C24. Sacrificio
La situación con Hidan era atemorizante. Habían conseguido averiguar que el jashinista necesitaba de aquel símbolo para hacerle daño a Asuma desde la distancia, sin embargo, aún no sabían cómo matarlo. Shikamaru no dejaba descansar su mente buscando una solución para derrotar al peliblanco. Entonces, el sonido de unas explosiones alertó a todos. La cueva había empezado a temblar y polvo caía del techo.
Era cuestión de tiempo que todos quedaran sepultados bajo las rocas. Sin pensarlo más, levantó la mirada levantó la mirada hacia el Akatsuki y se decidió. Comenzó a correr hasta él y esquivó la guadaña al milímetro para tirarse encima de él. Tal sorpresa fue el ataque, que el mayor no pudo evitar saltar del círculo hasta afuera. Shikamaru cayó en el círculo y con su zapato borró gran parte de él.
—¡Corred!—gritó Shikamaru al resto de sus compañeros.
—¡Pero Shikamaru...!—lo llamó Asuma, sin embargo, el Nara no se dio la vuelta, sino que empezó a luchar con taijutsu contra el akatsuki—. ¡Tienes que salir tú también!
—¡He dicho que salgáis! ¡Si no me hacéis caso, lo que estoy haciendo será en vano! ¡Confiad en mí!—gritó antes de que la guadaña le hiciera un corte en el hombro, lo que lo hizo quejarse—. ¡Marcharos ahora!
Kisame, quién veía la escena con sorpresa, arrastró al Sarutobi hasta la salida. Ino y Chouji no querían marcharse, pero el Akimichi confiaba ciegamente en su compañero. Si él decía que se marcharan... es porque seguramente tenía algo en mente que lo sacaría de aquella. O al menos esperaba que saliera vivo de allí. Sólo cogió el brazo de la rubia y siguió a Kisame.
Minutos después se encontraban fuera de la cueva, a salvo. Al fondo, vieron al equipo Gai y los Sannin luchando contra Kakuzu cuando uno de los pinchos del pelo de Jiraiya atravesó el último corazón del Akatsuki. Tenten y Rock Lee estaban heridos, Neji se encontraba sofocado aunque las heridas que tenía eran superficiales al igual que Gai y Konan. Mientras que los Sannin bajaban de sus invocaciones y los hacían desaparecer, dejando ver algunas pequeñas heridas.
Pero ninguno de ellos se acercó, solo esperaban a que el Nara saliera de la cueva. Fue Tenten la que se dio cuenta de que el Equipo Asuma estaban allí. Y fue Konan la que se percató de que Deidara había desaparecido. Los Sannin y el Equipo Gai corrieron hacia ellos, esperando que estuvieran bien.
—¿Qué ocurre? ¿Por qué os quedáis ahí?—preguntó Jiraiya.
—Hemos oído varias explosiones dentro de la cueva y Shikamaru sigue dentro... luchando contra Hidan—contó Ino con preocupación y sus ojos llorosos—. Estamos esperando a que salga, que esté bien...
El estruendo en la cueva se fue haciendo mayor y tuvieron que retroceder para evitar daños. Tan solo segundos después, el techo de la cueva se desplomó formando una nube de polvo. Al disiparse, buscaron a Shikamaru, pero no apareció. Ino sollozó y cayó de rodillas al suelo con el mal presentimiento de que el Nara había quedado atrapado entre las rocas.
—¡No!—gritó Asuma, lanzándose a las rocas e intentando sacarlas para entrar, a pesar de que la herida en su pierna no dejaba de doler.
—¡Asuma!—lo llamó Tsunade, al ver la herida que sangraba en su pierna. Si seguía sangrando, probablemente moriría—. ¡No sigas! Deja que te cure la herida, si te desangras, morirás.
—Me da igual... solo quiero sacar a mi alumno de ahí, el cual se ha sacrificado para salvarnos.
—¡Shikamaru quería que estuviésemos todos bien! Si mueres, Asuma-sensei, lo que él ha hecho habrá sido en vano—dijo Chouji con los ojos llorosos—. ¡Por favor! ¡Deje que Tsunade-sama lo cure!
Asuma bajó la mirada y asintió ante la petición del Akimichi, por lo que Tsunade procedió a su cura.
En otro lugar, Naruto intentaba salir de la cueva. Había subido las escaleras que lo llevaban a la parte superior y ahora se entremetía por las rocas con Kakashi en su espalda, esperando llegar a la salida.
