C21. Obito Uchiha
La batalla aún duraba. Cada quien luchaba con sus respectivos contrincantes, intentando no caer en el intento. Todos ya estaban cansados, deseosos de que aquella batalla terminara de una vez. Sakura no estaba mejor. Llevaba ya horas aplicando ninjutsu médico en Itachi, para no perderlo. Sasuke, ya más o menos recuperado, se levantó con el rostro serio.
Itachi estaba casi inconsciente, con la mirada pesada, intentando ver un poco de lo que estaba ocurriendo cerca de allí, sin embargo, no podía moverse. Bastante hacía con seguir despierto gracias a la atención de la pelirrosa.
—Sakura... Aguanta un poco más. Por favor... —pidió el Uchiha—. Voy a terminar con esto de una vez por todas.
La pelirrosa y el Uchiha mayor lo observaron sin saber qué decir, aunque se sorprendieron cuando vieron cómo una serie de líneas negras se abrían paso por la piel de Sasuke. Hacía años que no utilizaba ese poder. Aquel que le había dado Orochimaru antes de dejar su guarida y volver a Konoha arrepentido de matar al Uzumaki. Habían pasado tantas cosas desde entonces...
Las líneas pasaron a ser un color violeta por toda su piel, sus ojos se volvieron negros como el carbón y su pelo se elevó y se tiñó de azul grisáceo. Posteriormente, un par de alas parecidas a unas manos, salieron de su espalda rompiendo su camiseta.
La pelirrosa no entendía qué estaba sucediendo. ¿Desde cuándo Sasuke podía convertirse en esa... cosa? Se encontraba con los ojos de par en par. Tan asombrada, que por poco se descuida del cuidado de Itachi. Un quejido proveniente de él, la devolvió a la realidad, concentrándose en lo que debía.
Sasuke giró su mirada para observar la batalla que Naruto y el resto de su equipo estaban luchando. Sai se encontraba inconsciente y Kiba y Akamaru no estaban muy lejos de estarlo. Hinata los estaba atendiendo, preocupada, mientras Shino se mantenía alejado, enviando sus insectos contra Madara, al menos para despistarlo de ataques provenientes del resto, aunque el enemigo ya había descubierto su táctica y prácticamente no podía hacer nada.
Sólo Kakashi y Naruto parecían estar bien, aunque se notaba que estaban cansados y que ya habían gastado mucho chakra. Madara seguía en pie, aunque una herida en su abdomen era visiblemente la más grave. Se le notaba encorvado, pero por su máscara no podían saber si tenía o no expresión dolorida.
Finalmente, Sasuke se unió a la contienda, dando al enemigo un golpe que no se esperaba. Sasuke, quien había atacado con toda su fuerza para golpearlo, no recordó que el poder del sello maldito duplicaba su velocidad y su fuerza. Madara quedó encajado en la pared, para sorpresa del resto de sus compañeros, que estaban asombrados.
—Wow...—murmuró Naruto, aunque una sonrisa apareció en su rostro, contento de ver a Madara en aquella situación de debilidad.
—¡Naruto!—oyeron gritar a la pelirrosa—. ¡Te necesito aquí, por favor!
Tanto Naruto como Sasuke se sorprendieron ante lo dicho. ¿Cómo que necesitaba a Naruto? ¿Para qué? Sin embargo, el rubio recordó aquella vez que utilizó el chakra de Kurama para salvar la vida de su amigo. Si estaba tan desesperada, es que Itachi estaba mal. Sin pensarlo dos veces, corrió hasta ellos, dejando que Sasuke y Kakashi se ocuparan de Madara.
Sakura parecía estar en las últimas. Su piel se encontraba sudando por el esfuerzo de intentar mantener el flujo de chakra, sus ojos entrecerrados mostraban cansancio y su respiración entrecortada la hacía ver peor. Naruto estaba preocupado y no era menos, sus amigos estaban muy mal y él no sabía qué hacer.
—H-Haz lo mismo... que a-aquella vez...—comentó Sakura y el rubio asintió colocando sus manos sobre los hombros de ella.
Kurama lo ayudó cediendo su chakra y entre los tres formaron un chakra médico que pasó de un color verde a un color naranja. El chakra rodeó completamente al Uchiha y Sakura comenzó su intervención. No sabía mucho de aquella enfermedad, sólo algunas cuestiones que Tsunade le había señalado. Pero haría lo que pudiera, no por nada era alumna de la mejor ninja médico del mundo shinobi.
