C6. Reencuentro
La semana pasó y los Equipos 7 y 8 junto a Jiraiya se reunieron en la oficina de Tsunade para hablar de la misión. El Equipo 8 no sabía muy bien por qué los habían llamado. Hacía un año que todos se habían convertido en Jounin y habían empezado a hacer misiones con otros ninjas. Cuando Kakashi y Sasuke llegaron, Tsunade comenzó la reunión.
—Bien. Ya que estamos todos, os informo de la misión. Jiraiya ha traído nueva información sobre Akatsuki. Al parecer, el jefe de la organización vive en Amegakure. Sin embargo, esa zona está actualmente en situación de conflictos. Por ese mismo hecho, buscaremos por los alrededores—dijo enseñando un mapa en alto—. Las fronteras de Iwa, Suna y Konoha, además de las Aldeas de la Hierba, los Pájaros y de la Piedra. Buscaréis también posibles guaridas de Akatsuki.
—¿Y qué ocurre con la guarida que encontramos en la Aldea de la Piedra?—preguntó Sakura.
—Si no recuerdo mal, entre Chiyo-sama y tú la destruisteis, ¿no?
Sakura asintió avergonzada por su estúpida pregunta y Tsunade siguió con la misión.
—Equipo 8, os he elegido como refuerzo y escuadrón de seguimiento. Si encontráis alguna pista de Menma, intentad dar con él—los tres asintieron de acuerdo—. Bien, como jefe de escuadrón he seleccionado a un ANBU. ¡Yamato!
Un shinobi de pelo castaño, ojos almendrados y una placa que rodeaba la mayor parte de su rostro se presentó delante de ellos. Tsunade lo presentó y luego él se colocó al lado de Kakashi, que lo miraba con una sonrisa. La hokage siguió explicando el procedimiento de la misión y cada uno de ellos apuntó en sus mentes lo que debían hacer.
—¡Doy por comenzada esta misión!—gritó haciendo que todos desaparecieran de la oficina. Ella suspiró algo estresada—. Naruto...
—Volverá, Tsunade. Tenlo por seguro—sonrió Jiraiya consolándola.
[...]
Mientras tanto, Naruto e Itachi habían salido de misión. Tenían que buscar a la Jinchuriki del Nanabi, Fuu. Naruto no había tenido más remedio que aceptar a pesar de estar en contra. Por la información que Pain le había entregado, ella podría tener pocos años menos que él. En conclusión, una niña. Y no merecía morir. Además, había notado que Kurama estaba un poco molesto con él y lo entendía. Capturar a uno de sus hermanos para que el Juubi se lo tragara no era un plato de buen gusto.
Así, los dos shinobi se dirigían a la Aldea de la Cascada en silencio. Ninguno de los dos había vuelto a hablar desde que Naruto le pidió que le contara la verdad a Konoha y que viviera. Pensaba que todos los que él creía que eran sus amigos, lo dejaban. Sólo hablaron para decidir cosas importantes como elegir la comida o la posada donde iban a dormir.
Estaban comiendo en la Aldea de la Hierba cuando escucharon de unos comerciantes que habían visto a dos grupos de Konoha preguntando por Akatsuki y un tal Menma. El ojiazul frunció el ceño y apretó suficientemente el puño como para romper los palillos en sus manos. En ese momento, odiaba a Kakashi.
—¡Oh! ¡Y Sasuke Uchiha ha vuelto a las filas ninja! ¡Konoha es idiota perdonando a los asesinos!
—¡Pero mató al Kyubi! ¡Digo yo que eso se merece una recompensa!—rió otro de ellos.
Naruto iba a matarlos cuando Itachi lo interrumpió colocando su mano en el hombro del Uzumaki. Sus ojos rojos ya le advertían que no lo hiciera, así que volvió a sentarse en silencio. Cuando acabaron de comer, los dos siguieron su camino sin saber que se los encontrarían cara a cara nada más salir de la aldea.
Los dos grupos rodeaban al par de Akatsuki. Los ninjas de la Hoja estaban nerviosos y sorprendidos, sin embargo los dos criminales estaban bastante relajados. Sasuke miraba a su hermano con ira, pero luego mantuvo la compostura. Quería darle el beneficio de la duda. Mientras que Menma observaba a Kakashi.
—Kakashi Hatake... Quién avisa—empezó a decir antes de que se teletransportara a la espalda del peliplateado con un kunai en su cuello—, no es traidor. Dije que la próxima vez que nos viéramos no me contendría.
—Menma...—lo llamó bajo la atenta mirada de todos—. Todos queremos que vuelvas.
—Ja—rió Naruto con burla y comenzó a carcajearse—. ¿Volver? ¡Konoha no es mi hogar! ¿¡Por qué iba a volver!?—gritó ahora con ira apretando el kunai provocando que un hilo de sangre saliera del cuello del mayor.
—Yo pedí buscarte—habló Sasuke ahora, con un kunai expuesto a la defensiva.
—¿Tú? No me hagas reír, Uchiha. El vengador que mató a su compañero para no volver... Buscando a alguien, desesperado para que vuelva. Qué irónico, ¿verdad, Itachi? Tu hermanito es muy gracioso.
