C22. Resentimientos

En las otras batallas, los shinobis también estaban teniendo dificultades. Los tres sannin, el equipo Gai y Konan luchaban contra Kakuzu. Konan se había asegurado de que Deidara no volviera a atacar, aunque por haber sido su compañero, le dio lástima verlo de aquella forma. Mientras, los Sannin y el equipo Gai luchaban contra Kakuzu y sus tres corazones faltantes.

Las técnicas de Neji ya no funcionaban, ya que Kakuzu había averiguado las estrategias que el Hyuga se gastaba. Rock Lee y Gai habían entrado en el combate, utilizando ambos las Puertas Internas. Ellos habían conseguido romper las otras dos máscaras mientras los Sannin, Tenten y Neji evitaban ser atravesados por los hilos que Kakuzu utilizaba bajo el suelo o cuando enviaba sus manos o brazos hacia ellos con largos hilos negros.

Kakuzu estaba furioso. Habían destrozado sus cuatro corazones extras y sólo esperaba matarlos a todos para conseguir unos nuevos. Con sus hilos, mandó lejos a Gai y Rock Lee, haciéndolos chocar con la pared de la cueva. Tenten se movía lo más rápido que podía para evitar los hilos del enemigo y no le permitía utilizar su kenjutsu. Ya se habían salvado de las máscaras, pero eso no quitaba que dejaran de estar en peligro.

Le tocaba ahora a los Sannin. Los tres, como nunca antes habían pensado que sucedería, volvieron a luchar juntos. Recordaron sus últimas batallas, en la Segunda Guerra Mundial Shinobi, donde lucharon contra Hanzo Salamandra, cuando Jiraiya se fue a entrenar a los chicos de Ame, desde el momento en el que Orochimaru comenzó a meterse en aquellos experimentos que lo llevaron a ser un ninja renegado de Konoha, y donde Tsunade perdió a su hermano y a su novio consiguiendo su hemofobia.

Habían pasado muchos años desde aquellos momentos, y ahora volvían a luchar juntos contra el bando enemigo. Los tres utilizaron el Kuchiyose no Jutsu incorporando a la batalla a sus invocaciones contra Kakuzu. Era bien cierto que tres enormes invocaciones servían contra una persona como si fuera un bazuka contra una mosca, pero no perdían nada por intentarlo. Que ya de por sí fuera un ninja peligroso, los obligaba a eso.

En el lado de Hidan, el equipo 10 estaba desesperado. En el momento en el que Asuma había sido cortado por la guadaña del Akatsuki todo había ido a peor. Hidan había adoptado su modo esqueleto con el que tenía control absoluto en el cuerpo del shinobi. Ya había hundido su palo en su muslo derecho, haciendo caer a Asuma en el proceso.

Shikamaru, Ino y Chouji no sabían qué hacer. Kisame tampoco. Sin embargo, consiguió recordar algo. En una de sus salidas, había podido escuchar al jashinista en una de las celdas de los shinobis que anteriormente capturaban, antes de comenzar a buscar a los Jinchuriki. Había escuchado algo de un sacrificio, por lo que se dignó a echar un vistazo. El mismo símbolo estaba en el suelo pintado, él sobre el dibujo, pero no pudo llegar a verlo del todo bien, puesto que Kakuzu llegaba por el otro lado y prefería no meterse con él, aún no tenían la confianza suficiente.

—Sé que ese símbolo es importante para sus sacrificios, y que él está encima, o al menos así ha sido las pocas veces que lo he visto—comentó Kisame, haciendo que una idea se instalara en la cabeza de Shikamaru.

El Nara no podía dejar que su sensei muriera, y al escuchar a Kisame, se le ocurrió algo que no sabía si serviría, pero quería arriesgarse a intentarlo. De inmediato, utilizó su Kagemane no Jutsu, dejando a Hidan paralizado. El rostro tranquilo del peliblanco, lo sacaba de sus casillas.

—No podéis contra mí, soy inmortal. ¿No os lo había dicho ya? Dejad que termine mi sacrificio a Jashin y esperad a ser los siguientes—habló con una risa de superioridad por detrás.

—¡No dejaremos que mates a Asuma-sensei!—gritó Ino intentando ser de utilidad. Antes de poder hacer su jutsu de mentes, Shikamaru la paró.

