C25. La vuelta

Shikamaru había despertado al día siguiente de salir, por lo que había podido recuperarse adecuadamente gracias a los cuidados de Sakura y Tsunade. Chouji, Ino y Asuma lo regañaron por su osadía, pero igualmente lo abrazaron con fuerza por estar vivo.

Mientras que Kakashi no despertó hasta después de 5 días, ya en las inmediaciones del País del Fuego. El peliplata abrió los ojos desubicado y fue cuando Sakura lo ayudó a incorporarse. La Haruno le contó todo, dejando que el resto preparara el lugar para descansar. Kakashi llamó a Naruto, quien ayudaba a acomodar la zona y este se acercó quedándose él y su antiguo sensei a solas.

—¿Estás bien?—preguntó Kakashi hacia el Uzumaki.

—Sí. Y lo habría estado aun si no te hubieras interpuesto. Te dije que no te metieras—Kakashi frunció el ceño ante la molestia de Naruto, aunque luego se extrañó por la tristeza que inundó al rubio—. Me preocupé cuando perdiste el conocimiento. La herida era muy grave y ni Kurama ni yo sabíamos cómo curarte...

—Naruto...—se sorprendió el Hatake, sin saber qué decir.

—No lo vuelvas a hacer...

Kakashi asintió y vio cómo Naruto se sentaba a un lado, sin mirarlo. Solo cruzó sus brazos y se apoyó sobre sus rodillas. El peliplata puso la mano sobre su hombro y lo apretó suavemente para darle ánimos.

—¿Qué pasó con Obito?—preguntó.

—Escapó... Y la verdad es que fue mejor así. Si hubiera estado pendiente de la lucha contra él, tú habrías muerto.

Ninguno de ellos volvió a hablar, hasta que el peliplata recordó lo que le echó en cara por aquella carta. Entendía que Naruto podría estar resentido con ellos por muchas cuestiones, pero él mismo le había ocultado quiénes eran sus padres.

—Naruto. Lo siento por no contarte antes que tus padres eran Minato-sensei y Kushina—se disculpó—. Al principio creí que el bebé también había muerto, pero cuando te vi la primera vez tan pequeño, supe que eras tú. Hablé con Sandaime y él me lo confirmó, pero me obligó a ocultarlo. Según él, tu padre decidió ocultarte por miedo a que otras aldeas enemigas te atacaran en el caso de que ellos no estuvieran.

Naruto lo escuchaba atentamente. Desde que supo que Kakashi conocía la identidad de sus padres había querido saber por qué se lo había ocultado y no le había dicho nada. Pero no quería traer problemas pasados. Estaba alegre de saber quiénes eran sus padres, sin embargo no lo estaba en cuanto a la decisión de convertirlo en un Jinchuriki ni tampoco de ocultar quién era a todos, al menos a él mismo.

—Eso ya es pasado, Kakashi. Estoy molesto por eso, pero lo hecho, hecho está. Las cosas han sucedido así y no hay vuelta atrás—comentó levantándose—. Igual que sucedió con Rin. Obito cayó en la oscuridad. Por lo que he podido comprobar, él te echa la culpa de su muerte y tú también. Fuera lo que fuera lo que pasó, ya es pasado. Tanto tú como él deberíais aceptarlo. Rin ya no está. Ahora volvamos, hay mucho por hacer aún.

El mayor, algo sorprendido por las palabras de su alumno, asintió sin nada que decir. En aquel tiempo Naruto había cambiado notablemente y había madurado bastante. No podía creer que ese fuera aquel niño activo y alegre que metía la pata una vez y otra también. Con un suspiro, hizo un esfuerzo por dormir todo lo posible en aquel descanso hasta que volvieran a emprender su camino.

Unos días después, el grupo de shinobi llegó a la aldea de Konoha, la cual estaba en proceso de restauración. A lo lejos, se podía ver a Shizune llevando el control de los carpinteros y shinobi que trabajaban en las obras, mientras que algunos otros hacían un descanso. Tsunade se sintió orgullosa por su ayudante. El Equipo Gai y el Equipo 8 se dispusieron a ayudar con la reconstrucción en cuanto llegaron; pero los Sannin, los ex-Akatsuki, y los Equipos 10 y 7 se dirigieron al hospital, para internar a aquellos que seguían heridos y además tratar los asuntos que les competían.

Sakura se encargó de llevar a los heridos a sus habitaciones y colocarles un ninja médico responsable. Itachi y Kakashi quedaron en una habitación, y Asuma y Shikamaru fueron a la siguiente. Ino y Chouji se quedaron velando por sus compañeros de equipo, a los cuales se sumó Kurenai momentos después informada de su llegada. Mientras tanto, Naruto, Sasuke, Konan, Kisame y los Sannin se encontraban en la oficina que la Hokage usaba en el hospital.

—Bien—comenzó Tsunade—. La situación de Konoha en estos momentos es crítica y delicada. Como podréis comprender, no querrán que personas que hayan pertenecido a Akatsuki se establezcan en la aldea como si nada. Konan, Kisame, les recomiendo que se hospeden en alguna aldea cercana para que podamos hallarlos con facilidad una vez que se requiera de vuestra presencia.

Ambos asintieron, sin embargo, Kisame se quedó con una duda que llevaba tiempo pensando.

—¿Y qué pasará con Itachi? Él también perteneció a la organización.

—Itachi es un caso aparte. Como shinobi renegado de Konoha tiene cuentas pendientes con la aldea. Por lo tanto, debido a eso y a su grave enfermedad, ocupará su actual plaza en el hospital. Lo ideal sería someterlo a un juicio. Con toda la nueva información recabada, podemos reanudar su caso a otro nivel.

