voltereta y evadió el siguiente golpe de Venom en su contra.
―No somos Eddie. No somos Thompson―Venom tiró de la red que Spiderman lanzó en su contra y cuando el héroe giró, el simbionte lo tomó del rostro y lo azotó contra el suelo, generando un retumbar―. ¡Nosotros somos Venom!
―S-si, eso está muy bien―Spiderman sujetó la muñeca del brazo izquierdo de su enemigo; brazo con el que Venom lo estaba empujando contra el suelo―. M-me alegro que os llevéis bien, ya seas Eddie o Flash. ¡Aunque te apesta el aliento!
Estiró el brazo y disparó un tiro de red hacia una de las puertas. Cuando vio que la telaraña se pegaba, Spiderman tiró de la misma arrancándola de las bisagras. Un estallido de madera hizo que Venom aflojara su agarre y esto lo aprovechó el arácnido para golpear al villano y saltar hacia el techo, quedando justo sobre Venom, acuclillado boca abajo. Debía aceptar que la presencia de Venom en aquel lugar, sobre todo siendo propiedad de Kingpin, era algo extraño. ¿Habría obtenido Wilson al simbionte ilegalmente de las instalaciones del Edificio Baxter, donde él lo dejó la última vez? Era lo más lógico de pensar, si los Cuatro Fantásticos desaparecieron y dejaron el edificio completamente vacío. Fisk tenía contactos y obtener a Venom hubiera sido sencillo para alguien de sus recursos.
―Grrr.
―¿Ahora eres un perro, Venom?―con cierta burla, Spiderman señaló aquello ante el gruñido de su archienemigo. Colocar a Venom como un enemigo normal, no estaría dentro de los estándares que debería. Debía darle cierto mérito al klyntar―. ¡Incluso te huele el aliento!
Venom giró el cuerpo. Usando sus manos, arrancó un pedazo de suelo que lanzó contra Spiderman.
Viendo el objeto volar hacia él, el arácnido saltó pasando entre el pequeño hueco entre el techo y el trozo de concreto. Giró en el aire, disparó unas tiras de red y a la vez que giró el cuerpo, devolvió el pedazo contra su dueño. Aun en el aire, Spiderman observó como el pedazo golpeó directamente contra el rostro de su enemigo, deshaciéndose en un centenar de pedazos que nubló la visión del simbionte y creó un momento único en el enfrentamiento. Momento que Spiderman aprovechó para disparar sus redes contra las extremidades de Venom, lanzándolo al suelo con sus pies, para disparar un tiro más contra su boca.
―Quédate quieto, ¿entendido?―pidió, acuclillado sobre el pecho del simbionte, siendo observado por los alargados y blancos ojos del klyntar durante todo ese instante―. ¡No me obligues a quemarte!
Un crujido fue el único avisó que llegó a los oídos del arácnido. Sin su sentido arácnido, Spiderman fue golpeado por dos trozos de concreto cuando Venom levantó los brazos, siendo apartado del simbionte con un fuerte dolor de cabeza que nubló su mente por los siguientes segundo.
Venom deshizo la tela de su boca y caminó hacia el desorientado Spiderman. Tomó del pecho al hombre araña y antes de que Spiderman reaccionara, Venom golpeó su rostro repetidas veces, terminando con el héroe bajo su pie cuando golpeó al mismo contra el suelo, siendo derribado por la fuerza bruta del simbionte.
―No somos Eddie o Flash―Venom se agachó hacia Spiderman. Mantuvo al arácnido bajo su pie, aplastando su cabeza contra el suelo sin hacer la fuerza suficiente como para destrozar su cráneo―. Tenemos un nuevo huésped. ¡Ahora somos más fuertes!
La adaptabilidad de los simbiontes era algo molesto cuando el mismo simbionte peleaba en su contra. Tras ocho años siendo Spiderman, Peter tuvo el tiempo suficiente como para aprender ciertas cosas sobre los klyntar: mejoraban con cada huésped que tomaban, odiaban el fuego y los fuertes ruidos los desestabilizaban completamente. Por eso Venom sería derrotado ante tipos como Shocker o Thor en pocos movimientos, si es que el simbionte no los tomaba primero.