—¡Espera,  Ino!—habló, aguantando la fuerza que el jashinista hacía contra su jutsu. Con esfuerzo, fue dando paso tras paso, haciendo que Hidan retrocediera, saliendo así del círculo y haciendo desaparecer su piel negra—. ¡Kage Nui no Jutsu!

Unas cuerdas de sombra atraparon por completo a Hidan hasta mantenerlo más o menos quieto. Shikamaru deshizo el anterior jutsu y miró a Chouji, luego a Ino. Ambos se acercaron a él y lo más bajo que pudo, les susurró.

—Ino, no utilices tu jutsu. Haz un pequeño corte en su mejilla, veremos si le afecta a Asuma-sensei. Chouji, en el caso de que no haga daño a Asuma, ve directamente con tu bola de tanque y aplástalo. ¿Entendido? Si se me escapa y veis que va a entrar en el círculo, no lo toquéis, es posible que un solo toque con el símbolo haga daño a Asuma.

Sus dos compañeros asintieron, bajo la atenta mirada de Asuma y Kisame. El Hoshigaki ayudaba al Sarutobi a ponerse de pie, observando cómo los chicos llevaban a cabo el plan del Nara. Una vez terminado de hablar, Ino comenzó, enviando un kunai a Hidan a la cara. Un rasguño apareció en su mejilla al pasar de largo. Asuma se asustó en un principio, pero al no notar dolor una sonrisa dirigida a sus alumnos apareció en su rostro.

—¡Chouji, ahora!—gritó Shikamaru al saber que el ataque no había afectado a su sensei.

Chouji hizo su jutsu y, ya convertido en una bola tanque, contraatacó a Hidan. Estaba a punto de aplastarlo cuando Hidan se deshizo de las sombras y sonrió al saltar hacia el círculo. Shikamaru abrió los ojos sorprendido, Hidan había logrado salirse con la suya. Frunció el ceño y, gritando a Chouji que parara, esperó a que el jashinista pisara el suelo para paralizarlo de nuevo. 

La mente de Shikamaru no dejaba de darle vueltas. ¿Cómo era posible que se haya librado del jutsu? No lo tenía claro, pero ya estaba preparado para evitarlo una segunda vez. 

Finalmente, en el grupo de "Madara", Kakashi no podía dejar de mirar sorprendido a la persona que tenía delante. 

—O-Obito...—susurró impresionado.

Aunque teniendo en cuenta que tenía sospechas desde que Sasuke le habló sobre su teoría, más que impresionado se sentía decepcionado. Decepcionado de que aquel compañero alegre y con el sueño de ser Hokage, se hubiese convertido en un criminal para destruir el mundo. ¿Qué había pasado para que hubiese cambiado tan radicalmente?

—Cuanto tiempo, Kakashi...

—Pero tú... estabas muerto. Rin y yo lo vimos con nuestros ojos.

—¿Rin? ¿¡LA MISMA RIN QUE ME PROMETISTE QUE PROTEGERÍAS Y A QUIEN MATASTE CON TUS PROPIAS MANOS!?—gritó mientras se levantaba aún adolorido.

Kakashi abrió sus ojos de par en par recordando todo lo que ocurrió, mientras que los jóvenes que aún se mantenían conscientes miraban al Hatake totalmente asombrados y sin creer que de verdad pudiera hacer eso.

—Lo de Rin fue un accidente, no fue mi culpa—murmuró a la vez que pensaba en todas las veces que Minato le decía que no era su culpa, y repitiéndose a sí mismo aquella frase.

—Claro—gruñó Obito con ira—como también la muerte de Minato-sensei y Kushina-san no fue mi culpa, ¿cierto? Fue culpa del Kyubi, ese Jinchuriki que Naruto tiene en su interior. ¿Verdad, Naruto? Diles cómo el ser que llevas dentro mató a tus propios padres.

Todos observaron a Naruto, que mantenía la cabeza gacha mientras todavía le daba chakra a Sakura para curar a Itachi. Poco a poco, su cabeza se irguió, dejando ver unos ojos rojos como la sangre. Dejó de administrar chakra y se separó de Sakura e Itachi para acercarse a ellos.

