C17. La historia de un ninja valiente
Sólo quedaban ellos dos, Naruto contra el Camino Deva. La respiración entrecortada del pelinegro se escuchaba necesitada. Uno contra uno, alumno contra sensei.
—Has mejorado...—comentó Pain con el ceño fruncido.
—No gracias a ti... sensei—le rebatió—. Si no fuera por Jiraiya y sus sapos, quizás me habrías derrotado en la primera media hora.
—Entiendo. Te dejaste engatusar por ninjas de Konoha y nos traicionaste. Sabía que tarde o temprano lo harías... pero ya no se puede evitar.
Pain se lanzó rápidamente a Naruto, provocando un ataque que el pelinegro casi no pudo parar. Se miraban a los ojos fijamente, utilizando su fuerza para que el otro no ganara la batalla. Las técnicas de taijutsu se sucedían unas a otras, dejando sin aliento a Naruto. Tenía que hacerle atacar, para así matarlo en aquellos 5 segundos en los que Pain no podría utilizar chakra.
Y aun así, no era el último Pain que quedaba. Tendría que enfrentarse con Nagato, el que estaba detrás de aquellos seis caminos del dolor. Seguramente, acompañado de Konan, siempre a su lado.
Sólo había visto a Nagato una vez en la vida y no fue porque quisieran presentárselo. Sólo la curiosidad lo llevó a investigar por la guarida, y de hecho, tuvo un castigo por aquello. No volvió a acercarse a aquella habitación.
Todos sus pensamientos se interrumpieron cuando una chica de pelo largo y reflejos azules atacó a Pain separándole de él. Se sorprendió cuando vio a Hinata en pose ofensiva. Ella había sido quien lo había ayudado. A su lado, se encontraban Kiba y Shino.
Los tres se colocaron a los lados de Naruto y él sintió el compañerismo que hacía años no sentía y que creía haber perdido. Aquella sensación lo llenó de calidez y le dio fuerzas para seguir peleando. Pain se estaba preparando para luchar con los cuatro, pero Naruto colocó las manos delante de los chicos con seriedad.
—Dejádmelo a mí. Gracias por la ayuda, pero no quiero haceros daño. Por favor, alejáos.
—Pero...—empezó a rechistar Kiba, pero Hinata lo observó fijamente convenciéndolo de que no dijera más—. Está bien. Vámonos chicos, pero si vemos que empeora, vendremos a ayudar.
Naruto asintió agradecido y observó a Pain. Segundos después, verificando que sus compañeros estaban ya lejos, la batalla siguió su rumbo. Comenzaron con taijutsu. En cuanto Pain utilizó su gravedad, Naruto aprovechó para lanzar su Rasenshuriken. Sin embargo, la técnica que esperaba Pain utilizara no fue exactamente ese.
En el momento en el que fue a hundir el Rasenshuriken, Pain lo evitó agachándose en un hábil movimiento y pudo volver a utilizar su gravedad. Pero no lo atacó a él, sino que atrajo a alguien. Aterrorizado, giró su mirada y vio el momento en el que Pain atravesó el cuerpo de Hinata con una de sus barras.
Sus ojos se abrieron de par en par. Kiba y Shino gritaban el nombre de la Hyuga, sin poder creer lo que había sucedido.
—¡Hinata!—gritó Naruto deshaciendo el jutsu y el senjutsu.
Corrió hacia ella, que acababa de caer al suelo inconsciente y la incorporó sacudiendo con cuidado su rostro. La llamaba desesperado, esperando que despertara, pero la mancha de sangre en su pecho se expandía y no respiraba.
Notó las lágrimas salir de sus ojos. La había perdido y no había podido hacer nada para evitarlo. Tensó la mandíbula furioso y la dejó cuidadosamente en el suelo, observándola. Se levantó y sintió cómo los latidos de su corazón comenzaban a latir con fuerza y cerró su mano apretando su pecho.
Levantó la mirada y miró a Pain con odio. Esperó a que Kiba y Shino se llevaran el cuerpo de Hinata y, cuando ya estuvieron lo suficientemente lejos, se dejó llevar. "Kurama... Te cedo mi cuerpo... ¡Mátalo!"