¡Thor!
Al recuerdo del dios nórdico, fue un respiro para él. Aun siendo presionado por Venom, Spiderman deslizó lentamente su mano izquierda dentro de su oculto cinturón, tomando con dedos delicados una pequeña esfera que llevaba para aquellos casos. ¡Nunca salgas sin algo que pueda derrotar a un simbionte!
Venom apretó su agarre y Spiderman lanzó hacia arriba la esfera metálica que sacó de su pequeño y oculto cinturón. No pudo lanzarla lo suficientemente alto y sería afectado también por la descarga; pero todo el impacto mayoritariamente iría contra Venom si tenía suerte. Peri siendo un Parker, aquello sería un cincuenta cincuenta para él.
Cuando Venom estuvo por aplastar a Spiderman, la esfera estalló en un chispazo azulado que cegó brevemente a Venom, mientras que Spiderman cerró los ojos. El simbionte rugió de dolor ante aquel sonido acompañado de la electricidad que lo afectó, dejándolo completamente paralizado por unos instantes.
Spiderman tomó entonces del rostro a Venom y empujó al simbionte fuera de su posición superior, estrellando a su enemigo contra el suelo cuando lo dejó completamente paralizado. Cuando Venom rugió, Spiderman introdujo su brazo dentro de la boca del simbionte, siempre usando la otra para impedir que la mandíbula de su enemigo le cercenara el brazo.
―¡Cállate!
Apretó el botón de la segunda esfera y retiró el brazo para saltar. Un pitido comenzó a sonar desde el interior del simbionte y, a los pocos segundos, un agudo silbido llenó toda la sala, obligando a Spiderman a tomar sus oídos con ambas manos.
―¡Maldita araña!
Pero su objetivo estaba completo. Convulsionando, la gelatinosa forma del simbionte lentamente se fue separando de su anfitrión, dejando ante los ojos de Parker la figura derribada de un chico no muy lejano de su propia edad, de cabello rubio.
Spiderman se puso de pie y golpeó sus oídos. Caminó hacia el simbionte y dejó caer un tubo sobre este, impidiendo al klyntar avanzar hacia su compañero.
―Quédate quieto...
Agudo, el sentimiento golpeó su cabeza. Spiderman alzó el brazo y encontró un cuchillo a centímetros de atravesar su ojo derecho.
Acompañando el cuchillo, Naruto hizo fuerza con su brazo para empujar al héroe. Spiderman hizo fuerza y apartó la cabeza y el brazo, lanzando un uppercut contra la mandíbula del chico y derribándolo con un solo movimiento.
―¡Gah!
―No eres nadie que conozca―Spiderman murmuró, limpiando su mentón de sangre―. Ni siquiera eres Eddie. ¿Cómo obtuviste a Venom? ¿Quién te lo dio?
Naruto rodó hacia el lado izquierdo de su cuerpo. Usando su mano, intentó incorporarse; pero una red lo volvió a dejar pegado contra el suelo sin posibilidad de deshacerse de ella.
―Mierda―masculló. Sentía aun el pitido en sus oídos. Entender las palabras de Spiderman, si es que le estuviera hablando, era una tarea completamente difícil para él―. ¿Qué?
Spiderman se acuclilló frente a Naruto.
―¡Qué de donde sacaste a...!
Un crujido llenó el lugar. Spiderman reculó, sintiendo la sangre escurrir de su nariz. Naruto golpeó el punto débil del rostro del arácnido usando su propia cabeza. Ante esto, el rubio sonrió por los movimientos hacia atrás del héroe.
―Espero disfrutes, Parker―Naruto dejó caer su cabeza, suspirando a los pocos segundos. Giró la cabeza y miró como Venom golpeaba la cápsula donde Spiderman lo atrapó―. ¡No será la última vez que discutamos un poco!
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