C9. Preocupaciones
Konoha
Habían pasado ya varios días e Itachi seguía bastante débil, aun así, exigía una y otra vez que quería salir a buscar a su hermano. No podía dejarlo con Madara, no sabiendo de lo que ese hombre era capaz. Sin embargo, Tsunade le negó el permiso todas las veces, arrastrándolo hasta el hospital para que descansara. Sakura observaba a Itachi preocupada. Luego de que se supiera toda la verdad, la pelirrosa no dejaba de pensar cómo habría sufrido desde que mató a todo su clan... Que había hecho lo imposible para proteger al que era su hermano pequeño.
Como Tsunade le había ordenado, fue de inmediato al hospital, para revisar las heridas de Itachi y también para vigilarlo. Al entrar en su habitación, el Uchiha se encontraba sentado en la camilla, observando la aldea por la ventana. Su expresión era de tristeza, desesperación y angustia, lo que preocupó a la Haruno. Caminó hasta él y notó que él suspiraba antes de mirarla.
—Buenos días, Itachi-san. Vengo para...
—Lo sé...—murmuró interrumpiéndola.
Sakura, algo avergonzada, asintió sin decir nada más y caminó hasta él. Agarró su brazo para quitar sus vendas, cuando Itachi habló, sin mirarla.
—¿Cuál es tu relación con mi hermano?—preguntó.
—¿E-Eh?—se avergonzó—. B-Bueno, Sasuke y yo, fuimos compañeros de equipo... Al principio era una de sus fans locas, pero... cuando dimos por hecho que mató a Naruto... lo odié. Y ahora... es un sentimiento neutro.
Itachi la observó entonces, asintiendo. Habían pasado muchas cosas desde que Madara y Zetsu aprovecharon la oportunidad para llevarse al Jinchuriki del Kyubi. Incluso se sorprendió al verlo en la guarida de Akatsuki semanas después de ir él a Konoha a por él, mucho más cuando Pain informó que formaría parte de la organización.
Mientras tanto, Sakura seguía quitando sus vendas, observando al pensativo Uchiha. Ella notaba que estaba bastante afectado, por lo que intentó consolarlo.
—Itachi... si te sirve de consuelo... Tsunade-sama no pondrá a Sasuke como renegado hasta que se confirme que lo siguió con malas intenciones...
—Sólo se fue..., Sakura. Pero gracias por intentar consolarme—sonrió levemente con sinceridad, aunque no duró mucho.
Sakura se sorprendió por su acción, pero pensó que su sonrisa era la más bonita que había visto. La sangre subió a sus mejillas rápidamente sólo de pensarlo, por lo que se obligó a seguir su trabajo. Itachi había vuelto a observar la ventana, así que supuso que no había visto nada.
Mientras tanto, Tsunade, Jiraiya y Kakashi buscaban una manera de buscar a los dos miembros del Equipo 7. Por lo que Itachi les había contado, seguramente Madara tuviera a Naruto en una celda y lo torturaría hasta la hora en la que extrajeran el bijuu. Pero no sabía qué planes tendría para su hermano. Quizás por ello era que estaba tan preocupado.
—No creo que estén en la misma zona que la guarida en la que sacaron el bijuu de Gaara. Y ya que Itachi nos ha dado los puntos de las demás guaridas, podemos ir a investigar—habló Jiraiya.
—Tendremos que poner a nuestra disposición muchos ninjas buenos. Los akatsuki, como criminales de rango S, son muy difíciles de matar—le siguió Kakashi, preocupado—. Por la información que tenemos, los más poderosos son Pain y Madara, seguidos por Kisame, en cuanto a fuerza y habilidades. Mientras que Hidan y Kakuzu son... prácticamente inmortales.
—Sí, eso es un problema. Pero tenemos que hacer algo. Mandaré a un grupo de rastreo para cada guarida que tenemos situadas. Serán principalmente ANBUs especializados en ello. Mientras tanto, hablaré con Itachi, a ver si consigo que me diga la verdad sobre la masacre del clan Uchiha.