Mientras ellos trataban a Itachi, Sasuke y Kakashi siguieron peleando con Madara. Una pequeña parte de la máscara se había caído, dejando a la vista su ojo derecho, aquel donde todavía tenía el Sharingan. Kakashi frunció el ceño. Sentía algo familiar en Madara y no sabía el qué. Pero el que sí se dio cuenta de algo, fue Sasuke.
Observaba a Madara con odio, pero al mirar a su Mangekyo Sharingan, notó una peculiaridad. Sabía o tenía entendido que dos Uchiha no podían tener el mismo Mangekyo, entonces... ¿Porqué Madara y Kakashi tenían el mismo diseño? Y no sólo era eso. Madara y Kakashi tenían un poder parecido proveniente del dôjutsu y, además, el enemigo parecía tener un ojo tapado, el mismo en el que Kakashi tenía el Sharingan. Recordaba que el Hatake le había contado sobre ello. Su compañero Obito Uchiha había muerto en una misión, pero antes le había regalado su Sharingan cuando el peliplata había perdido su ojo. El ojo izquierdo.
—Kakashi—lo llamó Sasuke y el Hatake se acercó a él—. Me dijiste que tu Sharingan te lo dio un Uchiha, ¿cierto?
El peliplata se desconcertó al escuchar la pregunta. ¿A qué venía eso ahora? Él asintió sin saber qué estaba pensando su alumno y Sasuke prosiguió con su teoría.
—Y si no me equivoco... Madara y tú tenéis un poder de Mangekyo parecido. Tú puedes enviar lo que quieras a otra especie de dimensión, y él utiliza la dimensión alterna para enviar allí su cuerpo y hacer que lo atravesemos sin hacerle daño. Estás usando tu Sharingan para contrarrestar el suyo.
—Así es... Pero, ¿a qué quieres llegar?
—¿Te has fijado en el diseño de su Mangekyo?—Kakashi, curioso, observó a Madara, que intentaba incorporarse después del golpe. Ambos habían aprovechado ese hiatus para que Kakashi descansara un momento y ganara un poco de chakra antes de luchar otra vez. Mientras tanto, Shino había formado un puño con los pocos insectos que le quedaban y atacó a Madara. Kakashi asintió mirándolo—. Pues si no has reaccionado con eso, es que nunca has visto el diseño de tu Mangekyo. Kakashi, creo que su Sharingan y el tuyo... son de la misma persona.
Kakashi se paralizó. Su corazón comenzó a latir con fuerza y observó a Madara. Él podría tener el otro ojo de Obito. ¿Pero cómo? Luego recordó que por más que buscaron, no pudieron encontrar su cuerpo. No podía ser casualidad.
—Sasuke... Vamos a aprovechar el poco tiempo que nos queda para acabar con él, al menos dejarlo inconsciente. Quiero saber quién hay detrás de esa máscara. Tu teoría me ha hecho ver una cosa. Desde que su máscara se fracturó, tengo la sensación de familiaridad...
—¿Crees que pueda ser...?
—No lo sé... Espero que no. Si fuera mi compañero... No. Él nunca haría algo como esto...
—Todo el mundo puede cambiar—habló Sasuke mirando a su hermano, a Naruto y Sakura de reojo—. Acabemos con esto.
Kakashi asintió aún pensativo y desconcertado por todo lo que estaba pasando. Madara ya se había levantado, pero sostenía su abdomen con fuerza. Quería acabar con todo aquello, matar a esa gente que estaba obstaculizando su camino para completar el plan Tsuki no me. Estaba histérico, furioso por no haber imaginado que Sasuke lo atacaría por sorpresa y con esa fuerza.
Observaba cómo ambos, Sasuke y Kakashi hablaban de algo, pero no conseguía escuchar el qué. Sólo podía estar pendiente del dolor que lo aquejaba. Pero un puño de insectos lo atacó como había intentado en ocasiones anteriores sin éxito. Utilizó su Sharingan y se desmaterializó para que no le hiciera daño.
Estaba harto. Iba a matar al chico Aburame, cuando otro golpe lo envió a la pared. ¿Pero cómo era posible? ¡Qué le estaba pasando! Parecía haber perdido los reflejos. ¿Cómo no había visto que los otros dos iban a atacarlo? Y de nuevo con su táctica. Maldijo el momento en el que el Hatake obtuvo ese Sharingan.