—Creo que estoy haciendo círculos mientras camino... todo me parece igual, dattebayo...—suspiró, acomodándose a Kakashi atrás—. Aguanta, Kakashi... con un poco de suerte, estaré yendo por el buen camino...
Siguió el camino hasta que se encontró con una roca enorme delante de él. No le quedó más remedio que buscar otra alternativa, cuando divisó el brazo de una persona bajo una acumulación de piedras. Dejó a Kakashi con cuidado apoyado en una de las paredes, para acercarse hasta allí. Al estar un poco más cerca, reconoció el inconfundible pelo piña de Shikamaru, por lo que corrió hasta él.
—¡Shikamaru!—gritó, intentando sacarlo de allí. Como él solo no pudo, invocó varios Kage Bunshin que lo ayudaron a levantar las rocas mientras otro de ellos lo sacaba con cuidado.
Mientras que otros clones buscaban a más de sus compañeros, notó que el Nara tenía heridas por todo el cuerpo y en su cabeza, una brecha que posiblemente lo dejó inconsciente. Rápidamente, buscó sus latidos. No imaginó tal alivio cuando escuchó su corazón. Sin embargo, pidió ayuda de nuevo a Kurama, el cual ya empezaba a arrepentirse de haberle contado a Naruto que podía dejar su chakra para que curaran.
—¡Ya te lo he dicho, mocoso! ¡No soy médico!
—Si no lo hacemos morirá, Kurama. Luego haré todo lo que quieras, pero hazme ese favor. Al menos hasta que consigamos salir...
—Te tomo la palabra. Si luego no haces lo que te digo, preveo un enorme dolor de estómago. Estás advertido.
—Entendido, dattebayo...
Sin esperar más, el chakra de Kurama fue curando poco a poco las heridas de Shikamaru, el cual se quejó un poco, pero no despertó. Naruto suspiró y deshizo a sus clones excepto a uno, para que llevara a Shikamaru. Así que, ya ambos en las espaldas de los Naruto, dieron la vuelta por donde habían llegado.
Pero un estruendo pilló a Naruto por sorpresa, pensando que la cueva volvía a caer. Una de las rocas a su lado explotó e intentó proteger a los heridos. Al levantar la mirada, Sasuke, Sakura, Hinata y Shino aparecieron delante de él. Una sonrisa de alivio se formó en su cara, agradecido porque hayan aparecido.
—¡Naruto!—gritó Sakura, pero entonces vio al peliplata y al pelinegro inconscientes en su espalda y en la de su clon—. ¡Kakashi-sensei! ¡Shikamaru! ¿Qué ha pasado?
—Kakashi se interpuso en un ataque de Obito contra mí—contó el Naruto original con indignación—. Su herida es bastante grave. Kurama ha hecho los primeros auxilios, pero no sé si podrá aguantar mucho más...
—Y mientras intentábamos salir de aquí, encontramos a Shikamaru bajo las rocas, inconsciente. Sigue vivo y también ha tenido primeros auxilios, pero no sabemos cómo está—dijo el Naruto clon. Sakura asintió reteniendo la información.
—Debemos salir fuera. La estructura de la cueva es débil ahora, podemos quedarnos encerrados—dijo Sasuke observando a Naruto.
Naruto estuvo de acuerdo y todos volvieron por el camino construido por la pelirrosa en dirección a la salida. Minutos después, todos estaban fuera, reuniéndose con Karin, Itachi, Sai, Kiba y Akamaru. Naruto y su clon dejaron a los heridos en el suelo cuidadosamente y Sakura junto a Hinata se dispuso a socorrerlos.
Mientras tanto, Naruto se apoyó en uno de los árboles cercanos y se sentó, respirando hondo. Segundos después, Sasuke lo imitó sin decir nada.
—¿Estás bien?—preguntó Naruto, sin mirarlo.
—Es complicado... ¿Y tú? Deberías dejar que te revisaran la herida que tienes en la frente...
Naruto tocó su frente y, efectivamente, se manchó de sangre luego de recibir un pequeño pinchazo. Suspiró y restregó su mano por su ropa, dejándola aún más sucia si cabe.
—También es complicado... Parece que es nuestro destino sufrir como lo hacemos, ¿no? Ya he perdido toda esperanza de que algo salga bien.
—Supongo que es así...—contestó el Uchiha mirando a su hermano, el cual descansaba un poco más alejado de ellos—. Aun tengo que hablar seriamente con mi hermano... y tengo ilusiones de que me diga lo que quiero oír, y que nuestra relación se arregle, pero sé que no será así, no será lo mismo...
