C3. Menma

3 años después
Konoha.

Era un día soleado, pero aun así, las noticias que habían llegado a la aldea no eran buenas. Akatsuki había raptado al Kazekage. Sakura, Neji, Lee, Tenten, Gai y Kakashi salieron con rapidez de Konoha. La aldea de la arena había avisado de la tragedia y habían pedido ayuda a su aliada. Por el camino, encontraron a Temari, que volvía a Suna después de una misión en la Aldea de la Hoja.

Así, los siete corrieron a toda prisa a la Aldea de la Arena, esperando que no fuera demasiado tarde para Gaara. El envenenamiento de Kankuro y la curación de Sakura sucedieron rápidamente antes de que los dos grupos se dirigieran a la guarida de Akatsuki, acompañados por la abuela Chiyo y Temari, que había conseguido convencer al consejero de dejarla ir. 

Allí, los 10 miembros de la organización, sacaban el bijuu de Gaara. El Shukaku, más conocido como Ichibi. Terminada la tarea, tres miembros en estado físico se quedaron esperando a los grupos que los acechaban. Esperaban el momento en el que encontraran la manera de abrir la guarida y así  luchar con ellos. 

Minutos después, la roca de la entrada se rompió en pedazos, dejando entrar a uno de los grupos, ya que el otro estaba demasiado ocupado en luchar contra sí mismos gracias a los sellos que habían quitado. Entonces, el equipo de  Kakashi, Sakura, Temari y Chiyo pudo ver a tres Akatsuki, uno de ellos, sentado en el pecho de Gaara.

—¡No utilices a mi hermano de sillón, malnacido!—gritó Temari alterada, sacando su abanico, pero Kakashi la interrumpió.

Temari tensó su mandíbula, sabiendo que no conseguiría nada. Mientras tanto, uno de los Akatsuki suspiró. Se trataba de un chico, de más o menos unos 16 años. Pelo negro y enmascarado con una careta de ANBU zorro. Kakashi, al prestarle atención como todos los demás, sintió que lo conocía. Pero... ¿de qué?

—Bueno, yo ya acabé aquí. Sacar bijuus es agotado...

—¿A dónde vas, Menma?—le reprochó el Akatsuki marioneta—. Pain-sama nos ha ordenado a los tres pelear con ellos.

—Eso. No te escaquees mocoso, hmm—habló entonces el rubio.

—Cuanto menos me relacione con los de Konoha mejor—comentó el pelinegro comenzando a caminar, pero la cola venenosa de Sasori le interrumpió el paso amenazante, por lo que subió las palmas en señal de paz—. Bien, bien... Me quedo con el viejo.

Kakashi alzó una ceja, algo ofendido y se preparó para luchar. Todos oyeron una risa del enmascarado que los dejó confusos a todos. En menos de un segundo, el Akatsuki apareció detrás de Kakashi ahogándolo con su brazo por el cuello. Todos  se asustaron, aún más cuando los dos desaparecieron, dejándolos a ellos solos.

—Bueno, yo me llevo al Jinchuriki. Hasta otra—habló el rubio cogiendo el cuerpo con una de sus aves de cera y comenzando a volar en dirección hasta otra guarida. Hasta que se dio cuenta de que la rubia lo perseguía, insistiendo en que le devolviera a su hermano.

Por otro lado, Sasori se quedó a cargo de la pelirrosada y de su abuela, que comenzaron a luchar con él. Así que, Menma y Kakashi quedaron solos en el bosque. Al peliplateado le había cogido por sorpresa aquella forma de separarlo de sus compañeros, ya que le recordaba a la técnica que utilizaba su sensei, Minato Namikaze. Hiraishin no Jutsu.

—¿Quién eres?—preguntó Kakashi entrecerrando los ojos molesto—. Y lo más importante de todo, ¿por qué no has aprovechado para matarme? Lo tenías muy fácil...

—Si voy a pelear, quiero hacerlo bien... Además, quisiera preguntarte algo antes.

—¿Preguntarme... algo? Como si fuera a responderte...

—¿Quién fue al entierro del Jinchuriki?—cuestionó de repente, haciendo sorprender al Hatake. Como el mayor no contestaba, pensó que no había entendido la pregunta—. Parece que has pillado mi pregunta. ¿Quiénes fueron al entierro de Naruto Uzumaki?

—¿Por qué quieres saber eso? No es de tu incumbencia.

—Depende de lo que me contestes lucharemos o te mataré de una vez—confesó el pelinegro dejando confundido a su contrincante.

El pelinegro se cruzó de brazos con la espalda recta, esperando la respuesta del mayor. Sin embargo, Kakashi no sabía por qué aquella persona quería saber aquello. Recordar el entierro de su alumno no era muy agradable para él. Sin deshacer su postura de defensa, suspiró bajando la mirada.

—Mi alumna Sakura, Tsunade-sama, Jiraiya-sama, y los equipos 3, 8 y 10, además de mí. Los equipos eran gennin de la misma generación que mi alumno. Desde su muerte, todos cambiaron su camino ninja. No rendirse jamás ni retroceder en sus palabras... ¿Pero por qué quieres saberlo?