Kurama, observando la situación, notó todo el odio que corrompía al Uzumaki. Una sonrisa macabra apareció en su rostro cuando, de un segundo a otro, el chakra del bijuu rodeó el cuerpo de Naruto subiendo el número de colas a una velocidad imparable.
La velocidad incrementó y los jutsus eran más poderosos. Pain casi no podía pararlo y en el ataque de un cuerpo ya casi formado del bijuu, el cuerpo del Camino Deva fue aplastado por su pata.
En el momento en el que verificó que el Camino Deva estaba muerto, Kurama se tranquilizó y retrocedió en la transformación dejando a un cansado Uzumaki. El ahora de nuevo rubio, cayó de rodillas respirando entrecortadamente.
Mientras se tranquilizaba, fue acumulando chakra natural en su cuerpo para activar el senjutsu. Así, encontró a Nagato y su compañera Konan. Pagarían por haber matado a toda aquella gente, por matar a Jiraiya, a Kakashi... a Hinata.
Cuando su respiración se hubo normalizado, comenzó a caminar hasta aquel árbol de papel que Konan había creado en lo más alto de la montaña para que Nagato tuviera conexión directa con sus caminos.
Había llegado al fin. Abrió la cortina de papel que escondía a los Akatsuki y los observó con fiereza. Sin embargo, no atacó, ya que Nagato había impedido que Konan lo hiciera. Cuando ya estuvieron cara a cara, Naruto apretó sus puños con fuerza.
—He estado 3 años en esta organización, porque me necesitabais por ser Jinchuriki. El plan os salió mal, no llegasteis a matarme para obtener el chakra del bijuu. Admito que llegó un momento en el que terminé encariñándome con vosotros, como si fuerais una familia, pero cuando supe vuestro plan... ¿Por qué? ¿Por qué hacer esto? ¿Por qué destruir una aldea entera cuando buscáis la paz del mundo shinobi? ¡Lo que Madara planea es una farsa!
—No entiendes nada, Naruto. No sabes por todo lo que tuvimos que pasar para llegar a esta decisión, y no espero que lo entiendas.
—¿¡Es que acaso yo no sufrí, Nagato!?—le gritó el rubio—. ¡Dime! ¡Ambos sabemos lo que es el dolor! Explícame... ¡Explícame qué ocurrió para que terminárais accediendo a esta locura!
Nagato se revolvió incómodo y miró a Naruto. Estaba decidido a contarle su historia. Habló sobre su infancia, cómo los ninjas de Konoha mataron a sus padres y provocó que tuviera que salir a mendigar. Cómo conoció a Yahiko y a Konan, cómo conocieron a Jiraiya y el tiempo que estuvo entrenándolos. La creación de Akatsuki y cómo Danzo los había traicionado.
—Yahiko murió... y de ahí en adelante yo me convertí en líder de la organización. Nuestros camaradas murieron uno tras otro. La paz que pensais que existe se forma precariamente. Hacéis daño sin que os deis cuenta... Y lo de Jiraiya son solo palabras bonitas. Ahora respóndeme.
Naruto suspiró y sacó de su bolsillo un libro. "La historia de un ninja valiente", de Jiraiya-san. En aquel tiempo en el Monte Myoboku, el viejo le había dejado un libro en equilibrio encima de uno de los picos donde tenía que mantener equilibrio.
Había leído ese libro por curiosidad, pero había tantas cosas que le llamaban la atención y que eran tan ciertas, que no supo cómo reaccionar. De buenas a primeras, el nombre del protagonista era el suyo propio. Pensaba que era una coincidencia cuando Pa le había contado que Minato le había llamado así en honor a aquel libro que Ero-sennin había escrito.
—Quizás tienes razón. Pienso igual... Ahora entiendo por qué. pero aun así... no puedo perdonarte. Todavía te odio... No conozco mucho a Ero-sennin, pero el poco tiempo que estuve con él, me dijo que tenía fe en que algún día llegaría el momento en el que todos podrán entenderse entre sí. Pero creyó en mí a pesar de mi mala decisión de unirme a Akatsuki y me encargó su búsqueda. Por eso creeré en él. Esa es mi respuesta, por eso no os mataré.