Naruto observó en la misma dirección y suspiró. Sabía la historia de Itachi gracias a su propia testarudez. Más de una vez lo había tachado de asesino sin saber, y, aunque había matado a muchas personas, la razón de aquello no era simplemente porque él así lo quisiera.
—Es posible que lo que hizo no fuera lo correcto, pero Itachi siempre ha buscado tu felicidad, Sasuke. Deja que te explique lo que pasó, toda la verdad, y entonces serás tú el que decida si debe o no perdonarlo y arreglar las cosas con él.
—Hmp... Y lo de Obito...
—No quiero hablar de eso—lo cortó con el ceño fruncido—. Lo que hizo se quedó en el pasado. Por mucho que quiera matarlo, si lo hago ellos no volverán y mi infancia de mierda no se volverá feliz de repente. Si tengo que matarlo, lo haré. Pero no será por venganza. Será porque es un criminal y, si no lo paro, hará daño a mucha más gente.
—Entien...
—¡Shikamaru!—le interrumpió un grito femenino.
Al dirigir sus miradas hasta el grito, vieron al Equipo 10 correr hacia ellos. Chouji e Ino se acercaron a Shikamaru, preocupados, mientras que Asuma iba encima de un sapo de Jiraiya. Los Sannin, Konan y Kisame caminaban hasta ellos sin prisa, por lo que Naruto se levantó y Sasuke lo siguió.
—Menos mal que estáis todos bien, no puedo gastar más chakra...—comentó Sakura aliviada aunque también cansada
—¿Qué ha ocurrido aquí?—preguntó Tsunade mientras revisaba a Kakashi, Shikamaru y Kiba.
Sakura le contó lo que había ocurrido y Chouji le dio un gran abrazo a Naruto, sorprendiéndolo. Ino lo siguió y Naruto no sabía qué hacer.
—Etto...
—Pensábamos que Shikamaru había muerto ahí dentro—habló Chouji—. Gracias por salvarlo, Naruto.
—N-No hay de que... dattebayo. A parte de ti, Shikamaru era uno de los pocos que me trataba como un chico normal...—comentó, notando que el resto bajaba la mirada sin saber qué decir—. Ya que estamos todos, vámonos...
Los shinobi asintieron y cargaron a los heridos antes de comenzar su viaje de vuelta a Konoha. Sin embargo, Tsunade se paró frente a Naruto y, con lágrimas en los ojos, lo abrazó con fuerza haciendo que el rubio se quejara por el aplastamiento. Pero al notar a la actual Hokage llorar en su hombro, se calmó y la abrazó de vuelta con cariño.
—Maldito idiota desagradecido...—comentó la rubia, separándose de él—. Todos estos años haciéndonos creer que estabas muerto... ¿Cómo se te ocurre?
—Perdóname, dattebayo... pero es algo complicado de explicar. En aquel entonces estaba furioso, con vosotros y con todos, por culpa del lava cerebros de Madara o como quiera que se llame. Respondió preguntas que llevaba años queriendo saber, pero también me dijo muchas mentiras... Algunas me las creí como idiota que soy. Pero estoy vivo, lo he meditado seriamente, y quiero volver a Konoha. Donde una vez fue mi hogar y el de mis padres.
—Me alegro que...
—Pero—la interrumpió—... sé que no será posible sin que los aldeanos me vean como un asesino, perteneciente a Akatsuki. Nada volverá a ser lo mismo...
—Naruto... Al menos, inténtalo. Busca la manera de expiar tus malas acciones y de entablar de nuevo una conexión con la aldea.
—Las únicas personas que me han tratado bien en alguna ocasión están en este grupo. El resto de la aldea, todos ellos, me ven como el demonio del Kyubi. No negaré que tienen razón, puesto que lo soy, pero ambos sabemos que ellos no me aceptarán. Asúmelo, Tsunade. Esto acaba aquí. Una vez que todo esté en orden, asumiré mi culpa. Sea el castigo que sea, lo aceptaré. Ahora, si no es mucho pedir... quiero llegar a Konoha cuanto antes.
Sin más que decir, Naruto comenzó a caminar dejando a Tsunade con la palabra en la boca, acompañada de Jiraiya, que no sabía cómo reaccionar. Los dos Sannin se miraron y respiraron hondo antes de seguir al resto.
**********
Segundo y último capítulo de este pequeño maratón de verano. Lo tengo crudo el seguir publicando, puesto que a comienzo de Septiembre tengo los exámenes de recuperación y tengo que estudiar.
Cuando comience el curso, puede que tenga algo más de tiempo de publicar. Nos vemos y gracias por leer ;* <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top