La única manera era lanzarse hasta él y arrancárselo. Quitarle lo que era suyo. Con ira, se lanzó a Kakashi con rapidez, con la intención de quitarle su Sharingan. Madara utilizó la Danza Salvaje de Vientos Explosivos, creando un gran vórtice de fuego que echó para atrás a Sasuke y que hizo tropezar a Kakashi que se llevó parte del ataque dejándolo malherido.
El fuego fue tan fuerte que llegó también donde Hinata trataba a Sai y Kiba, y donde Sakura y Naruto curaban a Itachi. Sasuke, incorporándose lo más rápido que pudo, consiguió interponerse entre el ataque y su hermano y compañeros. Colocó las alas formadas por el sello maldito frente a él tapando todo lo que pudo para salvarlos, y él mismo formó un Gokakyou no Jutsu para intentar contrarrestar el Jutsu lo más que pudo.
Shino formó una pared con sus insectos, pero no fue suficiente. Todos los insectos acabaron incendiados y el fuego siguió su curso. Antes de que impactara contra ellos y de que Obito llegara hasta él, Kakashi saltó interponiéndose utilizando su Kamui y llevando el fuego a la otra dimensión.
Sasuke sin embargo, no pudo contrarrestar el fuego y tuvo la mala suerte de recibir todo el impacto. Aun así, consiguió mantenerse en pie, pegado al suelo gracias al chakra, y salvar a los chicos del ataque. Sasuke, sin poder soportar su cuerpo quemado y con el sello maldito, quedó inconsciente deshaciendo en el proceso la versión del sello. Gracias a eso, su piel no había quedado dañada, pero le había costado todo su chakra.
Kakashi se encontraba apoyado en Hinata, quien al ver que estaba a punto de colapsar corrió hasta él para ayudarlo. Hinata había tenido la suerte de tener unas pocas sesiones de ninjutsu médico para emergencias. Ella había conseguido dominarlo, pero no al nivel de Sakura. Ella estaba allí como apoyo, pero siempre podía hacer algo los primeros minutos, que siempre eran muy importantes.
El Hatake agradeció a la Hyuga por la ayuda y observó a Madara, que reía con fuerza. De reojo, pudo ver a Sasuke inconsciente. Había salvado a sus compañeros, quienes se mantenían lo suficiente concentrados en la cura que ni siquiera prestaron atención al ataque.
Estaban en un punto difícil. Todos estaban mal, todos estaban heridos, con falta de chakra o inconscientes. Madara no estaba mejor, pero igual seguía en pie sin ayuda, no como ellos. Hinata observaba todo con impotencia. Ella no había podido hacer nada. Con determinación, le dio un poco de su chakra a Kakashi, dejándolo desconcertado.
—Voy a hacer un ataque, Kakashi-sensei—habló Hinata—. Lo bueno de ser Jounin es que podemos hacer jutsus de diferentes naturalezas. Aprendí un jutsu de rayo. ¿Podría enviarlo a la otra dimensión para darle?
Kakashi se sorprendió por eso, pero asintió. Al menos lo intentaría. Hinata y Kakashi se colocaron en frente de Madara y Kakashi se soltó de ella. Hinata, con algo de miedo, formó los sellos necesarios para el jutsu. Con fuerza, gritó:
—¡Raiton: Jibashi!—unas ondas eléctricas salieron de sus manos y Kakashi aprovechó para utilizar su Mangekyo. Unos rayos salieron de su control, pero algunos sí que traspasaron la barrera y electrocutaron al enemigo. Al volver a materializarse, otros rayos le dieron, electrocutándolo de nuevo.
Hinata y Kakashi dieron todo en ese ataque mientras Shino cuidaba que Kiba, Akamaru y Sai no recibieran parte del jutsu. Al terminar, Madara se encontraba en suelo, incapaz de moverse. La naturaleza rayo había desestabilizado su parte zetsu y la otra parte estaba inmóvil por la descarga.
Kakashi, cansado, se acercó a él viendo que no podría atacarlo, al menos en unos pocos minutos. Se agachó a su altura, notando que el otro lo miraba con furia, y le quitó la máscara de un tirón, descubriendo su identidad.
—O-Obito...
*****
No me convence mucho el capítulo. Si veo que puedo cambiarlo más adelante, lo haré. Sin embargo, espero que por el momento os guste y eso.
En fin, estoy cumpliendo con mis deberes jajaja
Aquí se despide Luthien, ciao!
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