—Menma, vámonos. Tenemos una misión—habló Itachi tranquilo, comenzando a caminar, pero los ninjas lo atacaron haciéndolo esquivar algunas de ellas—. Tsk. Estamos perdiendo tiempo.
La situación estaba tensa, todos los ninjas apuntaban a Itachi, excepto Kakashi, que estaba atrapado por Menma. Nadie decía nada y la tensión aumentaba por momentos. El peliplateado sentía su sangre caer por su cuello y tragó con fuerza. No porque no pudiera defenderse, sólo que, si quería convencer a Naruto, la violencia no era el mejor camino.
—Menma. Nada de lo que te dijeron en Akatsuki es cierto—habló Kakashi de nuevo, con sus ojos cerrados—. Todos fueron al entierro de Naruto, lo querían y lo quieren.
—¿Qué tiene que ver Naruto en esto?—preguntó Kiba sin saber nada, pero Akamaru resolvió sus dudas sorprendiéndolo. Miró al enmascarado con los ojos bien abiertos y lo señaló—. ¿¡Tú eres Naruto!?
Todos lo miraron, esperando una respuesta, lo que Itachi aprovechó para salir de aquel círculo de ninjas que lo rodeaba. Menma suspiró y soltó a Kakashi, empujándolo a un lado. Sabía que ya había acabado todo. Un poco alejado de ellos, se quitó la máscara. La mirada sorprendida de todos, lo hizo chistar y comenzó a caminar, cuando sintió a uno de ellos seguirle. Iba a atacar, pero cuando giró, notó que lo abrazaba con fuerza. Al mirar hacia la persona, se dio cuenta de que se trataba de Hinata. Ella comenzó a llorar en su pecho mientras lo abrazaba.
—Naruto-kun... ¡Naruto-kun!—gritó entre sollozos—. ¿¡Por qué!? ¿Sabes lo que hemos sufrido todos por tu muerte? ¿Sabes lo que yo he sufrido? ¡Te amaba! ¡Mi corazón se rompió en mil pedazos cuando me enteré de que habías muerto!
—Hinata...—susurró sorprendido, todavía con los ojos abiertos de par en par.
—Hinata se pasó meses con depresión, ¿sabes?—le reprochó Kiba—. Estuvimos un buen tiempo sin hacer misiones.
—Hasta que le convencimos de que si se quedaba todo el día en cama, te decepcionarías por rendirse. Ella recordó los exámenes chunnin, cuando la animaste y le gritaste que no se rindiera, que luchara con fuerza y le hiciera entender a Neji que el destino no lo era todo—habló Sakura.
—Todos nos decidimos seguir tu camino ninja, Naruto-kun...—murmuró Hinata en su pecho.
Los ojos de Menma estaban aguados y todos los veían. Naruto sintió que toda su vida había sido una mentira. Con cuidado, separó a Hinata de él y tragó con fuerza desviando su mirada. No podía, no podía marcharse.
—Lo siento, pero no voy a volver. Yo mismo traicioné mi propio camino ninja... No me busquéis, no insistáis, será peor para vosotros. Aceptad que me he ido y marcháos a casa. Fuera de Konoha estáis en peligro... dattebayo.
Todos los ninjas estaban sorprendidos, más Menma no los miró y se dio la vuelta para volver con Itachi. Veían cómo Naruto se marchaba y ninguno de ellos hacía ni decía nada. Hasta que un shuriken rozó su mejilla, sorprendiéndolo. Miró de reojo al grupo. El único que estaba armado era Sasuke y los demás lo miraban sin saber por qué lo había hecho.
—No des un paso más, dobe. Volverás a Konoha con nosotros y daremos por victoriosa esta misión—habló.
—¿Por qué? ¿Porque tu quieras? Me parece mentira que aún no hayas aprendido las enseñanzas de Kakashi. ¿Estás buscando que te mate? Porque lo estás consiguiendo—habló con reproche y molestia.
—Vas a venir, sí o sí—dijo lanzando esta vez un kunai.
Naruto enfureció, sacando a la luz el chakra del Kyubi. Itachi se acercó, esperando que no se saliera de control, gritando su nombre para que lo escuchara, pero no le hacía caso. 6 colas eran las que habían salido a la luz y se había lanzado directamente a Sasuke con una velocidad impresionante. Sin embargo, alguien se interpuso entre su ataque y el Uchiha menor.
Gracias al Sharingan del que se había interpuesto, Menma había vuelto a la normalidad, observando el panorama. Itachi había protegido a su hermano y había recibido un corte profundo en su pecho. Sasuke, sorprendido a más no poder, se preguntaba a sí mismo por qué lo había hecho, ¿por qué lo había salvado del ataque?
—I-Itachi...—susurraron los dos a la vez.
Naruto se odiaba a sí mismo por aquello. Sakura se había acercado para curar a Itachi, que había quedado inconsciente a un lado de su estupefacto hermano. Mientras Sakura hacía su trabajo, molesta por no poder hacer mucho, Naruto le reprochaba al Uchiha por ser tan estúpido.
—¡Tenemos que llevarlo al hospital! Si no, morirá.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top