—Fuiste tú quién me utilizó, Uchiha—habló con la voz de Kurama—. Tú atacaste a Minato, amenazaste con matar a su hijo y me sacaste del cuerpo de Kushina. Luchaste con Minato hasta que casi te derrota y saliste huyendo como un cobarde. Sí, yo maté a esos dos, pero si no fuera por ti, nada de eso habría pasado.

—¿Tú... mataste a Minato-sensei y a Kushina? ¿Por qué? ¡Ellos te adoraban!—gritó Kakashi con ira hacia Obito— ¡Sobre todo Kushina! ¿Acaso sabes lo que sufrieron por tu muerte? ¡Y los mataste!

—¿Y qué? ¡Mi vida dejó de tener sentido en el momento en el que Rin murió en mis brazos! ¡Quería matarte! ¡Pero preferí verte sufrir, Hatake!

—¡Pues haberme matado! ¡Minato-sensei y su familia no tenían la culpa de nada!

—¡Parad!—gritó Naruto, ahora con su voz normal. Sus ojos, aunque llorosos, lo miraban con firmeza. 

Todos lo miraron. Sus puños se encontraban cerrados con fuerza mientras observaba a Obito. Que estuviera adolorido no significaba que dejara de ser peligroso, en cualquier momento podría hacer un movimiento rápido y desaparecer de allí, o atacarlos. Se acercó al Uchiha y preparó el chakra del Kyubi. 

—Sé que eres culpable de la muerte de mis padres desde que me contaste quiénes eran, el Kyubi me lo dijo. Pero no sabía cuál era tu verdadera identidad.

—Mi verdadera identidad no imp...

—¡Cállate! ¡Mis padres posiblemente te querían como a un hijo! ¡Mi padre fue tu sensei! ¡Y les traicionaste! No sé cómo serías antes de la muerte de esa chica, pero te comportaste como el vil criminal que eres. Ellos estarían muy decepcionados. Y si tengo que luchar contigo para vengar a mis padres, lo haré. Te mataré.

—Hazlo, si puedes—habló con una sonrisa, y comenzando el primer ataque.

Ambos se enzarzaron en una pelea de taijutsu y cuando Kakashi fue a ayudar a Naruto, él le interrumpió.

—¡Déjame, Kakashi! Este Uchiha es mío. Ocúpate de otras cosas.

Kakashi no sabía que hacer. Sabía que Obito en aquel momento era poderoso, de hecho, lo habían comparado con Madara Uchiha, o al menos así se había hecho llamar. Pero Naruto en aquel momento era el que más derecho tenía de luchar contra él. 

Hinata estaba en las mismas. Quería ayudar a Naruto, pero la orden que este le había dado a Kakashi también la había parado, por lo que fue con Shino para ayudar al resto. Por un lado, Sai y Akamaru ya estaban conscientes, aunque aún heridos. Kiba seguía inconsciente por un golpe en la cabeza. Por otra parte, Karin también había despertado y había llevado a Sasuke junto a Sakura e Itachi. 

Sakura estaba extasiada, no podía más. Itachi parecía estar mejor gracias a la ayuda de Naruto, y ahora se encontraba inconsciente, apoyado en la pared, por lo que podía descansar un poco. Con un suspiro, miró a Karin, colocando de nuevo su brazo para ayudar. Ella también estaba cansada, pero no le impedía volver a ayudar a Sasuke.

Podía ver el cariño que la pelirroja sentía hacia el Uchiha que alguna vez fue su amor platónico de la infancia, y que, aunque hayan pasado muchas cosas, aún parecía gustarle. Sakura suspiró y observó la pelea.

Naruto la había ayudado con Itachi, por lo que debería estar también falto de chakra. Aun así, su lucha con el falso Madara parecía estar a la altura a pesar de la mala fama del mayor. Quería ayudarlo, pero en aquel momento sólo estorbaría.

Todo se estaba volviendo muy complicado y ni sabían cómo iban los demás. Pero alguien había despertado y no les esperaba nada bueno.


*******
Buenas!
Hace mucho tiempo que no publico capítulos pero ahora estoy de vacaciones y puedo dedicarle más tiempo a esto.

Espero que los que sigáis por aquí les siga gustando y que comenten mucho jajaja

En fin, me pongo con otras historias ;)

Aquí se despide Luthien, ciao!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top