La respuesta de Kakashi lo dejó paralizado. ¿Todos... habían cambiado su camino ninja... por él? Apretó con fuerza sus puños y su mandíbula completamente irritado. Kakashi notó el cambio de comportamiento del chico y se confundió todavía más. Se había quedado completamente quieto.

Te dije que no podías confiar en el enmascarado.

Cállate, Kurama. Ahora solo quiero descargar mi ira.

El pelinegro corrió entonces para golpear al peliplateado que, al darse cuenta de sus intenciones, se defendió con el kunai que portaba en la mano. Pero cuando se juntaron, el joven no pudo golpearlo, solo agarró el chaleco jounin con fuerza, tiritando. Luego empujó a este con fuerza, aunque no terminó de hacerlo caer. Kakashi seguía en shock. El chico no iba en serio.

—¿Por qué nadie le dijo la verdad a ese chico? Tú eras su sensei, ¿verdad? ¿Por qué no le contaste?

—¿A qué te refieres?

—¡Sus padres! ¡El Yondaime Hokage y la Habanera Sangrienta! ¿Por qué nadie se lo dijo? ¿No crees que él merecía saberlo? ¡Dímelo!—le gritó con rabia sorprendiendo a Kakashi.

—¿C-Cómo lo sabes?—el peliblanco abrió los ojos por la sorpresa y sintió que aquello seguía un extraño camino.

—Sé muchas cosas, Hatake. Pero eso no importa, ¡contesta a mi pregunta!

—Yondaime decidió que se guardara el secreto. Él era odiado por otras aldeas ninja, como Iwa, y si morían él y su mujer, no querían que nadie lo supiera y no estaría en constante riesgo de muerte por ataques de otras aldeas. Fue por protección. Yo le prometí cuidarlo y lo hice en su infancia, pero luego él luchó con su compañero de equipo y murió. Quería decírselo en el momento en el que probara que ya estaba listo para defenderse a sí mismo...

—¡Malditos seáis todos!

Cálmate. Si te alteras, saldrá tu verdadero yo y sospechará.

La conversación acabó, comenzando con una lucha de Taijutsu. El pelinegro había avanzado mucho en cualquier rama y lo notó, ya que recordaba que luchar contra el Hatake era mucho más difícil antes. Cuando se intercambiaron una serie de patadas, los dos se separaron a una distancia considerable y comenzaron con los jutsus. El hecho de que el chico utilizara jutsus de viento lo sorprendía, ya que eran jutsus de gran nivel.

—¿Quién eres? ¿Por qué te interesa tanto Naruto?

—Soy un Akatsuki, nuestro objetivo principal son los bijuus. El no tener uno de ellos dificulta un poco el plan. Eso es lo único que debes saber.

Pero aun así, Kakashi no quiso darse por vencido, siguiendo con la pelea de taijutsu, hasta que en un leve momento en el que el pelinegro se despistó creyendo ver a Zetsu y Kakashi consiguió encajarle un golpe en la cara, mandándolo varios metros hacia atrás. Cuando el chico notó que la máscara estaba a punto de resquebrajarse, el chico se tapó la cara con la capa.

—¡Ni se te ocurra acercarte!—le gritó el chico, pero Kakashi volvió a atacarlo, obligándolo a destaparse, dejando ver sus ojos azules y tres marcas de bigotes en cada mejilla.

Cuando se dio cuenta de quién era, se quedó paralizado, con el Chidori aún chirriando en su mano, a solo un segundo de darle. El pelinegro le dio una patada en el estómago, echándolo hacia atrás y saltó para incorporarse. Frunció el ceño, dejando salir el chakra del Kyubi, mostrando sus ojos rojos y sus marcas más prominentes.

—¿N-Naruto?—preguntó con los ojos abiertos de nuevo, sin saber cómo comportarse.

—Naruto murió hace 3 años, Hatake. No me llames así—le reprochó. Sacó un pergamino y, en un rápido movimiento, sacó de este una nueva máscara, tapándose la cara.

—¿Por qué estás con ellos? ¡Eres un Jinchuriki! ¡Te matarán!

—Me uní con todas sus consecuencias a cambio de la verdad, Kakashi. Así que no te metas en mi vida. Tú decidiste esconderla y te salió mal la jugada. Olvida que me has visto y márchate. Con un poco de suerte, nadie nos habrá visto y no nos matarán a ninguno.

Antes de que Kakashi pudiera decirle algo, Naruto desapareció en una bola de humo dejando a Kakashi solo. Comenzó a hiperventilar. Todo aquel tiempo, había estado vivo... Entonces, ¿quién era el chico que enterraron? ¿Qué le dijeron para que aceptara unirse a ellos?

Sin poder evitarlo y alejando todos sus pensamientos a un lado, sonrió aliviado y cayó al suelo de rodillas sintiendo que se deshacía de un gran peso en su espalda. A pesar de que ahora tenía que sumar que su alumno estaba ahora en una organización criminal de rango S. Tenía que contárselo a Tsunade-sama. Pero lo primero era ver cómo estaban sus compañeros. ¿Habían conseguido acabar con los Akatsuki? Esperaba que sí.

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