Una vez solventada su duda, Kisame asintió de acuerdo y se mantuvo al margen junto a Konan. Entonces, fue el turno de Naruto y Sasuke. Los dos dieron un paso adelante y dieron la cara a Tsunade, quien los miraba a los dos como un partido de ping pong sin saber cómo comenzar.

—No sé qué hacer con vosotros, sinceramente—comentó con un largo suspiro—. Tendré que estudiar vuestro caso con detenimiento, pero no será nada bueno, al menos por parte de los consejeros y de los habitantes de la aldea. Naruto... todos de verdad creímos que estabas muerto. Los shinobi de tu generación llegaron a convertirse en Jounin porque les diste ese empujón para seguir adelante y seguir tu camino ninja. Incluso yo dejé de beber y apostar gracias a ti.

—Wow... Y todo eso estando supuestamente muerto. Es decir que... ¿tengo que volver a morirme para que todo siga adelante?—comentó con sarcasmo.

Tsunade lo observó con el ceño fruncido y se contuvo para no darle un puñetazo.

—No seas cazurro, Naruto. Lo que quiero decir, es que dejaste huella en tus compañeros. Llegaste a ser un gran amigo para ellos, y te querían tal y como eras. Tu muerte causó mucho daño a estos chicos. Y no solo en ellos, también en mí y en Jiraiya.

—Ya... Dos personas que sabían quiénes eran mis padres y nunca me lo dijeron. ¿Verdad, padrino?

—Naruto...—dijo el Sannin, decaído.

—Pero—lo interrumpió el rubio—... me ayudaste. Gracias a ti, pude entrenar el Modo Sabio y derrotar a Pain. Gracias a Nagato, todos los que murieron aquel día resucitaron...—comentó mientras observaba a Konan, quien desviaba la mirada—. La muerte de Nagato fue dura, pero él se arrepintió de lo que hizo a tiempo.

—Hablaremos de eso con más detenimiento en otro momento, Naruto—dijo Tsunade recibiendo la atención de todos—. En cuanto a ti, Sasuke. No solo te tuvimos encerrado durante todos estos años por haber huido de la aldea y haber "matado" a Naruto. Cuando Madara llegó a Konoha con Itachi herido, te fuiste con él. ¿Puedes explicarnos por qué?

Sasuke miró a todos y con rectitud miró a Tsunade. No quería que todos ellos supieran de sus intenciones, pero no tenía más remedio que hacerlo. Con un largo suspiro, comenzó a hablar.

—La venganza me cegó y por ello huí de la aldea en busca del poder que Orochimaru me había prometido. En el proceso, herí a Naruto y me fui dejándolo inconsciente. No supe de la noticia de su muerte hasta unos días después. Lo primero que hice fue volver a la aldea para desmentir aquello, pero cuando Kakashi me detuvo pude ver de verdad el dolor de su muerte. No pude creerlo, pero me culpé a mí mismo de haberlo matado aun sin quererlo—contó sin mirar a Naruto, quien escuchaba con atención lo que su compañero decía—. Pasé todos estos años, preguntándome por qué lo había matado, hasta que las noticias de que Naruto estaba vivo me sacaron de allí. Se abrió su tumba y, efectivamente, no había ningún cuerpo. Aun así, la culpabilidad de haber provocado aquella situación me hizo darme cuenta que tenía que solucionarlo. Cuando Madara vino con mi hermano, y él me advirtió que Naruto estaba en peligro, fue espontáneo. Ni siquiera lo pensé dos veces.

—Vaya, eso es sorprendente, dattebayo—comentó Naruto con una ceja alzada.

—Calla, Naruto—lo reprendió Tsunade enfadada por sus comentarios. Naruto llevó sus manos a la nuca y suspiró notablemente, mientras se apoyaba en la pared, fingiendo que no le interesaba aquella parte de la conversación—. Entonces lo hiciste para salvar a Naruto.

—Sí. Cuando llegué allí, lo tenían encadenado y golpeado, además de sin comida. Incluso me hicieron torturarlo. Sin embargo, los encuentros fueron disminuyendo hasta que me informaron que ya se habían deshecho de él. Habían estado vigilando nuestras conversaciones y por ello me encerraron. Fue cuando llegasteis todos y comenzó la batalla contra Akatsuki. Siento si fui muy impulsivo...

—Sí, lo fuiste. Pero gracias a Kami-sama, todo ha salido bien. De todas maneras, todos vosotros tendréis vuestro juicio y en ellos se decidirá lo que haremos con vosotros. Lamento deciros que lo mejor será que permanezcáis en las celdas hasta ese momento. Aun así, se os dispondrá lo que necesitéis.

Naruto y Sasuke asintieron de acuerdo, por lo que Tsunade llamó a un par de ANBU y los llevaron a las celdas. Mientras tanto, Kisame se había marchado y Konan aguardaba a que los tres Sannin terminaran de ocupar el asunto de Orochimaru y su deserción de Konoha. Quería hablar con Jiraiya y contarle todo lo que había sucedido. Quería disculparse por haber caído en la oscuridad después de sus enseñanzas y así redimirse finalmente.

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¡He vuelto! Espero quedarme mucho más tiempo y tener tiempo de publicar más capítulos a partir de ahora. Me da que a partir del siguiente capítulo, en el que se narrarán los juicios, habrá un gran salto temporal, pero no lo sé aún con seguridad.

Bueno, en cuanto tenga más información os la haré saber. Eso es todo, aquí se despide Luthien. Ciao!

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