Los dos asintieron y Kakashi se fue, dejando a solas a Tsunade y a Jiraiya. El peliplata caminó por las calles de Konoha, preocupado por sus alumnos, ya que cada uno tenía sus propios problemas. Sabía que en aquel último mes habían pasado muchas cosas que habían puesto patas arriba la Aldea de Konoha y eso no podía estresarlo más de lo que ya estaba. Naruto, al que se daba por muerto, aparece entre las filas de Akatsuki. Sasuke se libera de la prisión y se va voluntariamente con Madara al entender lo que pasó con su clan. Sakura parecía no saber cómo actuar ahora. Sus dos compañeros de equipo pasan de estar muerto y en prisión a estar vivo en una organización criminal y el otro en libertad... en la misma organización criminal. Si Sakura caía en depresión, no le sorprendería nada.
Itachi, que descansaba en la cama del hospital, no dejaba de mirar hacia el cielo, cuando alguien abrió la puerta. Su sorpresa cambió a furia en cuanto supo de quién se trataba su visita: Danzo Shimura. El anciano líder de Raíz lo miró con superioridad y odio, aunque eso no intimidó al Uchiha.
—¿Qué se supone que estás haciendo en Konoha, Itachi? Desde el momento en el que se te calificó como traidor a la aldea, se te tiene prohibido pisarla.
—No me das miedo, Danzo-san. Como ya debe de saber, me trajo el líder de mi organización al borde de la muerte y estoy aquí por órdenes de la Hokage. Usted no tiene voz ni voto en sus decisiones. Ahora, si no le importa, me gustaría que abandonara la habitación de inmediato.
—¿¡Cómo te atreves, niño insolente!?
—Itachi tiene razón. Mis decisiones no son de su incumbencia, Danzo—habló Tsunade, que acababa de llegar al hospital para hablar con el menor—. Retírese.
Danzo frunció el ceño, maldiciendo a la Hokage y alzó el mentón orgulloso antes de marcharse. Cuando desapareció, Tsunade suspiró y se acercó a Itachi, que parecía haber respirado por fin después de acumular tanta tensión. Mientras la rubia revisaba todos los sueros y las constantes, aparte de las heridas, Itachi cerró los ojos un poco incómodo.
—Bien. Lo primero es que tus heridas están curadas y estás en buena condición física. Aunque... no sé si sabes que tienes un problema en tus pulmones...
—Sí, sí lo sé... Aunque antes de que Sakura-san y Naruto me curaran juntos estaba aún peor—le informó sorprendiéndola.
—Interesante. Ya me contarás lo que pasó. Lo segundo, me gustaría que me hablaras de eso que mencionó Madara. Quiero que me cuentes la verdad de la masacre del clan Uchiha, con pelos y señales. Como comprenderás, no me gusta dejar cabos sueltos.
Itachi respiró hondo y, posteriormente, asintió de acuerdo. Pero no se lo contó de palabra, sino que, directamente, utilizó su Sharingan para que lo viera por sus propios ojos. Tsunade estaba asombrada por tal habilidad, pero así descubrió toda la verdad y sintió pena por aquel chico. ¿De verdad había tenido que pasar por todo aquello él solo?
—Vaya...
—Sólo quiero decirle, que no me arrepiento de lo que hice. Mi objetivo al escoger aquella decisión fue salvar a mi hermano. Lo único que me reprocho a mí mismo, es no decirle la verdad a Sasuke. Quizás todo sería diferente ahora. De todas maneras: lo hecho, hecho está. No se puede volver atrás.
—Entiendo... Itachi, haremos lo posible para traer de vuelta a los dos. No te preocupes por eso. Y en cuanto a Danzo... ten mucho cuidado. Si no estoy presente, no puedo garantizarte tu seguridad.
—Sí, lo sé. Gracias por avisarme.
—Te dejaré en el hospital dos días más. Aun así, te quitaré los cables y la máquina para que estés más cómodo.
Itachi asintió y, luego de terminar, Tsunade se marchó dejándolo solo. Suspiró y volvió su mirada a la ventana de nuevo. Quería ayudar, y nadie se lo iba a impedir.
*******
Holaaa. He visto que de este cap me faltaba un poco, así que lo he terminado en mi media hora de descanso. Espero que os esté gustando. Ya más o menos tengo el esquema hecho, pero me quedan retocar algunas cositas.
Espero no tardar mucho para el siguiente cap, pero como dije en otra de mis obras, estaré en pausa hasta un par de semana por trabajos de la uni, por lo que no tendré tiempo de escribir mucho. Eso es todo.
Aquí se despide Luthien, ciao!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top