—Entonces... creerás en las palabras de Jiraiya-sensei. Ya veo... ¿Y pretendes que esperemos hasta que hagas del mundo un lugar pacifico? ¡No te burles de mí! ¡Es demasiado tarde para creen en las palabras de Jiraiya! ¡No existe algo como la verdadera paz! ¡Mientras vivamos en este mundo maldito, la paz será imposible!
—Entonces... Entonces romperé la maldición. ¡Y si existe algo así, la buscaré hasta encontrarla! ¡Nunca me rendiré!
Nagato abrió la boca, sorprendido, recordando las palabras que en un pasado lejano salieron de sus labios. Konan se preocupó pero Nagato seguía observando a Naruto asombrado.
—Esas... palabras...
—Así es... las tomé de este libro. La primera novela escrita por Ero-sennin. Él esperaba cambiar el mundo con esto. Al final de este libro escribió acerca de un estudiante que lo ayudó a inspirarse. Ese eras tú, Nagato.
El pelirrojo comenzó a recordar y a cada momento estaba más sorprendido. Era cierto, Jiraiya se encontraba buscando ideas para su novela cuando él habló con él. Al irse, Jiraiya dejó un libro en aquella cabaña en la que ellos vivían y al recordarlo, se sintió abrumado. Recordó que Jiraiya pensaba que él sería el que traería la paz al mundo shinobi, sin embargo... lo decepcionó.
—Y el nombre del héroe de esta novela... El nombre es... ¡Naruto! Mi nombre es un recuerdo de Ero-sennin. ¡No puedo rendirme y manchar el recuerdo de Jiraiya ni tampoco mi verdadero camino ninja! ¡Yo seré Hokage! ¡Me cueste lo que me cueste! ¡Y traeré paz a la Aldea de la LLuvia! Por favor, cree en mí.
—¿Como puedes probarme que nunca cambiarás de opinión? Eso no cambiará, no importa cuán grande sea el dolor que tendrás que soportar. ¿Podrás creer en ti mismo? ¿Puedes garantizarlo? ¿Puedes tener tal fe en ti mismo?
—Yo he experimentado el dolor, Nagato... —Recordó todo por lo que una vez tuvo que sufrir: ser huérfano, maltratado por los aldeanos, sin amigos ni nadie que lo quisiera. Un equipo en el que su mejor amigo quiso matarlo y que por eso acabó en una organización criminal para no acabar muerto—. Y puede que si el héroe cambia, todo será diferente a como lo escribió Jiraiya. ¡Entonces el héroe no será Naruto! La secuela de esta novela vendrá de mis vivencias diarias... No importa cuán grande sea el dolor, yo seguiré caminando... ¡Porque eso es lo que hace Naruto!
—Somos compañeros del mismo sensei, pero a diferencia de mí, tú podrás creer un futuro diferente. Por ello creo que deberé creer en ti, Naruto Uzumaki. ¡Gedou: Rinne Tensei no Jutsu!
—¡Nagato, no!
—Konan, está bien. Estoy tomando otra decisión, una de la que había desistido hace mucho tiempo.
—¿Qué técnica es?—preguntó Naruto—. Nunca la había escuchado...
Konan le explicó que Nagato era el séptimo camino, que podía controlar la vida y la muerte, por lo que él asintió entendiéndolo, aunque muy sorprendido. Un terremoto lo alertó.
Mientras tanto, en la aldea de Konoha, un ser extraño salió de la tierra y abrió la boca dejando salir las almas de aquellas personas que habían muerto en el ataque de Pain.
Los que estaban vivos no entendían qué estaba sucediendo. Estaban en una guerra civil y de repente un jutsu cayó en Konoha destruyéndola y matando a casi todos los shinobis que no habían muerto ya por la batalla. El desconcierto llevó a que los que habían sido enemigos en la batalla se ayudaran entre sí, olvidando sus diferencias tras aquel trágico suceso.
Todos querían saber qué había ocurrido... y lo sabrían pronto. Una noticia que dejaría a más de alguno con la palabra en la boca.
****
Perdón por haberme tardado tanto, en serio. Tengo muchas cosas encima y hoy he decidido adjudicarme un tiempo libre para poder escribir, ya que pasará algún tiempo hasta que pueda volver a publicar.
Pero aquí tenéis un capítulo un poco más largo de lo habitual. Espero que os guste.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top